Partida Rol por web

Luego de realizar una descarga, Sfenos suelta unas palabras. Su mirada está algo perdida. Capitán Crandelt... Perdón por esto pero es que yo sólo quiero hablar con usted pero usted prefiere enviar a alguien para matarnos. Por mi parte me siento algo menospreciado. Además, estuvimos... ¿Cuánto tiempo? ¿Horas? Inconscientes y encerrados. Tengo un poco de hambre, tal vez debí comer ese pan. ¿No tiene algo de consideración por nosotros?

Antes de poder reaccionar el muchacho realiza un ataque contra la toldilla,
Muchacha supongo que el plan es atacar, no la he visto en acción pero, sigue mi huella, voy a distraerla.
Hey bruja, deja al muchacho fuera de esto, la pelea es conmigo

Antes de poder decidir que hacer, la joven nos ataca. ¿De otro modo? Pues tendremos que luchar. Ni bien veo a Penas cargar contra ella, me muevo detrás de él y avanzo, cuando veo el momento, giro hacia un lado, en dirección a ella, y la ataco.

Un silencio inicial se da luego de las palabras de la mujer. Todos se miran un momento sin decir nada, estudiando sus movimientos, analizando qué han de hacer, cómo atacaran. Un ruido se escucha hacia proa pero la tensión de la pelea les impide centrarse en ello... es momento de atacar.

Penas se lanza hacia Seren y trata de asestar un puñetazo, a lo que la mujer antepone su cuerpo y alza su mano para frenar el ataque con su daga. Inmediatamente la pirata separa un poco una de sus piernas para servirse de apoyo y lanza un contraataque con su espada formando un amplio arco que finaliza en Penas, quien logra frenarlo. Momoka, quien aún se encontraba junto al norne y dispuesta a actuar, ve pasar el filo de la espada frente a ella e intenta esquivarlo; sin embargo, al tratar de salir del rango del ataque nota inicialmente cómo el arma se ilumina tenuemente al entrar en contacto con ella, al igual que su propio cuerpo. Las ropas de Momoka se cortan de un lado al otro del abdomen, pero la sorpresa de ésta se produce cuando se percata que al movimiento del filo le acompañan unas gotas de tono escarlata... la joven termina su salto evasor y lleva de inmediato una mano a su cuerpo, viéndose perpleja al notar la sangre que emana de la profunda herida que le han producido.

Seren se mueve un poco hacia atrás y vuelve a tomar su posición. Acerca la espada hacia su rostro y, levantando un poco la tela que le cubre la boca, pasa su lengua sobre la parte ensangrentada de la hoja. "- Amo ese momento en el que comienzan a sangrar- dice le mujer casi en susurros, notándose cómo su respiración aumenta un poco y se agita". Su ojos parecen haber cambiado de un estado sereno hacia uno de júbilo y lujuria... les mira profundamente pero ya no como enemigos, sino más bien como presas.

Sfenos sube a cubierta y fija su atención en el Capitán. A pesar de la distancia que les separa, no duda un instante y mientras junta ambas manos una esfera de energía de un tono violáceo comienza a formarse. El joven mira hacia la esfera mientras un rostro calavérico le observa y va tomando cada más y más forma. Sin aguardar mucho tiempo, Sfenos alza su mano y lanza el ataque, que circunda el aire a toda velocidad hacia Crandelt; éste abre sus ojos y levanta su brazo para intentar desviar el disparo, pero no lo logra y la descarga le da en el hombro. El Capitán hace un paso hacia atrás mientras escucha a Sfenos hablar y al instante echa a reír. "- No entiendo una palabra de lo que dices... tal vez los muchachos te hayan golpeado demasiado o tal vez sea el aire del mar el que les afecte. Ustedes son algo desechable para mí, siempre lo fueron. Su único valor es como mercancía, no más- dice mientras saca un cuchillo de su cinto-. Tsch, idiotas".

Crandelt lleva el cuchillo hacia la mano libre y corta su palma antes de volver a guardarlo. Luego pasa los dedos por la herida y junta ambas manos formando una extraña figura, antes que una pálida y descolorida aura comience a formarse alrededor de su cuerpo.

