Partida Rol por web

Fue avanzando por la ruta que había descubierto, guiándoles por aquel extraño terreno con cautela y determinación, avisándoles cuando se producía algún ligero desprendimiento de chatarra, aunque cada vez que alguno de estos se producía su cuerpo se tensaba y sus ojos iban de un lado a otro, buscando, oteando...

En el momento que se escuchó el rugido la joven exploradora se detuvo en seco, congelada durante aquellos instantes con los ojos abiertos mirando a todos lados. El primer pitido del sensor la sobresaltó ligeramente y miró al resto, escuchando a Isakaly.

- Es... malvado... Oscuro... Algo terrible... Debemos, tener mucho cuidado... 

Marc podía imaginar qué había podido sentir para decir aquellas palabras.

Fillon se detuvo al escuchar las palabras de sus compañeros. ¿Malvado?¿Oscuro? Se llevó la mano a la cabeza, de nuevo chocando con su casco. Cuando suspiró se le empañó por dentro ligeramente, así que tuvo que esperar un poco para poder ver de nuevo.

— Vamos... no perdamos el tiempo con supersticiones y habladurías... ¿Malvado y oscuro? Creo que os ha afectado demasiado lo que nos han contado esos tres —

Y sin embargo había hablado en voz baja, quizá preocupado por alguna criatura local... Levantó su mano y arrancó el paso el primero, indicando que le siguieran los demás. Cuanto antes avanzaran antes terminarían y saldrían de aquel vertedero.

No tardo en repetirse. Al poco de haber comenzado la subida por aquel sendero, lleno de escombros, el lugar quedo inundado por el rugido de esa bestia. Algo que no podia ser despreciado, sonaba profundo, viejo y depredador.

Las apreciaciones de Isakaly me hicieron mirarla, pero fue cuando Thea hablo que mi atencion se centro por completo en ella. Mi ceño se fruncio, las pocas veces que hacia ese tipo de aseveraciones, eran de las que acababamos saliendo con mas que un simple moraton.

Directamente coloque el rifle en posicion de avanzada, apuntando hacia delante mientras lo movia ligeramente en las direcciones de avance directo hacia nosotros.

Fillon. Espera. - Coloque mi mano sobre su hombro, para detenerlo suavemente. - Esto es el cubil de algo. Peligroso y sin ninguna duda depredador. El localizador dice que avancemos, pues avanzamos, pero sacad vuestras armas y estad atentos.

Mire a Thea. Mis ojos se quedaron fijos en ella unos largos segundos. - Voy delante.

Comence a avanzar, asegurando mis pasos con cuidado para poder tener ambas manos libres para sostener el rifle. El seguro estaba quitado, colocado en letal y dispuesto a ver que narices habia hecho de este lugar su cubil.

Si detectas otra forma de entrar, que no sea por la entrada principal... te lo agradeceria... - El tono fue bajo y obviamente iba dirijido a Thea.

—No creo que sea simplemente "un depredador"—  respondió la mujer en voz baja y tensa. No le gustaba nada lo que estaba ahí, a pocos metros de ellos, e intuía que quizás tuviesen que correr. Como había dicho Thea, era algo maligno, y un depredador no era maligno. Mataba para sobrevivir y punto.

Asintió a las palabras de Marc y se dispuso a poner su mano cerca de su rifle mientras miraba a su alrededor, buscando un camino seguro, otra entrada o algún otro lugar de paso que pasara lejos de aquella cosa que los vigilaba, aunque algo le decía que se habían metido directamente en su madriguera... 

- Tener cuidado, por favor... - Miró a Fillon - No son habladurías... Yo no presté atención a aquellos tres seres, estaba buscando una ruta... 

Fillon suspiró. Quizá si todos estuvieran en lo mismo tuvieran razón, al fin y al cabo llevaba poco tiempo fuera de aquella prisión imperial. Sacó su arma y sonrío a Marc agitándola después de quitar el seguro. Entonces le hizo una señal cortés para que pasara el primero.

— Vale vale... vayamos con cuidado, pero vayamos. —

La sensación de opresión crecía a cada paso que dabais, incluso la luz se había vuelto aun más macilenta de lo que ya era por la polución de la luna. Las palabras de Isakaly y Thea resultaron premonitorias, pues los siguientes pasos que dabais os impregnaron de aquella sensación de malevolencia que se filtraba en cada rincón del paso montañoso. Los desechos se apilaban por la montaña, restos de chatarra de a saber cuánto tiempo, pero también la propia roca desnuda de la luna.

