Qué coño...? Tovar dejó el telefono del terror con el que estaba experimentando y se acerco a ver el silencio que habían dejado los de la Organización y el cadáver de Pipe.
Me caía bien el chaval. Además nos van a investigar pero bien, somos los únicos testigos. ¿No habría una forma de devolverle a la vida? Aún quedan dos deseos... O podríamos probar con la máquina de escribir, que no sabemos cómo funciona, pero así no gastaríamos la mano de mono. O mejor aún, y si le llamamos por teléfono y le preguntamos directamente?
La última pregunta fue sarcástica, "dejó" el aparentemente inútil Teléfono del Terror en el suelo son un "ding". Esta vez se sacó el mapa del bolsillo y dijo en voz alta "deseo saber dónde diablos ha mandado el chaval a los de La Organización".
El mapa de carreteras cambió su imagen que siempre parecía indicar la ubicación de la casa y apareció un mapa de España y países contiguos. A su alrededor había al menos una docena de puntos con diferentes ubicaciones que parecían estar en las fronteras de España con Portugal, de España con Francia y de España con Andorra. También parecía haber un punto en el peñón de Gibraltar.
El gigantón ya había tenido bastante. Odiando al que disparaba, y aguantándose con ambas manos, con la intención de mitigar el dolor, el lugar del impacto, rezaba porque aquello terminase pronto.
- Joder con los Roks, que emcima tienen gente infiltrada en su casa ... ¿No serán ellos mismos?
Los odiaba con toda su alma. Con toda. Pero a pesar de los sentimientos y el dolor, en estos momentos sólo deseaba estar en su casa, regresar a su casa.
- No, si a lo mejor, lo más fácil sería morirse, para evitar todo lo que me he empeñado. Todos los favores, hipotecas y compromisos que he hecho para poder venir aquí. Maldita ciudad. Malditos Roks.
Sir Robert agachó la cabeza, observando el cuerpo sin vida de Pipe. Luego, se postró a su lado y procedió a cerrarle los ojos en señal de respeto. Aquel muchacho era el que mejor le había caído de todo el grupo y, al ser ambos aristócratas, habían conectado casi de inmediato. Si bien era cierto que cargaba con el estigma de ser español y, peor aún, de ser un Borbón, lo cierto es que había demostrado el coraje propio de un caballero británico.
-Descanse en paz -dijo el británico, en tono sombrío. Después, volviéndose hacia sus dos dispares compañeros, añadió-: Hagamos que el sacrificio de este joven merezca la pena. Busquemos a la señora Rock y al mayordomo. Puede que no estén lejos de aquí. Aun así, estad alerta. No creo que los de La Organización vayan a darse por vencidos sin más.
El inglés se agachó y fue recogiendo los objetos que se encontraban tendidos en el suelo. Sostuvo la mano de mono en su mano derecha y se llevó el abrecartas al bolsillo. Luego le entregó la taza a Dwayne y la botella a Tovar, aunque quedándose para él el corcho, sujetándolo con fuerza en su mano izquierda.
-Mientras tú sostengas la botella y yo el corcho, podremos hablar entre nosotros mediante telepatía -declaró el caballero británico, con tristeza. Después de Txori y Pipe, Tovar era la tercera persona con la que compartiría ese vínculo-. O, al menos, podíamos hablar entre nosotros hasta hace un momento. Espero que las capacidades de la botella no hayan cambiado, eran muy útiles.
Bien, ¿qué hacéis?
¿Cogéis los objetos y os vais? ¿Investigáis a ver dónde están los Rocks?
Sea como sea, os informo de que a la partida le queda muy poco ya. Depende de vuestras decisiones...
-Caballeros, creo que deberíamos seguir avanzando por ese pasillo y buscar a los Rocks, ¿no les parece? -le preguntó Sir Robert a sus dos peculiares compañeros-. Esa familia tiene multitud de recursos. -Adoptando un tono solemne, añadió, señalando al maltrecho cuerpo de Pipe-: Puede que aún no sea demasiado tarde para el pequeño Borbón.
Tovar, que tenía la botella, hizo que el cuerpo de Pipe la agarrara, y le cerró la mano cual pirata en torno a ella. A ver si así...
Vosotros mismos.
Tovar no se refería a que "vosotros mismos decidiérais si seguir o qué hacer", sino a que "vosotros decidís lo que hacer con el cuerpo". Entonces se acercó a la máquina de escribir, puso una página del libro y escribió:
¿Cuál crees que sería la mejor forma de repartirnos los objetos de los Rock?
