Partida Rol por web

Una vez Jericó se alejó de Rodríguez, este se acercó a ella para tratar de calmar la situación en su mente, pero dado lo que llegó a conocer de la mujer, sintió que no era tan necesario, aún así lo hizo.

-A mi me gusta cómo bailas, solo me gustaría que dejaras de pisar me, cuándo esto termine, deberíamos montar una buena fiesta, sin mucho alcohol para no dormirnos si comienza otra de estas misiones, además de que tengo que combertir tu otro pie izquierdo en un buen pie derecho-

Musitó sólo para ella, con ganas de picarla, divertido por ver su reacción, y comenzar un juego entre ambos, antes de de que el sargento comenzará su reinado de terror, cómo Maximilian Roberspier sólo que sin la elegante ropa de finales del siglo XVIII, ahora tocaba cumplir órdenes, lo que le hacía dudar, era su trabajo en todo esto. 

No me gusta vigilar, me gustaría cazar a esas insectos desde un sitio alto e inaccesible para ellos. Maldita sea mi suerte. 

Necesitaba relajarse un poco, las ordenes del sargento no incluían al tirador, eso ofuscaba, si no recibía una orden directa sobre lo que debería hacer, se pondría a buscar blancos y eliminarlos a la lejanía. 

Comenzó a revisar su TW 201-L, la versión Sniper del Morita, con sumo cuidado, mirando de vez en cuándo a Sami, mientras se aseguraba de que su arma no tuviera complicaciones en el disparo, si que le gustaría un arma con un coeficiente balístico y calibre mayor, algo de lo que su abuelo solía hablarle, era de los legendarios Barret, de calibre 12,7 en milímetros, o  0.50 en pulgadas, podían abatir a un blanco a más de 1000 metros, se imaginaba un arma así para un infante, aplicando la tecnología del cañón de riel del Morita, serían imparables.

Finalmente se resignó a no seguir pensando en eso, o su enojo iría en aumento, y podría terminar por dispararles a sus propios compañeros, dió un par de respiraciones profundas, esperando a que le adegnen a un equipo. 

Se acomodó en su armadura M1A4. Aquella obra de la ingeniería humana distribuía su peso por todo su cuerpo, no era tan cómoda como una pijama, pero brindaba protección sin estorbar al usuario, y eso era suficiente para el soldado Geltz.

Comprobó su fusil y su pistola al igual que las granadas que llevaría consigo. Tanto había hecho esta rutina que se había arraigado como una costumbre. Con la mira de su Morita apuntó por unos segundos a las estrellas en la bóveda celestial. Bajó su arma pero no su mirada. En el oscuro firmamento se dibujaban miles de puntos blancos repartidos de manera aleatoria. Nunca se había detenido a mirarlas, al menos que Adam se acordase. Incluso en casa, en Coeur D'Alene, no se veían tantas como en Altair.

Luego pensó en la misión. Hasta ahora había logrado mantenerse en una pieza y vivo. A veces sentía un poco de vergüenza pensar en su vida primero cuando había presenciado los sacrificios que habían sido necesarios para mantener a los insectos a raya, y si en casa lo entendieran también. Y si llegaba el día en que él tuviera que dar ese paso... La voz del Sargento Friday lo sacó de sus pensamientos. Estaba dando instrucciones a los miembros del equipo y no debía perderse de ningún detalle. Eso pudiera significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Erik había recibido los elogios de sus compañeros con alegría pues eso significaba que apreciaban un poco sus dotes de mando, aunque el comentario de su nuevo sargento no le había gustado. Parecía que no le había hecho gracia tener que aceptarlo como su nuevo segundo y era más había aceptado al capellán como su voz de la conciencia, lo que en su mente significaba colocarlo como segundo. A él lo habían relegado junto a Tony a trabajos de reconocimiento y tácticas, que aunque le parecía necesario era un poco degradarlo. - Sí sargento - Aún así, Erik aceptó su nuevas órdenes con estoicismo y cogiendo el mapa se acercó a Tony. 

- Vamos Tony, creo que tenemos que estudiar este mapa y comenzar a ver posibles zonas de emboscadas. También alguna ruta alternativa en caso de que los caminos estén repletos de bichos o bloqueados. - Con el mapa en la mano pretende apartarse junto a Tony para estudiarlo. 

