Partida Rol por web

Strawberry Panic: La vida en Astraea Hill

EPISODIO 1

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15/08/2018, 14:46
Hina Suzume

Después de que las Etoile diesen la bienvenida a la escuela de St. Miatre y Spica, llegó el turno de su propia escuela. Todas las presentes parecían casi contener la respiración ante la pareja, era apreciable en las caras de las alumnas, admiración, respeto...

Algo que no pasó desapercibido para Hina, que observó las presentaciones embobada. El aura que las Etoile emanaba era casi visiblemente palpable, empeza a entender el por qué de la reacción general que causaban con su sola presencia. Nagisa parecía más afable y cercana, al tiempo que Shizuma tenía un halo de misterio, ambas eran muy guapas. Cada una en su estilo.

Sintiendo el tirón de Rubi, no tardó en levantarse y esbozar una sonrisa cálida al escuchar las palabras de la Etoile. - ¡Hai! M-muchas gracias Shizuma-sama, Nagisa-sama. Por favor cuiden bien de nosotras. - pidió con sencillez mientras se apresuraba en hacer una reverencia más profunda mientras cerraba los ojos, al poco se irguió de nuevo, sonriente, y se ajustó las gafas antes de que resbalasen por el puente de su nariz al haberse inclinado tanto. Uf, que nervios menos mal que ha salido bien...

Esperó entonces a que se marchasen para poder sentarse de nuevo, y ver que pasaba después.

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15/08/2018, 19:50
DIRECTORA

Una vez hechas las presentaciones, Rokujo Miyuki se dirigió de nuevo a las Etoile.

-Y ahora, si tenéis la bondad de bendecir la mesa, Etoile Hanazomo Shizuma-sama, Etoile Aoi Nagisa-sama.

Las dos Etoile se colocaron enfrente de todas las alumnas y todas colocabron sus manos para rezar, entrelazaron sus dedos y cerraron los ojos.

Tras unos segundos, Shizuma-sama empezó a recitar, mientras Nagisa permanecía en silencio.

¡Oh, señor! Te estamos agradecidas por la comida que nos ofreces. Por favor, bendícenos.

Trae la paz a nuestro cuerpo y alma. Condúcenos para que nos comportemos con dignidad y respeto

y ayúdanos a ser merecedoras de nuestros antepasados,

cuyos espíritus están con nosotros.

Amén.

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15/08/2018, 22:57
Francesca Rokuma

Viendo que las dos Etoile les dieron la bienvenida sin mucho problema, y aceptaron la forma familiar de tratarlas por parte de ella, la guitarrista se relajó un poco, y no pudo evitar sonreír complacida con la comprensión por parte de esas dos chicas. A pesar de su posición en la institución, estaba claro que no eran unas creídas, y sin duda eran bastante amables con las nuevas ingresantes, por lo que la peliblanco no tuvo una mala impresión por parte de éstas. Una vez que la atención de las dos se enfocó en las ingresantes a Le Rim, la joven rebelde procedió a tomar asiento nuevamente.

- Que bueno que no se han enojado. - Le dijo a su amiga en un cierto tono de alivio, ya que realmente le hubiera sido difícil usar aquel honorifico con ellas, cuando la peliblanco detestaba esa clase de formalidades. Aún así, no había dudado en mostrarles el respeto que le dedicaría a cualquier persona, así como la amabilidad debida, por lo que Fran creía que no lo había hecho tan mal, incluso si había sido un poco más familiar que el resto. Por el momento, su atención estaba enfocada más en la comida, la cual no podía tocar hasta que aquello no terminara.

No obstante, cuando la peliblanco vio cómo las Etoile, al igual que el resto de las alumnas, unían sus manos para rezar, se sorprendió por un instante, antes de imitar un poco la acción. No era como si fuera a rezar realmente, ya que la joven no era una creyente de por sí, pero tampoco quería ofender al resto a no hacer lo mismo. Después de todo, no costaba nada aparentar, incluso si no lo hacía en verdad. La razón era simple, la guitarrista era una chica de pensamiento un tanto anarquista, por lo que no creía en esa clase de cosas, creyendo más bien en la capacidad de toda persona de superar las adversidades por sí mismos, sin depender de una fuerza exterior. Obviamente, eso no quería decir que fuera a reírse de otros por sus creencias. Simplemente... ella no creía y ya.

Cuando por fin terminaron con aquel momento de rezo, la guitarrista volvió a abrir los ojos, dispuesta a comer y saciar el hambre que sentía en ese momento. Ya bastante se habían demorado con toda esa tradición, y no quería que su comida se enfriara demasiado por esperar un segundo más. - Provecho, Ami-chan. - Le dijo a la rubia, antes de comenzar a comer, dedicándole una sonrisa gentil, esperando que, al final, la rubia tuviera el postre que había deseado anteriormente, aunque no estaba segura de que fuera así.

De cualquier manera, una vez que terminaron de cenar, la peliblanco no demoró en levantarse de su asiento, complacida de haber podido disfrutar de una buena comida. Tenía que admitirlo, la cena había sido bastante deliciosa, aunque no era mucha sorpresa, si tenía en cuenta la clase de lugar en el que se encontraban. - ¿Vamos a nuestro cuarto?... ¿O quieres romper las reglas? - Preguntó en voz baja a su amiga, aunque más en broma que algo en serio, ya que sabía que no sería bueno ignorar las normas cuando apenas era su primer día allí. Además, Ayami, al igual que la guitarrista, debía de estar cansada luego de ir de un lado al otro, recorriendo la escuela.