Partida Rol por web

La muchacha miró a quien se postulaba como adversario, estaba claro por la amplitud de su sonrisa de que veía posibilidades al juego, así que decidió echarle cara a la situación para crear aún más expectación.

- ¿Tú mi rival?...¿Y cuántos más?... Contigo no tengo ni para empezar, muchachito... - le guiña el ojo divertida, el tipo parecía mayor que ella, así que estaba claro que el ambiente era de broma, algo necesario para descargar tensión -...Bien, quien quiera venir en el bando de la arpía, oséase, yo..., que se ponga detrás mía..., quien prefiera el sex appeal de este soldadito de plomo, que se ponga detrás suya, y ya sabéis de que seréis mis primeros objetivos en... eliminar... - lo dijo como si fuera la mala de alguna película de tercera, muy al estilo de Austin Power -... Venga chicos... elegid el bando ganador o perdedor..., ya sabéis cuál es el mío.... - La joven no era demasiado alta, ni particularmente fuerte, quizás algo ágil pero eso sí, sabiendo que era ingeniera estaba claro que aunque se postulaba como ganadora, en realidad era la peor opción en un juego serio, lo suyo era usar la cabeza

- Mi nombre es Sam, Sammy para los amigos..., tú puedes llamarme "Su majestad" y más cuando te arrastres delante mía pidiéndome clemencia... lo harás ¿verdad,  "enemigo"?... - Carácter juguetón y retador, obviamente buscaba seguir proyectando un espectáculo y animar el ambiente -....¡¡¡Venga chicos!!!.... La línea de allí es donde tengo que llevar el balón, y la de allí, donde tiene que llevarla "mi enemigo".... El equipo que gana el mejor de tres puntos... Y vale todo menos armas blancas, fusiles y..., bueno ya me entendéis, se premia el ingenio y la habilidad.

Sammy miró a los presentes y esperó a que alguno se posicionara a su lado, si no, daba igual, ella iría contra cualquiera que le echara cara.

Todavía preocupada por Jericó, y el probable rapapolvo que le debía estar cayendo, Adriana apenas prestó atención a lo que sucedía alrededor hasta que Sam les animó a jugar a un improvisado partido de rugby.

Aunque había jugado alguna vez, no era algo que le apasionase. Era consciente de las posibles lesiones que podía provocar este juego, y que no le apetecía hacerse justo antes de otra peligrosa misión. Eso sí, no iba a soltar un sermón. Cada uno era mayorcito.

—Vamos chicos, ¿nadie va a ayudar a Andrew, la pobre damisela? ¡No tiene ninguna oportunidad contra Sam!—Adriana rió con malicia, antes de añadir—Yo me quedo al ladito y, si algún nene se hace pupa, le daré besitos para que se cure.

E hizo el símbolo del corazón con las manos, mientras sacaba burlonamente la lengua.

Jericó estaba debastado. Todos habían permanecido en silencio, en su sitio observando la escena y Friday había usado una jugarreta bastante sucia que no se la iba a perdonar ya que estaba cogida con pinzas. Pero nadie había movido ni un pelo llevaban menos me 40 minutos con sus distracciones y aún quedaban un par de horas largas para la noche cerrada, gente entrenada como ellos, con geckos, podrían haber cubierto un buen terreno antes de parar para descansar y eso sin tener en cuenta que la lucha nocturna no era un inconveniente.

Pero nadie, NADIE había movido ni un solo pelo, nadie había sentido ni la más mínima responsabilidad frente a lo que estaban haciendo allí. Para Jericó, todos los presentes, acababan de traicionar al uniforme que llevaban.

Miró a Friday y asintió con la cabeza. Iría con ellos, les daría la satisfacción.

Escuchó todo lo que tenía que decirle Friday y observó como el resto se rendía ante él. Sin duda imponía su condición de líder ante los otros.

Jericó sacó tranquilamente su pistola emancipator, extrajo el cargador, cogió el último cartucho y lo introdujo nuevamente en el arma que dejo encima de la mesa con la empuñadura en dirección a Cassius. El cargador permanecía entre sus dedos.

-Mart Friday, me acusas de haber atentado contra la autoridad y haber instigado a los demás para algo así como amotinarse además de provocar la bajada de la moral de la tropa en zona de combate. Porque esto, es zona de combate

Entonces señaló la pistola.

-Esa es para mi y si esas acusaciones fueran ciertas, ese hombre de ahí -señaló a Cassius- debería ejecutarme.

Entonces fue extrayendo cartuchos del cargador y los fue dejando en la mesa uno a uno mientras recitaba:

-En tiempo de guerra, en zona de combate, ningún miembro de la infantería movil se ausentará de sus obligaciones para con la SICON.

-Ningún miembro de la infantería movil, en zona de combate entrara en estado de embriaguez ya que en cualquier momento se puede precisar de su actuación.

-En zona de guerra, ningún miembro de la federación por medio de su actuación o por falta de ella ayudará al enemigo.

-En zona de guerra, la conducta desordenada, será penada con máxima dureza por el oficial al mando.

-Ningún oficial tendrá conducta indebida alguna y aunque en condiciones de combate la cercanía se puede considerar una herramienta favorable para la moral, NUNCA deberá traspasar los límites y mostrar conductas poco disciplinadas.

Había cinco cartuchos puestos en fila en la mesa. Cinco "lapidas" sin sombra por culpa de la luz artificial.

Jericó entonces sacó su reglamento de la SICON y lo colocó en la mesa.

