El Mayor Skylancer era un kaspiano bastante impertérrito. Debía ser un gran jugador de póker, pensó MAX. Apenas se inmutó ante la muestra de compromiso marcial del aloheño. Asintió casi de modo imperceptible.
-Excelente-, dijo cerrando la carpeta que tenía delante de él y volviendo a tomar asiento.
-Seré honesto con usted, cadete. La misión es peligrosa. Podría haber bajas. Pero le aseguro que es mejor morir con honor en el campo de batalla que convertido en… esto-. Señaló con evidente desprecio el tarro de mermelada de higo chumbo.
-En la División de Combate contra el Crimen Organizado del Cuerpo de Policía Estelar hemos investigado durante décadas a la figura del profesor Edwin Wenceslaus Ehrmentraup. Creemos que utiliza la Academia como una tapadera para ocultar una red de experimentación genética ilegal. Ehrmentraup es muy hábil y ha sabido rodearse de una caterva de individuos de dudosa calaña y escasa moral para mantener su ardid bajo una estructura empresarial en apariencia honesta. Ese tipo es muy inteligente, y lo sabe. Sin embargo, la soberbia será su caída-.
El kaspiano entornó sus ojos glaucos al tiempo que emitía un gruñido gutural.
-Hace relativamente poco logramos infiltrar a un equipo de tres efectivos en la Stellaris, nombre en clave del equipo La-Habana. De ahí el nombre de la operación. Sus pesquisas confirmaron que Ehrmentraup es sospechoso de la desaparición de casi un centenar de alumnos que han cursado estudios en la Stellaris, cadete Star. Como genetista megalómano obsesionado con la trascendencia de la Humanidad tras los hitos del Silencio, sabemos el profesor ha orientado sus últimos esfuerzos hacia la construcción de un complejo dispositivo nombre enclave THE LEGACY. Ignoramos la naturaleza de este aparato de ostentoso nombre. Nadie lo ha visto. Hasta ahora. Pero lo que sí sabemos es que esas desapariciones están conectadas con el Proyecto Legacy. Y, por supuesto, con esto-.
Syl señaló el tarro de mermelada como si su contenido se tratase de residuos industriales. Ignoraba el kaspiano lo acertado de su predicción.
>> Su misión consiste en unirse al Equipo La-Habana y conseguir pistas que incriminen a Erhmentraup. Una vez logrado el objetivo, se convertirá en testigo protegido por STAR CORP. Tras el juicio intergaláctico podrá disfrutar de unas merecidas vacaciones en el planeta Aloha.
Lamento señalar que nuestro equipo de operaciones sobre el terreno ha sufrido alguna baja. Está bajo mínimos, pero vamos a reforzarlo. Ahora, permanezca a la espera de ser contactado por nuestro operativo.
Syl se alzó de su asiento y lanzó una significativa mirada al espejo que había a su espalda, como si pudiese penetrarlo con su acerada mirada azul.
-Por cierto, su contacto, nuestro hombre en La-Habana, responde al nombre en clave de…-. Syl carraspeó, incómodo. –Su… Tos, tos… Sugar Lovin’ Man…-.
La puerta se abrió a espaldas de MAX. Personal de seguridad de la Stellaris accedió al interior.
-Buena suerte, cadete-.
Salvo pregunta de última hora, vuelves a la celda.
Péinate el bigote, MAXIE. Ponte guapete que se avecinan TURBULENSIAS.
Si los escalpelos tuviesen ojos, Absylom Skywalker habría tornado el rostro en una afiladísima cuchilla con la que viviseccionar a Faizer.
-Conozco lo suficiente al ejército chromita como para saber que los pielesnaranjas no tienen hueco en él, cadete-, replicó con frialdad, directo al corazón.
