Partida Rol por web

Luego de bastante tiempo de viaje, la nave llega a Coruscant. Al bajar en la plataforma te encuentras con una ciudad enorme, muy distinta al lugar donde te criaste. Hay grande edificios, incluso la plataforma de aterrizaje es imponente. La gente comienza a bajar de la nave y se dirige a distintos lugares. Hay transportes públicos con distintos carteles de destino y algunaos talleres de naves espaciales.

Me encontraba quieto, parado. Con los ojos abiertos como platos obseraba aun desde el espacio-puerto la ingene cantidadde edificios que se elevaban hacia el cielo en una incontable cantidad de pisos. Luego el gentío. Nunca en la vida había visto tanta gente junta. Estaba abrumado.

Coloqué la capucha de la túnica sobre mi cabeza y empecé a caminar sin rumbo fijo. Apenas unos créditos en el bolsillo me auguraban una noche fria. Me acerqué tras un corto paseo a un wookie que apollado en una parada del transporte úblco charlaba apaciblemente con lo que parecían sus retoños.

-Espero que entiendan zabrak o básico... pensaba mientras me acercaba levantando una mano a moo de saludo. -Hola, espero no molestar. Se podía decir que entre lo abrumadora situación y el miedo a lo desconocido se me veía ciertamente inseguro. -Mi nombre es Rosk, Rosk Ta´kaal. Soy viajero espacial.. he acabado en Coruscant, busco alojamiento y algún trabajo temporal, ¿sabrías decirme haci donde debería dirigirme?, ¿dónde suele haber habitaciones económicas?.

Tras escuchar y agradecer las indicaciones al wookie tomé el transporte público hacia la zona periférica. El conductor era zabrakiano como yo, esto de alguna manera me proporcionó algo de seguridad. Sentado en mi sitio pensando a donde debería ir observaba la gran urbe. POr todas partes vehículos transitaban sin descnaso veloces, muchedumbres de todo tipo de razas caminaban por el laberinto de calles hasta perderse de vista. por mi parte, cerré los ojos y me concentré, dejé que la Fuerza fluyera a trvés de mi, que me abrazara reconfortandome en la mdida de lo posible. Aunque estaba solo no paraba de repetir las palabras del maestro en mi cabeza. -Poderosa aliada la Fuerza es. Y yo lo creía, aun asi, cierto miedo me carcomía por denntro.

El transporte te lleva hacia la periferia y alli bajan bastantes individuos. Ves algunos bares, uno que otro hotel, pequeños en general, gente con "tiendas" sobre la calle. Te das cuenta que no todo Coruscant es como el lugar donde bajaste también existe lo que se llaman "los bajos". Sientes la fuerza en todos lados, en algunos lugares sientes dsturbios que no te atraen demasiado; luego de caminar bastante te encuantras frente a lo que parecere ser el hotel mas seguro de la zona, "El descanso inesperado" se llama y tiene, por lo que ves, mas o menos 10 pisos.

Caminaba hacia la entrada del hotel, mientras, observaba los puestos de venta ambulante, los tahures y sus juegos, la altura del hotel y sus mas que evidentes deficiencias comparándolo con los majestuosos rascacielos y las bien cuidadas calles que vislumbré desde el "Speeder-tren". -Bueno... mejor que nada... pensé conformista.

Breves perturvaciones de la fuerza me hacían sentir la maldad en la zona, debía pasar desapercibido si no quería meterme en lios. -Está en todas partes... murmuré apesadumbrado. Una cosa tenía muy clara; ya no estaba en "casa", el maestro ya no me podría ayudar y los pocos amigos que había hecho desde la "mañana trágica" se encontraban tan tan lejos... el desasosiego me sobrecogía.

Traté de centrarme, de concentrarme en la Fuerza. Una vez mas me veía obligado a recurrir a las palabras del maestro... aunque esto fuera doloroso. "-Rosk, recuerda, aún en la mas absoluta oscuridad siempre permanece un atisbo de luz esperando a ser encontrada". Sus palabras sonaron tan claras en mi cabeza que por un instante creí haberlas escuchado y no recordado. -Voy a tener que buscar muuucho en ese lugar para encontrarla, pensé con ironía pero algo mas consolado al ercordar las palabras de Twik´lessa.

Finalmente el griterío de la muchedumbre que recorría la calle desordenadamente me devolvió a la realidad. Avancé decidido y entré. -Buenos días. DIje acostumbrandome a la tenue luz. Me acerqué sin mas preámbulos al recepcionista. -Necesito una habitación para unas noches... no sabría decirle exactamente cuantas, pero se las iré pagando por adelantado. Tras escuchar la respuesta me quedé mirándolo fijamente; no sabía si preguntárselo o no... pero decidí hacerlo. -Y por casualidad, no sabrás donde podría encontar trabajo... pero no busco juntarme con.... ya me entiendes, algo legal.

Legal? estas lejos de conseguir algo así por aquí jaja; deberías buscar en las zonas del centro, en los talleres siempre necesitan ayudantes, probablemente en las plataformas... dice mientras hace algunas anotaciones y te tiende una tarjeta que hara las veces de llave para tu habitación.

-Ya veo... Contesté al recepcionista poniendole cara de que no me gustaba lo que oía. Miré la llave, -¿606?, mmm. Piso sexto habitación 6... La guardé y me encaminé a uno de los elevadores.

-Aquí estoy, mi nuevo hogar. Dije en voz alta introduciendo la tarjeta en el lectoe. Un clic casi imperceptible acompañado de una luz verde intermitente indicarón la correcta apertura de la puerta.

