Partida Rol por web

No te preocupes. Ha sido divertido.

Después, vio que Yuki se quedaba callada un momento y que le hablaba de lo del beso. Como no estaba segura, Yaya se aprovechó.

Ah, seguro que lo has soñado. Pero si quieres... puedo probar a ver si se siente igual que en el sueño -te dijo Yaya, guiñándote un ojo de nuevo.

Ayami había pasado por el hueco sin problemas, con la ayuda de Hina, por lo que Fran se quedó más tranquila al saber que no serían descubiertas durante aquella infracción de las normas del dormitorio. Parecía que nadie las había visto, por lo que estaba claro que no debían de preocuparse mucho ante la posibilidad de soportar los reproches de las hermanas. Suspirando aliviada, la guitarrista no tardó mucho en sujetar la mano de su senpai, antes de dedicarle una sonrisa encantadora. – Será mejor que entremos. Todo salió como lo planeamos. – Aseguró en un tono que demostraba lo mucho que se había divertido con aquello, incluso si se había preocupado un poco por sus amigas. Después de todo, a ella le daban igual los reproches, pero no habría sido bueno que sus amigas se metieran en problemas por una mala decisión, menos aún Kaname, quien era muy buena con ella.

En el momento en el que llegaron a la entrada, la joven rebelde pudo notar que había muchas alumnas reunidas, entre ellas, algunos rostros conocidos a quienes Fran consideraba sus amigas, incluso si no las había conocido por mucho tiempo. Entre ellas, se encontraban Ruby, Mai, al igual que Rebecca y… Mitsuki. La rubia no era un problema, ya que, al final, a la guitarrista le parecía una chica agradable, por más que fuera un poco seria en cuanto a las formalidades. El problema no yacía en Mitsuki, sino en la que usualmente estaba a su lado, ahora que sabía que eran pareja… Momomi. La expresión de la peliblanco adquirió un tono bastante serio, teniendo en cuenta las palabras que se habían dedicado durante la mañana. No quería verla, no luego de lo que ésta le había dicho, demostrando la clase de persona que era. Si se quedaba allí, existía la posibilidad de que tuviera alguna clase de conflicto con ella, por lo que lo mejor sería que una de las dos se marchara a otra parte. Por eso mismo, miró a Kaname, mientras intentaba concentrarse en la calidez de su mano, esperando que ésta no deseara quedarse allí por mucho tiempo.

No quería otra cosa más que marcharse de allí, ignorar a Momomi, como se había prometido que haría a partir de ese momento. La castaña no sólo la había herido de manera sentimental, sino que también se había ganado el desprecio de la peliblanco, por lo que no podía ni verla, ni mucho menos escucharla. Era una pena que Mitsuki estuviera con alguien así, pero eso ya era decisión de ella, y no había mucho en lo que la guitarrista pudiera ayudarla. – En… Entremos, ¿sí? – Les dijo a quienes la habían acompañado hasta ese momento, antes de acariciar dulcemente el dorso de la mano de Kaname, sin mostrar vergüenza alguna por ir de la mano con ella. Mientras caminaba de la mano con la presidenta del club, les dedicó una sonrisa amable a sus conocidas, aunque evitando mirar a Momomi. – Mm... Por cierto...  ¿quieres sentarte conmigo en el comedor? – Le preguntó a su senpai, de manera gentil y ciertamente emocionada ante la posibilidad de cenar con ella a su lado, ya que deseaba pasar un poco más de tiempo con ésta, en especial luego de haberse amargado con la presencia de la castaña.

Cuando me dijo que fue un sueño, sentí alivio... aunque me puse nerviosa con la broma de Yaya de besarme para comprobarlo... si es que fuera una broma. Negué con la cabeza -N-No po-por fa-favor... pe-pero gra-gracias... su-supongo...- le respondí negando con la cabeza antes de dejar de mirar a Yaya y mirar hacia arriba -E-entonces... n-no e-entiendo po-porque he te-tenido e-ese su-sueño...- musité confundida.

Pe-pero me-menos ma-mal que fu-fue u-un su-sueño...- musité de nuevo, aunque me di cuenta de que eso podía doler a Yaya -Pe-perdón Yaya, n-no que-quería de-decirlo a-así...- dije arrepentida mirándola colorada antes de volver a estar tendida boca arriba -E-es que... su-suena to-tonto... pe-pero... si-siempre he que-querido que m-mi pri-primer be-beso... se-sea yo qui-quien lo de...- le confesé a Yaya, colorada a más no poder por abrirme, pero para que entendiera porque me gustó saber que fue un sueño -M-me pa-parecería bo-bonito e-encontrar a u-una pe-persona a qui-quien me a-atreviera a dar yo e-ese pa-paso... so-sobretodo si-siendo co-como so-soy, que ha-hasta me cu-cuesta co-coger u-una ma-mano...- terminé diciendo... creo que era la primera vez que lo decía en voz alta... ¿quizás era... demasiado ñoño? ¿O irreal?. Volví a mirar a Yaya -¿Ha... ha so-sonado bo-bonito o-o... o e-es u-una to-tontería?