Comparar unidades militares de toda la galaxia era un pasatiempo con el que crecían todos los jóvenes kaspianos. Y para ellos, era una afición que dejaba de ser divertida demasiado pronto. La guerra era un sagrado arte para Kaspia y sus nativos, creyentes de que el honor era la mayor divisa concebible, veneraban toda suerte de disciplinas marciales sin distinción de sexo o condición. Cualquier kaspiano era entrenado en el manejo de las armas y adiestrado para el combate. Los que no integraban la Legión kaspiana quedaban relegados a la Milicia, una fuerza militar con suficiente experiencia como para plantar cara a unidades de élite de otros planetas del sistema.
No había mejores soldados que los kaspianos en la galaxia Perséfone. Podrían existir mejores psiónicos y truhanes más hábiles, sin duda. Pero cuando uno comparaba el músculo bélico de los diferentes ejércitos de la galaxia, Kaspia y los planetas a él anexionados hacían palidecer al resto de armadas espaciales.
-El único motivo que a usted debe importarle en lo que atañe a su reclutamiento es que está en el lugar adecuado en el momento oportuno, aunque eso signifique mirar al fondo del abismo colgado de una quebradiza y deshilachada cuerda, cadete Adhara-, replicó Syl, evidenciando premura.
Parecía haber un motivo más, pero no quiso desvelarlo.
-Seré honesto con usted, cadete. La misión es peligrosa. Podría haber bajas. Pero le aseguro que es mejor morir con honor en el campo de batalla que convertido en… esto-. Señaló con evidente desprecio el tarro de mermelada de higo chumbo.
-En la División de Combate contra el Crimen Organizado del Cuerpo de Policía Estelar hemos investigado durante décadas a la figura del profesor Edwin Wenceslaus Ehrmentraup. Creemos que utiliza la Academia como una tapadera para ocultar una red de experimentación genética ilegal. Ehrmentraup es muy hábil y ha sabido rodearse de una caterva de individuos de dudosa calaña y escasa moral para mantener su ardid bajo una estructura empresarial en apariencia honesta. Ese tipo es muy inteligente, y lo sabe. Sin embargo, la soberbia será su caída-.
El kaspiano entornó sus ojos glaucos al tiempo que emitía un gruñido gutural.
-Hace relativamente poco logramos infiltrar a un equipo de tres efectivos en la Stellaris, nombre en clave del equipo La-Habana. De ahí el nombre de la operación. Sus pesquisas confirmaron que Ehrmentraup es sospechoso de la desaparición de casi un centenar de alumnos que han cursado estudios en la Stellaris, cadete Star. Como genetista megalómano obsesionado con la trascendencia de la Humanidad tras los hitos del Silencio, sabemos el profesor ha orientado sus últimos esfuerzos hacia la construcción de un complejo dispositivo nombre enclave THE LEGACY. Ignoramos la naturaleza de este aparato de ostentoso nombre. Nadie lo ha visto. Hasta ahora. Pero lo que sí sabemos es que esas desapariciones están conectadas con el Proyecto Legacy. Y, por supuesto, con esto-.
Syl señaló el tarro de mermelada como si su contenido se tratase, en realidad, de residuos industriales. Ignoraba el kaspiano lo acertado de su predicción.
>> Su misión consiste en unirse al Equipo La-Habana y conseguir pistas que incriminen a Erhmentraup. Una vez logrado el objetivo, se convertirá en testigo protegido por STAR CORP. Tras el juicio intergaláctico podrá decidir su futuro como integrante del Cuerpo de Policía Espacial, si tal es su deseo.
Lamento señalar que nuestro equipo de operaciones sobre el terreno ha sufrido alguna baja. Está bajo mínimos, pero vamos a reforzarlo. Ahora, permanezca a la espera de ser contactado por nuestro operativo.
Syl se alzó de su asiento y lanzó una significativa mirada al espejo que había a su espalda, como si pudiese penetrarlo con su acerada mirada azul.
-Por cierto, su contacto, nuestro hombre en La-Habana, responde al nombre en clave de…-. Syl carraspeó, incómodo. –Su… Tos, tos… Sugar Lovin’ Man…-.
