Partida Rol por web

  La manera en la que aquella vorágine se había llevado por delante a varios de sus amigos y compañeros hizo que Kaumi estuviese preocupada la mayor parte del tiempo mientras esperaba por llegar a por su copia. Por suerte para ella, cuando regresó a la mesa en la que se habían encontrado anteriormente, vio que varios de los chicos ya estaban allí hablando sobre las ganas de empezar a jugar. La extrañaba un poco ver solo a Ryu de los miembros de su grupo, esperaba que el resto no tardasen mucho en llegar.

  -Hola de nuevo- Saludó Akabashi mientras portaba con orgullo su copia fuertemente cogida bajo su brazo. -Ya solo queda llegar a casa antes de que arranquen los servidores para estar allí en el momento que empiecen. Espero que estés preparado Takeshi porque una vez dentro tocara ponerse serios para ser los primeros en alcanzar la cima.- Mostró una amplia sonrisa a su futuro compañero de equipo, esperaba no tener que quedarse allí mucho más, pero no se iría sin confirmar antes que el resto de sus amigos estaban bien.

Lo habia logrado, no sabia como pero lo habia logrado. Fue una autentica batalla, una multitud de personas enardecidas por el juego, luchando por conseguirlo. Entre casi al ultimo, lo que no era nada bueno. Me concentre en los ultimos estantes, los mas alejados en los que habia menos lucha, lo que no queria decir que no fuera intensa. Me abri paso entre la marea de gente, cuando llegue a mi objetivo quedaban menos de 10 copias. Me lance hacia uno de ellos, agarrandolo justo cuando otro chico hacia lo mismo, nos quedamos mirandonos por unos segundos y justo cuando el iba a empezar a tirar un par de personas, enfrascadas en su tira y alfloja, lo hicieron a un lado obligandolo a soltar el juego. No perdi mas el tiempo, me largue, llegue a la caja, pague y sali rapidamente de ese campo de batalla con un sonrisa en la boca.

Ya con el juego en mano, vulevo a la mesa de antes. Kazuto, Rie, Miyuki y Kazuto ya se encontraban alli. -Uff-suspiro al llegar recostandome en una silla y secandome el sudor de la frente -Pense que no lo iba a lograr, me alegra que ninguno de nuestro grupo se quedara sin juego - digo al ver que a ninguno le faltaba la copia del juego -Que ganas tengo de que abran los servidores-

Uno a uno mis compañeros fueron llegando, comprobando que tenían sus respectivas copias. Fui abrazándolos uno a uno y alcé la mano abierta para que chocaran los cincos por haber completado nuestra primera misión.

-¡Enhorabuena! Tras mucha espera al fin tenemos nuestra recompensa, ¿verdad?- sonreí y guardé mi sagrado videojuego en la mochila para sacar las galletas a medio comer.

-¿Creéis que alguien ha sido aplastado por la multitud?- pregunté preocupada por los demás.

Me senté al lado de Takashi y le ofrecí galletas para que reponiera fuerzas. Por suerte había estado de las primeras así que lo malo sólo habían sido los empujones.

Si antes estaba ansiosa por tener SAO, ahora estaba mucho más por jugarlo.

Ha faltado poco- Mascullo uniéndome al grupo con el pelo desecho y la ropa descolocada pero videojuego en mano.

Miro con cierta envidia a la pequeña Mizore que ni siquiera se ha despeinado. –Y después dicen que el tamaño no importa. A mi en cambio me duelen hasta las uñas pero ha valido la pena, por fin tengo el juego.

¿Quedamos en cuanto abran los servidores?- Afirmo más que pregunto a mi grupo dispuesta a irme. Aquí ya no hacemos nada y aún me espera un buen rato de viaje hasta casa. Aunque no estén abiertos los servidores no veo la hora de conectarme y probar.

