Partida Rol por web

Levante las cejas ante la directa de Fillon, me gire para mirar a Thea, momento en el cual ella esquivo la mirada yendo esta directa al suelo, provocando que inevitablemente imagenes volvieran a mi mente. Mire a Fillon, abri la boca y la cerre para acabar sonriendo de nuevo, buscando ocultar el suave azoramiento. Levante mi diestra y me rasque la parte de atras de la cabeza, mientras me encogia de hombros, dejando escapar una sonrisa entre avergonzado y quizas pillado en algun que otro pensamiento que no deberia en estos momentos.

No dije nada, solo me coloque detras de Thea para seguirles, hecho que no ayudo mucho al verla desde atras, por lo que acabe mirando al techo, provocando que casi me diera una hostia contra uno de los marcos de la puerta.

Mierda. Centrate Marc.

Abri mi caja de las sorpresas y bueno... estaba muy bien, y el traje parecia de los buenos, pero claro uno esperaba algo mas... "agresivo" Aun asi no pude dejar de entrever que nuestro "jefe" se estaba portando.

Me coloque el traje por encima de mi armadura y luego fui acoplando todo lo demas en sus respectivos lugares.

Mire a Thea cuando dijo aquello y rei de forma clara, mientras negaba levemente con humor. - Solo te falta cuadrarte ante un oficial Thea... - Le guiñe un ojo, buscando que riera el chiste, por ser tan formal en una situacion tan asi. Desde luego tenia cada salida.

Asegure mi rifle, lo comprobe una vez mas y mire a Fillon. - Listo.

Mire a nuestra ultima compañera, que llevaba rato silenciosa, por si acaso necesitaba ayuda con algo, de ser asi, no dudaria en ello.

Isakaly agradeció la ayuda de Marc para ponerse el traje ambiental, la mujer se prestó lista junto a vosotros. Para cuando la sacudida final del aterrizaje, Vindar llegó para ponerse él mismo su traje. El chiss se puso una armadura pectoral ligera, en su cinto se podía apreciar una pistola bláster pesada y en su mochila quien sabía qué otros artilugios llevaba. Os miró ya equipados y asintió, hizo un gesto para que lo siguierais.

—Bienvenidos a Quantxi —anunció con aire arquetípico, pulsó el mecanismo de descenso de la rampa de acceso del Bakurano y antes que esta descansara en el suelo, una oleada de pestilencia y aceites de motor os golpeó en la cara. Afortunadamente los trajes contuvieron el principal impacto.

Vindar bajó del carguero el primero, os encontrabais en una plataforma de aterrizaje de uno de los, probablemente, numerosos complejos de reciclado que tenia la luna. Había un movimiento constante de droides de todo tipo, poco movimiento orgánico hasta que visteis que una suerte de técnico, con un equipo parecido al vuestro se acercó a vosotros desde el otro extremo de la plataforma. De donde venía también pudisteis ver un par de armaduras blancas de los soldados de asalto del Imperio.

Un vistazo general de esa luna revelaba que una densa capa de contaminación manchaba de nubes naranjas el cielo. En lugar de montañas, bosques o ríos, había una retorcida orografía de colinas de chatarra que se apilaban hasta donde alncazaba la vista, hileras de naves esperando a ser desguazadas y un continuo baile de transportes atmosféricos que iban trasladando desechos de un lado otro del planeta. A lo lejos uno podía apreciar caminantes cuadrúpedos, que eran poco más que plataformas móviles para titánicas grúas para mover trozos más grandes de naves o vehículos.

Arrugó la nariz aún a pesar del traje y aún así lo primero que hizo fue contemplar todo a su alrededor, como analizando cada rincón, cada camino y cada salida.

La presencia de aquellos soldados de asalto la inquietó, provocando que un escalofrío la recorriera y esquivara la vista de su presencia, como si la temiera y realmente era así pues no guardaba buenos recuerdos sobre aquellas armaduras y presencias. 

- Bonito lugar...

Iba a ser difícil guiar por aquel lugar, sin duda alguna. Por lo que debía convencerse de que haría un buen trabajo y de que los podrían guiar con seguridad. Tenía la formación, el entrenamiento y solía confiar en su propia intuición... 

