Review del libro "Castillos de la Guerra Zombie: Europa".
David Allen Forbes es un caballero inglés. Y no solo por que ha sido nombrado como tal por el rey Guillermo IV, si no por ser un hombre de excelente educación y buena presencia. Habla más de siete idiomas, incluido el neerlandés, y además de escritor es un excelente dibujante que ilustra sus propios libros y novelas. Durante tres años ha recorrido Europa Occidental, desde Polonia hasta el Algarve, en compañía de su fiel esposa Margaret, recogiendo testimonios del impresionante periodo de la Guerra Mundial Zeta en Europa (2006-2012).
Caballero de la Órden del Baño por su defensa del castillo de Bodiam durante la Gran Plaga, articula éste excelente best seller en una elegante evocación de paisajes humanos, relatos históricos y personalidades clave para entender la supervivencia del viejo continente a través de los mejores garantes de ésta increíble proeza: sus castillos y fortificaciones.
David Allen ha recibido recientemente (2015) el premio Europa Nostra por éste trabajo.
David dedica un extenso capítulo de su obra a la Guerra Zombie en España, llamado "El Milagro Español". Es el segundo capítulo de la obra, tras una introducción que evoca fuertes sentimientos en el lector. El milagro español fue el nombre con el que la historia conocería la rápida contención de la plaga y reconstrucción del país, llevada a cabo en tan solo dos años. Estados Unidos solo recuperó su territorio ocho años después del Gran Pánico de 2006, tras una cruenta campaña militar conocida como "La larga marcha hacia Nueva York", que duró dos años y seis meses.
Baños de la Encina, 2014
Recorrer los campos de Andalucía sobrecoge. El mar de olivos se extiende hasta el horizonte, y las lomas se suceden, enmarcadas por pueblos blancos y moles pétreas de castillos. Una región llena de historia, marcada por el largo conflicto entre musulmanes y cristianos conocido como "La Reconquista", que definió a ésta tierra, la provincia de Jaén, como espacio de frontera. Es la región del mundo con mayor densidad de castillos y fortificaciones del mundo, y no es de extrañar que, a día de hoy, sea una de las más desarrolladas de éste país, sede permanente junto a Suiza del nuevo Banco Central Europeo.
A diferencia de otros viajes que hemos hecho por el continente, recorrer España es sencillo, con nuestro cómodo coche de alquiler SEAT Bio 2009, impulsado por biodiésel. Convertido desde hace años en uno de los centros productores de manufacturas y alimentos, líder económico de Europa en competencia con la Alemania en recuperación, toda ella es un canto fascinante a la inventiva de unas gentes que fueron consideradas durante demasiados siglos como perezosas y poco imaginativas. Epítetos que ahora, a la vista de sus campos de parques solares, centrales hidroeléctricas, refinerías de biodiesel y cadenas de producción de envasados, se demuestran totalmente falaces.
Detenemos el automóvil en una pequeña loma sobre el Arroyo del Nacimiento, cercano a Linares y a un tiro de piedra de Baños. Helo ahí, ocupando orgulloso el espacio bajo la loma del castillo. Fuertemente protegido por una moderna muralla de ladrillo, ahora reconstruida en cemento, Baños pasó de ser una pequeña pedanía de Sierra Morena a una vibrante urbe poblada por más de diez mil personas. Nuestra vista se derrama sobre sus históricas iglesias, sus nuevas industrias y las murallas, vigiladas orgullosamente por un cuerpo de vigilancia ciudadana conocido como "El Somatén", un organismo que opera a nivel estatal, y que en Baños de la Encina cuenta con más de 600 voluntarios.
Reemprendemos la marcha y nos reunimos a las puertas de la ciudad con Paco Fuentes, capitán del somatén de Baños, que nos recibe con una sonrisa y estrechando nuestra mano. Su cabello rubio y ojos claros denotan que él, como muchos otros lugareños, desciende de otra epopeya de la historia de España, la que llevó a unos miles de colonos alemanes en el siglo XVIII a repoblar aquellas tierras.
