Partida Rol por web

Finalmente la chica del pelo castaño se acercó al móvil, en aquella habitación no habia demasiada luz pero se veía que era un telefono negro, no de última generación, pero eso era lo de menos. Agarró el móvil con la mano derecha y en ese momento sintió como algo húmedo y frio en el dorso del móvil. ante la sensación tiró del telefono y éste se desprendió facilmente de la cuerda.

Pero Sarah al intentar separar los dedos del móvil vió que no pudo, ahora en la palma de la mano sintió como algo de calor, sea lo que fuese lo que tenía el móvil en el dorso, le ha pegado la mano al móvil.

Mientras la mujer del pelo rubio delgada se acerca a la puerta, es una puerta de madera, pero se ve que está reforzada, perece muy consistente, debajo del pomo tiene una cerradura. Jessica intenta abrir la puerta con mucho cuidado y descubre que está cerrada, que la cerradura no abre.

Sirius se despierta poco a poco...

- ¿que mierda es esto?

Mira a los que estan a su alrededor pero se queda quieto.

Observo lo que la gente de mi alrededor hace. Algunos intentan abrir la puerta, otros se acercan al teléfono... y parece que una chica ya lo ha cogido. Mejor para mí, no me fío de ese teléfono. Conociendo a la mayoría de las personas que están en esta habitación, podría contener una bomba o algo parecido. En cuanto a la puerta... veo que una chica intenta empujarla sin mucho éxito. Supongo que no se abrirá fácilmente. No digo ni una palabra, pero paso mi mirada de una persona a otra de la habitación, y suspiro. No hay duda de quiénes son. Me alejo prudencialmente a examinar las blancas paredes. No espero encontrar mucho, pero cualquier cosa será mejor que mezclarme con esa gente...

Pronto se activa mi instinto de supervivencia, asi que miro a mi alrededor, suelos, paredes y techo esperando encontrar algo.

Veo que hay gente que ya ha empezado a actuar.

Barhigum había ascendido a un plano superior. Tras muchas rituales, invocaciones y sacrilegio, creía que su dios había entrado en contacto con el y lo había transportado a aquel lugar. Era la hora de obedecerlo y aumentar la frecuencia de sus ritos, quizás así obtendría respuestas.

-Parece que Rama me ha proporcionado compañia y carnaza para mis rituales- Pensó el chamán tras observar todos los individuos que se encontraban en el habitáculo.

Acto seguido, Barhigum se puso en el centro de la sala, haciendo caso omiso a todas las conversaciones de su alrededor y comenzo a balancearse como un péndulo. Iba a dar comienzo su primer ritual...

¿Pero que clase de gente es esta?

Entre los presentes había mucha gente normal, como ella pero tambien había algunos que parecían saber de que iba el tema o que la situacón no les parecía tan rara. También había un tipo con esvasticas tatuadas.

Esto va de mal en peor

Sarabi no sabía lo que pasaba, no sabía donde estaba y lo que era peor: aquello la traía recuerdos. Recuerdos que trataba de olvidar cada día. ¿Tendría aquello algo que ver con...? No. Todos eran blancos excepto ella y un hindú raro. No creía que tuviese que ver con su pasado. Sin embargo, poco a poco sus instintos estaban volviendo a florecer y, sin preocuparse de su propio cuerpo se levantó bruscamente y comenzó a moverse por la habitación. Observando lo que haía a su alrededor y las máquinaria que estaba en su torax. La tentación de tocar el botón era demasiado grande.

Me despierto sentada en una silla....
Empiezo abrir los ojos y veo caras desconocida... Pego un grito AHHHHHH!!! DONDE ESTOY?? Y QUIENES SOIS??

había gente muy rara en esta sala, gente que no conocia y tenia miedo apena me enteraba de nada....

Que es esto y que hacemos aquí??

Sin dejar de tocar la pared con la espalda, me levanto, y me quedo quieta de nuevo. Ojalá estuviese cerca de una esquina, pienso mientras sigo observando a la gente a mi alrededor. 

No entiendo lo que ocurre, pero sea lo que sea no me gusta. Vuelvo a mirar a la mujer que tiene el teléfono, esperando que llame pidiendo ayuda. Pero un instante mas tarde vuelvo a recorrer la habitación con la mirada. 

¿Quien es esta gente y porque estamos aquí?

Sollozando obseve como una mujer se acercaba al telefono y lo cogia rompiendo la cuerda que le mantenia atado al techo.Algunos comenzaban a moverse buscando una alternativa y un hombre comenzo a realizar una especie de ritual , la mujer rubia hablo y me parecio la mas coherente.

Él tambien estaba alli ,y me dieron ganas de ir y empujarle porque seguro que tenia que ver con toda esta locura, sin embargo con la cara humeda, me dedique a moverme observado la pared y llegue hasta el reloj a ver que era.

