Partida Rol por web

Los personajes son invitados al despacho de la recién llegada directiva para conocer a sus nuevos jefes.
Podéis ver que el despacho es completamente nuevo, vuestros pasos apenas resuenan en la moqueta y percibís el olor a madera nueva, el tacto de muebles sin apenas uso y una sensación de ambiente renovado, limpio y cuidado.

Llegáis poco a poco y sois invitados a  esperar unos minutos hasta que el Sr Schneizel esté disponible y pueda dar comienzo la reunión. Pasados unos minutos, la secretaría del despacho os indica que la reunión va a comenzar.

Pasáis al despacho del presidente, el cual es todavía más lujoso: todo es brillante, pulido, en tonos dorados y blancos. El despacho es abiertamente ostentoso, como si la persona que se sienta en él tuviera la intención de dejar clara su posición y riqueza.

La persona que os observa desde el otro lado del despacho responde a las expectativas de pomposidad y prepotencia. Tiene un aspecto altivo y orgulloso, que acompaña un porte claramente nobiliario. Os llaman especialmente sus ojos de depredador, unos ojos que parecen querer devorarnos. No sabéis si os ve como presas, o si debe veros como sus nuevos juguetes. Veis que está jugando una partida de ajedrez, aunque parece estar sólo. ¿Juega consigo mismo, o lo hace a distancia con otra persona?

Bien, mis nuevas adquisiciones ya están aquí. ¡Bienvenidos! Es para mí un honor que estéis a mi servicio, tan jóvenes y prometedores jugadores. Debéis saber que soy tanto vuestro presidente como entrenador, por lo que cualquier cosa que tengáis que hablar...lo haréis conmigo.

Antes de nada, mis expectativas sobre vosotros: quiero que me hagáis ganar. Soy una persona que se aburre fácilmente, y no me gusta perder. Por lo que quiero ver victorias. Mientras sea así, yo estaré entretenido, y mientras esté entretenido tendréis mi atención...y soy generoso con aquellos que me son útiles.

Sobre la forma de jugar del equipo...bien, ante todo quiero eficiencia. Me gusta que se respeten mis órdenes, al pie de la letra. Me gusta tenerlo controlado todo, soy muy táctico y defino muy claramente como el equipo debe jugar. Además, exijo un alto sacrificio físico. Dicho lo cual, admito que no se sigan mis órdenes, pero ese caso no tolero el fracaso.

¿Alguna duda?

Hoy llegaba el nuevo míster así que tenía mis dudas de como seria, pero ante todo quería jugar, es lo que siempre me había gustado y dudaba que cambiase eso, era un jugador de futbol desde que nací, aún recuerdo las patadas a aquellos balones medio rotos, o las latas que hacían las veces de balón cuando no teníamos uno en el barrio. Me encamine al lugar de la reunión, al entrar salude al míster y a mis compañeros a estos últimos guiñándoles un ojo. Buenas míster un placer soy Tomy. Le dije al míster para sentarme en mi sitio.

Escuche el discurso del míster, me parecía bien sobre todo lo del físico mi estilo dependía mucho de mi estado físico así que me vendría de perlas. Pero el tema de ser estrictos tácticamente era algo más complejo, adoraba romper a las defensas regateando y encarando al defensa, pero bueno esperaría que decidía el míster para mí, no me adelantaría.