Bajamos las escaleras cogidas de la mano mientras no parábamos de correr. Abajo estaban algunas de las chicas, a las cuales saludé. Recuperando la respiración, miré a todas y noté cierta tensión en el ambiente, aunque no le presté mucha atención. En aquel momento nada podría bajarme de mi nube.

- Hola, chicas, ¿preparadas para una fiesta de té? - saludé con alegremente. - espero que haya pastas también.

Apreté la mano de Rubí entre las mías y me incliné sobre ella para susurrarle algunas palabras al oído. Poco después, me alejé un poco para sonreírle.

- Había pensado en encontrar un rincón en los jardines donde nadie nos pudiera molestar, pero parece que se ha hecho muy tarde y lo tendremos que dejar para mañana.

Tomadas de la mano, es cómo bajamos por las escaleras con Mai, realmente me sorprendí, al ver a las chicas me quedé un tanto preocupada por la situación que están pasando en este momento, pero nada va a arruinar mis ánimos.

-¿Les a pasado algo?-

Es cuando siento la mano de  Mai apretarse con la mía, escuchando lo dice en mi oído. 

-Realmente, es una pena, queria estar a solas con tigo, en un lugar apartado. 

Pero es como dices mañana tendremos tiempo-

Sonrio a la dulce Mai, mientras le devuelvo el susurro. 

No es ninguna tontería, Hana-chan.

Yaya se había quedado casi muda al escuchar lo que había dicho Yuki. De repente, se sentía fatal por haberle dado aquellos dos besos. La sensibilidad de su compañera era muy superior a la suya y no se merecía ser asediada como si fuese un castillo.

Yaya se acercó a ella y la abrazó, sinceramente.

-No te preocupes. Estoy segura de que encontrarás a alguien cuando llegue el momento -le dijo, sonriéndole con cariño -. Anda, por qué no vas a a refrescarte un poco y a prepararte para la cena. Ya mismo tocarán el timbre.

Voy a tener que cuidar de ella aunque no quiera. Está claro que lo que necesita es una buena amiga.

Por fin lograron pasar todas por aquel agujero y entrar en Ichigo, pero cuando cruzaron la puerta, Kaname notó el cambio en Fran. Su mano se tensó alrededor de la suya y notó como su cuerpo parecía de repente... en estado de alarma. Al mirar a su alrededor, vio lo que estaba mirando la joven. A dos chicas que estaban en las escaleras.

Empezaron a caminar hacia ellas, y mientras lo hacían, notó la suave caricia de Fran en el dorso de su mano. Kaname la miró y le sonrió con cariño.

Mm... Por cierto...  ¿quieres sentarte conmigo en el comedor?

-Me sentaré... donde te sientes tú -le respondió Kaname con una ternura que no había sospechado que tenía-. No habrá otro sitio mejor.

Cuando me dijo que no era una tontería, no pude reprimir una muy leve sonrisa -Gra-gracias...- le agradecí a mi amiga.

Entonces, Yaya se acercó mientras me sentaba al borde de la cama y me dio un abrazo... que como siempre, me pillo desprevenida y me hizo comenzar a temblar al tiempo que enrojecia -¿Porque seré tan abrazable?- pensé viendo que en estos días en la escuela había recibido más abrazos que en toda mi vida. Yaya me estaba dándome cariño una vez más, y yo lo único que pensaba es que acabase rápido... cosa que me hacía sentir fatal cada vez. Por lo que... tragué saliva, intente reprimir tooda la sangre que se acumulaba en mi nariz, y lentamente levante los brazos temblorosos para hacer un "intento" de corresponder el abrazo -_{Gra-gra-gracias Ya-Yaya-chan...}- le dije con el hilito de voz que consiguió salir de mi. Se me notaba superforzada; pero es que era lo único que podía conseguir con todo mi esfuerzo.

Al final del abrazo, cuando se separó, asenti a sus palabras. Y hecho eso me levanté para dirigirme al baño para refrescarme algo la cara con agua y usar el inodoro antes de irnos a la cena, mientras seguia pensando en una cosa -¿Porque he soñado con Yaya besándome?.

Yuki, tras haberse restablecido al menos al punto de poder incorporarse y caminar, declina la invitación al té, lo que duele un poco a Ran, pero, por supuesto, entiende que no está de ánimos para ninguna especie de fiesta. Sin embargo, Yaya tampoco parece consentir, aunque no rehúsa explícitamente venir, y por fin Amani dice categóricamente que no participará. Las demás ni siquiera comentan la propuesta.

Hay algo en todo esto que no comprendo… parece que hay tanta tensión entre las chicas…

Sin embargo, Ran se alegra de la aparición de Mai y Rubí que las dos parecen muy contentas, y Mai da incluso a entender, si Ran comprende bien, que el proyecto de la fiesta de té es responsable por su subida de ánimos.

