Partida Rol por web

Todos salís de allí renqueando como buenamente podéis ya que estáis heridos en mayor o menor grado.Para su propio asombro los dos tullidos ayudados por los fornidos policías que casi los llevan en volandas,saltan con sus piernas sanas avanzando todo lo rápido que pueden aunque tropiezan un par de veces sin llegar a caer al suelo gracias a sus "bastones"-Edward sabe que probablemente tras aquel esfuerzo termine desmayándose o cayendo muerto pues apenas tiene resuello para avanzar pero sus dos chicas le necesitan y Simon...Simon sólo tiene ante él un futuro vacío y lleno de dolor por la pérdida de su amada Emma pero se jura a sí mismo que no permitirá jamás que otro loco como aquel ande suelto

Ivette por su parte es una mujer menuda y de baja estatura que además lleva varias balas alojadas en su cuerpo y que le impiden avanzar tanto como le gustaría con su hija a cuestas.Emma ya no es un bebé,tiene seis años y la mujer termina cayendo al suelo de rodillas mientras lágrimas de impotencia ruedan por sus mejillas

-"Mami yo puedo correr,soy muy rápida.Soy la más rápida de mi cole"-dice con su vocecita infantil mientras acaricia la cara de su madre y le da un beso-"Venga,mami,te echo una carrera como hacemos en el parque"-los hombres las rebasan casi sin darse cuenta de que ellas están allí y Emma tira de la mano de su mamá para que se ponga en pie

CUATRO MINUTOS PARA LA AUTODESTRUCCIÓN

Les queda poco para conseguirlo,apenas unos metros por lo que Ivette se pone en pie y sujetando la mano de su hija corre en pos de los hombres que ya tuercen viendo con alivio que aquella apertura da al exterior.

Con un último esfuerzo todos salen fuera jadeando y alejándose de allí todo lo que pueden antes de que aquello explote

aunque no pueden evitar que la onda expansiva les lance unos metros hacia delante dejándolos a todos tirados en la tierra con las caras y las ropas ennegrecidas mezcladas con algo de sangre que sale de sus heridas

A lo lejos el sonido de las sirenas...

Habían salido pero sus vidas aún seguían en peligro, Emma había tirado de ella para salir de ese maldito bunker, se había dado por vencida, la bala en el pecho hacía que le había atravesado el pecho hacía que le costase respirar por el dolor, jadeante corrió todo lo que pudo hasta que la explosión sucedió, notó como casi volaba unos metros y caía al suelo, los oídos le pitaban un poco pero eso no era lo importante, giró sobre sí para buscar a Emma desde el suelo y acercarse a ella como pudo.

- Emma, Emma cariño estas bien?, tosió a causa del polvo y su estado físico. pero no dejaba de mirar si su pequeña estaba viva.

Las sirenas se escuchaban, eso significaba que estaban cerca, con suerte tendrían asistencia médica pronto. Todos ellos necesitaban asistencia médica.

Aquel pasillo se me hizo interminable, y luego estaba lo de alejarse lo máximo posible. La explosión aún logró derribarnos, caí hacia adelante.

Ya no podía más... Solo quería quedarme tumbado. Me quedé boca arriba mirando el cielo, aún jadeando por el esfuerzo, aún preguntándome como había llegado hasta aquí. Se comenzaron a escuchar el sonido de sirenas. La caballería, pero no logré sentir alegría, estaba demasiado impactado por todo.

Al fin estábamos fuera y a pesar del susto que tuve cuando vi caer a Ivette, ella también había salido. Sin embargo la explosión nos dejo un último regalo con la onda expansiva. Tosiendo en el suelo y aún consciente de milagro observo que Sebastian estaba bien... al menos todo lo bien que podía estar.

- No hagas ningún esfuerzo voy a comprobar como están los demás.- ya podría yo seguir mis propios consejos.- Consigo levantarme a duras penas y busco al resto con la mirada encontrándolos sin problemas. Los dos hombres habían caído al suelo como yo pero estaban bien, por su parte Ivette estaba comprobando como se encontraba Emma por lo que me acerco a ellas lentamente.- Ivette, ¿está la niña bien?- una vez más cerca veo que está bien y me agacho con una sonrisa.- Has sido una niña muy valiente, Emma.- le digo mientras le poso la mano sobre su cabeza y empiezo a escuchar las sirenas.- Ahora no te alejes de tu madre, ¿vale?.- y sin más todo se pone negro. El cansancio y la falta de sangre hacen mella y apenas oigo un eco de las sirenas, al fin y al cabo ya estaban a salvo y no necesitaban nada más.

Lo habíamos conseguido. Habíamos logrado salir del búnker poco antes de que este llegara a explotar. Me encontraba herido por el balazo que había sufrido por parte de Leo, pero estaba vivo. Ivette, Michael, Sebastian, Emma e incluso Edward, quien había estado casi a las puertas de la muerte... ellos también lo habían logrado.

Y Leo, aparentemente, había muerto. Su cuerpo debía de seguir en el interior del búnker y, con una punzada de dolor, recordé que los cadáveres de Adeline e Yvonne también habían quedado allí. Ya no había nada que pudiéramos hacer por ellas. Las dos mujeres habían expuesto sus vidas para salvar a Emma y habían caído a manos de las trampas del monstruo que Michael tenía por hermano.

-Espero que ya no estemos en la mente de tu hermano -le comenté a Michael, muy en serio, mientras ayudaba al joven informático a incorporarse y aguardar a que llegara la ayuda que presagiaba el sonido de las sirenas.

Mike se incorpora. La onda expansiva le ha tirado un par de metros por el suelo, con el consiguiente problema. La herida se le ha manchado de tierra y demás. Menos mal que de fondo, muy en el fondo. Se escuchan sirenas.

Ojalá sean sanitarios... porque tener que explicar todo esto a la policía iba a ser muy complicado, menos mal que tenemos aquí a las fuerzas vivas, que aunque uno es un poco picajoso, si no llega a ser por ellos... no te sabría decir donde estábamos

Mike tiene muy mala cara, aunque las ojeras siguen estando en su cara, parece ser que con Simon tiene algún tipo de buen entendimiento y acaba por decirle, en tono agradable... debe ser que cada uno gestiona el dolor a su manera... :

-Eso espero, madero, porque no me quedan muchas más piernas que perder, y dudo mucho que tu ilusión sea cargarme toda tu puta vida como si fuera una mochila del Decathlón