Cuando Treize dispuso finalmente la organización, para Adriana fue un resultado agridulce. Era bueno que mandase Mart, y muy bueno que tuviese tanto apoyo generalizado. Mas la designación de Jericó como segundo no le hizo ninguna gracia. Le pareció como si le diesen al niño caprichoso el caramelo que tanto ansiaba, sin merecimiento alguno. Su cara mostró su desacuerdo, lanzó una mirada desdeñosa al capellán. No le gustaba, y no se lo iba a ocultar.

—Bueno, ¿quién me iba a decir a mí que iba a ver el final de la cadena de mando y ascenso por méritos?—Dijo la médico en voz alta, poniendo ambos brazos en jarras. Y haciendo un gesto altanero, continuó— Pero ya se sabe, donde manda patrón no manda marinero...

Se dio la vuelta y dirigió su contoneante andar a la taquilla, donde tenía el equipo preparado para la misión.

-Como ordene mi sargento- respondió ante las palabras de Friday- procuraré no ocupar demasiado las comunicaciones.

 Habían tenido un enfrentamiento y ahora parecían estar mostrando respeto el uno por el otro, o por lo menos así lo veía Jericó. Asumían implícitamente que se necesitaban para que todo esto funcionara, lo cual para el capellan era muy importante, pues normalmente solo eran vistos como ese elemento necesario para mantener el correo con el hogar.

Bruskotter no parecía estar muy satisfecho con aquello, sin duda alguna habría preferido que Smith permaneciera al mando o incluso que los dos equipos siguieran siendo independientes. Sería importante reforzar su confianza en el grupo y en su papel, pues su labor iba a ser ocuparse de uno de los equipos cuando el grupo se dividiera y no solo cuando hubiera que hacer reconocimientos.

Varios pensamientos iban y venían por la cabeza de Jericó cuando cruzó la mirada con Flores -Joder, pero qué le he hecho- se preguntó sin comprender muy bien lo que pasaba por la cabeza de la mujer.

Mientras todos ultimaban los preparativos y revisaban el equipo nuevo obtenido, Jericó se acercó a Girroux y le ofreció la mano-Jericó -se presentó- creo que nos hemos visto alguna vez por la nave, tu eres el que pone tanto incienso siempre en ese cuchitril que han puesto como capilla ¿no?, espera, ese soy yo...

- Soldado Flores - el sargento clavó en su amiga una mirada que podría congelar el desierto, no había levantado la voz pero la sensación fué la de un rugido - El Cabo Bruskotter será mi segundo y estará a cargo de todos vosotros si algo me sucede, o de algunos si es necesario separar el mando. No me importa si aprueba o no su designación, sólo espero que siga sus órdenes tan bién como las mías, mejor aún si su actitud de recién es una muestra de lo que me espera.

No entendía que podía tener Adriana contra Erik, en el tiempo que la conocía nunca la había visto tan molesta como para hacer una escena durante una misión, sólo esperaba que no fuera algo que mereciera calabozo. - Si tiene algo que decir con respecto al Cabo Bruskotter que pueda afectar su capacidad para liderar, hablaremos ahora, en caso contrario esperará a que la misión termine. - dijo señalando la tienda en la cual se habían reunido con Jericó unos minutos antes.

En cuanto fue nombrada, Adriana se detuvo a escuchar al Treize. Tras sus palabras, la médico miró extrañada, aunque algo aliviada. Parecía que era todo un malentendido.

—¿Ha dicho que el cabo Bruskotter será el segundo al mando? En ese caso no hay problema.—dijo haciendo un gesto con la mano de despreocupación.—Entendí que el segundo era otra persona, no Erik.—miró de soslayo al capellán, antes de proseguir—Aclarado por mi parte. Si no hay ninguna orden más, voy a por mi equipo, Jefe.

Firme, con la mano en primer tiempo de saludo, Flores esperó a que Mart le diera permiso. Se había equivocado, y la mejor forma de pedir perdón era envainársela y ser lo más correcta posible frente al grupo. Luego ya se acercaría a hablar con Mart en otro momento.

Treize enarcó una ceja ante la respuesta de Adriana e hizo un saludo en respuesta, permitiendole completar el suyo y seguir con los preparativos - Proceda, Flores. 

Había pensado que su movida al brindarle su confianza al capellán acortaría la distancia impuesta entre él y el equipo durante la escena del baile, pero aparentemente Jericó tendría que remar duro para llegar a algunos de ellos. Dado el rol del Capellán de mantener la moral del grupo, estarían jodidos si no lo conseguía a tiempo. Pensó en aclarar los tantos, pero consideró que lo mejor sería que Jericó se los ganara con sus propias acciones. Si empujaba más los perdería a todos.