Ante el saludo de Mai, la peliblanco la miró de manera gentil, mostrándose contenta por la aparente alegría de la joven. No tardó mucho en notar que ésta iba de la mano con Rubí, por lo que supuso que ya se habían sincerado con respecto a lo que sentían por la otra, lo que era algo bueno, o al menos así pensaba Fran. Por un momento, había pensado que Rubí jugaría tanto con Mai, como con las otras chicas con las cuales había mostrado cierto interés, si bien estaba claro que se había equivocado, y que la pelirroja había optado por mantener una relación seria con Mai. Bueno, no estaba muy segura de los detalles, ni tampoco deseaba preguntar demasiado sobre ello, por lo que simplemente se alegró por ambas. - Mm, tal vez. - Respondió sin mucho compromiso en su respuesta, principalmente porque no sabía si Momomi asistiría a dicha fiesta. Después de todo, Mai sabía lo que había sucedido entre la guitarrista y Momomi, por lo que debería de comprender el problema en cuanto a que Fran asistiera a la fiesta si estaba la castaña. - Me alegro por ti, Mai. Tú también, Rubí. - Les dijo a ambas, sonriendo feliz por verlas juntas.

La peliblanco no pudo evitar mostrar una clara expresión de molestia al escuchar la pregunta de Rubí, si bien no la culpaba por preguntar eso, teniendo en cuenta que ésta no estaba muy informada de lo que había sucedido, ya que solía tener su mente en otras cosas, lo que era algo bueno de ella. No obstante, estaba claro que Fran no deseaba hablar sobre ello, al menos no en presencia de la chica que generaba semejante disgusto en ella, por lo que era mejor que lo dejara para otro momento. - Nada, no te preocupes, Rubí. - Le aseguró a la pelirroja, dedicándole una sonrisa amable que intentaba evadir la respuesta a dicha pregunta, sabiendo que no sería bueno hablar sobre aquel problema que tenía con la castaña. La joven rebelde sabía que era mejor ignorar a Momomi, hacer como que no existía, en especial luego de lo que le había dicho a la mañana. Tenía que seguir con su vida, y olvidarse de alguien tan despreciable como ella. - Hoy no me fue muy bien en clases. - Le explicó a la muchacha, algo que era verdad, si bien no era la principal razón por la cual no quería estar allí en ese instante.

Por fortuna, las hermosas palabras de Kaname no hicieron más que mejorar el humor de la peliblanco, quien la miró embelesada, sin duda disfrutando de lo que oía. Sabía que siempre podía contar con ella, para así borrar toda preocupación o tristeza de su mente. Realmente era como un príncipe para la peliblanco, a pesar de que Fran no fuera una princesa, ni actuara como una, por lo general. - ¿En serio? Mm... - Preguntó divertida, mientras sus ojos se mostraban risueños ante lo que había oído, demasiado contenta por tener a alguien tan buena a su lado. - Bueno... si lo dices así, tendré que estar más cerca de ti, ¿no? - Comentó de buen humor, antes de sujetar, con su mano libre, el brazo de la presidenta, aferrándose a ella como si no deseara soltarla por nada del mundo, antes de llevar sus labios a la mejilla de la chica que había sido tan dulce con ella. Con aquel comentario de la hermosa joven, ya poco le importaba la presencia de Momomi. Ahora sólo le interesaba estar con su senpai y disfrutar tanto de su voz como del cariño que ésta le profesaba. No podía esperar a comenzar las actividades del club y ayudarla en lo que necesitara, a la vez que entrenaban juntas. - ¿Entramos? - Le preguntó gentil, aún aferrada a ella, disfrutando de la cercanía que compartían en ese instante.

Antes las palabras de Fran, me ruboricé ligeramente pero sin perder mi amplia sonrisa. No era algo que quisiera ocultar, de hecho, estaba deseando gritar a los cuatro vientos que la belleza de llameantes cabellos tenía era mía y no pensaba dejarla escapar. Apreté la mano de Rubí y acerqué a ella con actitud cariñosa.

- Gracias, Fran - dije sonriendo a la peliblanca.

Mi mirada fue significativamente a Kaname y, después, de nuevo a Fran. Le guiñé un ojo con complicidad, hacían una bonita pareja.

- Sí, entremos.

La llamada para cenar dio casi por finalizado un día que había dado para mucho. Los ánimos seguían encontrados entre muchas de vosotras, pero también habían surgido fuertes lazos de amistad... y de algo más. 

Cuando os encaminasteis al comedor, Fran y Kaname, Mai y Ruby, Mitsuki y Momomi, juntas en cada caso, eran la demostración palpable de cuán lejos y profundamente podían llegar los sentimientos cuando se encontraban dos corazones sinceros. En este caso, en los tres casos, había mucho más por llegar, pero al menos, ya estaban juntas.