Miró a sus compañeros, buscando la confianza que necesitaba pues el inicio del viaje y la guía dependía de ella... 

Isakaly había permanecido en silencio durante todo el trayecto. En parte porque estaba pensando en toda la información que habían recibido, en parte porque ya estaba imaginando la cantidad de material médico que podría comprar para el asentamiento de Pons Ora. Y eso sin contar con que siempre podía encontrar algún instrumento que fuese de utilidad en el yate. La República no era famosa por sus buenos médicos, pero desde luego, tenían mejor tecnología de la que ella poseía. El olor y, sobre todo, el gesto para evitar el golpe de Marc pareció sacarla de su ensimismamiento

—Cuidado— dijo de buen humor recordando un viejo chiste abafarito— No seas como el Cabezacubo Mayor, que sobrevivió a la emboscada y la palmó a la llegada cayendo sobre un tenedor.

Con bastante más calma de la esperada, la médico bajó de la nave, observando todo con atención. No parecía estar demasiado preocupada ni se llevó la mano al arma, puesto que no parecía haber ningún peligro inmediato. Si que manipuló el cinturón, comprobando sin mirar las pertenencias que llevaba y preguntándose si serían suficientes o necesarias. Sonrió a sus compañeros tratando de hacer que el ambiente fuese más positivo, sin percatarse de que el casco del traje ambiental haría casi invisible aquel gesto tan natural en ella.

—Venga, cuanto antes empecemos, antes podremos ducharnos.

Sonrei ante las palabras de Isakaly. - Conozco el chiste... - Guiñe un ojo, tras haberme quitado de encima el golpe aturdidor de Fillon de hacia nada. Mas no dije nada mas, solo me asegure de que el traje ambiental estaba bien puesto y me prepare para ser el ultimo en salir.

La apertura de la puerta trajo el magnifico perfume del planeta, a lo que no pude mas que contener una arcada. - Joder... huele peor que el aliento de un Sarlacc.

Menos mal que el traje habia evitado lo peor, o ya me veia echando la pota. Menuda peste.

Baje detras de los demas y mi mirada fue directa al resplando blanco que clamaba por ser atendido en medio de tanta porqueria. Cojonudo.

¿Verdad? Recuerdame que lo anote como lugares favoritos de Thea para visitar cuando tengamos un rato libre entre trabajos... - Una risa baja, que no escondia nada, aunque obviamente la sonrisa quedaba neutralizada por la escafandra. Que poco me gustaban este tipo de trajes.

Coloque mi mano en su hombro y aprete levemente. Guarde mis armas en sus respectivas fundas para que los soldados no imaginasen lo que no era.

Creo Isalaky que una ducha no sera suficiente para quitarse esta peste... con suerte un baño quimico ayudaria un poco, aunque creo que acabariamos por oler peor tras eso. - Una sonrisa de nuevo oculta por culpa del traje, aunque se notaba el humor en el tono.

Mis ojos acabaron por mirar a los enormes guardianes de este templo a la chatarra y a la basura espacial. Tras eso lentamente, pero como si no pasara nada mire en direccion a los imperiales, quedandome cerca de Thea para que eso la ayudara.

— Oh vamos, no es para tanto; es como volver de nuevo a casa. Un nido infesto de mierda y espacios metálicos por doquier —

No era aquel olor muy distante a lo que olía cuando los imperiales lo castigaban unas horas en el compactador de basura. Nunca habían aplastado a nadie... pero el olor... maldito olor... Se rascó la nariz golpeando con su mano la escafandra, regresando en ese mismo momento a ese mismo lugar.

Se dio un ligero golpe en la tripa. Hace unos años había una incipiente barriga, ahora solo huesos y escasos músculos.

— Capi, ¿Querrás hablar tu con los locales del lugar? — Dijo refiriéndose al técnico que se acercaba al grupo... 

El chiss, fiel a su actitud hierática, salió del Bakurano sin aparentar verse afectado por la algarabía fétida que desprendía Quantxi, asintió a Arcos adelantándose al grupo dejando a R3 al principio de la rampa. El técnico, un abednedo, que se movía con parsimonia y enseguida preguntó por los motivos del aterrizaje.

