Partida Rol por web

Balael sintió el cariño de la gente de Sefresna. Entre vítores y clamores la gente se mostraba tan cariñosa, que por momentos olvidaba donde estaba, y parecía volver con su familia, padre y madre..

Los pensamientos de buscar descubrir que le deparaba el destino daban una danza peligrosa entre la alegría y la curiosidad, pegandose saltos con las memorias de aquellos días que estaba con su familia.

Su mente saltaba las partes mas fáciles de la batalla, avanzando hasta cuando casi perdía a Roogbor, probablemente el único que la entendía. El viejo Wookie conocía su pasado, su presente, y ella no dudaba que estaría ahí para ver el futuro.

Miró al caballero Imperial de reojo, por momentos parecía sentir lo que ellos llamaban la fuerza, y se sentía un poco confundida. Era realmente eso, o era la suerte?

Su mente vagaba en aquellos momentos de la pelea donde ella misma se había agachado/movido justo en el segundo preciso, tal cual lo había hecho el engendro Sith con el que habían peleado...

Era la fuerza? Era una veta de maldad en ella? La suerte ?

Increíblemente la destrucción de la base del Sith, y la creación de ese inmenso cráter, había planteado incertidumbre en su cabeza y ahora estaba extrañamente angustiada.

Estas preguntas ya la habían asediado durante la pelea, e incluso por momentos durante la misma batalla, pudo sentir el universo que la rodeaba ...

Estaba confundida.

Cuando la nave estuvo operativa, y a sabiendas que uno de los padawans estaba en su camarote, cuando no estaba por ahi visible, iba a la nave a revisar los sistemas de vuelo y computadoras, solo para sacarse estas cosas de la cabeza..

- "Os doy las gracias por vuestras elogiosas palabras, Maestro Vayami, aunque me temo que mi destino ya está trazado." -

Le sonrío sinceramente y estrecho la mano, el saludo a un valeroso aliado y posible futuro amigo.

Al fin la nave estaba lista, el senador nos espera de vuelta en Coruscan sabedor ya del éxito de nuestra misión. No han pasado más que unos días desde nuestra llegada, pero no puedo dejar de sentir afecto por los habitantes de la colonia.

Las despedidas se suceden especialmente con Langren y Chidoo con quienes más hemos compartido estos días, tras la despedida tan solo nos queda subir a la nave y poner rumbo a casa...

Rogboor había pasado las horas muertas echando una mano en las reparaciones de la colonia y de la nave, charlando con los técnicos de Sefresna como si todo lo ocurrido en los últimos días no fuera más que un recuerdo lejano. Ya llamaba a varios de los colonos por su nombre, sintiendo una familiaridad que no había disfrutado desde sus años con Balorus, el padre de Balael. Casi podía decir que se sentía como en casa, formando parte de una comunidad que le respetaba y le mostraba su aprecio. Sin embargo, el viejo wookie sabía que su famila, su verdadera familia, había muerto bajo el yugo del antiguo Imperio de Palpatine, exprimidos hasta la extinción en tareas de extracción de mineral para la industria imperial. Sus cuerpos descansaban en fosas comunes y anónimas, todavía cargando los grilletes que les acompañaran durante años, rodeando ya las muñecas de esqueletos polvorientos.

Quizás su trabajo en Sefresna había terminado.

Quizás había logrado la libertad de unos hombres inocentes e indefensos, atacados por fuerzas superiores e inclementes que buscaban su destrucción.

Quizás había llegado la hora de que Rogboor se asentara y pasará su últimos años de vida sin tener que enfrentarse a peligros y amenazas.

O quizás no...

Despues de la celebracion, paso solo y abstraido los dias restantes, salvo en los momentos en los que se realizan despedidas. El recuerdo de mi Eve no me deja descansar bien y por mucho que hallamos conseguido terminar con exito la mision, para mi no deja de ser un fracaso, aunque la muerte del sith me tranquiliza un poco. Al menos, no podra hacer daño a nadie mas.

La Colonia resuena en las despedidas cuando el grupo se sube en el transporte y comienza a ascender en dirección a Coruscant. Langren agradeció por última vez al grupo y recalcó que siempre hablaría bien de la Agencia que salvó a todas estas personas. Chidoo se despidió también de todos, diciendo que se sintió muy bien siendo parte de algo así y que gracias a ellos sabe que defender a los inocentes es su lugar en la galaxia. Definitivamente le habían cambiado la vida.

La misión ha terminado de manera exitosa, salvando a Sefresna, evitando que el proceso de Vongformación fuese difamado y manejando el asunto de la forma más discreta posible. Si a eso sumamos que dos Sith de una Nueva Orden han sido eliminados, se puede definir como una victoria aplastante. Es ese un gran sabor que llevarse en la boca.