La avalancha de compañeros había cortado la conversación, y en cierto modo lo prefería así. Quería saber lo que iban a ser los demás, pero aún no tenía decidido su rol. Como le quedaban unas horas aún, no pretendía tener prisa en elegir algo, sobre todo conociendo la mecánica del juego. 

Sonrió a todos sus amigos y les felicitó de manera breve y concisa. Estaba perdida, otra vez, en sus propios pensamientos, y todos sabían que eso significaba que no se enteraría de la mitad de lo que dijeran. 

Captó sin embargo algún fragmento suelto de la conversación, y no podía estar más que de acuerdo. Estaba deseando llegar a casa y descansar bien antes del gran día. Quedaban ya pocas horas para que abriera el servidor, y una vez dentro querría aprovechar todo lo posible. 

Por las bocinas del centro comunican que al día siguiente, sobre las 17:00 horas de la tarde, los servidores se abrirían, pero el juego no comenzaría oficialmente hasta media hora despues, para evitar la saturación de logins de los jugadores. Dan las gracias por haber conseguido el juego y suerte para el próximo día para los que no lo tuvieron.

Al igual que todos los demás, oí el anuncio de las bocinas. Al fin, mañana llegaría el esperado día en el que todos podríamos conectarnos al tan ansiado juego. Miré al resto del grupo, la gente iba llegando y uniéndose, algunos de ellos ya despidiéndose. Decidí seguir su ejemplo y marcharme a casa, después de todo cuanto antes me duerma antes llegará el día de mañana y antes podré jugar.

-Bueno chicos, mañana nos vemos dentro del juego.- dije con un poco de entusiasmo en mi voz. Tras eso me despedí de los demás y me fui a casa.

Nada más llegar cené con mi familia, tomé una buena ducha tranquila y me fui a la cama. Una vez allí, contemplé el juego que apenas había dejado de sostener en mis manos sólo para cenar y ducharme. Mañana sería un gran día...

Despues del anuncio por megafonía la gente se empezaba a dispersar.

*no era mala idea la de Kazuto, aunque me lo estoy pasando genial*

bromee un rato mas con los compañeros y me despedi

-Bueno gente, mañana nos vemos, chicas si se sienten solas ya saben como contactarme-

las guiño un ojo y saludo al resto mientras me alejo, cojo la bici y marcho a casa a disfrutar de una cena y una merecido descanso antes del inicio de la aventura. 

De algún modo, tras varios empujones y golpes (incluso estaba casi seguro de haber pasado sobre alguien que había caído al suelo) logré llegar a tiempo al mostrador, donde conseguí al fin recibir mi preciada copia del juego. Escabullirse de la masa imparable de clientes fue casi tan difícil como alcanzar el mostrador, y una vez fuera, no me sentía con ganas de esforzarme en atravesar otra vez toda la multitud para alcanzar a los demás, por lo que esperé pacientemente hasta que anunciaron por megafonía que las copias estaban agotadas, lo que ocurrió antes de lo que esperaba.

Cuando al fin me reuní con los demás, ya todos tenían su copia y habían compartido varias impresiones. Me acerqué con aire triunfante mientras agitaba en mis manos el premio que tanto nos había costado obtener - Veo que ninguno ha tenido la mala suerte de perder la reserva del juego. Mejor así. Quiero darme el gusto ver como os quedáis muy por detrás de mi. Os reto a ver quién sube más de nivel el primer día, aunque ya sabemos quien va a ganar.
    Cuando abra mi propio gremio si lo pedís con amabilidad tal vez os deje entrar. - Reí con ganas mientras me despedía de los demás.

Lo primero que hice en cuanto llegué a casa fue vaciar el escritorio solo para guardar cuidadosamente el juego sobre él, y después me dejé caer en la cama rendido de agotamiento, enseguida me quedé dormido, pensando en todo lo que haría en cuanto el estreno y apertura de SAO fuera oficial...