El corto silencio que se forma se rompe de inmediato ante el sonido agitado del agua y al girarse un instante notan caer desde el cielo la figura del espadachín, quien parece haber subido de un salto a cubierta. Con su espada en alto, apunta hacia donde se encuentra el Capitán y, acto seguido, comienza a moverse hacia su objetivo.

Retrocedo unos pasos buscando recuperar el equilibrio, mientras estudio a Momoka,Muchacha estas bien?, vamos a tener que coordinar mejor nuestros ataques, creo que atacando al mismo tiempo podremos superarla. Observo a la mujer, su cara salvaje, sus ojos de predador, nunca había visto alguien así antes...Si salgo vivo de esta voy a tener que aprender algunos trucos nuevos.

Antes de poder siquiera reaccionar, el filo de la pirata da un surco delante nuestro, recorriendo de lado a lado mi abdomen. Un pequeño zumbido acompaña el ardor inicial que siento donde su espada me tocó, para que al comprobar me encuentre con que estoy sangrando. Atónita, observo mi mano teñida de rojo. Escucho una voz familiar que me saca de mi asombro. 

- "Sí... -respondo, mientras me limpio la sangre en mis vestiduras-. Hagamos eso- y me preparo para atacar". Espero salgamos bien de esta.

Sfenos mira a los muertos y en ese instante una idea se cruza por su mente.

Unas pocas personas se mueven aún activas, enfrentándose, preparando sus ataques, lanzándose sin rodeos hacia el combate. Decenas de cuerpos cubren la cubierta del barco y la sangre se escurre entre los tablones mojados por el agua salitrosa. Los piratas que conformaban la tripulación del Capitán yacen sin vida a lo largo del navío y, junto a varios de estos, también algunos de los guerreros que acompañaban al espadachín.

Seren observa cómo la descarga atraviesa el aire y da en el Capitán, pero a pesar de notar ello decide centrarse en sus contrincantes. En sus ojos se marca a fuego el placer del combate; más que sentirse a gusto por la oportunidad de la lucha, parece extasiada, excitada. Su cuerpo vuelve a moverse a una velocidad atroz y alzando ambas armas gira continuamente lanzando estocadas. Penas intenta parar sus embates, buscando a su vez brindarse una posición ventajosa a través de la cual devolver los golpes... pero le es imposible. Al finalizar sus ataques, la mujer se agacha y asciende en diagonal a toda velocidad con su espada, rasgando la carne del pecho del norne desde la cintura hacia uno de sus hombros y dejando escapar una eufórica risa.

Penas lanza un grito y hace unos pasos hacia atrás con los ojos nublados, sujetándose el pecho y observando el peligroso corte que por poco no ha abierto su abdomen. Su cabeza, sus piernas, sus brazos, no responden con la debida fluidez a pesar de cuánto intenta esforzarse. Sin embargo, al muchacho no le es ajena esta situación; en los bastos campos de batalla que atravesó en las tierras heladas, sufrió del mismo modo en más de una oportunidad. Algunos ancianos solían decir que esos momentos existían porque la muerte avisaba a los mortales que estaba presente, sea para atormentarlos o para llenarlos de coraje y valor.

Más allá, Sfenos comienza a concentrarse y siente cómo en su interior se mueve salvajemente la energía de la que dispone. Sus extremidades se adormecen un poco pero enseguida comienza a acostumbrarse y una sensación de calor embriagadora le envuelve. Mira hacia su izquierda y nota al espadachín observándole con seriedad, quien luego pone también atención en sus compañeros. El hombre centra luego su vista en Crandelt y ante las acciones del pirata su rostro comienza a tomar un tinte de preocupación. Sin esperar momento alguno, el espadachín se lanza a la carrera levantando a un costado su arma.