—Salvamento —fue la breve respuesta que Vindar dio al técnico. Éste se lo miró con detenimiento, más lo que Vindar le entregó, una, sin duda, cantidad de créditos, que pareció convencer al abednedo de que las razones de la expedición eran legítimas.

—¿Qué hay de los imperiales? —preguntó el chiss moviendo la cabeza hacia ellos. El abednedo, que no era idiota, se hizo el loco, y con eso se ganó un extra en créditos.

El técnico explicó que era la patrulla habitual de la luna, que estaban un día y luego se marchaban. Aseguró que el oficial imperial al mando era poco más que un extorsionador, que mientras el Gremio de Chatarra pagará las cuotas, el Imperio se aseguraba que no hubieran problemas. Con el agradecimiento de Vindar, el técnico volvió a sus quehaceres y el chiss se volvió hacia vosotros.

—No confío en dejar el Bakurano sin supervisión —dijo echando una mirada analítica a los imperiales, añadió —. Me quedaré en el Bakurano vigilando. Toma esto —le entregó un comunicador a Fillon —. Un comunicador de onda corta, potente, podrá atravesar la estática del campo de chatarra. Si la cosa se complica, iré con la nave.

Fillón miró el comunicador con poco interés, y lo guardó sin mayores pretensiones asintiendo a las palabras de Vindar. Enseguida miró a Thea y el resto del equipo. Era hora de empezar a moverse.

— Propongo subir a uno de los montículos y ver si vemos algo que llame nuestra atención. No creo que preguntando nos digan donde se encuentra la nave... —

Escuchó con atención el intercambio de palabras, prestando atención y asintiendo a éstas.

- Bien, nos mantendremos en contacto y avisaremos en caso de que se produzcan complicaciones insalvables.

Después miró a Fillon y sintió.

- Lo veo adecuado, desde una posición elevada podré usar los macrobinoculares para reconocer previamente el terreno y así encontrar el mejor camino por el que movernos, el camino que nos permita caminar intentando evitar los peligros de la zona.

Se la notaba centrada en el trabajo, en lo que debían hacer ahora pues centrándose en aquello podía olvidarse de las anteriores palabras de Fillon y en las imágenes que habían acudido a su mente, aunque lo que no pudo evitar fue morderse ligeramente el labio inferior para después negar con la cabeza.

El jefe se iba. Era logico. La nave era nuestra unica forma de salir de esta luna, si a los imperiales les daba por tocar los cojones, podian ser muy problematicos y sin nadie cuidandola, acabariamos pronto jodidos, de una u otra forma. Mire a los imperiales y despues al chiss cuando dejo claro que si enviabamos la señal, vendria a por nosotros. Asenti quedamente en su direccion, mientras preparaba el rifle blaster por si algo comenzaba mal, sin llegar a poner la mano en la empuñadura, pero si dejandolo en una posicion para poder sacarlo y apuntar con rapidez.

No hice demasiado caso del aparato de comunicacion, solo observe a Fillon y sonrei para mi mismo, sin dejar que se notara por fuera.

Te seguimos Thea. - Y es algo que pensaba hacer de forma literal, habia trabajado lo suficiente con ella para saber que si la seguia, acabaria cansandome menos que si elegia mi propio camino entre el terreno que fuera. Suponia que era algo tipico de los exploradores, siempre sabian como alcanzar el lugar, con el menor numero de pasos posibles.

Claro que si Marc, lo haces exactamente por eso.

Decidi dejar mi mente en blanco en segun que cosas y centrarme en vigilar los flancos y la retaguardia. Esa era la mision, proteger y cubrir a mis compañeros, no pensaba empezar jodiendola a la primera de cambios.

Isakaly no creía que la situación fuese tan sencilla como subir a una colina y otear los caminos. De ser así, muchos hubiesen encontrado ya el yate y no quedaría ni un triste esqueleto de la nave. Sin embargo, sin saber por donde empezar era una idea tan buena como cualquier otra... y en realidad tenía muchas ganas de explorar aquel terreno. ¿Quién sabe lo que podrían encontrar?