El colocar la botella junto a la mano del difunto Pipe no sucedió nada. El muchacho estaba completamente muerto. Mientras Sir Robert preguntaba a sus compañeros cuál era el siguiente paso a dar, el señor Tovar decidió escribir en la máquina:
Tras sus palabras, recibió la respuesta:
YO NO ME LAS QUEDARIA.
TARDE O TEMPRANO OS ENCONTRARAN
Y OS MATARAN
ENTREGADLAS A LA POLICIA
Y OLVIDAOS DE ESTE ASUNTO
Mirad a ver, esta máquina de escribir está rota porque no dice más que gilipolleces. Voy a ver a la Señora Rock, que estaba ahí tirada como si fuera una perra.
El "señor" Tovar se fue a ayudar a la señora de la habitación. Por si acaso se llevó el mapa en el bolsillo de atrás, que desde el principio le había parecido un poco útil.
Sir Robert se encogió de hombros, se introdujo la mano de mono en un bolsillo y decidió echar a andar detrás de Tovar para tratar de ayudar a la mujer de la habitación.
No se sentía cómodo permaneciendo en aquella casa después de haber visto cómo perecía un joven miembro de la Familia Real española, y seguía pensando que incluso habiendo expulsado a La Organización de aquella mansión, sus vidas todavía podían estar en peligro. La máquina de escribir podía ser muchas cosas, pero su consejo le parecía bastante prudente. Los Rocks parecían personas muy poderosas, tal vez no fuera conveniente marcharse de la vivienda robando sus objetos.
Cuando los miembros de la Organización desaparecieron y tras la muerte de Pipe, los tres invitados decidieron continuar y alcanzar la habitación del fondo del pasillo. Algo había explotado ahí dentro y ahora que había pasado algo de tiempo el polvo se había precipitado en el suelo y todo se podía ver con más claridad.
En esa habitación había cinco personas. Un hombre amordazado pero muy elegantemente vestido, con un bigote imponente pero cuyo traje estaba lleno de polvo y desaliñado. La señora también estaba atada e iba vestida de gala con un traje negro y lentejuelas. Sin duda tenían que ser los señores Rock. A su lado había un niño y una niña, dormidos o inconscientes vestidos en pijama. La quinta persona era el mayordomo que les había atendido, éste no estaba amordazado pues parecía completamente inmóvil e inconsciente, o ¿quién sabe? quizá lo que estaba era muerto...
"Menudo bigote gasta el señor de la casa" pensó Sir Robert para sus adentros, observando al mostacho del señor Rock.
Sin saber cuál era la mejor opción de lo que deberían hacer en esos instantes, el británico le dirigió una mirada pensativa a Tovar y procedió a intercambiar con él un mensaje telepático.
Al advertir que no podía contactar telepáticamente con Felipe Tovar y que el vínculo de la botella se ha roto por tercera vez, el caballero británico se encogió de hombros e hizo lo que le dictaba su corazón en esos momentos: se aproximó al señor Rock y procedió a quitarle la mordaza que llevaba puesta en la boca.
-Es usted el señor Rock, ¿verdad? -le preguntó, aunque intuía que aquella era una pregunta retórica, ya que todo apuntaba a que aquellos eran los Rocks-. No se preocupe. Solo asistimos a la subasta porque ustedes nos invitaron. No somos de la Organización y, con un poco de suerte, no tendrán que preocuparse por ellos nunca más. Espere un momento, voy a comprobar cómo se encuentra su mayordomo.
Sin más, Sir Robert se apresuró a acercarse al cuerpo del mayordomo y a comprobar si tenía pulso.
¡Llegan las Navidades y como cada año, la familia Rocks hace su subasta anual!
¡Muy pocos son los afortunados de poder disfrutar de tan dichosa experiencia pero resulta que tú eres uno de ellos!
Hace apenas unas semanas te ha llegado la invitación a la subasta. Y obviamente no te la puedes perder. Los objetos que se sortean cada año son de lo más interesante y es muy probable que al menos uno de ellos sea ese objeto tan ansiado que llevas tanto tiempo deseando. Además, el año anterior un conocido tuyo te dijo que obtuvo uno que cumplía todo lo que deseaba.