El planeta se aleja detrás de los propulsores de la nave mientras el espacio abierto rodea completamente la nave. Balael maniobra con gran precisión mientras Roogbor le asiste desde el puesto de copiloto. Toda la tripulación está recuperada de sus heridas y Un par de secuencias de astronavegación después y la nave se lanza al hiperespacio con la misma potencia con la que vino.

Trece días habían pasado desde que despegaron de Coruscant y por fin volvían a estar conectados a la civilización. Lamentablemente, las noticias de la Holored hablaron de cosas que no fueron agradables para nadie. Se habló de que habían reportes en múltiples planetas sometidos a la Vongformación de formaciones extrañas en plantas y animales parecidas a las semillas de coral de los Yuuzhan Vong. La expansión de la noticia fue sumamente mediática y se habló de una infección, alguna clase de virus Vong que está afectando a los colonos de múltiples mundos del Proyecto Ossus.

El grupo se mantiene atento a las noticias mientras los días pasan en el viaje. Todos los días, varias veces durante la jornada, aparecen nuevas noticias acerca de lo sucedido. Hay muchas víctimas de una infección que los expertos describen como deliberada. Las apariciones óseas en los afectados tienen las mismas características que los dispositivos biotecnológicos utilizados para controlar a los esclavos de los Yuuzhan Vong pero que les mata después de un tiempo más breve del esperado. Los días transcurren sin que se encuentre una cura para dicha aflicción mientras los ánimos políticos siguen agitándose.

En noticias menores, un extraño accidente se registró en la órbita alta de Bastión, Capital Imperial, donde una nave pequeña se estrelló con un transporte clase Sigma que se acercaba para aterrizar. Según declaraciones del Imperio, la nave Sigma se identificó como el transporte de un par de Caballeros Imperiales identificados como Maestro Deerman Oneero y Maestro Saren Vayami, quienes estaban en una misión. Se desconoce completamente la tripulación de la otra nave pues no estaba en ningún registro pero no se registró ninguna cápsula de escape así que no hubo sobrevivientes.

Un par de días después el Imperio Fel declara que es culpa de los Moldeadores Vong que trabajan bajo la supervisión de la Orden Jedi y respaldada por la Alianza Galáctica. Las tensiones han sido llevadas como quejas formales al Senado Galáctico y en los pasillos ya se menciona la palabra "Conflicto". Fuentes oficiales tanto de la Alianza como del Imperio no dan declaraciones.

Diez días después de comenzar el viaje de regreso, la nave emerge del hiperespacio en la órbita de Coruscant, la capital de la Alianza Galáctica.

La nave ingresa en el planeta para luego aterrizar en los hangares del Senado Galáctico, tal como indica la dirección de vuelo de Coruscant, indicando la plataforma precisa luego de una verificación de identidad más exhaustiva de lo rutinario. El ambiente tenso se siente en el planeta incluso antes de tocar suelo.

Una comitiva sale a recibirles apenas aterrizan. La figura del mismísimo Senador Fey'lya destaca en medio de los agentes diplomáticos y de seguridad, aparte de unos droides. Cuando bajan, se acerca y les habla:

 - "He recibido los informes y debo felicitarles por su trabajo. Mis asesores han estudiado el caso conmigo y, a pesar de que la misión fue un éxito, de nada sirve ahora. No hemos conseguido pruebas suficientes como para exponer a los agresores y en este momento el Senado tiene cosas más urgentes en lo que pensar."

Mira a Haka y le habla:

 - "Considera a tu agencia como parte oficial de los organismos gubernamentales. Tendrán el apoyo que necesiten para seguir creciendo y los permisos para operar. Excelente trabajo. Puedes quedarte con la nave también."

Luego mira a todos y finaliza:

 - "A pesar de todo, den su trabajo por terminado y exitoso. Felicitaciones y pueden contar conmigo y mi gabinete para lo que necesiten. Ahora debo dejarles pues tengo una reunión urgente. Hay una sesión de emergencia del Senado y debo estar presente. Pueden retirarse."

El Bothan se retira junto con su comitiva, dejando al grupo solos para hacer lo que deseen ahora que están en un lugar seguro. Los speeders vuelan fuera del edificio mientras el cielo comienza a oscurecerse y algo extraño se siente en el aire. Es una sensación pesada, como un aumento de presión atmosférica o un peso encima de las espaldas. No se entiende bien ni se percibe con claridad pues no se entiende. A pesar de no ser para nada un buen augurio nadie le da más vueltas al asunto pues todos tienen cosas urgentes que tratar. Todos incluso el Senado.

Esa misma noche, el Imperio Fel declaró a la Alianza culpable de no defender a los planetas de la galaxia y permitir el daño de agresores externos en contra de todo lo que había jurado. El Consejo de Moffs Imperiales invocó el Tratado de Anaxes y esa misma noche se declaró la guerra.