Luego de esquivar los ataques de la mujer y habiendo visto cómo su compañero fue herido, Momoka se prepara para actuar. La muchacha lanza dos violentos puñetazos que Seren alcanza a desviar levemente, pero que igualmente impactan. La mujer parece haber resultado indemne ante los ataques de Momoka y se muestra arrogante, lo que le lleva a no percatarse a tiempo de la patada final que la joven lanza. El pie da de lleno en el rostro de Seren y esta se hace para atrás antes de recobrar la compostura. La mujer lleva la mano bajo la tela que cubre su rostro y luego mira sus dedos ensangrentados antes de reír, como si hubiese disfrutado el golpe recibido.

Hacia popa, Crandelt mira el espectáculo mientras sus manos se mueven. En determinado momento comienza a dibujar figuras en su brazo izquierdo con la sangre que emana de la cortada en su mano y camina hasta llegar a la baranda de babor. Mirando sobre su hombro, se percata del espadachín que ha comenzado a moverse y en ese instante lanza una terrible y sonora carcajada que atraviesa la negrura de la noche.

"- Llegaste tarde, muchacho... contemplen el horror- dice y extiende su mano izquierda hacia el mar".

El brazo del Capitán comienza a iluminarse y de la palma de su mano parecen surgir unas figuras que les recuerdan algún tipo de grafía. Las líneas dibujadas alrededor del brazo también se desprenden y pasan a moverse alrededor de estas figuras, asemejándose la forma final a una especie de sello o marca sefirótica. Sfenos observa al Capitán extrañado, pues aunque pareciese un hechizo no puede ver energía espiritual alguna en lo que está haciendo... sin dudas no es magia.

La neblina a la que ya se habían acostumbrado parece volverse más densa en dirección a babor y un extraño silencio se forma alrededor de los presentes. Comienza a surgir de la nada un hedor que pareciera semejante al de la carne pútrida de animales y peces, y que a todos los presentes les produce náuseas. Sin embargo, una vez la sensación pasa -a expensas del hedor que perdura-, algo en su interior les informa de un peligro próximo, una especie de instinto primitivo que les pone sobre aviso y les impulsa a mirar hacia el lado izquierdo del barco.

Sus ojos tratan de atravesar la niebla pero la oscuridad de la noche no ayuda. La luz de la luna ilumina levemente y comienza a delimitar la abotargada figura de un ser en la cercanía. Mientras más se va marcando el perfil de la criatura, más se van dando cuenta del gigantesco tamaño -cercano a los quince metros- y de la presencia de los que parecieran ser tentáculos, por cómo se mueven.

Crandelt da unos pasos hacia atrás y se mueve como puede hasta el timón para apoyarse, demostrando evidentes signos de agotamiento. Los ojos de Seren que hasta hace un momento demostraban emoción, se ven ahora temerosos. El espadachín se frena presentando una mirada similar a la de la mujer, pero al momento parece recomponerse. Un gutural grito que no se asemeja a nada que hayan escuchado hasta ahora inunda la noche.

¡Oh rayos! Espero que esto funcione...

Esto no pinta nada bien. Observo las heridas de Penas y a la criatura acercándose. Aun así, me esfuerzo por mantenerme concentrada en el combate con la encapuchada. Lo mejor que podemos hacer ahora es resistir. No sé qué esté haciendo Sfenos, pero espero se dé prisa.

- "Penas, prepárate... demos con todo lo que podamos- digo, preparada para utilizar mi técnica".

Las heridas aunque profundas y dolorosa no lograr quitar mi atención de la sombras que se mueven mas allá del navío; observo hacia la densa niebla, que gracias a los dioses aún oculta a la monstruosa criatura.
-Muchacha, no es por ofenderte pero no creo que nada que puedas hacer le haga cosquillas a esa cosa.
Mientras observo a la bruja trato de dilucidar su cara.
Hey bruja, no creo que esto sea lo que tenias en mente, ese viejo esta loco.