-Este código dice, que mi labor es acompañar al combate a los hombres y mujeres que protegen a la federación para recordarlos que ellos son los encargados de que el mundo pueda vivir en paz. Este libro dice que debo ser la luz en los momentos de oscuridad, que guíe a los soldados al combate sabedores de que sus muertes servirán para que otros puedan vivir. 

Estas paginas solo son la guía, los capellanes somos el ejemplo.

Antes de permitir que cualquiera de los presentes dijera algo, Jericó comenzó a meter los cartuchos en el cargador otra vez y recuperó su arma.

-Por suerte para todos los presentes, vuestros galones son de pega, cosa que parece que hayáis olvidado. Os pusieron al frente de los equipos porque lógicamente con un Marauder, toda la táctica suele girar a su alrededor y dado que faltaban mandos, vosotros fuisteis los elegidos, cosa que no os convierte en suboficiales por lo menos, no hasta que regresemos frente al oficial superior al mando y este disponga ascensos.

Esperaba que los ánimos se hubieran calmado lo suficiente antes de continuar.

-Cuando fui a enlazar con el sistema de correo del SICON, no estaba la sargento mayor Volensk, estaba el soldado Rens.

Nos dijeron que íbamos a permanecer en el planeta mucho tiempo que necesitábamos el apoyo de los gecko para recargar las armaduras y nos montan esto ¿en serio no lo veis?

En tierra no hay una cadena de mando establecida porque aún no hemos hecho el reconocimiento, sabemos probablemente tienen una colonia enorme ahí abajo y creéis que es normal que nos manden a descansar cuando Altair está apunto de caer. Os recuerdo joder que estamos solos, que no hay nadie más en una distancia demasiado grande. Como nos dijeron, no va a llegar la caballería y lo único que pueden hacer desde la William Travis es gestionar el material que tienen lo mejor posible.

Estaba tranquilo. Veía el problema general y sabía que aquello no pintaba mal, pintaba peor.

-Venga chicos, no me digáis que no lo veís. Tenemos que saber dónde están esos jodidos bichos, no hay apoyo aéreo que nos lo cuente, podrían estar a 100 jodidos metros y vosotros bailando.

Venga joder, podemos marcar la diferencia, pero solo si actuamos como lo que somos. La puta infantería movil.

Altair, no tiene nada más.

Mart escuchó pacientemente a Jericó y fue asintiendo a cada una de las afirmaciones que hacía, nadie conocía el código como un capellán, y nadie sabía aplicarlo tanto como ellos. 

- No creas que se me ha subido a la cabeza el rango temporal, sean de pega o no, hasta que un oficial superior me diga que me quite las jinetas, sigo estando a cargo de mis hombres de la misma manera que Cassius está a cargo de los suyos. - dijo señalando a su amigo - Somos responsables de sus vidas y si considerase que en las actividades recreativas se ha puesto en peligro la capacidad combativa de alguno de ellos sería el primero en ponerle mi cabeza a esa bala. SICOM ha provisto la diversión, y si en un par de horas tengo que salir a meterme en un puto nido a buscar un cerebro quiero hacerlo con la mente despejada, y muchos piensan lo mismo. Un par de horas de recreación mientras se esperan órdenes no hacen daño y la cantidad de alcohol en ese bidón alcanza como mucho para un vaso por cabeza.

Miró a Jericó y sonrió tristemente - Puede que tengas razón y que no haya una cadena de mando, pero la ilusión de una es mejor que creer que no existe y tú, con tu numerito, la has echado a perder de una manera absoluta. Un soldado necesita saber que la SICOM está detrás suyo para apoyarlo y tu básicamente les has dicho que estan condenados a morir hagan lo que hagan, porque nadie vendrá a buscarlos. Es posible que hayas enardecido a algunos, los que estan cortados con tu tijera, pero también has desanimado a aquellos que necesitan esa estructura.

Se encogió de hombros - En fin, el daño está hecho, hablemos del futuro ¿Quieres entonces que salgamos hacia el norte a buscar el nido? bien, entonces respóndeme algunas preguntas para las que yo no tengo respuesta, principalmente porque no tengo el tipo de entrenamiento que me permita planear una misión de este calibre. - Enumeró con los dedos ante cada pregunta - ¿Como formarías los grupos y a quien pondrías a cargo de cada uno?, ¿Que misión le asignarás a cada grupo? ¿Que órdenes darás en caso de que se encuentre un nido? ¿Quien coordinará las comunicaciones entre ambos equipos y la nave?

Desde luego, has dado un buen discurso chico- responde a Jerico ante sus palabras- eso si, nadie va a ejecutar a nadie bajo ninguna circunstancia. Eso lo harán si es lo conveniente los de arriba- y señala al cielo. 

La cadena de mando es la que es, y todos somos conscientes del como está y el porque de ello. Puede gustar más o menos pero es lo que hay. Y ambos somos conscientes de lo que tenemos por delante, pero si la SINCOM nos pone y permite esta diversión no voy yo a ser el que la prohíba. Puede que sea el último momento de relax antes de que vayamos a nuestro objetivo. 

No creo que hayas puesto en duda la cadena de mando. Los muchachos saben que cuando vayamos a la acción hay que atenerse a las órdenes que haya, pero has dejado entrever que el organigrama establecido no es el más adecuado ni idóneo, y eso si puede dar lugar a dudas entre la escuadra. Y dudar aquí y ahora no es lo idóneo. 

Suspira con resignación- como bien ha dicho Treize, el daño, sea cual sea, mayor o menor ya está hecho. Pero me gustaría saber que respondes a sus preguntas. Tengo cierta curiosidad en lo que contestes, la verdad.