La puerta se abrió a espaldas de MAX. Personal de seguridad de la Stellaris accedió al interior.
-Buena suerte, cadete-.
Antes de que sacaran a Faizer de la sala de interrogatorios, la chromita escuchó perfectamente a Syl susurrar algo.
-Demuestre que están equivocados-.
- Ehrmentraup... - El nombre reverberó en su cerebro de cacahuete. - ¿De qué diablos me suena ese nombre? ¿Debería saber de quien diablos habla?
MAX STAR no dejó de mirar fijamente a Syl. Se suponía que ese tipo azul confiaba en sus habilidades detectivescas. Pero... si estaba allí era precisamente por algo... ¡Le habían expulsado con deshonor del DA NANG! ¿Por qué sino dejaría atrás ese trabajo de ensueño en el que las chatis le caían a uno del cielo? Lo que estaba claro era que no quería defraudar a aquel tipo del que tampoco había oído hablar hasta ese día.
- Sonríe y asiente MAX STAR... - Se dijo a si mismo. - Sonríe y asiente...
Eso hizo, sonreír y asentir, porque si una cosa tenía clara MAX STAR era que un tipo que sonreía y asentía era un tipo de fiar. Además, a decir verdad ese nombre, Ehrmentraup, le sonaba y mucho. Posiblemente recordara de quien diablos se tratara en breve. O puede que lo recordara durante la cena, entre cucharada y cucharada de sopa de letras. Igual, si formaba la palabra Ehrmentraup con letras de pasta en su plato de pasta le recordaba algo.
Y es que poca gente conocía el poder de la sopa de letras. En Aloha conoció una vez a una vidente. No era la típica bruja que interpretaba las cartas, los huesos o los sueños cual psicóloga de tres al cuarto, no, aquella mujer que se hacía llamar Madamme Devine, interpretaba la sopa y si era de letras lo hacía mucho mejor. Además, una vez acabada sus sesiones de adivinación, uno podía llenar el buche con el instrumento que utilizaba para ver el futuro, pasado y presente. Un dos por uno en toda regla.
- ¡Ya te acordarás, pedazo de mendrugo! - Se dijo a si mismo. Entonces recordó algo. - ¡Mi maldito peine táctico! - ¿Dónde lo había puesto? Eso tampoco lo recordaba, pero desde luego no era nadie sin un peine táctico.
Para cuando MAX STAR se dio cuenta, llevaba varios segundos de incómodo y sonriente silencio, asintiendo ante la cara de incomprensión de su azulado nuevo jefe. Empezaba a ser incómodo. Sólo podía lograr no quedar como un imbécil o un excéntrico si decía algo inteligente.
- La Habana... - Repitió el nombre en calve. - Puros tácticos. - Dijo con la convicción de un marsupial en celo. - Grandes herramientas. Si señor. Espero poder fumarme uno después de que todo ésto haya pasado. - Asintió de nuevo.
Si, eso era todo lo que tenía que decir sobre ese asunto y ya había dicho mucho, seguramente demasiado. Una vez todo aclarado, le estrechó la mano a su colega azul y se dio media vuelta para dirigirse a... donde fuera que le hubieran dicho de ir a esperar a... quien sabe que...
Faizer empezó a atar cabos a gran velocidad. Estaban investigando a Ehrmentraup y querían que ella actuara como agente infiltrado. Suponía que Max habría recibido una "oferta" semejante. Estaba claro que el director Hellstorm trabajaba para Ehrmentraup.
- ¿Quiere decir que usted no trabaja para Ehrmentraup? Y ¿cómo demonios ha conseguido que Hellstorm le deje interrogar a Faizer? ¡Ese pirado odia a Faizer! ¿Significa eso que no van a expulsar a Faizer de la Academia Stellaris? Y ¿qué va a pasar con el amigo de Faizer, Drevlin Thajal Jalinn? ¿Y con Max Star? ¿Un equipo infiltrado? ¿No formará parte de ese equipo Julietta Andrómeda? Eso sería... BRUTAL... - Las preguntas se agolpaban en su cabeza mientras su interrogador desgranaba información.