-Hpm- supiro mientras me estiro para desentumecerme. -No lo creo- le respondo a Miyuki, cojiendo otra galleta -Uno que otro golpe, pero no creo que alguien acabar como alfombra- Varios se empezaron a ir, no los culpaba, con todo lo que habia pasado era obvio que estarian reventados, ademas de los nervios por la apertura de los servidores. Iba a hacer lo mismo cuando Sato dijo algo que me intereso, un gremio. Seria interesante, seria mas facil comunicarnos y la diversion se multiplicaria. Cuando el de la idea se fue -Aunque la forma en que lo dijo quita ganas de hacerlo, seria una buena idea formar un gremio  entre todos, seria divertido- digo con una sonrisa pensando como seria -El mejor gremio del juego, no estaria mal- fantaseo -¿Que dicen? -pregunto a los que todavia estaban. Luego desesperezandome, me dispongo a irme -Bueno, no vemos en SAO- me despido. Salgo de los recreativos y vuelvo a casa en la bicicleta. Llegando me doy un baño y caigo rendido a mi cama, cansado y con monotn de ganas de que llegara el grandes día de apertura

Sali de ahi con el pelo desgreñado y un par de magullones me dolian, pero por suerte habia conseguido el juego.

Llegue al grupo que ya era reducido sollozando por los empujones que me habian dado y la misma emocion que no podia seguir conteniendo.

Snif! Logré conseguir el ultimo me dijo la cajera. Dije entre llanto. Me das una galletita? le pregunté a Miyuki mientras me acercaba  a ella.

Poco a poco me calmé mientras mis compañeros se despedian del grupo. Entre suspiros terminé de masticar la galletita y me sente al lado de Miyu para colocarme los rollers de nuevo.

Bueno chicos, yo tambien me voy, tengo hambre y las galletitas estan muy ricas, pero ya es hora de cenar. Nos vemos en el juego.- Terminé diciendo entre suspiros mietras me refregaba el ojo.

La bocina, al contrario que la conversación de sus amigos, sí que la despertó de sus ensoñaciones. Ya era definitivo, y uno a uno, siguiendo al colectivo mayor, fueron despidiéndose para volver a sus casas. 

Sin perder ni un minuto más hizo también lo propio, se puso en pie, y se alejó de allí tras desear suerte a todos. Tardó un buen rato en regresar. Ahora que tenía el juego, no tenía demasiada prisa y podía tomarlo con calma. Cuando llegó, era ya de noche y su madre estaba acostada. Por suerte, siempre tan preocupada, había dejado algo para cenar envuelto en la cocina, así que se lo comió rápidamente mientras subía a su habitación, preparaba todo para al día siguiente sólo tener que ponerse el casco, y se tumbaba en la cama encendiendo de paso la minicadena con el mando a distancia. 

La música instrumental celta, un gran descubrimiento de occidente, inundó su habitación mientras, muy lentamente, cerraba los ojos y se dormía. Su último pensamiento fue para SAO, y en sueños pudo rememorar sus andanzas antes de empezar de cero...

Me alegré como iban viniendo más compañeros aunque me desanimaba cuando se iban, pues era muy pronto para irse a casa, pero no se podía hacer nada.

Cuando Tsubaki advirtió de que se había llevado la última copia la abracé con fuerza hacia mi frotando mi moflete contra el suyo.

-Pobre "Mimi", lo que has tenido que pasa.- sorbí la nariz como si estuviese llorando.-Ya está tranquila, tendrás toooodas las galletas que quieras y tu preciado SAO. Has tenido mucha suerte.- acaricié su suave pelo y me levanté.

Algunos de mis compañeros se iban y se veía como otros estaban dispuestos a irse así que me despedí de los que quedaban y fui a jugar algunos videojuegos de por allí. Pues el anuncio había avisado de cuando abrirían los servidores y que mañana habría más copias.

Tras unas horas jugando decidí volver a casa pues ya era demasiado tarde. Volví a casa con una gran sonrisa en la cara mientras cantaba las canciones que escuchaba a través de los auriculares sin importar que llamara la atención por cantar en mitad de la calle. Estaba feliz y eso era lo que contaba.