Aparcamos nuestro coche en una bonita plaza, y enseguida atraen nuestra atención los niños que juegan a fútbol. España se sumó muy pronto al boom de la natalidad posterior a la reconquista del territorio, auspiciada por el "cheque bebé", unas facilidades dadas a familias numerosas por el gobierno español y que entraron en vigor en el año 2008. La imagen es simpática y viva, con aquellos muchachos y muchachas corriendo tras la pelota, gritando y pasándoselo bien. Una vieja señora, veterana del conflicto, nos mira con curiosidad desde el portal de su tienda de alimentación. Paco la saluda con la mano al pasar.
Subimos hacia el castillo, y las calles transportan el aroma al azahar y el tomillo, que decoran por doquier los balcones y las ventanas. La ciudad está limpia y ordenada, y las viejas piedras de su ermita barroca nos saludan al pasar. Ascendemos hasta llegar a la plaza del consistorio, donde se alza la iglesia parroquial. En su centro, se erige una estatua tallada en mármol de uno de los hijos pródigos del lugar: Faustino Castaño, actual presidente del consejo de ministros del Reino de Iberia, como pasó a conocerse la unión de España y Portugal en el año 2007.
Fuentes nos explica como las ideas de Castaño, nombrado "Alcaide perpetúo del castillo de Burgalimar", salvaron el pueblo en agosto de 2006, etapa traumática en la que la población de ésta urbe (que cuenta ahora con dos líneas de funicular y seis estaciones, incluyendo una de transbordo como el nuevo sistema ZEPESP, los zeppelines de transporte de pasajeros y mercancías del estado español) debió refugiarse en el castillo y reorganizar su vida.
Una joven llamada María, que era una niña cuando todo aquello sucedió, nos abre las puertas del castillo y ejerce de guía. El impresionante conjunto de murallas almorávides del siglo X enmarca las maravillas de su interior. Una ciudad en miniatura, levantada en torno a bloques de pisos de tres plantas y espacios comunales que incluían, señalan con orgullo, unas duchas con agua caliente proporcionada por placas solares y el hospital más pequeño de Europa, donde se llevó a cabo un trasplante de hígado en el invierno de ese mismo año.
El impresionante conjunto, ahora convertido en un museo de obligada visita para los niños de Andalucía, es un monumento a las 500 personas que se refugiaron en él aquel año, cuyos nombres decoran placas en el interior de las casas que habitaron. Muchos de ellos eran ancianos que murieron aquel mismo invierno.
Nos enseñan luego los llamados "toriles", un invento español que se aplicó con gran éxito en Francia, Italia y Polonia. Se trata de dos muros paralelos con un sistema de dos portones que se alzaban con la ayuda de un motor (la cercanía de la planta de producción de electricidad del Rumblar hizo que Baños nunca careciera de suministro eléctrico). Los muros se alzan a tres metros del suelo, una distancia óptima para que los equipos de trabajo, usando armas de cuerpo a cuerpo como la que nos muestran (una podadora de altura de la marca stihl, semejante a una motosierra en el extremo de una vara de dos metros y que funcionaba con un acumulador eléctrico), podían eliminar a grandes cantidades de zetas en duras jornadas de trabajo. Nuestra guía nos indica que durante la llamada Batalla de Baños, se eliminó en el castillo, usando sobre todo armas como aquella, a una horda de 30.000 zetas, llamados aquí "los apollardados" (algo así como "los estúpidos"), liberando de su presencia a gran parte de la región.
Me intereso por ese relato, y nos hablan de las operaciones de limpieza de ciudades durante el periodo que aquí conocen como "La Segunda Reconquista", junto a una placa conmemorativa de uno de los grupos de exterminadores más famosos del lugar, llamados "Los Polludos o Equipo Alfa". A diferencia de las operaciones militares en Inglaterra o Francia, España liberó sus ciudades con paciencia y buen tino. Equipos de exterminadores civiles equipados con visores térmicos, perros de rastreo y visores de rayos x peinaban casa por casa, conociendo de antemano si había zetas atrapados dentro de ellas. Son sucesos de los que aquí están particularmente orgullosos.
María me explica un dato poco conocido. Durante el siglo XIX, una epidemia de cólera se desató en Baños, y el castillo fue usado como cementerio. Las casas estaban construidas sobre dicho cementerio, y no puedo evitar pensar que el sacrificio de sus antepasados, el devenir de su historia, les había confortado y dado fortaleza en aquella hora oscura.