Sfenos continúa dedicándose a concentrar en su cuerpo las energías anímicas de las que dispone. Siente en su interior cómo el poder fluye de a poco, una sensación que pocas veces experimenta pues no suele centrarse a menudo en acumular y mantener tanta energía. Mientras se mantiene atento, se percata de la presencia de los guerreros cercanos a él que miran con sorpresa la figura oscura que entre la niebla parece acercarse. Pero algo llama más su atención y es que entre las energías que se mueven en el área, percibe una fuente de magia que más bien parece una degeneración del flujo anímico, una fuente de perversión mágica que hace palidecer a las artes que él mismo emplea y que procede la criatura que ha aparecido. El joven nunca había sentido algo así, tan corrupto, tan oscuro, algo que le hiciera helar la sangre de esa manera.

La mujer que hasta hace instantes mostraba un instinto asesino parece ahora atrapada en su propia mente, observando la sombra que comienza a asomarse a través de la neblina y también hacia el Capitán que parece encontrarse bastante débil. Mira a sus contrincantes un momento y se empieza a moverse hacia atrás, para alejarse de estos en dirección hacia Crandelt.

Momoka se lanza al ataque al instante para impedir el escape de la mujer. Sin embargo, Seren actúa con una velocidad tremenda esquivando el golpe, girando sobre sí y lanzando un espadazo que corta la pantorrilla de la muchacha cerca del tendón. Momoka se hace hacia atrás, cayendo al suelo y lanzado un grito de dolor mientras sujeta su pierna que parece no responder, mientras alcanza a ver ligeramente a Seren que continúa su retirada hacia donde se encuentra su compañero.

Penas sujeta su abdomen y luego de hablar con su aliada toma aire intentado soportar la herida sufrida. Pasado un instante se siente apto para continuar, pero nota aún el ardor y dolor del corte que su enemiga le produjo. Al volver en sí, mira a Momoka en el suelo y luego hacia la mujer que sube las escaleras, a quien esputa sus palabras. Ésta se gira y en sus ojos se nota todavía la preocupación y el miedo.

"- Estás equivocado, esto ero lo que tenía en mente... sólo esperaba que no funcionara esta vez...- alcanza a contestar pero su boca comienza a abrirse a la vez que sus ojos miran hacia el cielo".

El norne sigue la viste de la mujer y observa en el aire tres tentáculos que se alzan a la altura de él y sus compañeros, antes que los apéndices comiencen a bajar a una velocidad atroz.

En ese instante se ve girando en el cielo el arma del espadachín en dirección hacia donde Sfenos y Penas están, y tras esta a su dueño que parece estar envuelto en un aura similar a la que Momoka mostró en la celda, aunque de diferente color. El joven salta, toma la espada en el aire sujetando la empuñadura con ambas manos y cae clavándola en el suelo. Inmediatamente el espadachín lanza un grito y el aura que le cubre estalla formando un área que les envuelve y desde la que se levanta a toda velocidad lo que se asemeja a las paredes de un torreón hechas de energía. A cada golpe del apéndice el joven entrecierra sus ojos y aprieta con fuerza los dientes, como si le costara soportar el embate del ser.

"- Es demasiado fuerte para nosotros... y si no estoy equivocado, lo será aún más- les grita a ustedes- Será mejor que vayan a estribor y se suban a nuestra nave ahora, antes que esa cosa nos mate a todos- agrega antes que la torre de luz se desvanezca, y comienza a retroceder hacia el palo mayor".

Retirado de la zona de combate, Crandelt parece a punto de caer inconsciente pero se hace de las pocas fuerzas que puede y camina hacia el centro de la toldilla, aguardando a Seren que se acerca.

Ah... no hay nada que podamos hacer. Penas tiene razón. Esa mujer... Observo los tentáculos y escucho las palabras del espadachín. Dejo salir el aire que retenía en mis pulmones y hago una profunda inhalación, a medida que intento incorporarme, presionando con una mano la parte superior a la herida, y usando la otra para apoyarme. Así, siguiendo el consejo del joven, voy retirándome hacia estribor.

Contorlo mi cuerpo en busca de debilidad o heridas que pudieran necesitar atención inmediata, y con el brazo en el abdomen me acerco a Momoka.
Muchacha, luchaste terriblemente, podrías enseñarme algunas cosas si salimos de esta?
Miro al chico con la cara embozada, y aunque trato de sonar afable, cierto regusto amargo me corre por la garganta al recordar algunas de las cosas que hizo en el combate.
Chico ya tendrás otras chances de molestar a los que reposan eternamente, pero debes salir vivo de aquí para poder aprovecharlas.
Dicho esto me encaminó hacia la otra embarcación, le ofrezco el hombro a Momoka y al pasar le tiendo la mano a Sfenos.

