Partida Rol por web

De momento, aunque me encontraba nerviosa entre tanta gente, me encontraba minimamente cómoda tomando las pastas de Tamao... pero entonces, para mi sorpresa llamaron a la puerta y la dueña del cuarto la abrió... haciendo que entrasen otras dos personas más: Mitsuki y Mai. Ahora eramos bastantes más... y solo con el aumento de esas dos personas, ya me hacía sentirme mucho más nerviosa y tímida que antes. Poco a poco iba pareciéndose a la primera fiesta a la que fui... y recordando como acabe, pues no me gustaría repetirlo de nuevo.

Obedecí a nuestra anfitriona cuando dijo que nos sirviéramos el té, así que esperé a mi turno para coger la tetera para servirme una taza. Mientras lo hacía, no pude evitar fijarme en Noriko... no... no recordaba haberla oído hablar en toda la noche... y creo que tampoco la había visto hablar demasiado. Puede... que sea tan tímida como yo, y por eso no hable. En cierta forma... me alegraba de no ser la única.

En fin, esos pensamientos se me fueron cuando escuché hablar a Mitsuki, preguntándome directamente a mi como estaba. Me sonrojé bastante al ver que se había preocupado por mi... así que le asentí a la chica para que supiera que estaba mejor. Sobre la pregunta de Tamao no sabía que responder... joe, ya había llegado el punto y la cantidad de personas justa para que de los nervios ya no sabía que decir... espero que no se lo tome como que le hago el vacío.

Ran acogió la explicación de Mitsuki con una sonrisa agradecida. Estaba feliz que este punto se había aclarado.

Luego copió cuidadosamente a los demás en servirse el té, los mismo gestos pequeños y meticulosos, y luego se fijó en como gustaron de sus pastitos, y hizo exactamente igual que Suzume: se llevó, aunque con una mano algo trémula,  la galleta a los labios y con pequeños mordisquitos cual ardilla comenzó a comérsela, con varios pausas entre los mordiscos para no dar la impresión que tuviera prisas en devorarla.

Entre tanto contestó a la pregunta de Tamao: “Ah… las clases… sabes, más o menos…”, para añadir, tras un recordatorio interior: “Oh, Tamao-chan, las galletas son exquisitas y el té huele de paraíso!”

Tamao enrojeció de felicidad al oir las palabras de Ran.

Muchas gracias, Ran-chan. Las pastas las he preparado yo, pero el té es todo mérito de Noriko-chan. Ella es quien escoge las hierbas y las mezcla. Se le da muy bien.

Tamao miró a Noriko... que se sonrojó.

“Oh, de verdad”, abrió Ran los ojos muy grande. “Pues, Noriko-chan, no sabía nada de tu maestría en la preparación del té. Así que te doy también las gracias por habernos regalado de esta forma.” No había la más mínima señal de ironía en el ademán y el tono de voz de Ran, aunque su forma de hablar pareciera un poco grandilocuente. “Sé que los maestros pueden ser bastante avaros de los secretos de su profesión, y lo comprendo. Aún así, me gustaría pedirte la receta de este té: las hierbas que mezclas, y la relación entre las cantidades. Por supuesto comprendería une negativa.” Dio una mordisca en la galleta.

Cla-claro, será un placer darte la receta. Es muy sencilla -respondió Noriko, tímidamente, como siempre solía hacer, mientras cogía una pasta y la mordisqueaba un poco.

La velada transcurrió entre risas, pastas y té, y nadie pareció estar decepcionada por cómo se estaba desarrollando. A pesar de todo, había que dar la noche por concluida y dado que Yuki estaba allí, a Yaya se le ocurrió una idea.

Hana-chan, ¿por qué no nos sacas una foto a todas juntas antes de irnos a dormir? -sugirió en voz alta -. Y si puedes, ponlo en automático y así sales tú también. ¿Qué te parece?

Al final toda la velada fue muy tranquila y relajada... pese a que estaba rodeada de mucha gente. Como primer paso para ir acostumbrándome a ambientes sociales... quizás no estaba mal.

Entonces, cuando ya se estaba haciendo tarde, mi compañera de cuarto llamó la atención sobre mí y mi cámara, ofreciéndome para que les hiciera una foto a todas para recordar el evento. Si bien mi intención era esa al llevarme la cámara... me sonrojé mucho mientras tamborileaba los dedos sobre ella -Bu-bueno... s-si... o-os pa-parece bien... e-entonces n-no tendría pro-problema e-en ha-hacerla...- dije muy tímidamente, ocultándome tras mi herramienta fotográfica.  

-Claro, por qué no -Mitsuki vio la oportunidad perfecta para hacer de las suyas y mandar un poco, algo que se le daba bastante bien (según ella misma). Se levantó, observó un poco el espacio, y se decidió. -Vámonos colocando. Akagi-san, Rebecca, Fuyimaku-san, Mai-chan y yo nos pondremos detrás. El resto poneos delante, un poco agachadas. 

La muchacha estaba bastante orgullosa de su altura, un poco más alta que el promedio (especialmente en Japón), pero Akagi lo sobrepasaba por mucho. Por el bien de su reputación y de su autoestima, se dijo que trataría de evitar colocarse justo al lado de la chica pelirroja. Y que se pondría de puntillas. 