No me gustaba para nada los puntos remarcados en el mapa como zonas de control, sabía que para algo los había remarcado el mando pero algunos de ellos … sería una locura logística una vez empezaran a lloverles bichos, mas les valía a todos haber cogido suficientes municiones. Con una misión como esa en ciernes, Tony esperaba que Bruskotter tuviese la confianza en el grupo que por lo que parecía, todos tenían en él, cosa muy alejada de lo que se destilaba por el nuevo capellán. 

- Bueno Erik, parece que a partir de ahora tendré que meter un par de veces señor en nuestras conversaciones. Digo mientras palmeo el hombro de mi amigo. - Ahora sobre esos puntos de control, joder parece que les vamos a llamar a comer, si supiera que tenemos apoyo de artillería o unos cazas esperando a que nos cayesen encima ... bueno, pero así apelo. No me gusta no me gusta nada. El pathfinder señala los puntos B-C y E-F. - El primer trecho es muy largo, casi preferiría montar a todos en el Geko y salir echando leches, si tienen bichos de plasma es su zona zero para darnos la bienvenida, y el segundo punto estamos muy cerca de las montañas, si nos pillan con las calzas bajadas un par de voladores nos puede poner las cosas difíciles. 

Se alejó de Rodríguez que parecía estar en su mundo, así que se alejó un momento de ella para darle espacio, necesitaba saber cuál sería su rol en todo este conflicto.

Miró a su sargento con inquisidor interés de que hacer a continuación. 

-Sargento, cuál será mi papel en todo esto? 

Había terminado de revisar su fusil, y estaba claro que quería seguir hablando con Sam, pero no sabía si ella quería hablar con él. 

Miró a Adolf con la misma intensidad con la que él lo miraba - Su asignación principal, Soldado Wolverine, será la de soporte y vigilancia, supeditado a las necesidades e instrucciones de los exploradores. - repasó mentalmente la hoja de servicio del soldado mientras hablaba - Deberá vigilar los acercamientos de los exploradores a las cuevas, verificando la actividad enemiga y notificando los movimientos para que no sean emboscados. Sólo tendrá libertad de disparo si el enemigo está atacando o escapando tras avistarnos, bajo ningún concepto debe provocar un enfrentamiento, y desde luego hará todos los disparos que le sean confirmados por el Cabo Bruskotter y el soldado Daught. - lo miró a él y luego a todos - Les recuerdo, esta no es una misión de Caza Mayor, es un ejercicio de reconocimiento extendido y mientras más tiempo estemos sin ser avistados mayores serán nuestras posibilidades de completarla. Si realmente hay un cerebro en el planeta, cualquier avistamiento prolongado, cualquier combate masivo, revelará nuestra posición, y sólo tenemos seis ruedas para escapar.

Las órdenes no tardaron en llegar, Mart dio indicaciones para que las ingenieras organizasen la carga de los trajes. Sam sonrió aquello era pan comido, y desde luego tendría en cuenta hasta cómo eran las relaciones entre los compañeros para que los dos soldados dentro del Gecko no se matasen vivos.

- A sus órdenes, señor... - dijo la muchacha comenzando a hacer unas anotaciones personales en una libreta, justo cuando Adolf se acercó a ella y le dijo unas palabras que no hubiera adivinado, iban a ponerle nerviosa, tanto que no fue capaz casi de emitir palabra, de todos los halagos que pudiera recibir nunca sería que a alguien le gustaba como bailaba. Jericó había insinuado algo similar pero de manera mucho más grosera, obviándole definitivamente por ello, pero la forma de hacerlo Wolverine tenía cierta dosis de encanto.

Sam se auto catalogó de tonta, su silencio hizo que Adolf se retirase y ella quedó allí, callada, con el rostro ligeramente turbado. Justo en ese momento Flores animó la situación provocando el inicio de un posible motín viendo la parte más firme de Treize, sin duda era un buen mando, y tenía su morbo esa actitud de tipo duro. A Rodriguez le iban los hombres con carácter.

- Yue..., mueve el trasero nena, tenemos que cuadrar esto... - le dijo a su amiga guiñándole el ojo, se situó apartada del resto para centrarse bien en su trabajo, no estaba dispuesta a tener el más mínimo error, aunque hubiera tenido su encanto que Treize le regañara en privado, no sería desde luego por un fallo de planificación, eso le avergonzaría de verdad. Podía ser rebelde, impulsiva o descarada, pero con la vida de los demás no se jugaba.