Paco insiste en invitarnos a un pequeño restaurante local, donde nos homenajean con platos típicos de la región como la paella de carne o el gazpacho andaluz. Departimos animadamente disfrutando de una botella de vino de Rioja que embota nuestros sentidos. La España de los viajeros románticos del siglo XIX parecía estar más viva que nunca, orgullosa de sus raíces y ahora, tras tantos siglos de mal gobierno y decadencia, orgullosa de si misma y de su historia.
Ronda, Málaga
Llegamos a ronda en uno de los zeppelines de la línea regular 115 Baños-Alcalá-Ronda, que cumple ya cinco años de historia. A través de los ventanales nos maravillamos al ver la ciudad, rodeada por la muralla moderna, enclavada en una meseta que se alza sobre un barranco espectacular, donde todavía se alza el famoso puente por el que la ciudad es conocida.
Nueva capital de Andalucía, Ronda es también sede del Sector Militar Sur, y base histórica de una unidad de la Legión Española, el "Tercio Alejandro Farnesio", unidad que cuenta ahora con más de 5 banderas de infantería, 2.500 hombres armados y orgullosos de las tradiciones de éste particular y castizo cuerpo del ejército español, inspirado tanto en la Legión Extranjera Francesa como en el Bushido del samurai japonés.
Siguiendo la pista de bañuscos ilustres, tras visitar la famosa Plaza de Toros y asistir a un espectáculo de danza flamenca, Kimberly María Sánchez nos abre las puertas de su espectacular casona señorial, con un bonito patio interior al estilo cordobés. Kimberly es uno de los mejores exponentes del boom de natalidad en España, madre de dos niños y tres niñas a sus 28 años. Los niños revolotean por la casa, algo insolentes, y ella debe amenazarles alzando la mano para que se vayan a jugar al patio y no molesten a los visitantes.
Kimberly es una mujer envejecida por los embarazos (aparenta 30 y tantos), aunque como buena andaluza, va bien arreglada y maquillada. Nos acompaña hasta la sala de estar, donde su abuela está sentada mirando la televisión. España cuenta ya con tres canales, incluyendo los estatales TVE y Televisione Ibérica (en bilingüe). La señora Fulgencia es, como su hija, una superviviente del castillo de Baños. Ambas comparten el hígado de su nieta, donado en la famosa intervención del invierno de 2006. La abuela goza de excelente salud a sus ochenta y seis años, y se empeña en cocinar para nosotros.
Hablamos con su nieta sobre las experiencias que tuvo por aquellas fechas, y examinamos una foto que cuelga en el salón. Una bonita foto de boda, celebrada en enero de 2007, un años antes de que decidieran mudarse a Ronda. Una placa recuerda, a modo de memento mori, a la difunta suegra de Kimberly, muerta por complicaciones de su estado de salud en 2010.
Cuando se está sirviendo la comida, llega el teniente y "caballero legionario" Francisco Javier Aceituno, uno de esos militares que escalaron desde la suboficialidad hasta el mando a causa de la guerra. Es un hombre corpulento, a pesar de que tiene ya 43 años. Con su esposa forman la viva imagen de una España tradicional y castiza, con una mujer femenina, morena y bien arreglada, y un hombre masculino y bien formado. Francisco estrecha mi mano con cierta fuerza y sonríe, mostrando un empaste de oro (perdió el diente antes de la guerra en una pelea con un marine americano durante unas maniobras conjuntas). Antes de comer, besa a su mujer como un héroe de leyenda, cogiéndola por la cintura. Parecen una pareja feliz, y se intuye que tienen una vida sexual muy activa.
Nos sentamos a disfrutar de una magnifica pringá, carne de puchero, acompañada por queso y embutidos por los que la región es conocida. Acompaña la comida unas lonchas de pan regado con tomate y aceite de oliva ("oro líquido", dice Francisco con entusiasmo), mientras hablamos de los oscuros días del Gran Pánico y la reconstrucción que le siguió. Se nos hace de noche, y debemos despedirnos, aunque la pareja insiste en que nos quedemos a dormir en su casa. Nuestra prudencia inglesa nos hace rechazar el amable ofrecimiento, ya que no queremos molestar.