La habitación en si era exactamente lo que me espera, una cama, un armario, un baño... Lo típico. Sabía que debería ir de forma inmediata al centro, en busca de esos talleres... pero, la cantidad de sensaciones que percivía me agotaban, necesitaba meditar.

Me senté con las piernas cruzadas en el suelo al pie de la cama. Cerré los ojos. Comencé a relajarme paulatinamente, la Fuerza me rodeaba y conectaba con el resto del universo, me envolvía en un manto de paz y armonía. Debía alejar mis temores. Y en esas me mantuve durante casi dos horas.

Ahora, mas reconfortado, sentía que los miedos habían desaparecido, mas seguro de mi mismo abandoné el hotel. El bullicio de antes continuaba incesante, el gentío, impasible ante mis miradas, como si estuvieran acostumbrados a ser observados por los ojos de los extraños, continuaba su interminable ir y venir de un lado a otro en un aparente sin sentido desde mi punto de vista. -Increible, esta zona está dominada por el caos. Aun no me había acostumbrado a las grandes urbes, solo eera cuestión de tiempo.

Recorrí deprisa la distancia hasta la parada del transpore público. Tras un corto trayecto, esaba en el centro. No fue dificil localizar las plataformas que el recepcionista me había indicado, sobresalian destacando en altura por encima de los edificios mas bajos.

Caminé despacio, observaba esta nueva zona de la ciudad. Los jardines daban un toque de distinción... pero no el suficiente como para ocultar que todabía no estaba en la zona "buena". Distinguía a los trabajadores obreros de los demas con suma facilidad. Seguí a un pequeño grupo de mon calamaris que salía de una cantina. -Jejeje, hay cosas que son universales... pensé al ver a los obreros terminar su tiempo de descanso.

Por fin tras una larga caminata en la que no dejaba de sorprenderme con la cantidad de trafico aéreo de speeders, que extrañamente ordenados se desplazaban por una especie de carretera invisible, llegué a unade las ms altas plataformas de la zona. La cantidad de razas que vistiendo el mono de trabajo, ajetreados y abstraidos en su trabajo poblaban la zona era impresionante.

Me fijé en uno de ellos concretamente, el que daba las ordenes los demas... Me acerqué a él.

-Hola. Y una inclinación de cabeza fue mi saludo. -Estoy buscando trabajo, ¿os hace falta gente por aquí? Fue mi directa pregunta para la criatura desconocida para mi.

El individuo te mira y te dice Hola, La verdad que no se, deberías hablar con el que esta a argo, en 2 horas llega a la zona, el sabrá decirte si se necesita gente por aqui dice y vuelve a lo suyo

En la plataforma donde te encuentras aterriza una nave de la cual bajan dos individuos en los cuales sientes la fuerza con gran intensidad; de hecho, pareciese que pueden "armonizarla" por lo bien distribuida que esta

-De acuerdo, gracias. Respondí con brevedad ante la falta de atenciom de mi interlocutor.

-¿Y que se puede hacer por aquí en dos horas? Pensaba mientras me alejaba poco a poco de la plataforma. Sabía que podía probar suerte en otro sitio... pero la curiosidad pudo mas. Inicié una marcha a ritmo de paseo por los alrededores. Ya era casi la hora de comer y el estómago me avisa a base de rugidos que según fue pasando el tiempo se intensificaban en constancia. Hambriento, decidí buscar donde comer algo.

Caminaba por una larga avenida, según creía la misma por la que había venido andando desde la parada del transporte. Kilómetros me separaban del punto de incio, esto me hizo darme cuenta realmente de la inmensidad de la ciudad. -Por algo dicen que toda la superficie del planeta está urbanizada... no era una forma de hablar.

Continué caminando, me fijaba en los distintos locales, restaurantes, tiendas, pero por la escased económica decidí que lo mejor sería comprar algo ráppido en uno de los puestos de venta ambulante. Me acerqué a un pequeño carro, unos pinchos atravesando pedazos de carne a la brasa me llamaban... -Hola,  dije sonriendo a la humana que regentaba el puesto. -Pinchos de bantha, gran calidad 5 Cr la unidad, leí en un pequeño holo-cartel escrito tanto en básico como en otros diez idiomas distintos. -Uno de estos será suficiente. Gracias.

Me alejé de la zona volviendo hacia la plataforma. Me senté en un pequeño banco, en uno de los jardines cercanos, y disfruté de la carne de bantha, dando cuenta de eela en apenas unos minutos. Con el éstomago casi lleno se veía el mundo de otra manera. Y observando y analizando la zona y las gentes que por allí pasabn aguardé hasta la hora de volver a la plataforma.

-Pero que... fue lo único que pasó por mi cabeza cuando  perciví algo raro en los dos individuos que descendieron de la nave recien llegada. Era una extraña sensación, familiar, como cuando entrenaba con el maestro. Los miré ojiplático.

Me puse en pie de un salto.  No sabía que hacer. Nunca había sentido lo mismo en otros seres de esta manera. La confusión se apoderó de mi cabeza. Caminé deprisa hacia ellos. No sabía que iba a hacer, ni si debería decirles algo... me volví a sentir inseguro, pero no como antes. Ahora sentía algo diferente, como si el camino del que Twik´lessa me había hablado se comenzara a dibujar ante mi.

Me coloqué ante ellos. -Ho...ola. Dije timidamente mirando al suelo.