Entonces una imagen apareció nítida en su cabeza mientras las palabras del kaspiano resonaban con fuerza en sus oídos. Red... De Experimentación... Genética... Ilegal... ¡Mierda! ¡Brainiac! ¿Sería ese el motivo de que Hellstorm se lo había llevado? ¿Para experimentar con él? ¡NO JODAS A FAIZER, NENE!
Con visible agitación Faizer se incorporó en su silla. - Señor, ¡¿tienen ustedes a un alumno llamado Brainiac?! Él... es especial. Y Hellstorm lo sabe. Se lo llevaron durante el examen. ¡¡VAN A HACER CON ÉL MERMELADA DE HIGO!! -
Desapariciones... ¿Es posible que Ehrmentraup estuviera secuestrando a alumnos con habilidades especiales? ¿Alumnos psiónicos? ¿Alumnos como Brainiac? La más genuina chromita brilló en los ojos de la joven mientras se ponía en pie y golpeaba con los nudillos en la mesa. - No si Faizer puede evitarlo. Faizer lo hará, Señor. No se arrepentirá... - La ferocidad emanaba de cada poro de su piel mientras se dejaba escoltar fuera de la habitación con sus pensamientos puestos en su amigo Brainiac.- Aguanta, colega. Vamos a buscarte... -
¿Quiere decir que usted no trabaja para Ehrmentraup?
Syl asintió despacio.
-Así e-e-e...-.
Y ¿cómo demonios ha conseguido que Hellstorm le deje interrogar a Faizer?
-Eso se debe a que...-.
¡Ese pirado odia a Faizer!
Syl entrecerró sus glaucos y penetrantes ojos.
-No imagino por qu...-, siseó.
La ametralladora chromita era imparable. ¡Había cogido carrerilla!
¿Significa eso que no van a expulsar a Faizer de la Academia Stellaris?
La paciencia del kaspiano empezaba a rozar su límite. Hacía mucho que nadie ponía a prueba su temple de esa forma.
-Lo que significa es que...-.
Y ¿qué va a pasar con el amigo de Faizer, Drevlin Thajal Jalinn? ¿Y con Max Star?
Syl juntó sus manos y aguardó en silencio, su gesto estoico, pétreo incluso, hasta el final del huracán.
Y ¿qué va a pasar con el amigo de Faizer, Drevlin Thajal Jalinn? ¿Y con Max Star?
-...-.
¿Un equipo infiltrado? ¿No formará parte de ese equipo Julietta Andrómeda? Eso sería... BRUTAL...
Syl golpeó la mesa con una palmada de su gruesa mano.
-¡Demonios, cállese ya, cadete! He visto ametralladoras con menos cadencia que usted lanzando interrogantes... ¡Aquí soy YO el que hace las preguntas!-, espetó fulminando con la mirada a aquella rebelde de pigmentación similar al curry.
-Evidentemente no trabajo para Ehrmentraup. Pertenezco al Cuerpo de Policía Estelar, como ya le he dicho. Estoy aquí de incógnito. Las cámaras que hay en esta habitación no emiten señal. Soy el que lidera las jodidas Black Ops del C.P.E.-. A juzgar por el fulgor aniquilador de su mirada, no le gustaba repetirse. -Ese cabronazo de Hellstorm está en nómina de Ehrmentraup. Es un sádico hijo de perra que disfruta abusando de los más débiles. Si podemos reunir pruebas contra el tinglado de 'Traup, él caerá también-. Dijo aquello con un matiz tétrico en la voz. Por un momento, Faizer pensó que aquel asunto tenía algo personal para el Mayor.
-Entienda bien esto, cadete... Haga lo que haga, usted está fuera de la Stellaris. Ahora su decisión reside en si desea salir de este nido de víboras convertida en mermelada... O siendo una pieza fundamental en la Operación Luna de La Habana-. Syl se sumió en un dramático silencio en aras de que la chromita, que procesaba la información a rachas debido a su temperamento mitad impetuoso, mitad entusiasta, comprendiese el alcance del punto de inflexión en el que se hallaba en ese momento.