En el fondo no le creías pero un buen día te lo mostró y pudiste verlo con tus propios ojos. ¡Era increíble! El objeto era una sencilla bombilla que cuando la frotaba contra su pelo ¡PUM! materializaba lo que él deseaba. Aquel tipo en menos de un año se había vuelto multimillonario y había podido cumplir todos sus sueños ¡Era como una lámpara mágica solo que sin genio al que pedirle los deseos!
Este año era tu oportunidad, dudabas encontrar un objeto como aquél, pero ¿y si la familia Rock poseía nuevos objetos la mitad de interesantes que ése? ¿Cómo ibas a perderte la oportunidad de ir a semejante evento?
¡Era tu oportunidad de hacerte millonario, o al menos de pasar una fantástica velada! Pues la familia Rocks era muy conocida por organizar unas fiestas de lo más interesantes y espectaculares. ¡No podías perdértela!
La Subasta Navideña que organizó la Familia Rock se volvió una auténtica pesadilla para ellos.
Una organización llamada "Los Cazadores de Reliquias" escucharon el rumor de la invitación a la subasta. Ellos no habían sido invitados, pero sabían que una familia muy poderosa de la ciudad habían obtenido un gran número de reliquias. Durante años habían investigado un acontecimiento prácticamente inverosímil pero real. El avatar de la Muerte se materializó hace aproximadamente unos 50 años en la habitación de un joven. Escogió ese lugar por simple azar y los objetivos que tenía el avatar aún son desconocidos.
Cuando La Muerte hizo acto de presencia, todos los objetos que estaban alrededor se imbuyeron de cierto poder. Hubo algunos cuyos poderes no servían absolutamente para nada, mientras que otros se dotaron de un poder casi divino. La familia Rock era una familia conocida por obtener gran cantidad de antigüedades, y obtuvieron diez de esas reliquias por error. De algunas sabían sus poderes, pero de otras nunca llegaron a averiguarlos. Pero un día, Los Cazadores de Reliquias los descubrieron y recibieron una amenaza: "O les daban todos los objetos que poseían, o irían a por ellos y los matarían".
Esa fue la razón por la que los Rocks decidieron deshacerse de todos aquellos objetos. Llevaban años organizando subastas de objetos normales, sin poderes, ni ningún misterio. Quizá algún año se coló alguno, pero seguramente era por puro desconocimiento. Aquel año decidieron subastar absolutamente todos los que tenían. ¡Tenían que deshacerse de ellos antes de que los Cazadores de Reliquia les atrapasen!
Pero la invitación a la subasta llamó su atención. Y minutos antes de que los invitados llegaran a la fiesta, los Cazadores de Reliquias entraron por la puerta trasera y ataron y amordazaron a los señores Rock. Mientras tanto, su mayordomo, ajeno a lo que estaba pasando, decidió recibir a los invitados. Nervioso por el tiempo que estaban tardando fue a buscar a sus señores y fue entonces cuando la organización le disparó con el Peine cuyo poder era el de generar una enorme descarga eléctrica cuya potencia dependía de la cantidad de cerdas que se tocase al provocarla. Seguramente se había puesto nerviosos y reaccionaron de una forma excesivamente violenta matando así al pobre mayordomo.
Mientras tanto, los invitados de los Rocks se dedicaban a charlar, ver y probar los objetos. Y fue en uno de esos momentos cuando escucharon el disparo que mató al mayordomo.
Tras subir a investigar, algunos vieron como uno de los miembros de la Organización arrastraban el cadáver del mayordomo. Mientras tanto, los Rocks estaban atados y amordazados al final del pasillo.
Antes de investigar la planta superior, Pipe había descubierto que al beber de la taza (que no de la jarra) era capaz de paralizar el tiempo durante un minuto. Aquello sirvió para hacerse con los objetos que quería y esconderlos en su traje. Los objetos no había desaparecido por parte de magia, sino que Pipe se los había escondido sin que nadie se hubiese dado cuenta.
Tras descubrir como funcionaban algunos objetos, decidieron investigar la planta superior y Pipe decidió beber de la taza y después usar el abrecartas para crear un agujero en la pared. El problema venía cuando se combinaba el uso de algunos objetos a la vez. En este caso, usar el abrecartas en plena parálisis del tiempo por culpa de la taza, se generaba una fuerte y terrible explosión muy parecida a la de una granada. Y eso fue lo que pasó, Pipe logró hacer un agujero en la pared, pero todos quedaron malheridos por culpa de la explosión y a Pipe se le cayeron algunos de los objetos, menos la llave que aún guardaba en el bolsillo y con la que había ido abriendo las puertas que se había encontrado en su camino. Tan solo fue uno de los miembros de La Organización el que quedó en pie, y Pipe logró expulsarlos en un intento desesperado, terminando muerto por culpa del ataque de El Peine.