Al llegar a casa, mamá volvió del trabajo, esperándome para la cena. Durante esta, le explicaba con todo detalle lo que había ocurrido mientras ella reía por mis movimientos tan hiperactivos. Tras un buen baño me colé en la cama, quedándome dormida enseguida y deseando que se pasara el tiempo volando para poder jugar.

Aún no podía creer lo que tenía entre sus manos, lo miraba y lo volvía a mirar, el mejor juego! Sus amigos se habían juntado y todos habían quedado en conectarse al otro día apenas abriera el servidor - Hasta mañana, los veo en el otro mundo! - saludo a los que quedaban antes de salir.

Caminó las cuadras casi sin darse cuenta, el tiempo pasaba mas rápido cuando se disfrutaba, no había duda. Cuando entró a la casa y vio la pila de apuntes en el piso y el gato jugando sobre ellas, volvió a la triste realidad. Bajó sus hombros con resiganción y se puso a realizar la tarea pendiente, sus padres estaban por llegar y prefería estudiar esa tarde para tener libre el día siguiente para jugar.

Esa noche soño que junto a sus amigos llegaban a la cima y desde allí veían al resto de los jugadores que los seguían detrás, a lo lejos. El brillo del sol desde arriba de las nubes los bañaba de dorado y el dragón que montaba aleteaba sus inmensas alas, triunfante. 

 Ya prácticamente todos habían logrado su copia y habían pasado por el sitio en el que se habían juntado anteriormente para dar un saludo casi testimonial antes de marcharse a casa, en verdad Kazumi deseaba lo mismo en aquel momento, pero aún le quedaba por ver a uno de los miembros de su grupo y aunque Kazuto, Takeshi y Saeko ya se habían ido ella iba a esperar allí hasta que tuviera la certeza de que Midori también lo había logrado. "Espero que esté bien y lo haya conseguido, seguro que sí" pensó para sus adentros mientras iba dando una respuesta cordial a cada uno de los que se iban despidiendo.

Ryo se había hecho con su juego de los primeros. Recibió varios empujones cuando se resultó evidente que no habían juegos para tantos demandantes. En el tumulto se imaginó haciendo algunas cosas a las chicas que se le pegaban contra su cuerpo, pero se controló y dejó que eso quedara en su mente... por ahora. El era un motoori, un chico serio y de buena familia.

Cuando consiguió su juego salió por la puerta del lateral del edificio y bajo por las escaleras metálicas exteriores, no se despidió de nadie, con el juego contra su pecho y un sonrisa en los labios se marchaba a su casa. Pronto empezaría la diversión de verdad.

Justo en la esquina hace una foto con su teléfono móvil al grupo de amigos del colegio. Mira la foto realizada, hace un zoom con los dedos y le da un beso a alguien. Luego desaparece calle abajo.

Midori se abrió paso entre las masas, sosteniendo entre sus brazos lo que tanto esfuerzo le había constado conseguir.

¡Lo tengo, lo tengo! Pensaba entusiasmada. Como siempre, su cara mostraba tranquilidad, pero se podía ver en sus temblorosos brazos que se encontraba en un estado de agitación probablemente causado por la felicidad de haber conseguido el juego.

Llegó a lo que quedaba del grupo de las últimas, algunos ya se habían marchado, pero otros aún estaban por allí. Se despidió cordialmente:

- Veo que los que estáis aquí ya tenéis una copia. Y supongo que los que no están aquí se han marchado a casa corriendo porque no pueden esperar. - Aguanta una risita poniendo su mano delante de su boca - ¿No es maravilloso? Espero poder jugar con todos vosotros pronto. - Sonríe cerrando sus ojos y poniendo la cabeza de lado.

- Bueno, tengo que empezar a caminar ya a casa, ¡nos vemos dentro! - Midori se aleja andando, mientras se despide con la mano de sus amigos.