Partida Rol por web

Cuando el paladín mira a Thörill, éste se sorprende ligeramente, no le gusta ser el centro de atención, pero siente como las miradas de todos se clavan en la norteña y en él. Tranquilo, como un fuerte roble (al igual que su apellido familiar), el enano se limita a asentir con la cabeza con los ojos cerrados, como dando a entender que esa es la decisión correcta. Es evidente que estar prevenidos frente a posibles contratiempos es algo que todos deberían tener en cuenta.

Freiya asintió al comentario del paladín.- Es un buen comienzo. Necesitaríamos también una mula o burro para cargar las tiendas y las provisiones para el viaje y evitar que el peso extra nos ralentice. Aunque tanto Thörill como yo podríamos forrajear, es mejor mantener en mente la advertencia la advertencia de nuestro estimado anfitrión y evitar las profundidades del bosque en la medida de lo posible. - Freiya empezó a repasar otro material que necesitarían. Provisiones para cinco personas y tres animales para un mes, antorchas para el perímetro del campamento, y más necesidades a cubrir.- Dígame, señor Tiboros. Dado su juicioso aviso, ¿qué debemos temer del bosque?

-El clima de Nidal es algo frío, teniendo en cuenta su latitud, pero aun así no se encontrarán con nieve ni hielo, en esta época del año. Una vez que abandonen el río, siempre que se mantengan en el Camino de Geron estarán a salvo del bosque. -En ese momento mira al enano, como confirmando que incluso él, o quizá sobre todo él, correría peligro en ese bosque. -Puede que incluso encuentren pequeñas granjas por el camino.

 -Nidal, aparte de todo lo demás, tiene algo bueno. Casi apostaría la cabeza a que no van a encontrar ningún bandido. Fuera de Nisroch, quizá encuentren guardias, pero mientras no creen problemas o se pongan a cantar y bailar, no los molestarán. Si necesitaran un techo donde cobijarse o un pozo de agua fresca, no duden en preguntar a las buenas gentes del campo. En la ciudad, todo este sistema corrompe y asusta a las personas, pero los campesinos sólo quieren vivir en paz. Acuden semanalmente a sus rezos a Zon Kuthon y luego se van a casa a seguir con sus vidas. Por eso acepté que mi hija se marchara a Karpad... -Para de hablar, pensativo, quizá creyendo que os está molestando con su charla, o pensando que después de todo no fue tan buena idea enviarla a ese remoto pueblo.

-Aun así, -continuó al poco- Nidal es fresco y lluvioso. Dormirán mejor en una tienda que al raso.

-En el bosque de Usk... -empezó a decir- sólo necesitan saber que es mejor no entrar... Oh, discúlpenme. Prometí contestar a todas sus preguntas...

Incluso tras decir eso, tarda un poco en decidirse a hablar.

-En el bosque de Usk siempre es de noche. Es normal que un bosque esté oscuro incluso en un día despejado, pero ese bosque está oscurecido de forma antinatural. Pero al fin y al cabo, podrían pensar que eso no es nada que no se pueda arreglar con una linterna o con magia. Pero también hay un cónclave de malvados druidas. Le ruego me disculpe, Sr. Thörill, no tengo nada en contra de los druidas, pero sí de esos druidas. Los intrusos pueden ser asaltados por una jauría de animales salvajes, que son en realidad esos druidas transformados en bestias de la noche. Si por alguna razón se vieran obligados a pernoctar allí, ni se les ocurra encender un fuego. No sólo los atraería, sino que lo aborrecen profundamente, y no sólo por miedo a incendios.

-No hablen de esto en Nidal con nadie.

Freiya asintió con gravedad.- Entiendo, señor Tiboros. Nuestros labios están sellados. Sin embargo, necesitamos hacernos una idea de las posibles amenazas que nos encontraremos no sólo en el camino, sino en nuestra investigación en Karpad. ¿Es posible que existan otros grupos o criaturas de similar infamia a éstos que nos ha descrito rondando en los asentamientos rurales? En caso de ser así, ¿qué nos podría contar de ellos?