Si asistimos a una escena cariñosa. La madre arropa a sus hijos y les da las buenas noches, acercándose luego a la bisabuela, que se ha quedado dormida en una hamaca frente a la chimenea. Su nieta saca una manta del armario, y la arropa con cariño. Fulgencia se desvela un momento, y la mira con una breve sonrisa, mientras Kimberly besa amorosamente su frente. Ambas comparten una mirada de cómplice durante un momento, hasta que la abuela se queda dormida. En España, a diferencia de otros países, los ancianos fueron muy bien considerados durante el apocalipsis, ya que aportaron conocimientos y procedimientos útiles para una sociedad que retrocedía en lo tecnológico y social.
"Mi yayas es lo mejor de éste mundo", dice nuestra anfitriona con un apunte de lágrima bailándole en el ojo. "No sabría que hacer sin ella". Le doy la mano con una sonrisa, compartiendo sus sentimientos. Mi difunta abuela siempre fue para mi inspiración y guía, y así se lo hago saber. Ella nos despide con la mejor de sus sonrisas. "Vuelva cuando quieran", dice. Más que un formalismo, se siente como una certeza.
Savonlinna, Finlandia
El castillo de Olofsborg es ahora la base de operaciones avanzada del 10º grupo de la Fuerza Zeta de las Naciones Unidas, encargada de erradicar la plaga en los países escandinavos y regiones del norte de Europa, muy castigadas por el conflicto. Es una impresionante fortificación a la que llegamos utilizando un globo aerostático de transporte, enclavada en una isla que conecta con la ciudad de Savonlinna mediante un puente fortificado.
El castillo, que tiene el privilegio de ser la fortaleza medieval de piedra más septentrional del mundo, bulle de actividad. Dentro de sus muros, los soldados que lucen parches de países tan dispares como Holanda, Francia, España o República Checa, vigilan las murallas y atienden a las conversaciones por radio. Cada verano, las operaciones de limpieza se reanudan cuando la nieve y el hielo se funden, posibilitando la paulatina recuperación de los países del norte. Uno de los más castigados, casi hasta el punto de la extinción, fue Finlandia.
Provistos con nuestro pase especial para prensa, somos recibidos por un apuesto teniente español, de apellido Vílchez. Nos indica que le acompañemos hasta el despacho del oficial al mando, la general de división Mari Cruz Castaño, al mando del décimo grupo. Nos hace esperar un momento en la puerta, y luego nos indica que podemos pasar.
El despacho es pequeño y tiene poca decoración, como cualquier lugar provisional y estandarizado de ese tipo. Si posee algunos detalles curiosos y reveladores, como una fotografía de grupo del somatén y la guardia civil del castillo de Baños de la Encina en el verano de 2007, y un portarretratos con una fotografía de la general con sus dos hijos, Isidoro y Angustias, junto a su marido (que nos damos cuenta que es el propio Vílchez).
La general de 35 años, una de las más jovenes de Europa, nos recibe con una sonrisa y dándonos la mano. En su uniforme de servicio cuelga una cantidad y diversidad impresionante de medallas y honores. Posee dos Cruces Laureadas de San Fernando (la mayor condecoración militar española), y numerosas medallas extranjeras, sobre todo italianas y francesas (incluyendo la famosa Legión de Honor). Su aspecto es pulcro y sus ademanes reflejan una personalidad metódica y capaz, que toma decisiones con la rapidez necesaria. Su sonrisa, además, nos habla de una persona sensible, algo poco acostumbrado en el panorama militar moderno. Nos invita a tomar algo, y saca de su cajón una botella de licor 43, una bebida española bien conocida en éstos tiempos.
Repasamos el historial de Castaño, sobrina del presidente español Faustino Castaño, del que también hablamos (con cierto orgullo por su parte). Ascendiendo en una carrera meteórica desde el rango de cabo hasta el de teniente en menos de tres meses, participó en las operaciones de limpieza de Jaén, Granada, Córdoba y, posteriormente con el rango de teniente coronel, en Barcelona. Nos habla de como emplearon en esa ciudad muchos medios, y fue preciso despejar casa por casa durante seis meses, limpiando los fondos de puerto (Barcelona tiene dos, el viejo y el nuevo) con la ayuda de equipos de submarinistas. Éstas acciones le valieron su segunda laureada y el ascenso al rango de coronel. Llegó al generalato en las operaciones de apoyo en favor de Portugal y Francia, y durante la gran batalla del Castillo de Nápoles, recibió del mando conjunto la confirmación del rango de general de división, que ahora ostenta.
