Partida Rol por web

Fue precisamente él quien apuntó lo de "estar atentos", pero no encontró nada inquietante en lo que dudar. Sin embargo, algo alertó a Ravenor y Rebecca, quienes se prepararon para lo que pudiera pasar. Era como si aquella situación (dos sujetos junto a una moto que emitía humareda en pleno desierto) no fuese la más común en todos vuestros muchos o pocos años en Jakku... Y efectivamente, un disparo procedente de la duna contigua hizo impacto en el transporte repulsado, ¡SSSSHHZASSS!! Concretamente en el asiento del sullustano: un disparo láser de gran potencia y precisión había atravesado la luna del repulsor y había hecho arder el corazón del alienígena.

Fue entonces cuando os agachásteis, y otra oleada de disparos bláster comenzó a disparar desde la duna. Los dos tipos de la moto se sumaron a los impactos (sacando de las alforjas de la moto un par de blásters de pequeño calibre)... En cuestión de segundos unos tipos os taponaron el paso con sus vehículos (un par de motos y  dos transportes, uno era claramente de la Primera Órden (sustraído, presumiblemente) y otro era un vehículo propio de la calaña mercenaria que se os presentaba), mientras vuestro vehículo comenzaba a echar chispas (era como si lo hubieran ionizado, o más bien hubieran hecho papilla sus placas y piezas internas...).

La mayoría de esos tipos eran weequays, que no hacían sino disparar a todo lo que se movía (y no se movía). Los tres aventureros del vehículo repulsor del sullustano vieron entonces cómo los tipos tenían caputurada, ni más ni menos, ¡que a Kirra! Ésta estaba presa sobre el transporte de la Primera Órden y llevaba en su boca un pañuelo para evitar hablar o morder. Ella vió también a unos metros, a sus compañeros cubrirse como podían AÚN dentro del tranporte repulsado...

- ¡¡Cagonmivida!!- maldijo el contrabandista agachándose y pasando a la acción.

Sin pensárselo dos veces Anzak devolvió los disparos con su pistola blaster pesada para intentar librarse de los tipos. que les habían emboscado.

- ¡A los de las motos! ¡para que no nos rodeen!- propuso Anzak-. Y no disparéis al vehículo de la primera orden, tiene retenido en él a Kira. Espero que nos haya visto...

- ¡Es Kyrra! - exclamo al verla presa - ¡Tenemos que ayudarla!

Como Anzak, saco mi pistola y disparo contra nuestros atacantes, intentando no dar en el vehículo que tienen presa a nuestra compañera.

Recordando mi entrenamiento busco una cobertura, apoyo mi blaster y empiezo a buscar objetivos. Lo primero que busco son a los enemigos mejor armados y que parezcan mas peligrosos que el resto, los intento abatir con tiros certeros e intento no disparar cerca de la posición de nuestra compañera.Mientras hago todos estos pasos sonrió ya que para esto me he entrenado desde la mas tierna infancia. 

Agachada, cojo mi pistola y me lanzo a disparar contra nuestros enemigos... cuando consigo volver a coger mi bláster que se me ha caído de las manos.

- Ummm... - oteo a mi alrededor, esperando que mis compañeros no hayan visto lo patosilla que soy - voy a disparar...

O eso intento. Supongo que cerrar los ojos al disparar no es buena idea.

- Aaarrgh! malditos grilletes, no me los puedo sacar!

Kyrra trataba de hacer su máximo esfuerzo para deshacerse de sus grilletes, pero sin conseguir éxito. Con un resoplido de impotencia, apretaba el pañuelo en su boca producto de la rabia que le provocaba aquella situación. Se sentía agotada y como si estuviera a punto de desmayarse una vez más. El sol la mareaba, la boca dolía y ardía. Maldecía su mala estrella de ese día, se tendría que haber quedado junto a sus compañeros... pero no, su terco ego pudo más...

Con una mirada mezcla de fastidio y asombro, vio que sus compañeros estaban allí cerca. Y miró hacia sus guardias que ahora tenían su atención en el combate. 
- Debo hacer algo... no me puedo quedar con los brazos cruzados así como así...

Juntando las fuerzas que le quedaban y en un arrebato de furia, trató de incorporarse lo más rápido que pudo y embistió con sus cuernos al guardia más cercano en un intento por tirarlo fuera del vehículo o aturdirlo al menos, llegado el caso. 
 

Tras apostaros detrás del transporte repulsor, John comenzó a disparar a unos tipos alejados, sobre la duna, con su bláster. Parecía que su hora de trabajar había comenzado. De la misma forma, Rebecca y Anzak comenzaron a disparar, a los dos tipos que eran la cabeza visible de todo aquel montaje, pero sin lograr acertar en ninguno de ellos. Mientras tanto Kyrra comenzó a pensar cómo salir de allí. Moverse era imposible, y tenía junto a sí a dos tipejos que la escoltaban. Cuando hubo de intentar un improvisado cabezazo, un weequay le propinó un severo golpe con la culata de su bláster, ahogándole todas las posibles intenciones de escapar...

Los disparos se concentraban más y más sobre el repulsor y los tres compañeros de Kyrra. Llegó un momento en que los asaltantes weequays comenzaron a avanzar, soportando una ligera resistencia de los disparos de éstos tres. Llegó un momento en que rodearon el tranporte, pues más forajidos salían tras la duna (realmente era una compañía numerosa). Al final, roderaon a John, Anzak y Rebecca, no pudiendo hacer nada más que levantar las manos en señal de rendición.

Los asaltantes parecíen entrenados en aquel bandidaje desértico. La función, sus ropas y su actitud denotaban que habían practicado esa y tal vez otras tantas farándulas en mitad de la nada, sobre las dunas de Jakku, con total éxito. Tras hacerles levantar, les colocaron las manos a la espalda, similar a Kyrra, y con grilletes eléctrónicos fueron llevados con ésta. Todos se vieron por primera vez desde que la joven Seyth huyera en el Puesto de Niima.

Una vez subidos en los transportes (uno de ellos imperial, robado, por supuesto), marchásteis al denso y profundo mar de dunas de Jakku sin destino conocido.