Partida Rol por web

El público rugió.

Se había acogido a vuestro sentimiento de supervivencia. Quien más y quien menos todos aquellos súbditos y mercenarios de Ceko habían estado alguna vez contra las cuerdas, y habían sobrevivido. Igual que vosotros. Todos coreaban casi al unísono la palabra libertad, mirando a Ceko, y el Hutt sabía que ésto era impensable... hasta ahora.

Éste se levantó, haciendo aspavientos con los asquerosos brazos para tranquilizar a la masa de su estado.

Calma... ¡calma! -decía, como avergonzados-. Habéis derrotado a mis nobles bestias -expedía ahora por el megáfono-. Un Hutt tiene palabra, al menos aquí en Jakku: quedáis libres. ¡Guardias! ¡Sacadles de las arenas y devolvedles sus armas!

Anzak tiró el arma al suelo. No era suya y no quería que por ese "despiste" el Hutt se retractara de su palabra o encontrara una excusa perfecta. luego miró a sus compañeros y les animó a hacer lo mismo.

Luego dio un par de pasos en dirección a Ceko, se puso el puño en el pecho y habló.

- Te damos las gracias, grandísimo Ceko- comenzó mirando al Hutt-. Me gustaría hablar con su grandeza, si se nos lo permite- pidió el contrabandista.

Anzak sabía que por mucho que estuvieran "libres" y con sus armas, estaban en medio de un desierto y eso no era nada bueno. Deberían llegar a un acuerdo para salir de ahí o incluso buscar un tipo de trabajo. Era hora de negociar y en eso Anzak era un experto...aunque no sabía si tanto como para estar a la altura de un Hutt.

Ceko asintió, se bajó de su trono de la grada y se marchó por el acceso de salida. Los espectadores del coliseo fueron dispersándose poco a poco, y algunos súbditos del Hutt comenzaron a rociar a las bestias con cierto combustibles: iban a carbonizarlas.

Una vez fuera, en el propio palacio de Ceko, éste os recibió rodeado de súbidtos y guardias. Hizo un gesto y varios de sus hombres os entregaron uno a uno las armas.

Os las habéis ganado, con vuestra libertad. Nadie había conseguido derrotar a los masacradores de Trillia. ¿Cómo os llamáis? -os preguntó

Con un suspiro de alivio observo como cae la segunda criatura. Casi no doy crédito, hemos conseguido salir con vida de la prueba y ahora ya somos libres.

Mientras Anzak parlamenta con el Hutt, me acerco a mis otros compañeros para ver si necesitan asistencia.

- ¿Estáis bien? ¿Necesitáis ayuda? A mi el bicho me ha dado, pero sólo ha sido un rasguño.

Kyrra se desplomó en la arena como si su cuerpo pesara una tonelada. Y comenzó a reir a carcajadas, liberando la tensión de la batalla reciente. Después de unos instantes, se acercó a uno de los Rathtar muertos en el campo, le puso el bláster en la boca y disparó reiteradamente. 

- Estúpido! - se descargó la chatarrera.

En eso, Rebecca se acercó preguntándole si estaba bien.

- Si, Reb. Un poco golpeada, pero estoy bien.... mucho más aliviada ahora... ojalá que podamos descansar un poco... me alegro que sólo tengas un rasguño, amiga...

Ya después en el palacio de Ceko, y ante la pregunta del mandatario, Kyrra contestó:

- Mi nombre es Kyrra, gran Hutt. Os agradezco que cumplas con vuestra palabra de liberarnos y devolvernos nuestras pertenencias. Es Ud. honorable realmente.

Clavo la espada en el suelo, me agacho,cojo un poco de arena y me la froto entre las manos. Me dirijo a mis compañeros y les hago a todos una señal de aprobación. Una vez que has combatido con una persona hombro a hombro se crea un vinculo que muy pocos conocen.- Rebecca,solo es un rasguño- Digo con una sonrisa en mi cara en señal de agradecimiento. Me encaro hacia Ceko-John Ravenor-Mientras hago un saludo marcial. 

Uhmmm... murmuraba el hutt al oir vuestros nombres-. Parece que sois más de lo que aparentáis. Ha llegado a mis oídos algo sobre cierto negocio... Por lo visto, ese malnacido de Zuvio... Uhmm... os pidió "protección" para vuestro cargero en Niima. No sé si le pagásteis lo debido o le escupísteis en el rostro -lo cierto es que Kyrra se encargó de lo primero-, pero sé que avisó a la guarnición de Jakku y dió información falsa sobre vuestro carguero -por eso comenzaron a perseguiros, y todo encajaba en vuestra cabeza-.

No os preocupéis por ello, nadie os molestará más... de momento -a buen seguro que ese Ceko el Hutt tenía sobornados a ciertos cargos militares en el planeta, incluidos el de la marina y seguramente los aduaneros orbitantes-. Eso sí, si alguna vez os aviso... será mejor que vengáis a mi petición. Ahora, ¡idos de aquí! Ahora tendré que buscar nuevas criaturas para éstos juegos... -dio sacuendiendo la mano y girándose hacia un droide para que preparara su asiento usual-.