Me rio entre dientes con los comentarios de la doctora. No seria la primera vez que nos viéramos en las duchas de la base, y se que pese a ser una empollona, la doctora no se conserva nada mal...para los años que tiene.
La que tiene un buen polvo es la doctora...no se que ve en el capullo de McKay. Sigo trabajando a todo ritmo mientras hablamos, sin dejar de observar los alrededores cada poco. Según trabajo, voy aligerendome un poco de la impedimenta que llevo encima, pero sin soltar el arma. Por si acaso. Ese hombre es un cerdo machista...aunque no tan ofensivo en sus comentarios como nuestro coronel.
Pasan las horas y con ellas las guardias, no hay ningún incidente, nadie entra, nadie sale por el stargate y el perimetro se mantiene seguro y... Aburrido.
La noche ha sido fría y no estáis equipados para ello, así que lo habéis pasado bastante mal, aunque todos menos Alan y Maya lo habéis soportado bastante bien. El médico está dividido entre su deber militar y la nostalgia de una buena cama y una mantita cálida. Maya está deseando averiguar que pasa con el stargate y volver a Atlantis, a su habitación con calefacción y tomarse una taza de café caliente.
Tras seis días, he supuesto que no las conversaciones que teníais acabaron de algún modo.
Café caliente. Y ropa limpia y un baño caliente enorme y lleno de espuma con olor a lavanda. Y sobretodo mis estancias y mi despacho, con mis libros y mis cosas y no este sitio, abandonado de la mano de cualquier deidad, pasando frío. Al menos me ha dado tiempo de lavar mi uniforme y dejarlo secar y por fín ya no parezco un espantapájaros. Pero a cambio he ganado también en frustraciones. No encuentro el modo de arreglar el tema de la Stargate y el poder volver a casa, a Atlantis.
-Maldita sea! Es que parece que hayan movido el maldito planeta de su sitio!- gruño por lo bajo, enfadada con mis escasos resultados.
Alan hecha de menos las camas de Atlantis. La ropa de Atlantis, la calefacción centralizada de Atlantis, y lo que es más importante, los reparadores sueños de varias horas sin guardas de por medio de Atlantis. Y aunque es agradable dormir entre Mala y Coretti, no compensa. -Esto de dormir en así en este sitio, no puede ser sano, ya lo digo yo.- Dice, sumando una más a sus protestas, que sabe bien que dice para él mismo, pues seguramente nadie le escuche. Suspira, y niega con la cabeza, mientras revisa, por enésima vez, su equipo, tanto militar como médico, en el que para especial atención. -¿Y si probamos marcar otra dirección? Hay docenas de planetas habitables, inofensivos y deshabitados que podemos probar. Igual el DHD de este Stargate se ha estropeado. Quiero decir, no es que fabriquen estas cosas en China, pero... Son máquinas, pueden estropearse. Quizás funcione desde otro lugar. Y si no, siempre podemos probar de viajar a cualquier mundo habitado. Allí al menos tienen camas, comida no enlatada... Y hay muchos lugares agradecidos para con nosotros. Para con Atlantis.-
La noche no ha resultado tan apacible y reparadora como otras, pero no es la primera noche a la intemperie, seguro que otros lo están pasando peor como la doctora. Los músculos entumecidos comienzan a despertarse ayudados por los ejercicios que voy realizando, poco a poco despego el frio de mis huesos, unos saltos hacen que los pies recobren su circulación y los calientan del frío recogido del suelo. El cuerpo lo que necesita ahora es algo caliente, aunque sea de las raciones de campaña.
Escucho a McDermott, no está muy agusto con el planeta, no se le puede culpar, con noches así yo también estaría de mala leche.
- Lo primero es tomar algo caliente que nos espabile y nos permita aguantar un rato más, algo de desayuno, de lata por supuesto, a falta de algo mejor hasta llegar a Atlantis, no hay que desesperarse, pronto arreglarán los problemas que hayan podido surgir y podemos regresar. Saco un par de las raciones y cojo lo correspondiente a un nutritivo y deseado desayuno asqueroso de campaña y se lo tiendo al doctor. - Por favor, ¿podría prepararlo mientras compruebo las trampas?.
Se despertó con frio dentro del saco de dormir. Tendrían que buscar alguna cueva o similar para pernoctar esa noche, porque podría darles una hipotermia si seguían así. O eso o hacer un fuego. Pero eso les convertiría en un blanco muy fácil de detectar.
-La verdad es que el asunto de Atlantis es bastante raro. 24 horas y sin noticia. ¿Recuerda usted algún otro planeta del que tengamos la certeza de que sea seguro? El problema es que toda la maldita galaxia está llena de wraith. Son casi omnipresentes.
Fernández fue a revisar las trampas y él secundó su moción, mirando a Coretti.
-Abra los MRE de hoy y caliente agua con el calentador sin llama, tomaremos un buen café porque nos hace falta.
Pensó en alternativas: buscar un lugar donde cobijarse, o probar suerte con una rápida expedición al planeta de las abejas. Quizá hubieran tratado de contactar con ellos allí.