Finalmente los invitados ayudaron a Los Rocks a liberarse y ambos les contaron todo lo que había pasado. Por eso lo primero que hicieron fue llamar a La Policía. Quedarse con cualquiera de esos objetos suponía un peligro para la vida de cualquiera pues La Organización haría cualquier cosa por conseguirlos. Teniendo a los Miembros de Seguridad del Estado avisados, dar con ellos, sería cuestión de tiempo.
Y así fue como prácticamente los invitados lograron salir de la mansión, pero sin ningún solo objeto y teniendo que llamar a una ambulancia para que retirase el cadáver del Borbón y del mayordomo de los Rocks.
Al menos, los Rocks habían sido liberados y finalmente pudieron descansar tranquilos, aunque ahora tendrían que enterrar y contratar a un nuevo mayordomo.
Los objetos:
El Peine: Era capaz de lanzar descargas eléctricas a distancia. Para ello había que frotar las púas, si se frotaban tan solo un par de ellas, lanzarían un rayo de poca intensidad. Si frotaban todas, el rayo sería capaz de matar a alguien al instante.
La Llave: Era capaz de abrir cualquier puerta y además, si se pensaba en un lugar con puerta, éste se abriría y permitiría "teletransportarse" a ese lugar. - Siempre que la usó Pipe, pensaba en abrir esa puerta para llevarle a lo que iba a continuación, por eso nunca pudo ver su verdadero poder.
La Jarrita de Té: Cualquier líquido que echaras en el interior de la jarrita, y lo bebieras, te haría un día más joven. Desgraciadamente solo servía una vez al día. Así que nunca rejuvenecerías, simplemente jamás envejecerías.
La botella de vino: Como he comentado antes, la botella tenía dos objetos, "el corcho" y la "botella". La botella vertía vino de forma infinita y nunca se acababa, pero el vino estaba picado y no era agradable de beber. Pero si una persona poseía la botella y la otra el corcho, ambos podrían leerse los pensamientos y tener un vínculo telepático. Saimon y Emilia permanecieron bastante tiempo conectados el uno al otro.
El abrecartas: Era capaz de cortar cualquier material por muy duro que fuera. Al usarse en combinación con la jarra, era como usar una granada.
La máquina de escribir: La máquina permitía escribir cualquier cosa en ella y ésta se cumpliría. La única condición es que lo que se pusiera en ella fuera algo realista y capaz de cumplirse. No concedería nada que no pudiera ocurrir nunca, es decir, no concedería cosas improbables. También era capaz de contestar a cualquier pregunta que se formulase y para usarse requería de papel.
La Mano del Mono: Esta figura concedía cinco deseos. En cuanto un deseo se cumplía un dedo se cerraba. Actualmente ya había cumplido un deseo ¿Por qué creéis que los Rocks eran multimillonarios? Después Sir Robert logró que le cumpliera un segundo deseo y Pipe pidió el tercero. Sin duda, el objeto más poderoso de todos.
La taza: Como ya comenté antes, este objeto es capaz de detener el tiempo durante un minuto. No tiene límite, pero para detenerlo siempre hay que dar un trago.
El teléfono: Este objeto, que llevó por la calle de la amargura a Felipe, consistía en que tú marcabas el teléfono de una persona, y eras capaz de averiguar sus secretos más profundos. Felipe tan solo marcó el número de emergencias, y tras escuchar solo pudo oír sentimientos de desgracias y problemas. El número no pertenecía a una persona en concreto.
El mapa de carreteras: Este objeto era capaz de indicar en el mapa aquello en lo que se estuviese pensando en ese momento. Si tú pensabas en un tesoro escondido, te daría la ubicación, pero si solo pensabas en ti mismo, o en los Rocks, pues era evidente que solo podría marcar el lugar donde se encontraba.
El reloj de cuco: En cuanto el reloj marcaba las 16.00 el cuco sacaba en tan solo un segundo una moneda de oro. Dado que la reunión no llegó a durar más de 12 horas, tan solo pudieron escucharlo una vez, y nadie estaba mirando lo que salió del cuco al llegar la hora. El reloj siempre marcaba la hora exacta, por eso jugar con sus manillas no servía de nada.