Fuimos conducidos al interior del edificio. Allí, el lujo había sido hecho hábito y la ostentosidad primaba sobre cualquier otra cosa. Parecía que con el nuevo propietario había llegado el dinero, y en consecuencia nosotros. Probablemente en aquél despacho se habían gastado más dinero que mi familia en construir toda la casa. Durante la espera, miré a mis compañeros, sin mediar palabra, contestando a su saludo con una breve afirmación y un movimiento leve de un par de mis dedos, como si me hubiera desplazado al plano del observador y estuviera a una gran distancia de ellos. Unos minutos de espera más tarde fuimos conducidos a un despacho todavía más exaltador del dinero que poseía la nueva directiva. "¿Esperan hacernos correr con fajos de billetes en la mano? Somos futbolistas, no multimillonarios. ¿A qué viene esto?" Mis cavilaciones internas fueron resueltas con celeridad cuando el presidente (que además iba a ser nuestro entrenador) se giró hacia nosotros. Sin embargo, éstas dudas fueron sustituidas por otras que me preocupaban todavía más. "¿Piensa que juguemos para él o piensa cocinarnos?" Un nuevo presidente rubio, con los ojos claros, y probablemente asquerosamente rico. "Sí, un honor para él. Mera formalidad, la gente como él no se siente agradecido por nada. Seguro que es al revés y cree que nos está brindando una oportunidad única", pensé con una sonrisa irónica, dejando terminar un discurso que quién sabe si había escrito él. Era el tipo de personas que hacía las cosas por hacerlas. Iba a divertirse con nosotros hasta que no le sirviéramos y luego tirarnos a la papelera de reciclaje. Me acomodé la camisa y la corbata cuando el nuevo presidente y entrenador terminó y me crucé de brazos, mostrando una actitud distante tal como él había hecho intentándonos impresionar con el despacho. -¿Por qué se gasta tanto dinero en un despacho? ¿Espera que ganemos de la noche a la mañana? ¿Qué es para usted el fracaso?- Sabía positivamente que mi tono de voz, pese a ser bastante distante, no era agresivo en absoluto. Él era mi entrenador y mi presidente, y por lo tanto, el único vínculo que existía entre él y yo era el contrato. Nada más. Tan solo trabajábamos juntos, no teníamos por qué ser amigos y eso quería dejarlo muy claro. Tanto con él como con mis compañeros de equipo, lo que con estos últimos sí iba a necesitar compenetración quisiera o no. Esperé, pues, pacientemente sus respuestas de pie, sin en ningún momento perder la verticalidad.

Perfecta!

Y con éxito!

Sin prisa, hasta el lunes no "paso turno"

Vamos cruzando habitaciones, a cada cual más espectacular por la cantidad de objetos de valor. Debemos esperar un poco a que el presidente del club pueda recibirnos. Mientras me quedo maravillado por la moqueta y la calidad de la madera que conforman los muebles de las nuevas oficinas-no escatiman en gastos...no se si eso es bueno o malo-. Dejo de pensar en ello cuando la secretaria nos dice que el presidente ya está disponible para reunirnos con él.

Si ya me había maravillado con las otras habitaciones, ésta sin duda se llevaba la palma. Todo de una calidad excepcional e increíblemente bello-casi tanto como mi juego-llegué a pensar. La elocuencia no era el punto más admirable de nuestro presidente pero que le vamos a hacer. 

Me extrañó saber que, además de nuestro presidente iba a ser nuestro entrenador. Coincidía en todo con él, excepto en lo del trabajo físico, no era muy bueno para ello-los demás deben correr por mí, al fin y al cabo soy yo el que mueve la pelota, la pelota viene a mí, no yo a ella...-.

Poco después de finalizar la charla escucho la pregunta del chico trajeado, aunque no iba tan bien vestido como yo. Soy un persona a la que le gusta ir a la moda, marcando tendencias. Esa mañana iba con los pantalones pitillos negros remangados y una camisa de algodón bohemia y encima una chaqueta tejana con los puños y el cuello en marrón que lucían bien junto a los botines marrones un poco altos que había escogido. 

Espero a la respuesta de nuestro presinger (presidente-manager). 

Puedes definir los detalles como quieras :)

Vaya, Marco, no esperaba que tuvieras esa curiosidad. - Los ojos de Schneizel se clavan en tí.- La verdad es que me gusta trabajar con comodidad y a gusto...y para eso necesito mi despacho completamente equipado. Sobre el dinero, pues simplemente porque puedo. ¿Cuando me lo gaste en tu sueldo te importará? ¿O en celebraciones por los títulos que confío en que ganemos? Sobre ganar...obviamente no, necesitaréis un periodo de adaptación, que confío en que sea breve. ¿Fracaso? Básicamente, no conseguir lo que quiero...pero nunca contemplo esa posibilidad.