-No se preocupe por su colega, el cadete Star. Se halla en la misma situación que usted. Está dentro. En lo que respecta al tal cadete Thajal Jalinn...-. Syl pareció dudar por un brevísimo instante, pero mantuvo su cara de póker. Nada dijo sobre Andrómeda. -Quizás haya bajas, cadete. No se encariñe con nadie. Es un consejo al que haría bien en prestar atención-. El kaspiano se puso en pie con solemnidad y con su apostura marcial e insigne lanzó una última pregunta a Faizer.
Señor, ¡¿tienen ustedes a un alumno llamado Brainiac?! Él... es especial. Y Hellstorm lo sabe. Se lo llevaron durante el examen. ¡¡VAN A HACER CON ÉL MERMELADA DE HIGO!! -
El rostro mitad avícola mitad reptiliano de Syl se ensombreció.
Es decir, más aún de lo normal. ¡Aquel kaspiano habría sido la elección perfecta para encarnar a Philip Marlowe en el decimonoveno remake de El Halcón Maltés!
-El cadete Brainiac es parte de nuestro operativo, cadete. Su nombre en clave es "Mindhunter". Su cometido es extremadamente delicado y, por el momento, está donde debe estar-, deslizó el Mayor con gesto torvo.
-Su nombre en clave para esta operación será "Cl3ver Grrl". Es también su contraseña. No fue idea mía, créame. Jamás le habría puesto "Cl3ver" a usted-, dijo con su gélido aplomo en su cavernosa voz. -El cadete Star, no obstante, ha tenido peor suerte que usted...-. ¿Estaba sonriendo?
-Aguarde el contacto con Sugar Loving Man y no cometa ninguna estupidez hasta entonces. Perfil bajo, cadete. Perfil jodidamente bajo. ¿Estoy siendo claro?-.
Cristalino.
Tanta información amenazaba con colapsar el sistema de procesamiento de Faizer que empezaba a darle vueltas a quién más podría ser agente infiltrado dentro de la Academia. ¿Sería Gultar un agente secreto? La verdad es que lo dudaba. Sería una auténtica lástima que no se viera arrastrado con Erhmentraup y Hellstorm en su caída. Aunque ya se sabe que las ratas siempre encuentran la manera de salir. Menudo puerco... ¿Brainiac había provocado aquella situación y se había dejado capturar? Ese era un movimiento peligroso. Había demasiadas cosas que podían salir mal. Iban a tener que hilar muy fino si querían volver a verle.
- A Faizer le gusta cómo suena... Operación Luna de la Habana... ¿Se le ocurrió a usted? - La joven no esperaba una respuesta por parte de su interrogador. No parecía gustarle que le hicieran tantas preguntas. Estaba convencida de que podría ser una gran agente infiltrada a pesar de que la sutileza nunca había sido su fuerte. - Señor, la supervivencia de Drevlin Thajal Jalinn no es negociable. ¡Es un genio de la informática y tiene un gusto irreprochable para la música! ¿También él será un agente encubierto? Porque sería un valioso activo, Señor. Piense en ello... -
Faizer sonrió por un momento al escuchar su nombre en clave, aunque su sonrisa rápidamente se transformó en una mueca de sarcástico fastidio ante el comentario del kaspiano.
-Aguarde el contacto con Sugar Loving Man y no cometa ninguna estupidez hasta entonces. Perfil bajo, cadete. Perfil jodidamente bajo. ¿Estoy siendo claro?
- Cristalino, Señor - La joven empezaba a estar francamente emocionada ante la sola visión de la cara de Hellstorm al descubrir que lo habían cazado y que estaba acabado. Un sonrisa un tanto perversa (los afilados colmillos no contribuían a suavizarla) se instaló en la cara de la chromita. Ahhh... La venganza sería magnífica...