-¿Deberé dar por hecho entonces que hemos aceptado el oro a cambio del servicio que solicita el señor aquí presente?- pregunta el mediano a sus compañeros con una expresión de súbita aceptación. -Porque de ser así, yo también tengo una pregunta que hacer- dice y se pone de pie mientras rodea la sala mientras formula en su cabeza la pregunta.  

-Señor Tiboros, ¿sabe usted si en la ciudad reside algún miembro de la familia e su yerno?, lo que quiero saber es que si usted conoce en persona a algún familiar del marido de su hijo, yo estaría interesado en escuchar que percepción tiene de ellos si es que conoce alguno- el mediano soba su barbilla con una mano.

-No, señor Dulant. Como ya le he dicho, el padre y los dos hermanos de Stepan Boroi murieron. No creo que haya familiares más lejanos en un pueblo tan pequeño. Y, Sr. Dulant... usted es el único que ha cuestionado realizar este trabajo. ¿Puedo saber a qué se debe esa actitud?

-No es nada personal señor Tiboros, creo que es sano tener diferencia de opiniones cuando se trata de decidir en grupo, es solo que me toco a mi tener una perspectiva en contra en esta ocasión, además, para ser sincero con usted, desde que entré a esta ciudad  he notado ciertos tipos de opresión, señor Tiboros y para mi la opresión solo es otro tipo de esclavitud...cosa que me incomoda gravemente.- El mediano mira con seriedad a Ludvic mientras habla 

-Pero por lo que creo, mis compañeros han tomado una decisión y yo la acepto y respeto aunque me desagrade la idea de tener que volver...- Dulant vuelve a tomar asiento mientras se cruza de brazos y mirando al suelo dice -Si mis compañeros no tienen mas preguntas...¿será hora de partir?- 

Barristan tan solo asiente, satisfecho de que su propuesta de las tiendas sea una buena idea, aunque teniendo a un druida y una exploradora se siente seguro. Incluso en los parajes de esta perfida nación está seguro que encontrarán el camino.

- Propongo que usemos el anticipo que tan generosamente Maese Ludvic nos ha concedido para comprar esas tiendas y provisiones. ¿A que hora queréis partir?

-Le diré que si yo permanezco en Nisroch es debido a mi posición. No siento ninguna simpatía por este régimen político demencial, pero mi familia y yo vivimos bien. Si alguna vez sospecho que pueda dejar de ser así, no dudaré en irme con mi esposa e hijos antes de que nos pasase algo terrible.

-Hablando de volver... Cuando hayan acabado, vuelvan al punto donde les dejará la embarcación fluvial y esperen a que pase río abajo. No tardará más de dos días, ya que va los días pares y vuelve los impares.

Conversáis sobre los pormenores del viaje: tiendas, caballos, distribución de carga, etc. Estás discutierndo tranquilamente la disyuntiva entre que Barristan vaya sin armadura o alquilar un caballo extra. Tiboros interviene.

-Nadie les alquilará un caballo para tanto tiempo. Han de tener en cuenta que no hay núcleos significativos de población en el trayecto donde obtener caballos de refresco. Yo les puedo vender uno, y si me lo traen sano y salvo, a la vuelta les devolveré el dinero. No me lo paguen ahora, si fuera necesario, lo descontaré de sus honorarios.

- No quiero retrasaros, así que ya que estamos con los preparativos me compraré un caballo y así no enlenteceré al resto - comenta Barristan que deja el resto de temas del viaje en las buenas manos de sus compañeros.

Correcto. Si te pasas del peso, para eso está el caballo.

Barristan vuelve al cabo de un buen rato con un caballo ligero que no parece muy nervioso ante la presencia del tigre ni de las armas. Sobre él hay una silla de viaje y de sus grupas cuelgan las alforjas medio llenas.

- Bien, con sardinilla creo que estoy listo, - dice acariciandole la crin al caballo - así no os retrasaré. - culmina satisfecho de si mismo.