Bueno, ha sido un placer conoceros, a unos más que otros, eso sí. - dice vuestro entrenador, aparentemente pensando ya en otra cosa- Es momento de que os unáis al entrenamiento. Hoy estáis disculpados por esta reunión, pero mañana a las 10am empieza el entrenamiento, hasta las 13:30. Y por la tarde instrucciones tácticas, visionado de videos y preparación de partidos.

Buscad en el campo y preguntad por Sergio, el capitán.

¡Vamos! ¡A correr!

Posteriormente, salís del edificio de administración y os dirigís al estadio, que se encuentra en una instalación adyacente.

Se trata de un estadio modesto, pero con una capacidad aceptable y suficiente para que en un partido podáis sentir el calor de la afición. Sin embargo, queda claro que no es el mejor estadio del país, y que a vuestra franquicia le vendría muy bien poder mejorarlo. Por lo menos, lo que si habéis podido comprobar es que las instalaciones de entrenamiento y los interiores del estadio acaban de ser reformados.

Os acercáis a la zona técnica, que tampoco es ninguna maravilla

Del grupo de miembros del equipo que está corriendo, una figura se separa para situarse junto a vosotros.

Su aspecto físico es bastante impresionante, sus gestos denotan confianza y seguridad tanto al caminar como en la expresión de su rostro, una expresión seria que parece tallada en piedra. Sus ojos os examinan en el camino, parece estar analizándoos, aunque no denota ninguna reacción. Cuando llega hasta vosotros, su voz suena bastante autoritaria, su tono profundo y firme:

Hola a todos. Supongo que vosotros sois los nuevos fichajes, bienvenidos. Ahora mismo estamos empezando el calentamiento y preparación físico, veréis enseguida que el entrenador Schneizel le da bastante importancia.
Antes de que os integréis en el grupo, quiero que comprendáis la circunstancia que se da actualmente: varios miembros del actual grupo de jugadores llevamos varios años tratando de sacar a la franquicia de los últimos puestos, y no hemos sido capaces. Admitimos que el talento joven era necesario para lograrlo, pero dos miembros veteranos han salido del equipo y es probable que alguno más se marche.
Ésto no ha sentado demasiado bien al grupo, así que posiblemente tengáis una recepción "poco cálida", ya que algunos han perdido no a compañeros de equipo, han perdido amigos.
Por lo demás, daros la bienvenida. Sólo os pido que luchéis por este equipo con todo lo que tengáis, es algo por lo que este equipo siempre se ha caracterizado: no nos gustan los blandos.

Después del recibimiento por parte del presinger, las nuevas incorporaciones nos dirigimos al estadio para empezar nuestro primer entrenamiento. No estoy nervioso en absoluto, sé que tengo buenas capacidades.

El capitán, al vernos, se dirige a nuestra posición y nos explica la situación del equipo- vaya, parece que no llegamos en buen momento...-. No me gusta la situación del equipo, es como si se fuera a romper en cualquier momento la frágil estabilidad entre los compañeros de equipo.

Tampoco me gustan las palabras del capitán, ya desde el inicio nos está marcando el territorio, pero lo debo aceptar, me asusta llevarle la contraria el primer día-se entiende que el equipo esté receloso por los nuevos fichajes jóvenes, pero me gustaría saltarme la preparación física, no me gusta el ejercicio extenuante...pero ahora no es el mejor momento así que tendré que callarme...-. Me dirijo al capitán:

- Lo entiendo, pero por mi parte demostraré mi potencial en cada uno de los partidos- le toco el hombro y me dirijo a correr junto a mis compañeros (muy a mi pesar, reitero).

Tras la que acabe la reunión estaba entusiasmado por entrenar, me encantaba hacerlo, es mas no había cosa que más me gustara que jugar o ver futbol, así que me dirigí con ánimos al campo de entrenamiento, allí se presentó nuestro capitán el tipo era un titán, al menos comparado conmigo, se presentó y nos dio su primera charla como capitán. Al parecer para meternos a los nuevos habían echado a algunos veteranos y no hizo gracia a otros veteranos "Bueno me da igual yo solo quiero jugar, ganar y llamar la atención de un equipo más grande." Pensé pero no dije nada solo asentía con una mirada seria a sus palabras.