A pesar de los relatos de hazañas militares, y los fríos datos, pronto sale el tema de Baños, y un apunte de nostalgia se dibuja en su mirada. Conocemos a una auténtica Mari Cruz, una mujer sensible (pero firme) que confiesa echar de menos su soleada tierra y a la gente que en ella habita.
-¿Sabe? -nos confiesa- No hay un día en que no piense en "mis catetos". Me pasé dos años pensando que había perdido mi casa, mi piso en Úbeda, pero solo cuando las obligaciones comenzaron a apartarme de la sombra del Castillo de Burgalimar, me di cuenta de que ese era ahora, y no otro, mi único y verdadero hogar.
El Zeppelin Teide 4 es una maravilla propulsada por energía solar. Nos recoge en la isla de Tenerife, a la que hemos llegado por barco, y nos pasea sobre la tierra y el mar hasta las afueras de Telde, en Gran Canaria. La vista es espectacular y nos permite disfrutar, aún más si cabe, del territorio más poblado y desarrollado del continente africano. Las Islas Canarias, centro internacional de intercambio de mercancías por mar, rivaliza en opulencia con la nueva Cuba democrática.
Aterrizamos en Villa Patiño, un lugar paradasiaco y con unas fortificaciones excelentes, que ocupa casi veinte hectáreas. En el helipuerto personal del magnate nos recibe su esposa, la impresionante Yaiza, una belleza curvilínea de rasgos mestizos que arranca unas miradas de envidia a mi esposa. Nos acompaña hasta el coche solar, que utilizan para sus desplazamientos dentro de sus propiedades, y llegamos hasta la parte trasera de la impresionante y enorme villa, en la piscina que dispone de un chiringuito para servir bebidas y cócteles.
Ezequiel Patiño Solaz es uno de los nuevos "Magnátes Z", un hombre que ha hecho su fortuna a raíz de los sucesos de la Guerra Mundial Z. Antes de acceder a entrevistarnos con él, indigamos más sobre el pasado de éste personaje. Cuesta reconocer en el elegante y algo excéntrico hombre que nos saluda, apuesto con su barba bien recortada y el sombrero montecristi, al haragán consumidor habitual de estupefacientes que mucha gente recuerda.
Ezequiel, un hombre apuesto y de cuerpo bien formado por las indicaciones de su entrenador personal, es el propietario de Pollos Patiño, la mayor empresa cárnica del mundo y suministradora de alimentos para todos los grandes gobiernos. Las granjas de pollos y factorías conserveras de Gran Canaria dan trabajo a una gran población, y parte del excedente de producción de huevos y carne es donado a países en desarrollo como China o el este de Estados Unidos dentro del programa "Pollo Solidario". Todo este imperio comercial empezó, nos confiesa, a partir de una caja con gallinas que criaba en el Castillo de Burgalimar, para dar a los supervivientes huevos con los que alimentarse.
Recorremos parte de la villa, pasando por la sala de musculación, la de recreo (con un campo de fútbol sala privado) o el impresionante salón de diseño con el cristal de metacrilato que nos da una excelente panorámica del acantilado sobre el que se alza ese extremo de la mansión. Llegamos finalmente a su despacho, desde el que dirige cómodamente su imperio comercial, que consta ya de una flota de 25 buques de transporte de mercancías y fábricas en España, Portugal e Italia. En éste espacio conocemos mejor al personaje, pues está lleno de fotos y recuerdos de su antigua vida en Baños de la Encina, pueblo donde nació. Una fotografía enmarcada en un pequeño altar nos muestra a sus padres, muertos durante el Gran Pánico en Agosto de 2006. La bella Yaiza se ausenta para recibir a su hija Mari Cruz (en honor de la general), de ocho años, que ha terminado sus clases botánica con el profesor particular.
