Partida Rol por web

Ni siquiera soy consciente de que la pistola está descargada y el hijo de puta muerto mientras sigo apretando el gatillo intentando borrar esa sonrisa petulante. Estoy así hasta que escucho tanto la voz de Ivette como a Simon. Tardo un poco en reconocerlas como tales y aún más en entender lo que están diciendo pero poco a poco la neblina roja desaparece.

- Gracias al cielo que sigues viva.- es lo único que soy capaz de decirle a la mujer con un alivio que casi era un bálsamo que me quitaba todo el dolor y cansancio que sentía en ese mismo momento. Sin más me acerco junto a Simon y entre los tres tapamos la nueva herida de Ivette.- Esto no ha acabado, ese cabrón puede estar muerto pero quizás haya más trampas detrás de la puerta. Puedes esperar aquí mientras Simon y yo comprobamos la zona.- le digo a la mujer mientras le acaricio el rostro con cariño.

Acto seguido vuelvo hasta donde esta el cadáver del culpable de todo esto y lo registro en busca de cualquier cosa que pueda resultar útil, ya sea una llave o un control remoto de alguno de los mecanismos del búnker.

Simon se da cuenta de que Ivette está bien y que la bala la ha atravesado limpiamente por lo que no habrá complicaciones.El que parece a punto de desmayarse es Edward cuyo rostro está pálido,la sangre le mancha por diferentes lugares el traje y antes de que puedan hacer nada el hombre cae al suelo inconsciente sin haber encontrado nada entre las ropas de Leo

-"¡¡¡¡MAMÁAAAAAA!!!!"-se escucha el grito agónico de una niña tras aquella puerta.

Por un momento noto como pierdo todas mis fuerzas y el cansancio posee mi cuerpo. Una tranquila oscuridad envuelve como si ya hubiera cumplido mi objetivo en el mundo: Leo estaba muerto e Ivette se reuniría con su, nuestra, hija. No parecía un mal final y sinceramente me merecía un buen descanso.

Sin embargo un grito desesperado me devuelve a la realidad y consigo mantener los ojos abiertos y levantarme a duras penas apoyándome contra la pared.

- Podría ser una trampa, vayamos con cuidado.- le digo a los demás intentando aparentar estar en mejor estado de lo que estoy, probablemente con un desastroso éxito pero había otra vida más importantes que la mía en juego como para perder el tiempo.

Sin más avanzo lentamente hacia la puerta de acero para comprobar cualquier sorpresa que esconda antes de abrirla.

Por fortuna, pude comprobar que, a pesar de lo aparatoso del disparo, Ivette estaba bien. La bala había entrado y salido de forma limpia, por lo que no había mucho de lo que preocuparse. Para más grave parecía lo de Edward, quien estaba sacando fuerzas desde donde no parecía tenerlas para mantenerse de pie y consciente. Decidí aproximarme a mi amigo y echar su brazo derecho sobre mis hombros para que no volviera a caer al suelo.

-Aguanta... -le pedí, con clara preocupación-. Ya casi lo hemos logrado. Saldremos vivos de aquí.

El grito de Emma revelaba que la niña se encontraba tras aquella puerta, aunque después de todo lo que habíamos visto no podíamos descartar que se tratase de una trampa.

-Es mejor que nos agachemos a la hora de intentar abrirla -sugerí, pensando en que Leo hubiera podido dejar una trampa póstuma-. Pero, por si acaso, Ivette, intenta preguntarle algo a Emma antes de que abramos. Así sabremos si de verdad es ella y no una grabación.

Estaba muerto y todo había acabado, Edward rebuscaba entre las ropas de Leo  por si encontraba algo mientras Simón me ayudaba con las heridas. - Estoy bien le dijo al Policia, he perdido el conocimiento unos segundos por el impacto pero estoy bien. 

Iba a sonreir cuando escuchó a Emma llamarla a gritos, se quedó paralizada por unos segundos intentando verificar que fuese la voz de su hija o no, habiendo sido tan hijo de puta a saber si no era una grabación. Miró a Simón, fue a hablarle cuando este comenzó a hablar a lo que asintió y comenzó a levantarse lo más rápido que pudo, con el grito de su hija ni se percató de que Edward había caído junto a Leo, se apoyó en Simón y se puso en pie. - Vamos, tenéis razón puede ser una trampa, hablaré con ella antes de entrar.

Advertí la palidez casi cadavérica en el rostro de Edward y supe que algo no iba bien con él. Sus heridas eran bastante graves, por lo que teníamos que hacer lo posible por detener la hemorragia cuanto antes.

-Ed, aguanta... no intentes hacer esfuerzos... -le dije, instándole a que se sentara en el suelo, mientras mis manos buscaban el lugar en el que había recibido el disparo para tratar de taponar su herida-. Tranquilo... tranquilo, vas a conseguirlo... Vas a lograr salir de esta...

Sabiendo que la vida de mi mejor amigo pendía de un hilo, traté de taponar su herida con ambas manos, buscando la ayuda de Ivette con la mirada. No sabía si lograríamos detener la hemorragia de Edward, pero en esos instantes iba a intentar hacer todo lo posible para que mi amigo sobreviviera.

Ya en camino para buscar a su hija con solo la preocupación de las trampas que pudieran aún estar activas, llegó otro problema, por lo visto Edward no estaba tan bien como decía y se desplomó al suelo, se acercó lo más rápido que pudo hasta el, Simón llegó antes y comenzó a taponar las heridas para taponar las hermorragias. No sabía que hacer, lo que más era lo que había visto en las peliculas, taponar la herida como estaba haciendo Simon y llamar a una ambulancia, lo primero estaba hecho pero lo segundo era algo imposible, tomo iba a peor, no quería ni imaginar como se encontraría su hija y si no sería apremiante los segundos, podía estar en algún tanque de agua de esos que tenía en su mente y estar cayendo el agua. 