Seren termina de subir las escaleras de la toldilla y toma por la cintura a Crandelt un momento para ayudarle a mantenerse en pie. Sin esperar un segundo más, de entre sus ropas saca el objeto que en su momento había buscado y guardado, y lo levanta un instante para observarlo. A lo lejos pareciera una llave de gran tamaño, similar a las empleadas para abrir o cerrar los portales de ingreso a algún fuerte o, incluso, un castillo. La mujer acerca el objeto un momento hacia su rostro y cierra los ojos, haciendo que de inmediato la llave cambie de forma y tamaño mientras marcas similares a runas se encienden de un color amarillo pálido. Seguidamente la mujer se agacha y parece abrir una puertilla en el lugar... Crandelt es el primero en bajar y luego le sigue Seren, quien desaparece de la vista de todos luego de lanzarles un último vistazo.

Penas se acerca a Momoka e intenta ayudarla, pero rápidamente se da cuenta que en su estado poco puede hacer por su compañera. El espadachín se acerca rápidamente al ver la situación y auxilia a la muchacha, quien da muestras de intentar aguantar el sufrimiento al que ha sometido su cuerpo. Momoka se pone en pie y comienza a caminar sola, seguida de cerca por Penas que carga consigo su gran y pesada espada.

Sfenos, por su parte, no termina de comprender la cantidad de esencia corrupta que emana de la criatura e incluso empieza a sentir un regusto pútrido en la boca producto de la percepción extrasensorial que su condición mágica le brinda. Siente dentro de sí el miedo, pues a pesar de no haber conocido antes semejante naturaleza en un ser, su mente y cuerpo le avisan del peligro que ello implica. De un momento a otro se mira las manos que tiemblan y nota su cuerpo que se mantiene trémulo sobre el barco. El espadachín se acerca a él luego de tender una mano a su compañera y logra sacarlo del estado en el que se encuentra, dirigiéndose luego ambos hacia el otro barco.

La criatura parece enfurecida al ver el movimiento sobre cubierta, al percibir que sus objetivos escapan, y de inmediato lanza algunos ataques que inicialmente fallan. Mientras terminan de pasar hacia la otra embarcación, notan que el grupo de guerreros que aún quedaban en pie cerca de Sfenos se habían mantenido a la retaguardia para facilitarles el escape. Sin embargo, no todos los ataques fallan y observan cómo de un momento a otro los tres sujetos son atrapados por los apéndices del ser. Los hombre gritan de dolor ante la presión de los tentáculos, pero tales gritos se apagan enseguida mientras ven sus cuerpos deteriorarse rápidamente, la masa de sus músculos decrecer y la piel pegarse a los huesos, como si la criatura les succionara lo que tienen en el interior. En pocos segundos la bestia suelta los cuerpos sin vida de los hombres, que al tocar el suelo suenan como cascarones vacíos.

El barco comienza a separarse del navío pirata y a guardar algo de distancia. Al ver hacia la criatura, notan que la misma va subiéndose de a poco a la embarcación en la que hasta hace instantes estaban, y a destruirla por la presión de su apéndices. En un momento, y a pesar de la distancia que ya les separa, el ser lanza un grito gutural de tal fuerza que cada uno de los presentes siente su cabeza atravesada por miles de agujas. Sin embargo, pasado un momento el dolor pasa y pueden así observar el espectáculo a lo lejos. La nave pirata termina de resquebrajarse y empieza a hundirse, mientras ven a la criatura que también se mueve junto a ella hacia el fondo del frío océano.