“Pues, gracias, Noriko-chan”, reaccionó Ran radiante a la oferta de la chica de darle la receta. No sabía si a ella le saldría también tan bien el té, pero sin dudas al menos intentaría recrear este tan sabor delicioso...

Acogió con alegría la propuesta de Yuki (o más bien de Nanto): “Claro, es un momento estupendo, aquí, con vosotros, y me gustaría tanto recordármelo con una foto!”

Siguió la instrucción de Mitsuki y se colocó en la fila de detrás. Le extrañó un poco que Mitsuki, al cuyo lado se había puesto, de pronto se alejó unos pocos pasos de ella… y de manera más extraña aún parecía crecer… pero Ran se explicó esta sensación con la obnubilación de sus sentidos por causa de los mucho sentimientos agradables que esta fiesta le procuraba.

Notó el comportamiento recalcitrante de Yuki y como parecía hasta esconderse tras la cámara para hacerles la foto. He aquí alguien para quien parece ser aún más difícil que para mí formar parte de un grupo… pero no, se corrigió al instante, me equivoco. Ya es parte del grupo, pero le cuesta activarse en él. “Oh, Hana-chan”, le lanzó, “no te olvides de poner la cámara en automático.” Con tanto esconderse detrás del aparato...

Tamao, Noriko, Harumi y Yaya se colocaron delante, agachadas, sonriendo a la cámara. Tenían pocas cosas en común, pero aquella noche se lo estaban pasando bien y deseaban tener un recuerdo. ¡Menos mal que Hana-chan se había traído la cámara!

Todas se miraron entre sí, expectantes.

- Gracias - sonreí a Mitsuki cuando me sirvió la taza de té. Tomé un sorbo y suspiré - está muy bueno, Noriko.

Acompañé el té con una pasta, la cual mordisqueé sin mucha prisa. Las pastas estaban también deliciosas, daban ganas de comérselas todas. 

- Es cierto, están buenísimas, podrías hacerte repostera en un futuro, Tamao - la elogié con toda sinceridad.

Notando la mirada de Hina, le devolví la mirada sin saber bien como responderla. Finalmente, le dediqué una sonrisa entre tímida y amable.

En cuanto Yaya sugirió que nos sacáramos una foto me alisé el pelo y me coloqué junto a las demás.

- Bueno idea, un recuerdo de nuestra primera fiesta del té - dije colocándome entre Rubí y Mitsuki.

- Nada me gustaría más que irme a un lugar a solas contigo, pero ya será muy tarde cuando salgamos de aquí. Si quieres quedar a media noche, podemos quedar mañana si te parece bien - le guiñé un ojo, con complicidad.

La idea de la foto me parecía espléndida, no soy una persona fotogenica, pero la idea de inmortalizar nuestra pequeña fiesta de té con las demás es tentado.

-Esto es de lo mejor-

​Dije sin dejar de sonreír a la cámara, pegando mi mejilla a la de Mai, abrazandola por atrás, espectante al resultado de la fotografía. 

Solo espero que salga bien, y no quede cómo una mojigata. 

Ese fue un pensamiento que no podía evitar, a pesar de tener a mis amigas conmigo. 

Lo que dijo me hizo sonrojar mucho, y compartí su guiño con una sonrisa cómplice. 

Entonces esperemos a mañana, es mejor así, si las hermanas nos encuentran, vamos a tener problemas. 

Musité dulcemente a mi novia. 

Vaya... parecía que a todas le había gustado la idea de hacerse una fotografía para conmemorar la fiesta antes de irnos. Todas se estaban posicionando y agrupándose las unas con las otras, cada una con una pose distinta. Incluso algunas regalaron un beso en la mejilla a sus compañeras, lo que me sacó un leve sonrojo... inevitablemente miré a Yaya, como pidiéndole con la mirada que no lo imitara -Va-vale Ran-chan... lo po-pondré e-en a-automático...- le dije a la pelirroja.

Ajusté el encuadre y el objetivo para que salieran lo mejor posible -Bu-bueno, vo-voy a i-iniciar la cu-cuenta a-atrás... pre-preparaos...- terminé diciendo mientras que ajustaba el tiempo y colocaba la cámara, soltándola y yendo en dirección al grupo. No suelo salir en mis propias fotos... esperaba no estropearla. Me coloqué entre Yaya y Noriko, quienes eran las más afines a mi... creo, con Mitsuki detrás mía -De-decíd... "Pa-pastas"...- terminé diciendo... aunque me sonrojé al hacer la gracieta.

Ran observó con media sonrisa las preparaciones precisas de Hana para sacarles la foto, preparaciones que por su exactitud evidenciaron su habilidad fotográfica, habilidad que fue casi dementada por su voz como atemorizada al darles a las chicas las instrucciones.

Siguiendo sonriendo, Ran, sin fijarse en esto, imitó a Hana al pronunciar poco antes de que por un breve instante la cegó la luz del aparato: “Pa-pastas!”

La foto de Yuki fue el final de una fiesta de té magnífica. Todas os pusisteis entonces a guardar las cosas, para que Tamao y Noriko no tuviesen que hacer todo el trabajo, y poco a poco fuisteis volviendo a vuestras habitaciones, con la promesa de volver a repetirlo otra noche.

Era bastante peligroso salir a los pasillos de noche para ir a tomar el té a la habitación de Tamao, pero merecía la pena.