En ese momento, Ezequiel se acerca a la foto de sus padres, y con un tono que conmueve, se pregunta en voz alta si estarían orgullosos de él. Mi respuesta es clara y tajante. Si. Él se gira y me sonríe, y luego se acerca a sacar algo de lo que creía un mueble, y resulta que era una pequeña nevera. Una litrona de cerveza de la marca Steinburg, una marca blanca de la cadena de supermercados española Mercadona.
-A veces -me confiesa- Me gusta tomarme una de éstas. Por los viejos tiempos.
Y luego, ni corto ni perezoso, me ofrece un porro de marihuana.
La Torre Carmona, antes conocida como Torre Agbar, es uno de los lugares más impresionantes de Barcelona. Productora de electricidad para la ciudad reconquistada al enemigo tras un gran esfuerzo, sus paneles solares son capaces de cegar a una persona que los mira durante mucho tiempo sin la protección de unas gafas de sol. Toda esa energía es regalada de forma altruista por la compañía Carmona Solutions, anteriormente conocida como "Carmona gestión integral del zombie".
Llegamos a la ciudad por mar, y nos sorprende la gran cantidad de muestras de afecto a la bandera y símbolos patrios españoles, habida cuenta el trasfondo social de la sociedad catalana y sus ansias de independencia. La liberación de Barcelona, donde intervinieron las unidades de la Legión con eficacia y elegancia, sirvió para disipar muchas dudas y enterrar viejas reivindicaciones. Barcelona es ahora, como lo fue en varios periodos de su historia, una de las ciudades "más españolas" del país. A pesar de ello, el uso del idioma propio, el catalán, es frecuente y goza de protección por parte del estado.
Una limusina mercedes nos recoge a pie de embarcadero. En el trayecto de ida hacia la torre, nos acompaña Deibi Carmona, el hijo del presidente de la compañía. Aunque es más conocido por su talento artístico, Deibi es vicepresidente de la multinacional. Hablamos de arte, uno de mis temas favoritos y pasión que compartimos. Deibi es un hombre, a pesar de sus 18 años, cabal, inteligente y muy vivido. Sus ojos son francos y sinceros, y demuestra tener una gran sensibilidad por las cosas que le rodean. Su estilo pictórico, que ha sido calificado como "realismo evocador" es muy solicitado. Tiene encargos de, entre otros, el gobierno de Estados Unidos y el de Sudáfrica. El arte es algo que últimamente se está revalorizando, ya que la sociedad post-Z, centrada en el utilitarismo material, busca ahora en el arte una forma de reafirmarse en lo acertado (o no) de sus difíciles decisiones durante la guerra.
Atardece en la ciudad condal cuando el mercedes aparca en la puerta de la torre. Un equipo de seguridad vigila en todo momento la base de la torre, cercada por muro de tres metros de alto. Medidas elementales de precaución en la sociedad moderna, que nos recuerdan que la plaga está lejos de ser erradicada en el fondo marino. Deibi se abrocha el botón de su americana (me cuesta pronunciar su nombre y no anglificarlo) y nos acompaña hacia el interior de la torre. Nos quedamos fascinados por su estructura de diseño posmoderno.
Ascendemos en el futurista ascensor hacia una de las últimas plantas, donde se encuentra el despacho del presidente de ésta poderosa multinacional y quizá el más conocido de los "bañuscos históricos": Jose Luis Carmona. Cuando salimos del ascensor, mi vista se detiene en un extraño cuadro que le representa subido en una tapia de piedra o muralla. El tiempo apremia y debió reemprender la marcha, entrando en el despacho.
Natasha Balân, una belleza de Europa del Este y esposa del presidente de la compañía desde 2009, nos recibe con una sonrisa y un beso para su hijastro, al que quiere como si hubiera parido. Es la secretaria y relaciones públicas de Carmona Solutions, y ocupa un pequeño despacho en la antesala del de su marido, separado por una cristalera de diseño que, nos insisten, ya estaba allí y no habían construido ellos.
Jose Luis Carmona es un hombre grande. Y no solo por su corpulencia física, evidente aún a sus 44 años. Todo él irradia un aura de confianza, seguridad en si mismo y poder. Vestido con un traje de color acero con camisa blanca y corbata de nudo futurista. Nos estrecha la mano con un apunte de sonrisa, complacido de que ésta vez sea un inglés al que vaya a recibir. Pasa diez minutos haciéndome bromas sobre lo mal que está mi país ahora, y lo bien que está el suyo, como si el hecho constituyera una suerte de revancha histórica por la animosidad tradicional entre nuestras dos naciones. Capeo el temporal con la tradicional flema británica, y pasamos a temas más interesantes.