Una vez la distancia nos separa de los restos del navío, la situación se antoja cada vez mas irreal; como un mal sueño surgido por el excesó de una noche de juerga. Pasado algunos momentos las preguntas empiezan a rondar mi cabeza, necesito hablar o reir o gritar.
Vaya pelea les hemos dado a esa escoria pirata jaja
Sin embargo, al escuchar mi propia voz, las palabras se me antojan huecas; dejo la frase morir en mis labios.
Dirijo la vista hacia el espadachin, el brazo alzado para saludar su valor.
Los dioses verían encantados que lucharas a su lado en la batalla final. Me llamo Penas, la doncella guerrera es Momoka y el muchacho meditabundo, creo que se llama Sfenos.
Como debemos llamarte?

Mientras nos fuimos acercando al otro barco, escucho las palabras de Penas y respondo: 

"- Fue un honor combatir a tu lado, sin duda eres un guerrero formidable -expreso, con un tono afable a pesar de las heridas que me aquejan".

Una vez a salvo en el nuevo navío, observo a la distancia a la criatura destruir la nave pirata. En ese momento vuelve a mi mente la imagen de los otros prisioneros, a quienes dejamos atrás. "- No...-dejo escapar, por lo bajo, mientras veo los restos hundirse". Ellos... todos... les dije que se quedaran, que volveríamos por ellos. La culpa comienza a atravesarme, y sólo puedo imaginar cómo podríamos haberlos salvado, si tan solo... si tan solo hubiésemos sido más fuertes. 

Me apoyo en una de las barandillas y dejo que el aire salado despeje los pensamientos angustiantes. Ya estamos al salvo, al menos. Conseguimos escapar y nos encontramos... - me vuelvo a mirar los cortes, así como los de mis compañeros- medianamente bien. Ahora, ¿hacia dónde nos dirigimos? Mis cavilaciones se ven interrumpidas por la voz de Penas. Dirijo la vista hacia el espadachín, expectante de su respuesta.

Parados en el nuevo navío, alejándose mientras en la distancia pueden observarse los restos del barco pirata y de la criatura que se hunden cada vez más, el aroma de la sal vuelve a sentirse junto a la brisa marina que ahora les envuelve.

El espadachín se dirige hacia una de las puertas en cubierta que parece dar a un camarote y la golpea con su puño antes de apoyarse con la misma mano. Su rostro mira al suelo mientras aprieta con fuerza sus dientes y frunce la nariz, observándose el enojo en su semblante. Algunos de los integrantes de la tripulación se acercan, dan palmadas y cruzan palabras por lo bajo, como si tratasen de dar ánimos a un compañero más a pesar de dar señas el joven de ser el Capitán de la nave. Luego de un momento parece recobrar la compostura y camina hacia donde están ustedes.

"- Mi nombre es Yuri- dice asintiendo inicialmente a Momoka y extendiendo luego la mano para estrechársela a Penas-. Soy el Capitán de este barco y junto a mi tripulación... alquilamos nuestros servicios a las naciones que lo requieren- dice haciendo una leve pausa en un momento-. Hans Crandelt es un pirata conocido, uno de los doce Reyes Piratas que hasta hace no mucho controlaban desde el Puerto de Rue los constantes ataques a las flotas mercantiles de Phaion y Gabriel- comenta mientras deambula y gesticula al hablarles".

Ahora que pueden observarle bien, el espadachín parece un hombre relativamente joven, que contará con 20 a 30 años. Posee un cabello rubio oscuro, un cuerpo atlético de por lo menos metro ochenta y unas manos que se ven suficientemente curtidas; por la tonalidad de su piel y sus rasgos, podrían decir que es asher o, con más probabilidad, aiones. Mientras les habla ven dibujado en su rostro una sonrisa afable que, junto a sus modos comunes de hablar y lo amigable que se muestra, les brinda una sensación sincera y agradable.

Yuri saca de entre sus ropas una bolsa con tabaco y arma una pequeña pipa que comienza a fumar con ganas, mientras exhala bocanadas de humo con notable relajación. Mira un momento a Momoka y le sonríe amablemente.