Mientras haces lo que te ha pedido el teniente coronel, no dejas de dar vueltas a por qué el maldito stargate se había abierto y cerrado sino había entrado o salido nadie del planeta... Y entonces, recuerdas que es posible que el portal se estuviese reiniciando y reconfigurando su posición del planeta con la red de stargates de la galaxia. Era una posibilidad remota, pero válida.
Tirada oculta
Motivo: Intelecto
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+5)=17
Mientras caliento comida (por llamar de algún modo a esa cosa reseca de los sobres), voy dándole vueltas al asunto del comportamiento extraño de la Stargate. Puede que se esté reajustando a la nueva posición, eso explicaría la apertura sin más y el no poder conectar con Atlantis, pero lo único que puede motivar eso es que el planeta se haya desplazado de su posición original y eso no es posible no?
-Y si no estamos en un planeta de verdad?- verbalizo en voz baja un pensamiento absurdo, porque los planetas no van cambiando su posición orbital ni se desplazan de su eje así sin más. No soy astrofísica pero vamos, hasta yo sé que eso no es razonable.
-Donde están mis apuntes?- de repente busco entre mis cosas y ver si eso es posible. Si se está recalibrando realmente, entonces el problema está en la fórmula, que ha variado y tenemos que descubrir cómo. Me levanto y me dirijo a nuestro intrépido líder.
-Teniente Coronel Ben Zee, aunque no tengo manera de desmostrarlo, al menos no todavía, tengo una hipótesis acerca de porqué no hemos conseguido volver a casa y el motivo de que la Stargate se abriera y nada ni nada pasara a través...- le empiezo a decir a éste mientras espero si me hace caso o no.
Alan tiende la bolsa del desayuno, o las raciones de campaña, o lo que sea, hacia Coretti, con un amable gesto de cabeza, a modo de ruego. Pese a tener una cocina inmensa y cuasi profesional en Nueva York, no tiene noción alguna de cocinar. Lo que se dice ni idea. Asiente al Coronel, aunque sin decir nada. Saca la cantimplora y bebe un largo trago de agua (lamenta no llevar nada más fuerte) mientras escucha a la doctora. Sus conclusiones son... Inquietantes, así que Alan se sienta y presta atención a Coretti.
El coronel había sacado su bolsita del café del MRE y estaba pensando improvisar un pequeñísimo fuego para hacer café dentro de una cantimplora, cuando Coretti comenzó a decir aquello. La miró un momento y parpadeó, antes de proseguir.
-La escucho -dijo, escueto, mientras colocaba unas ramas partidas para hacer una base fuego. Lo único que faltaba era la yesca.
De repente, Ben Zee y Alan me están escuchando con atención. O bien, es bueno tener público de vez en cuando, especialmente en Atlantis que si no eres un cerebrito de las matemáticas o un soldado condecorado, nadie te hace ni caso.
-Veamos como lo explico sin que suene... "raro"- trato de empezar mi pequeña exposición, que no es más que un pensamiento "loco" que aún no conseguido verificar pero es lo mejor que tengo -Tras revisar muchas veces el sistema y comprobar que todo parece estar bien, bueno, no sé si conoce el principio de la navaja de Okham, pero resulta que si no es un fallo "técnico" por así llamarlo, la otra opción que nos queda es que hayan cambiado las coordenadas del planeta. Bueno, aún no tengo claro si las de este planeta o bien las de Atlantis, pero si realmente han variado, por mucho que marquemos la dirección que tenemos, si no la ajustamos correctamente, no volveremos jamás a casa.
Hago una breve pausa para ver qué caras ponen ambos hombres ante mi teoría.
-Eso explicaría el motivo de que la puerta se abriera pero nada pasara a través de ella, el sistema se estaba actualizando a las nuevas coordenadas. Y si es así, deberíamos averiguar cuanto antes cual es el chevron que ha cambiado, si el del punto de origen o el de destino...- esto último lo digo con un semblante algo más serio y con más convicción -Es algo similar a lo que le pasó al SG-1 en un par de misiones...- añado, haciendo memoria de algunos informes muy memorables como la segunda puerta en la Tierra o el primer viaje propiamente a través de la Stargate.
La sargento vuelve al campamento desde su puesto de vigilancia - Todo despejado. - dice con su tono de voz, que parece que esté siempre enfadada - No ha habido activación del stargate y ni un alma se ha acercado al mismo. - advierte mirando ligeramente al teniente coronel, quizá se lo había imaginado él.
Se acarició el mentón, evaluando la información. La verdad es que no perdían nada por pasarse el día haciendo pruebas en el stargate. Tenían horas de sobra hasta para buscar un nuevo refugio, más apropiado para aquellos fríos.
-Muy bien, Coretti. Hágalo. Yo vigilaré la zona del stargate junto a Fernández mientras trabaja. MacDermott, Mala... les dejo pensando en como mejorar el presente refugio o buscar uno mejor, más caliente, por si debemos hacer otra noche. Quizá sería conveniente trabajar en la estructura del barracón, aislándolo del frío mediante la reparación de los huecos, encontrar mantas, tiendas de campaña... Acepto ideas y sugerencias que no involucren largas marchas por el bosque buscando una cueva.
Miró el reloj.
-Estaremos en el canal 1. Si necesitan algo, dennos un toque.