Los minutos se hicieron eternos, hasta que alcanzasteis una pequeña cota que se asemejaba a un claro de un par de cientos de metros de diámetro. Un viento ponzoñoso soplaba, colándose entre los tubos y aparataje roto causando un efecto sonoro que recordaba al de un rugido. Desde luego, era muy parecido, ¿quizá el culpable de los presuntos rugidos que habíais escuchado? La cota estaba medio oculta por las paredes de roca más alta de la montaña, encajada en medio de un naciente desfiladero.

El claro presentaba múltiples ascensos, pero en un rincón del mismo, medio enterrado en la montaña, visteis el fuselaje de una nave que parecía coincidir con la descripción de la Imperialis. Se encontraba encajada a unos ciento cincuenta metros más adelante, pero no apreciabais ninguna apertura visible en el casco. Si existía alguna duda, el sensor indicaba de que se trataba de la nave republicana perdida.

El viento seguía soplando, trayendo consigo aquel ulular nacido de la roca, la chatarra y la inquietud.

Tu estudio del campo por el que avanzabais te indicaba que el camino tomado era el único practicable desde el lugar por el que franqueasteis la montaña. Quizá había otros accesos a esta, después de que llegasteis al claro, pero hubo algo que te llamó la atención. Algo terrible, entre la chatarra amontonada pudiste ver lo que parecían ser huesos, huesos de todo origen y estado. Algunos rotos, otros pulidos hasta el blanco, esparcidos macabramente entre los restos de naves, vehículos y circuitería varia.

Cuando llegaron allí Fillon sonrío. Puede que todo fueran realmente supersticiones y habladurías. Cierto era que decían que había desaparecido gente pero... allí estaba. La nave que habían venido a buscar. Se giró mirando a Thea y a Isakalys levantando las manos.

— Parece que no hay monstruo hoy — Les guiñó un ojo. Ciertamente estaba relajado después de la presión de pensar que allí podría habitar algún tipo de criatura. Fuere como fuere no se le iba de la cabeza la posibilidad de que si que hubiera algo, ¿Quizá droides en el interior de la nave de la época de cuando todavía operaba? Solo había una forma de comprobarlo y casualmente coincidía con su objetivo allí.

— Supongo que tendremos que buscar la forma de entrar... —

- Alto... Tener cuidado... Estamos en su territorio... Sea lo que sea, es carnívoro...

Señalé a donde había visto los restos entre la chatarra amontonada, y allí, en el lugar que había señalado podían verse huesos, huesos de diversos orígenes y en diversos estados. Algunos estaban rotos, otros pulidos hasta el blanco y lo peor, estaban esparcidos de manera macabra entre los diversos restos de naves, vehículos y circuitería variada. 

El lugar era sin duda diferente a lo visto hasta ahora. La forma en que la chatarra estaba posicionada creaba un cierto ulular similar al que habiamos escuchado antes. Aun asi... le faltaba potencia, le faltaba fuerza y esa agresividad que parecia haberse trasmitido en el aire. El sonido bajo que ahora se perfilaba en el lugar, no hacia que mis huesos vibrasen, solo era un sonido, lo de antes era mas... traia ganas de desgarrar carne...

Fillon se relajo mientras mis ojos se fijaban en el Imperialis. El detector no mentia, estaba ahi, pero no parecia haber una forma real de entrar. El casco estaba medio enterrado y la parte que se veia no parecia tener una apertura, o puerta ninguna desde esta posicion.

Mire al veterano mientras decia aquello, para acto seguido escuchar a Thea y ser ahora consciente de los "restos" de la comida de nuestro anfitrion.

Estamos en su maldito comedor... - El tono sono bajo, tenso, aunque una sonrisa perfilaba mis labios. - No tengo problema en liarme a tiros gente, pero si podemos llegar al casco de la Imperialis y entrar sin que nos abran en canal, creo que seria mejor para todos...

Thea, guianos. Posicion de combate. Todos. - Mire a Isakaly, era la que habia mas posibilidades que no tuviera entrenamiento. - Sacad vuestras armas y preparaos para correr o disparar. Detras de Thea, Isakaly. Fillon, detras de ella, yo os ire cubriendo.