Gracias capital, pienso dar el 120 por ciento. Conteste "Eso no tengo dudas voy a luchar para conseguir lo que llevo desde niño soñando y además sacar a mi familia de la pobreza" Por ello no tenía problemas en trabajar duro y mejorar.

Ante la respuesta de Schneizel, sonreí un poco. No me sentía cohibido en absoluto, simplemente no me gustaba la actitud que demostraba nuestro entrenador y presidente. Sin embargo, tenía un contrato, y mi intención era cumplirlo, por mi parte. Por otra podían pensar de diferente manera y echarme cuando gustaran. Para eso estaban. Esperé a que los otros jugadores se dirigieran hacia el campo de entrenamiento, y siguiéndoles solté una última perla hacia nuestro entrenador. -Si no quería preguntas, no ofrezca la posibilidad, “mister”. Un placer conocerlo-, saludé con un par de dedos al entrenador antes de seguir a mis compañeros al entrenamiento. Tres horas y media parecían suficientes para el periodo de adaptación, y por las tardes más trabajo. Bueno, me gustaba trabajar duro. No era una cosa que me molestara en absoluto.

Parecía que nuestro campo no era nada del otro mundo. “Por lo menos no nos toca jugar en un patatal. No sería la primera vez”, esbocé una sonrisa irónica mientras lo pensaba. Nos acercamos a la zona técnica y allí conocimos a Sergio. Parecía el capitán ideal. Mandón, con una voz profunda, y con presencia. Pero yo no era del tipo de personas que se callaban, así que cuando acabó su discurso sonreí complacido. Aquello no iba conmigo. Esperaba recibir muchas broncas en el futuro, era una persona con carácter. Pero sabía que una recepción poco cálida no es lo que esperaba ninguno de los compañeros con los que iba al nuevo equipo. Ni yo. No me gustaba. Nos pedía algo que venía implícito en el contrato. Me parecía estúpido, aquello, pero supuso que quería decir que no esperaba que vagueáramos. No lo iba a hacer. Mi irónica sonrisa se ensanchó mientras asentí de forma muy breve.

¡Vale ya, Sergio! - El entrenador aparece de pronto, cortando el tenso ambiente que comenzaba a respirarse.

Todo cambia en esta vida, y el fútbol no está exento de esa ley universal. Y si el equipo quiere progresar, los más débiles se quedarán en el camino. ¡Vamos a correr si no quieres ser uno de ellos! - Cuando Sergio vuelve al circuito de carrera, Schneizel se gira hacia vosotros.

No le déis más importancia a las palabras del capitán. Yo soy quien decide las alineaciones, y os advierto que soy una férrea defensora de la meritocracia. Así que ya sabéis: luchad en el campo y dadme buenas actuaciones, y vuestra titularidad estará asegurada.

Ahora, volved al entrenamiento, tengo que preparar el partido de mañana...

El resto del día realizáis variados ejercicios de entrenamiento. El ambiente se relaja un poco cuando el capitán se dirige a alguno de vosotros en algún ejercicio para realizar alguna corrección o dar ánimos, además de que Cornellia comienza a mezclaros e integraros con los miembros de la Vieja Guardia del equipo.

Algunos ejercicios que realizáis...

Rondo:

Mixto de coordinación física y toque:

Porteros y tiros a puerta:

Podéis aprovechar el resto de la escena para rolear un poco con los personajes, ya sea entre ellos o con la entrenadora/capitán. Voy a preparar la siguiente escena...¡ya empezáis a jugar!

Me acerque a un grupo de compañeros durante un momento de descanso mientras bebíamos agua, más tarde o temprano debería integrarme. Buenas soy Tomy encantado, como se nota que es el primer día, tengo las piernas que me están pidiendo piedad. Comente en tono jocoso, tratando de crear buen ambiente dado que algunos podían tener algo contra nosotros los nuevos, pero me gustaba el buen rollo. Además no tenía problemas y aun tenia energías de sobra.