Epílogos

Balael Ultramar y Roogbor: Ambos volvieron al planeta de Balael, Wroona, donde la familia de ambos viven. Había pasado mucho tiempo desde que ambos abandonaron ese sistema por orden del padre de la joven sin aclarar realmente los motivos. Con el dinero que Haka pagó a ambos por su trabajo, pudieron volver con los bolsillos lo suficientemente cargados como para resolver lo que fuese que atormentaba a la familia. Al volver se enteraron de que todos sus familiares habían sido asesinados. Los rumores hablaban de que uno de los últimos trabajos del padre de Balael, un honrado comerciante, había sido interceptada por agentes de la Ley que constataron que entre la mercancía se encontraban especies ilegales intentando ser metidas por contrabando. Balorus Ultramar escondió a su familia e hizo las declaraciones apropiadas ante los agentes y entregó toda la mercancía del mismo proveedor guardada en sus bodegas, donde había toneladas de varas letales y otras sustancias ilícitas. Un grupo de cazarrecompensas le asesinó una semana después, encontraron a su mujer e hijos, a los que asesinaron y quemaron todos los bienes de la familia. Los agentes locales investigaron unas horas antes de decir que no habían pruebas concluyentes y archivar el caso.

D'Angbar Cobaine: El joven y humilde Padawan volvió al Templo Jedi donde informó de todo lo acontecido y averiguado durante la misión. El Consejo Jedi escuchó sus palabras y le felicitó por sus avances así como por su desempeño. La Orden Jedi supo de la existencia de la Nueva Orden Sith pero nada pudieron hacer debido a la falta de pruebas. Aún así, el Consejo tomó sus precauciones y años después, las acciones de un joven padawan habrían de significar la salvación de la Orden Jedi en la galaxia al fundarse un complejo secreto donde resguardarse en caso de que los Sith volviesen a atacar.

Gaheris Ordo: El padawan nunca fue capaz de superar lo vivido en Orinda. Conoció el miedo y el dolor, sintió la frustración y la derrota. Cuando llegó al Templo Jedi, estuvo presente junto a D'Angbar cuando este informaba pero no pronunció palabra alguna mientras los Maestros tampoco le miraron ni hablaron. Pasaron días en los que estuvo recluido y hosco hasta el extremo de no cruzar palabra alguna con nadie. Había entendido que no estaba dispuesto a morir ni luchar por nada y que su corazón no era el de un Caballero Jedi. Le tomó tiempo volver a estar en paz con la memoria de sus padres y con todos los que pusieron su Fe en él y les falló. Cinco días después, luego de una sesión privada con el Consejo Jedi y su Maestro, Gaheris abandonó la Orden Jedi y nunca se volvió a saber de él.

Haka Bel-Iblis: Siguió al mando de su Agencia, la que cada vez tuvo más consideraciones hasta llegar a formar parte de las agencias del estado, con asignaciones oficiales y una mayor dotación de miembros. Su nombre y su obra fue respetado y reconocido, por lo que tendría un papel importante en la guerra contra el Imperio Fel. Doren nunca se separó de su lado.

Nina Ban´jaraka: La Balosar formó parte de la Agencia de Operaciones Secretas un buen tiempo. Siempre fue una confiable agente, experta en infiltración e inteligencia, además de ser una gran combatiente. Haber luchado tanto en Orinda e incluso ser quien acabó con el Sith le transformó en una gran tiradora. A veces abusó de su suerte pero muchas veces salió ilesa. Un día, la AOS aceptó la misión más peligrosa hasta entonces y se infiltró en la mismísima Bastión para obtener información de inteligencia Imperial ultrasecreta. Todo habría ido bien pero un grupo de Caballeros Imperiales le acorralaron. Conociendo completamente su deber, se voló con un detonador termal para no ser interrogada y hacer imposible que se le relacionara con la Alianza Galáctica. Murió en el cumplimiento del deber pero nadie fuera de unos pocos lo supo nunca porque fue clasificado.

Sake Viquen: El mejor tirador y gran soldado que la AOS ha tenido a su servicio fue un joven que fue a Orinda en busca de respuestas. Las obtuvo pero eran tristes y nunca lo superó. Aceptó la invitación de Haka para formar parte de la Agencia y se volvió el mejor agente del equipo de combate pero poco a poco se sumió más y más en una espiral de autodestrucción impulsada por el fantasma de su mujer muerta. El odio fue lo primero que aceptó  lo utilizó en algunas refriegas que tuvo en sus misiones pero luego comenzó a frecuentar bares y antros donde también desató su rabia. Varias veces se le tuvo que sacar del departamento de policía por peleas. Se volvió alcohólico y adicto a la varas letales. Después de dos meses de servicio, Haka se vio en la obligación de darlo de baja. Aún se le ve bebiendo en los peores antros de los niveles bajos de Coruscant. Nadie se mete con él y bebe en silencio día tras día.