—Espera... No avances aún— la sanadora buscó con la mirada hasta encontrar un par de piedras y, sin perder de vista en ningún momento el camino, se agachó a recogerla— Si aparece aquí, tendremos más posibilidades que si nos acorrala

Isakali miró a Fillon y ladeó la cabeza como indicando que no tentase a la suerte con aquellas afirmaciones. Con el casco y el traje no se apreció bien el gesto, quedando como un pequeño bailecito. Ya puesta en posición, la mujer arrojó una piedra, primero a sus espaldas y luego otra hacia el camino que se abría ante ellos.

El claro permaneció en aquella calma tensa y silbante por el viento, la piedra de Isakaly no provocó ninguna reacción y tras un tiempo prudencial no apreciasteis ninguna actividad peligrosa. Aun así, la sensación de amenaza persistía, constriñendo vuestras gargantas hasta ese punto que dificulta el respirar si no te concentras demasiado en hacerlo.

Vuestro cauteloso avance alcanzó el casco de metal negro pulido de la Imperialis, era un modelo Nubian, habitual en las élites tardorrepublicanas y famoso por el uso que hacia la realeza naboo de este tipo de naves. El material era de excepcional calidad, pues a pesar de las, calculábais, más de una década que llevaba estrellada el metal pulido seguía impoluto, reflejando vuestros rostros en él. También apreciásteis el emblema de la Antigua República, así como el nombre de la nave en un lateral, sin duda era la Imperialis.

No tuvisteis que indagar mucho, no apareció ningún tiburón de chatarra de forma sorpresiva, pero sí localizasteis una abertura en su fuselaje. Era una buena noticia, por ahí podríais aceder, el problema era que la abertura no había sido causada por el impacto. Algo había reventado el casco desde dentro.

—¿Entramos? Me da la sensación de que la nave es su cubil— Isakaly se mostraba cautelosa, caminaba despacio y aún llevaba unas cuantas piedras pequeñas para ir comprobando el terreno. Con cuidado, tocó el casco de la nave, examinando la apertura— Quizás sobrevivieron al impacto, y tuvieron que salir con explosivos...

Instintivamente volvió a mirar hacia donde estaban los huesos, preguntándose si serían de chatarreros o de los accidentados.

Thea caminaba con cautela, comprobando dónde pisaba y lo que se movía a su alrededor, atenta a cualquier sonido, a cualquier mínimo roce o desprendimiento hasta que finalmente estaban ante el fuselaje de lo que seguramente era la nave que buscaban.

- Si, deberíamos entrar pero antes debemos asegurarnos de que es seguro o, como mínimo intentar averiguar qué hizo este agujero...

Se agachó ligeramente para analizar el fuselaje, intentando discernir si aquel agujero se había hecho por medios explosivos, láser o por algún animal... 

Llegue el ultimo al lugar, seguia mirando hacia afuera, consciente de que seguramente mis demas compañeros miraban hacia la nave. El material de la nave era bueno, muy bueno, lo suficiente como para crear una posibilidad.

La cubierta de la nave es buena, de las que valen dinero. Si realmente deseamos pasar por delante de Sol Negro, no estaria de mas, llevar algo con lo que sobornarlos. Eso parece ligero y caro.

Busque algo de cobertura, pero sin estar directamente en el camino de salida de la apertura, mi mirada inspeccionaba el lugar, atento al posible enemigo. Escuche lo que decian y fui consciente por la forma en que estaba reventada la nave, que la criatura o lo que fuera habia salido de dentro.

Investigadlo, yo os cubro.

Fillon miró asombrado el reluciente caparazón de la nave. Eso era dinero sin duda. Y lo que venían buscando. Marc tenía razón en cualquier caso. No estaría de más pillar algo para sobornar a los del Sol Negro en caso de ser necesario. 

— El agujero pudo ser hecho por los supervivientes del choque como dice Isakaly — Dijo Fillon. — Quizá no encontraron otra forma de salir... —

Miró entonces a Isakaly. Aquellos huesos y sus palabras, maridadas con el ambiente habían terminado por ponerle nervioso y notaba los pelos del brazo erizados por ello.

— Estoy de acuerdo con que después de eso alguna criatura decidiera tomar la nave como guarida... —

Se encogió de hombros.

— En cualquier caso hemos venido por lo que hay dentro de la nave. Cuanto antes entremos antes menos posibilidades de que nos vea nadie. —

Miró a Marc, era el de las armas y claramente el que mejor sabría defenderse.

— Tu primero supongo. Seguro que dentro encontramos de valor para el Sol Negro. —