—¿Dónde narices has vivido, Fillon? —preguntó moviéndose a un lado para dejar paso a Thea— Para decir que esto es como volver a casa... No creo que tuvieses la nave tan hecha polvo.

— Módulo B-23 de la prisión Imperial de Kothlis querida — Dijo torciendo el gesto al recordar el lugar. — Como he dicho, un nido infesto de mierda y espacios metálicos por doquier. —

Caminaba al lado de Sakal mientras seguían a Thea y Marc, distraído con la conversación... sin prestar demasiada atención al entorno. Para eso estaban la parejita.

— Supongo que tendré que esperar un poco más antes de poder disfrutar del verdadero olor de la libertad. Así que mientras tanto intentemos sacarle partido a esta chatarrería. — 

— Dime Sakal,... ¿Qué hay de ti? ¿Cómo has acabado en una misión como esta? No te imagino como una carroñera, no te pareces mucho ni a esos dos ni a mi. — No había maldad en las palabras de Fillon, más bien curiosidad y quizá una forma de recuperar la conversación agradable y distendida que propiciaba el cielo abierto.

—Pues vaya faena— comentó ante a respuesta de Fillon. Aunque se había presentado a sí mismo como pirata, no se le había imaginado como un expresidiario aunque tampoco era raro. Cuando te movías en un filo, casi siempre acababas cayendo a uno de los lados con un buen corte— esperemos que esto sea lo más cerca de casa que vuelvas a estar, entonces... y que no nos invites a ella, claro. Mejor todos lejos.

Fillon le preguntó entonces por su vida, pero al hacerlo la llamó Sakal. Isakaly se giró sorprendida al oír aquel diminutivo. Era como la solían llamar sus amigos y sus pacientes más jóvenes en las colonias, aquellos a los que no tenía que insistir para que no la tratasen de usted. Le agradó que la llamasen así, le hacía sentir menos fuera del agua.

—Bueno... En realidad si nos parecemos, ¿no? No hago esto gratis, aunque reconozco que nunca había salido de Abafar... solo por ver el espacio merece la pena—repuso sin darle importancia, para luego añadir con un tono algo más preocupado— La verdad es que Pons Ora está al borde del abismo. No para la gente bien ni para los viajeros, claro, pero necesito material y para eso hace falta dinero, dinero que mis pacientes no tienen. Si esto sale bien podré comprar mucho bacta y quizás algo de material...

Tratando de alejar aquella situación de la cabeza, la mujer agitó la cabeza e hizo un gesto que venía a decir "¿que se leva a hacer?", aunque por su actitud, no parecía la típica persona que se conformase con aquella muletilla.

—Por cierto, ¿saliste hace mucho de aquel agujero? Sé que muchos acaban con problemas óseos o de vista. Si quieres, cuando volvamos a la nave te hago un chequeo rápido. Sé que con la pasta que ganemos podrás ir a un buen médico, pero no me cuesta nada y eso que te ahorras.

Giró la vista ligeramente al escuchar la conversación de aquellos dos y un sentimiento de pesar se alojó en su corazón.

- Lo siento... El imperio no es una buena muestra de bondad, eso sin duda alguna... Salvo que les jures eterna obediencia y fidelidad y sino, te lavan el cerebro para que les obedezcas ciegamente o te torturan hasta que no seas capaz ni de recordar quién eres...

Se detuvo al darse cuenta de que quizás estaba hablando demasiado, pues si algo había estado quedando claro era que parecía conocer sobre el funcionamiento del Imperio.

Miró a Marc y sonrío.

- Lo sé, se que siempre estarás ahí para cubrirme la espalda.

Le guiñó un ojo a su compañero. 

Doy fe de ello y espero no molestar Fillion cuando digo, que sin duda para la proxima reunion busquemos un lugar con algo de verde y sin este olor a aceite y metal. Incluso me atrevo a invitar a la primera ronda si eso se da, pero como digo con una atmosfera algo menos vomitiva... - Estaba claro por las formas que hablaba exactamente eso, del mundo.