Me habla de como se le ocurrió la idea de Carmona Solutions. A raíz de la experiencia en Baños para la gestión de comunidades de supervivientes, eliminación de zombies con medios no-militares y disposición ecológica de sus restos, pensó que sería buena idea ofertar el servicio a gobiernos y particulares. Comenzó como una pequeña empresa, pero creció como una bola de nieve, nutriéndose de un plantel de empleados que, en su mayor parte, eran veteranos de los equipos de exterminio y limpieza con toriles a lo largo y ancho de España, Francia, Italia y Polonia. Fue así como la empresa creció hasta convertirse en un imperio que posee ahora contratos con Canadá, Argentina, Namibia, Vietnam y otros muchos países que luchan para librarse de la plaga y reconstruir su economía. Y como piensa también en el futuro, Carmona Solutions está diversificando su producción hacia medios manufacturados de primera necesidad para la reconstrucción de esas economías, desde tecnología de placas solares a su propia empresa de zeppelines de transporte. Recientemente, Carmona Solutions compró en una opa millonaria a la empresa alemana Zeppelin, suministrando ahora dirigibles a las fuerzas de la coalición de Naciones Unidas y gobiernos particulares a lo largo y ancho del mundo.
Su hablar es franco y sorprende que su acento siga siendo muy andaluz, poco o nada refinado. Insiste en regalarnos una botella de vino de producción nacional, que aceptamos con una sonrisa. La breve entrevista termina cuando su esposa, Natasha, indica que el embajador de Estados Unidos espera a ser recibido por el empresario. Nos emplaza a regresar cuando queramos, y le arrancamos unas pocas palabras sobre Baños. "¿Baños? Lo mejor que me ha pasado en la vida. Si ve a la rubia de Mari Cruz, tóquele el culo de mi parte". Sonrió por la broma, pero no parece una broma. Jose Luis Carmona es un playboy con fama de depredador sexual. Ha habido momentos en la entrevista en los que he temido por mi mujer.
Cuando nos retiramos de nuevo camino al ascensor, Deibi promete responder a todas mis preguntas. Hablamos entonces, a pie de cuadro, de su magna obra, "La nueva madre", un canto a las mujeres que cuidaron de niños huérfanos durante la Guerra Zombie. Niños como él. Le digo que me acabo de dar cuenta que la mujer del cuadro, la que él pintó, es su madrastra, Natasha. "Madre", me corrige él. "Nosotros los niños Z, consideramos que el amor de la mujer que nos crió la convierte en nuestra auténtica madre". Luego le pregunto sobre ese cuadro, un inédito que jamás había visto, con una técnica pictórica impresionante. Uno de sus mejores cuadros, sin duda. Representa a su padre, Jose Luis Carmona, diez años antes, subido en una muralla (creo reconocer que es en Baños), vestido como un exterminador del equipo de toriles. Su figura nos resulta heroica, gigante, recortada tras un sol mortecino y rojizo que es una abstracción de la sangre derramada aquel día, sangre que mancha su ropa.
Me atrevo a preguntar por qué ha pintado a su padre como una figura tan heroica, y él se gira y me sonríe. Su frase me hace reflexionar.
-Mi padre es mi héroe, señor Forbes. Es un homenaje a él, y a todos aquellos padres que hicieron lo imposible por que sobreviviéramos en aquel mundo hostil, sin perder la ilusión en el futuro.
Se metió las manos en los bolsillos y alzó la mirada, pues el cuadro estaba colgado en alto, pintado con aquella técnica barroca que deformaba su proporción para que fuera admirado justamente desde aquella posición, transmitiendo el efecto de grandeza deseado.
-Él siempre repite una frase, una frase que recuerdo todos los días y que me anima a seguir adelante, a superarme.
Alzó la mano, imitando a su padre. Eso me hace sonreír.
-El mundo es un videojuego. Y todo videojuego necesita un héroe.
FIN