El pensar que todo eso podía sucederle a su hija hizo que pusiera una mano sobre las de Simon para que dejara que ella fuese la que presionara la herida. -Tu podrás ayudar mejor a mi hija que yo ahora mismo, me quedo con el pero no vayas muy lejos por si necesitas mi ayuda. 

Con la navaja cortó las mangas de su camisa y la camisa de Edward he hizo un par de tiras para con estas taponar la herida lo mejor que pudo, no tenía ni puñetera idea de primeros auxilios pero si taponaba la herida no saldría más sangre o eso esperaba. 

Miró a Edward. - Como se te ocurra morirte me meteré en tu mente solo para matarte yo misma.

Ya con las manos en las heridas del hombre a quien amaba giró su rostro hacia donde venía la voz de Emma y gritó. -Emma donde estas, dime que ves y si hay algo que nos pueda hacer daño al entrar. Por dios que esté bien, que esté bien, no vuelvo a dejarla con nadie en mi vida.

Asentí a las palabras de Ivette y me dispuse a apartarme de Edward, dejando que la joven ladrona se encargase de taponar la herida. Acto seguido, me aproximé en dirección a la puerta de la que, momentos atrás, habíamos escuchado la voz de Emma. No estaba del todo seguro de que la niña estuviese allí y no se tratase de una trampa, quizá una grabación, por lo que decidí aproximarme hasta la puerta, aunque aún sin llegar a abrirla.

-¡Emma! Soy un amigo de mamá y papá -dije, apostándome a un lado de la puerta y disponiéndome ya a abrirla-. Dinos qué ves y cómo estás. ¿Hay algún tipo de trampa?

Sabía que estaba débil pero esto era ridículo, apenas Simon me alcanza y me dice que no me esfuerce las piernas me fallan y termino por volverme a sentar en el suelo.

- Eso no importa... la niña ve a buscarla, rápido.- es lo único que consigo decir antes de que llegue Ivette y me atienda como bien puede. Había sido un idiota al alejarme de ella, tan moralmente superior y mira donde me había conducido. aún dudaba que me hubiera perdonado, yo no lo haría. Es más no lo había hecho y si el precio a pagar porque su... nuestra hija estuviera bien era mi vida no es que me importara.

Mientras considero esto escucho lo que dice Ivette y no puedo evitar reírme quedamente por un segundo, lo cual hace que me duela todo el cuerpo.- No sería una mala muerte...- le digo con ternura mientras le paso la mano por la mejilla.- Pero no sera necesario, sabes que soy demasiado cabezota para morir y Simon no debería tener ningún problema, encontrará a Emma sana y salva y saldremos de aquí...

Mientras Simon grita para que Emma hable Ivette tapona con destreza las heridas de Edward que aunque sigue débil al menos no siente que se vaya a morir al siguiente parpadeo.

La respuesta a las palabras del policía no se hace esperar y unas voces agónicas y ahogadas se escuchan a través de la puerta cerrada

-¡Soy Sebastian, si no rompéis el cristal de esta pecera, en cosa de un minuto... Emma, Michael y yo estaremos muertos!-

-¡CASTLE! ESTAMOS AQUÍ SEB... Y YO.... NOS....QUED... POC MINUTOS... ROM.... UTO...... CRIST-

Sebastian y Michael estaban vivos, aparentemente junto a Emma, y por lo que decían, se encontraban en el interior de una pecera. Agachado junto a la puerta, decidí girar el manillar hasta abrir la puerta, empujándola ligeramente con la pierna mientras me mantenía en un flanco. Si había una trampa de resorte tras aquella puerta, haría lo posible para evitar llegar a comérmela.

Pasados cinco segundos de que lograse abrir la puerta, si intuía que no se activaría ningún mecanismo, entraría en la estancia para intentar ayudar a Emma, Sebastian y Michael.

Al reconocer los gritos de Michael, ya puedo descartar casi por completo la trampa, así que le hago un gesto con la cabeza a Ivette.

- Ve a ayudar con Simon, estoy bien y en nada os alcanzo.- le digo mientras cojo fuerzas para levantarme. Lo que podía deducir de lo que había oído es que los tres debían estar en alguna especie de piscina como la de la cabeza de ese cabrón. Así que cuando consigo levantarme me doy prisa en coger ambas armas de su cadáver y sigo al resto dentro de la habitación dispuesto a reventar el cristal a tiros si hacía falta...

Había tenído éxito en taponar las heridas de Edward y este cual cabezota se levantó para ir donde estaban los demás, Emma y los otros dos estaban en apuros y no le habían dejado nada con lo que romper el cristal de la pecera donde creía que estaban, seguro que era algo como en su mente, necesitarían algo rápido con lo que romperlo y unas balas podrían herir a su hija, los nervios la invadían, estuvo apunto de entrar como una loca tras los dos pero eso solo haría empeorar las cosas seguramente así que entró detrás de ambos sin decir nada buscó rápidamente donde estaban y sobretodo la habitación por si veía algo le llamase la atención.

Estaba nerviosa, deseaba tener a su hija entre los brazos y no sabía que podía hacer esperaba que los hombres hicieran lo que sabían hacer salvar vidas y protegerlas. Por dios no te ahogues.

Mientras Simon comprueba que no haya más trampas sorpresa Ivette logra taponar las heridas de Edward deteniendo su hemorragia por lo que con cierta dificultad el hombre se pone en pie.Apenas puede con su alma pero el pensamiento de que su hija puede estar ahí dentro le da fuerzas para avanzar

Simon entra y un par de segundos más tarde lo hacen la chica y el otro hombre