Un pequeño estornudo secundo mi propia mocion. - Se te mete hasta el maldito cerebro.

Hala... - El tono hasta casi parecia ofendido. - Puedo entender que me veas como un carroñero, pero que digas eso de Thea... desde luego Fillon, nunca me hubiera esperado eso de ti. - El tono volvio a cargarse de humor, porque sin duda si de algo no tenia del todo pinta Thea era de carroñera.

Por mas que iba soltando comentarios ante las palabras de los demas, era obvio que mi atencion en ningun momento se dirijio a ellos dos, estaba pendiente de nuestro alrededor, ahora si, lejos de la supervision de los soldados imperiales, con el rifle blaster en las manos.

Las palabras de Thea, hicieron que por un momento mirase en su direccion, para luego profundizar en las palabras de Isakaly. - Eres una persona interesante Isakaly... generosa y dispuesta a meterte en este lio por el bien de otros. - El tono bajo un poco. - Es raro encontrar a gente como tu... - Me gire para mirar en su direccion. - Me alegro de tenerte aqui. - Habia confianza en el tono, pero no ingenuidad, cada uno podia sacar de mis palabras lo que desease, pero sin duda no habia maldad. Mire entonces a Fillon. - No te preocupes viejo, que tu tambien me caes bien...

Volvi a mis tareas cuando escuche a Thea y de nuevo ciertas imagenes se filtraron a mi cabeza. Joder. Esto se hacia cada vez mas dificil.

Siempre... - El tono no dejaba dudas. - pero por esta vez... y como excepcion, me toca cubrir la de tres,... - Uni a los otros dos a mis propias palabras al desviar la mirada de la escafandra hacia ellos. - asi que no me deis mucho trabajo extra con carreras a lo loco y sin avisar, por favor.

Fillon miró su datapad.

— Hace un par de días — Contesto a Iskaly respecto al tiempo que llevaba fuera.

— Me alegro Marc, me alegro. — Contestó entonces a Ashland cuando afirmo que también le caía bien. — Pero no me llames viejo otra vez si no quieres que te patee ese culo tan en forma que tienes. — Sonrío.

Miró a la cima de la pila que estaban subiendo. Estaba siendo un momento relajante. Una buena forma de unir al grupo, de conocerlo mejor. No es que fueran a ser grandes amigos desde luego, pero era mejor trabajar con gente agradable como esta que no con una panda de gilipollas.

—¡¿Dos días?!... — EL asombro era genuino, pues aunque nunca había visto a nadie recién salido de la prisión si que había oído hablar del estado en el que solían encontrarse. Y Fillon parecía... bueno, algo achacoso, pero desde luego no encajaba en aquellas descripciones. O era muy duro o las historias se exageraban. —Bueno... la oferta sigue en pie.

Al oír a Marc la mujer se encogió de hombros. Ni entendía la ofensa que podía haber en el término "carroñero" (al fin y al cabo aprovecharse de los restos era más inteligente que ignorarlos) ni creía que lo que hacía fuese especialmente generoso, especialmente teniendo en cuenta que ella había podido permitirse esa generosidad, ya que hasta que se fue de casa había tenido siempre la seguridad y comida que necesitaba y más. E incluso ahora... su familia seguía estando allí, por mucho que se negase a volver a aquella vida vacía. Al oírle hablar de las carreras no pudo evitar reírse por lo bajo, con buen humor.

—No te preocupes, a no ser que vea un Sensor MDS 50, yo tranquilita y siguiéndote. Por cierto... ¿Y vosotros por qué estáis aquí? Entiendo que Fillon necesite el dinero, pero ¿vosotros?— miró a Thea, su comentario le había llamado la atención y le vino a la memoria la mirada de la muchacha al ver que estaban buscando a alguien. Creyendo comprender, bajó la voz. No sabía que habían hecho, pero si que los imperiales les perseguían. Quizás eran refugiados políticos o quizás asesinos, pero eso era lo de menos. Hizo un gesto como que no había preguntado nada y, como quien no quería la cosa,—¿Sabéis? En Pons Ora nadie llama la atención y hay espacio de sobra.

A buen entendedor...