"- El dolor en tu rostro... cuando llegamos nos imaginamos que habían varios apresados en el barco, pero jamás esperamos que todo terminara del modo en que terminó. Crandelt y su lugarteniente manejan un mercado de esclavos hace tiempo pero no hemos podido hacernos cargo del maldito. Aún...- expresa el joven mientras da varias pitadas a la pipa-. La suerte de esas personas estaba fuera de tus manos, querida. No había forma en que pudieras ayudarles. A veces... debemos hacernos a la idea de que pueden haber bajas y que no podemos evitarlo- agrega mirando un momento al suelo con la mirada perdida".

El muchacho se acerca a la baranda y mira el mar unos instantes. Luego se gira apoyándose en la madera.

"- Los tres demostraron habilidades que no es común ver en Gaia. Sobre todo tu, silencioso- dice levantando una ceja y señalando con la pipa a Sfenos-. En los años que llevo he visto personas capaces de emplear la magia o los poderes mentales, pero nunca alguien que haga ambas cosas... es sorprendente. Sin embargo, ustedes utilizan otro tipo de energía, como yo- menciona aludiendo a Penas y Momoka-. Mis maestros, ellos también la emplean pero son extremadamente más hábiles que yo- agrega dejando escapar un "tsch" y una sonrisa mientras alza sus cejas y mueve la cabeza".

Uno de los tripulantes se acerca a Yuri y cruzan unas pocas palabras, a lo que el joven finalmente le ordena que cambien rumbo hacia el oeste.

"- Aquellos que estaban en el barco con ustedes y tantos otros antes- comienza a decir observando primero a Momoka y luego al resto-, son personas despojadas de todo, gente pobre, ladrones, alcohólicos, rechazados que nadie extraña y por ello no representan un peligro para Crandelt al hacerlos desaparecer. Algunas veces hemos logrado frenar este mercado que maneja pero muchas más no. Además, a veces incluso ni debe molestarse en buscar la gente pues van hacia él... al fin y al cabo, no tienen lugar donde estar ni al cual volver- expresa mientras cambia el tabaco en su pipa y les mira atentamente a cada uno".

Yuri toma aire un momento y luego enciende las hojas de tabaco apisonadas en el cilindro de madera. Lleva la pipa a la boca y aspira con fuerza, guardando un rato el humo en su boca y soltándolo formando círculos en el aire.

"- Es por eso que quiero que vengan conmigo a Arkangel- dice el muchacho, sonriente, continuando las palabras de hace instantes-. Los tres tienen habilidades extraordinarias que algunos sólo podrían soñar, y aún necesitan pulirlas bastante. Me gustaría llevarlos donde mis maestros, allí podrán aprender a controlar y desarrollar aún más lo que hacen; incluso tu- dice mirando a Sfenos-, pues la archimaga es una mujer con muchos conocimientos y bien versada en la magia- agrega y comienza a caminar hacia el camarote".

El mar parece más en calma de lo que antes estaba, o tal vez sea que el fragor del combate o la aparición de la criatura simplemente hayan dado otra impresión en su momento y ahora notan en verdad lo tranquilo de las aguas. La Luna continúa en lo alto iluminándoles y acompañando la poca claridad que hay sobre el navío.

"- Por cierto- dice girándose antes que puedan siquiera responder a lo que antes les dijo-. Abajo pueden ir a la enfermería y también encontrarán camas en las que recostarse o algo que comer. Nos espera un largo viaje y haremos la menor cantidad de paradas que podamos- les informa sonriendo y antes de meterse al camarote concluye- Y no se preocupen sobre el lugar al que vamos, estoy seguro que serán recibidos... Kisidan apreciará sus capacidades".

Luego de decir esa palabras, Yuri llama a algunos marinos y estos ingresan junto a él al camarote discutiendo por lo bajo algunos asuntos que no alcanzan a oír desde donde están.

Las velas se ensanchan y el barco comienza a romper olas con fuerza ni bien el viento comienza a aumentar su velocidad. Nada extraño puede verse sobre la negrura del mar y hacia el horizonte, pero aún sienten un escalofrío al recordar la criatura. Sin embargo, otro sentimiento va ganando terreno en sus mentes y corazones... la intriga por aquello que está por venir y por el lugar al cual llegarán.

FIN DEL PRÓLOGO