Partida Rol por web

Malditos piratas trandoshanos. Ellos te atraparon y te llevaron directamente a las garras del Imperio.  ¿Porqué? Obviamente por una recompensa, pero... ¿porqué el imperio querría tu cabeza? Te encontrabas tras varias horas de cautiverio encadenado a unos grilletes en la pared de tu celda. Olía francamente mal: olía a limpieza aséptica. Quién sabe cuantos hubieran perecido allí y apenas se notaba... Aún te preguntabas cómo esas dos ratas de cloaca, tus captores, habían reducido a un wookie y lo habían oprimido hasta llevarte a aquel sitio. Es por ello que te invadió una furia por dentro, cada vez más y más fuerte. Esa impotencia mezclada con dicha rabia (con el añadido de los gritos de un wookie) hacía temblar los grilletes de tus muñecas. Cada vez más..., y más, y más.

Freyyr odia estar encerrado y su furia se eleva al encontrarse sujeto por unos endebles grilletes unidos por una pequeña cadena, la fuerza del wookie hace añicos facilmente la cadena que une a los grilletes.

-¡¡¡WUUH HUUGUUGHGHG AARRRAGGHUUHW!!!- Freyyr emite un enorme rugido wookie de ira al romper la cadena.-¡¡¡AARRRAGGHUUHW HUURH RAAAAAAAAHHGH HUUGUUGHGHGH RAAAAAAAAAHHGH AAAAAAAAAHNR!!!- Freyyr se vuelve loco y comienza a golpear la paredes de la celda furioso e incontrolable.

¡CRASSSH!

Los grilletes estallaron en varios pedazos, y emitiste un rugido de satisfacción. Aquella opresión no era suficiente para un wookie, aunque sí las paredes heladas y pulidas, metalizadas, de la celda en la que estabas. Desde luego, estabas deseoso de comenzar a sentirte libre. Aún seguías algo mareado por los tranquilizantes que aquellos trandoshanos debían haberte inyectado para transportarte hasta aquí. Arañabas la celda incontrolablemente, lo cual aumentaba tu furia y a la vez tu impotencia. Un cóctel mortal. Claro que, antes de emitir otro tremendo rugido de angusta, la puerta automática de la celda se abrió y apareció un soldado de asalto. Venía con un blaster pesado en sus manos, para comprobar qué había sido el ruido (no el rugido, sino la rotura de los grilletes).

No tenías mucho tiempo para pensar, aunque es algo peligroso un mal rayo láser disparado dentro de ese tipo de celdas aislantes... Pero a tí, a tí no te queda más que usar la fuerza bruta.

¿Qué ocurre aquí, prisionero? -y no le veías la cara, pero tuvo que reaccionar con sorpresa al ver que te habías desprendido de los grilletes de detención-.

Freyyr aprovecha la sorpresa del trooper imperial y se avalanza sobre el soldado sujetandolo por el cuello y levantandolo por los aires, -¡¡¡uughghhhgh uughguughhhghghghhhgh raaaaaahhgh!!!- ¡¡¿¿por qué me han encerrado...??!!* El sorprendido soldado patalea y el furioso wokiee le propina un cabezazo al casco del trooper luego lo arroja con fuerza hacia la lisa pared metálica.

Tras concentrarte unos instantes, levantaste con ira al soldado de asalto. Éste no se lo esperó. En ese brusco y rápido movimiento compruebas, no sin sorpresa, que los delicados huesos de los imperiales no soportan una leve demostración de fuerza wookiee. Seguramente un buen puñetazo lo hubiera matado al instante, aún con armadura y todo. No dudas ni un instante, y te haces con el bláster del soldado, ya que no lo precisará más.

Ahora las cosas cambian, ya que estás perfectamente armado y seguramente saldrás de un modo u otro de la instalación, antes o después. Apelas a la suerte para que nadie se haya percatado del ruido del golpe, y nada más mirar a un lado y a otro de la puerta (asomando tu peluda cabeza) corres por el pasillo de la prisión sin una dirección clara, superando varios controles sin problemas (ya que aparecían vacíos). Claro que, tras internarte por los pasillos buscando una salida desesperadad, tu buena suerte parece agotarse, ya que te topas con un buen número de soldados de asalto. Tras disparar a unos cuantos, y golpear a otros, compruebas consternado, poniéndote a cubierto, que tu arma no tiene más munición láser. Recurres a tu naturaleza animal y dejas escapar un amenazante rugido.

Freyyr recorre el pasillo y da vuelta a la derecha, cuando intenta huir le salen al paso un grupo de troopers que bloquean la salida.

Al comprobar que no tiene suficiente munición láser, se prepara para lanzar su mejor rugido e intentar disolver el grupo de soldados imperiales esperando que salgan huyendo despavoridos.

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Los troopers se quedan mirando unos a otros sin mostrar ninguna señal de estar atemorizados.

Aquel rugido no atemorizó a ninguno de los soldados imperiales que allí había. Ni tan siquiera haría callar ni a un tach de tu amado planeta, el mismo que, seguramente, no volvieras a ver…

¡Cogedle! -y mientras algunos de los soldados disparaban cubriendo a los que iban a por tí, tus esperanzas se esfumaban-. ¡Allí está! ¡Que no escape! -finalmente, saliste a correr por el pasillo, ya sin munición-. Uno de los láser bláster te alcanzó, pero el arma estaba en modo "aturdir", con lo que caíste al suelo y te diste de bruces con el pasillo. Por poco aplastas a un droide ratón que pasaba por allí.

Con el cuerpo inmóvil, te llevaron de nuevo a las celdas, esta vez a una de un grado de seguridad mayor. Lo que hiciera contigo el imperio es otra historia.