- Yue..., he pensado esto..., el primer turno comenzaría dentro de dos horas,  aunque los trajes de Daught y tuyo estén cargados en ese turno, necesito que haya desfase temporal entre cada traje puesto que actualmente todos están, o deberían estar al 100%... Se necesitan 2 horas para una recarga completa, así que al terminar de recargar por desfases a todos los compañeros, habremos asegurado que ninguno llegue a las 12 horas de tope, si no que recargaría cada 10, lo que nos da cierto grado de maniobra en caso de tener algún problema con los bichos, pudiendo pelear todos juntos durante dos horas más antes de poner de nuevo los dos trajes más descargados en el GECKO.... ¿Qué opinas de la propuesta?.... Según me digas así se lo presentamos a chocolatito... - se encoge de hombros -.. No te preocupes no pienso llamarle así en público, pero entre nosotras no hay secretos... ¿no?... Por cierto..., ¿tú crees que entre Flores y Jericó hay tensión sexual?... Lo digo por lo de las peleas... Un buen revolcón haría que el chambelán sonriera más a menudo, lo que no tengo claro es qué ganaría Adriana.... 

Cassius escuchaba en silencio las órdenes que impartía el sargento de pelotón. Desde luego, a él le importaba poco haberse quedado sin mando de la escuadra, al fin y al cabo siempre había pensado que es mejor que le dirija el más apto para las misiones, y en este caso Treize era una muy buena opción.

Recibido Sargento- respondió ante las órdenes recibida. Tras esto se acercó a su compañero y le dio un par de palmadas en la espalda, y aprovechando el momento añadió en tono jocoso- eres un inútil, pero sin duda alguna lo harás bien en tu labor, sargento. Ahora bien, si te hieren que sepas que no voy a ir a por ti a rescatarte- sabía su lugar y más adelante no podría realizar estas bromas, así que aprovechó el momento para hacerla.

Ya tenía ordenes de ayudar a Rodriguez a organizar el uso de las recargas para estar los mas optimo posible, "Voy" le digo a mi compañera, de momento estaba viendo su plan, "Es una excelente idea, nunca es bueno ir al limite de algo, por lo que dejar 2 horas como desfase en la que no se estén cargando es una buena idea, sera tiempo mas que suficiente para eliminar cualquier problema que nos encontremos con los bichos" le digo a mi compañera, aunque antes de empezar, quería comprobar, "si no te parece mala idea, voy a ir revisando que todos estén al 100%, si hay alguno que no este bien cargado o que tenga alguna falla es mejor saberlo ahora" en este momento me acordaba de cuando conseguir la versión digital del Arte de la guerra, siempre hablaba de una buena previsión, aunque algunas de sus tácticas no servían con los bichos, había parte que siempre eran útiles, pero salgo de mis pensamientos cuando oigo la ultima parte, "yo que tu tendría cuidado con lo de chocolatito, recuerda que a veces mas que un ejercito esto parece un instituto con material bélico a manos de los estudiantes y sabes que pasa con los motes" le digo con una sonrisa y luego me pongo a pensar sobre el cotilleo que ha soltado, "¿Un trato preferencial en lo que se refiere al espiritu?, yo prefiero no meterme en los rollos de los demás, si quieren estar juntos que lo estén, ya sabes que aquí lo de que "hasta que la muerte los separe" suele ser muy común" y me cayo en lo ultimo, tal vez no era momento para soltar ese tipo de cosas, aunque tal vez debería centrarme mas en intentar comprobar que el equipo estaba al cien por cien y que no había nada que pueda fallar en el peor momento.

Ambas se pusieron manos a la obra y su compañera vio con buenos ojos la posibilidad de dejar dos horas de desfase. Estaba claro que las ingenieras se entendían, se llevaban bien y trabajaban juntas de manera que ambas se complementaban perfectamente.

- Si estás de acuerdo cerramos el cronograma... Y es genial tu idea, voy contigo, cuatro ojos ven más que dos, inspeccionaremos todos los trajes y levantaremos un parte de incidencia en caso de que haya alguno defectuoso... Es importante que todos estén seguros... Cuando tengamos todo comprobado le damos novedades al sargento... - comenta la mujer completamente centrada, casi parecía otra persona cuando de profesionalidad se trataba.