El dejo claro que no iría con prisas y que te dejaría cogerlo

Iñigo poco a poco despierta, analiza que en su pecho posee un artefacto extraño, algo nulamente entendible para su conocimiento en orientado al corte de carne.

Abre los ojos y mira atentamente con ojos saltones y muy abiertos que a su alrededor se encuentra un número grande de gente en las mismas condiciones, algunas muy atractivas.

- Awwwwwwww... Estira los brazos y abre la boca bostezando como si nada de lo que ocurriera pasara en realidad. - Que tal amigos, crei que despertaría pero al contrario veo que sigo soñando, ¿Qué es esto? Me imagino que es un tipo de juego o algo, no?...

-AAAAHHRRGGG, Pero qué coño... se me ha quedado pegado, mierda- Exclamo al notar el líquido caliente alrededor del teléfono. Sacudo fuertemente mi mano intentando separarla del maldito trasto.

Derrotada ante mi intento fallido, suelto un bufido de frustración. Aproximo mi mano junto al móvil para examinarlo de cerca. Ahí estaba el maldito líquido recubriendo el aparato. Era una simple broma de niños y yo me había dejado engañar como una estúpida.

En fin, debería aguantar con la mano así hasta conseguir salir de ese maldito lugar y que los médicos me lo quitaran o algo...

Mientras tanto, intentaré hacer algo útil, meneo el cacharro frente a mis ojos, lo giro como puedo, intentando descubrir si los botones o el auricular también están impregnados de dicha sustancia adhesiva.

Asustada, Sarabi se acercó rapidamente a la chica castaña.

-¿Estas bien? Al ver que, no era nada más que pegamento respiró aliviada. Deja que te ayude. Sugirió la chica acercando la mano al movil para tratar de separarlo.

No sabía porque estaban allí, pero estaba claro que si querían saber que ocurría y salir de allí con vida, tenían que colaborar. Sarabí había visto alguna vez situaciones similares a esta. NUnca llevadas a ese extremo pero había visto auténticas atrocidades.

Llevo un rato despierto, observando en silencio la situación. Nadie parece saber porque estamos aquí, semidesnudos y con un extraño artefacto en el pecho, pero empiezan a producirse algunas reacciones predecibles, miedo, angustia, agresividad... pronto desembocarán en histeria y violencia sin duda, de modo que retrocedo prudentemente hasta la pared, veo con satisfacción que no soy el único, esta es una situación muy extraña y cuanto mas gente con la cabeza fria mejor.

EL que se ha identificado como un recluso hace una propuesta razonable, aunque simplista me temo, como revela un ligero estudio de la puerta y el que la mujer que se acerca a ella no pueda abrirla.

-organizar esto debe haber requerido bastante trabajo, sea lo que sea no creo que nos den una salida sencilla, y eso incluye el movil-

¿pero cual puede ser el objetivo de todo esto? por mas que me esfuerzo no alcanzo a verlo, aunque me imagino que el movil nos traerá algo de luz

Observo a la mujer de color aproximarse a mí, -No, no necesito ayuda, gracias. Tengo toda la palma de la mano pegada a esta mierda, si intentaras tirar te llevarías la piel... vamos a dejarlo así, ya me lo quitarán los médicos o la policía con disolvente, o lo que sea, pero de tirar de mi mano ni hablar...- digo negando con la cabeza.

-Ayúdame mejor a ver si tú puedes ver si las teclas o el auricular están manchados con líquido también, porque de ser así o me quedo yo inútil con mis dos manos pegadas al teléfono o alguien se queda pegado conmigo si queremos llamar a la policía-, Tras añadir esto volteo el aparato acercándoselo a la cara para que lo inspeccione.

Hotarubi se fue despertando poco a poco. Primero estiró brazos y piernas aún en el suelo para desperezarse y después, fue abriendo los ojos poco a poco

Buaj, creo que me he caído al suelo - Pensó mirando al suelo, sin reparar todavía en el lugar en el que se encontraba.

Dio un gran bostezo y cuando se desperezó del todo, abrió completamente y observo todo el panorama, dándole un vuelco al corazón.

¿Quién coño sois vosotros? ¿Qué es este lugar? Agf, mi cabeza. - Parecía que su cabeza iba a estallar por el dolor. Fue mirando una a una todas las personas que se encontraban en aquel lugar. Las observaba de arriba a abajo, había desde yonkis, viejos, jóvenes, guapos, feos. Se quedó mirando detenidamente a una de las mujeres. - No puede ser... está aquí, esa maldita puta está aquí.

Hola Katrina - Dijo levantándose de golpe, con una sonrisa en la cara - Por lo que veo ya no estás en la cárcel eh, asesina... - Comenzó a apretar con fuerza sus puños - Ya no hay barrotes ni carceleros que te protejan de mí. - Cada vez sonreía más ampliamente, parecía que iba a tener un orgasmo. - Prepárate para morir como murío mi madre, asfixiada.

Hotarubi alzó ambas manos en posición de ataque.