- Me encantaría ver la cara que me pone si le llamo chocolatito en medio de la misión... - comenta a modo de sorna, estaba claro que aquello podía acabar muy muy pero que muy mal -....los motes sirven para eso, dar un toque de diversión, y además la culpa es de Mart por tener una tableta de abdominales tan perfecta y marcada... - ríe la joven de manera natural, llegando hasta el primero de los trajes -... comprobando carga....Bien..., este está al 98%...., perfecto..., los dos con menor porcentaje serán los primeros del proceso.... No parece que este tenga fallo alguno, ni fisura..., no hay desgaste, está un poco sucio eso sí.... dame el paño y el líquido para abrillantar superficies..., también el aceite de engranaje.... - Sam se dispuso a mantener un traje que estaba en un estado más que óptimo, y así haría con los diez junto con Yu -... Yo no me meto en los rollos de los demás, solo cotilleo..., es entretenido..., realmente me gustaría que todo el mundo fuera feliz de una u otra manera.... Jericó no lo es..., me gustaría poder ayudarle..., quizás Flores sintiera algún tipo de atracción..., un par de encuentros carnales podrían conseguir tanto... - sonrisa divertida -... recomprueba el traje uno, desde mi punto de vista está óptimo.

Estábamos repasando y poniendo a punto las armas y añadiendo la equipacion extraordinaria que nos hemos agenciado, todos hemos incorporado alguna que otra cosa que vamos repartiendo entre los espacios disponibles en la armadura. A todos nos gustaría aportar mucho más material a nuestra mochila, pero tenemos que cargar con lo que tenemos por el momento y acabar con la misión hasta la siguiente pausa y reabastecimiento.

El SICOM nos ordenó un reconocimiento sencillo, pero inteligencia siempre la pifiaba así que sería de todo menos un sencillo reconocimiento. No sería fácil, eso seguro, pero si seguíamos con vida sería suficiente para luchar otro día contra los bichos. La recarga de los trajes sería complicado, pero estaban trabajado en ello las cabezas pensantes del equipo. Otros estábamos destinados a la caza de bichos, aunque las palabras del jefe son claras, nada de ruido y cosas raras si no son necesarias, había que pasar desapercibidos.

De pronto se van acercando nuestras técnicos revisando las armaduras, el momento de la partida se acerca y hay que acelerar las cosas.

Geltz estaba un poco ensimismado, pensando en sus cosas como hacía habitualmente, le di un toque en la armadura.
-Adam, atento, están revisando las armaduras así que pongamos las cosas fáciles, tranquilo que llevas todo en su sitio y está bien sujeto. Yo apenas unas granadas más que para la última misión. Reconocimiento, un cuerno, seguro que para acabar tengo que gastar alguna de ellas.

Se giró hacia Alan, quien lo había sacado de sus pensamientos y devuelta a la realidad. -¿Eh?... Si, estaré atento. Uno debe estar siempre preparado ¿no?- Dijo mientras intentaba aparentar cierta calma en su ser.

Reconocía que su amigo tenía algo de razón. Era posible que las cosas se complicasen fácilmente en la misión; debían ser cuidadosos de no hacer demasiado ruido en la superficie. Pero también puede que las cosas fuesen relativamente bien; la última misión fue un éxito. Y además todos los miembros del grupo habían estado antes en combate contra los insectos. 

-O tal vez regresemos de una pieza y nos habremos encontrando a cuatro o cinco insectos. ¿Quien sabe?

El toque le sacó de sus pensamientos y Adam volvió al planeta en el que estábamos. El polvo de la zona desértica en el que estaban apenas ensuciaban las botas de la armadura, casi pensaba que si estuviésemos en la Tierra, haría falta la armadura para estar en un lugar como ese.

Escuché las palabras, más bien deseos de una misión fácil y sin apenas encuentro con los bichos.
-Ojalá fuese así, pero inteligencia rara vez acierta a la baja. Es verdad que hasta ahora hemos tenido pocos encuentros, el bombardeo de las naves fue efectivo y nos lo puso fácil, pero no creo que dure mucho tiempo y pronto saldrán de sus agujeros. Pero si vienen a por nosotros los devolveremos a sus rincones.

Le di un golpe amistoso en el hombro, algo más fuerte de lo normal para que se notase algo dentro de la armadura. Revisaba el equipo que llevábamos ambos, no parecía nada fuera de su sitio, esperaba que fuese suficiente, aunque siempre podríamos tratar de salir corriendo con el Gecko.

Sintió más las palabras de su amigo que el ligero golpe que dió a su armadura. Les esperaba una colina bastante empinada por subir si la información de inteligencia resultaba ser errada. Lo último que dijo le dibujo una sonrisa en el rostro. -Claro que si, los destruiremos si se acercan a nosotros.- Dijo Adam, la confianza acompañaba aquellas palabras.