Turno 18.
Habéis descansado en lugares más cómodos, pero conseguís encontrar un rincón más o menos potable en el que poder sentaros y tomar aliento. Durante una hora, el paladín permanece impasible y en guardia, esperando un ataque que no termina por llegar, (estrellita de inspiración). Mélkavic estudia el instrumental quirúrgico que permanece sobre la mesa y camilla, y que parece destinado a abrir cadáveres y serrar huesos, (aunque como él atestigua, también podría serrar otras cosas, como tablas de madera). Ruby zorrea un poco con Cowell, (estrellita de inspiración), y el explorador hace lo que tiene que hacer: sin alejarse mucho estudia la habitación pormenorizadamente, (estrellita de inspiración), encontrando un compartimento oculto en la mesa del macabro instrumental.
El compartimento contiene varios hatillos de ropa, unos zapatos viejos y un anillo de plata liso con aspecto de alianza, (13 piezas de plata de valor). Todo ello está sucio y sanguinolento, y aparentemente podría ser parte de los atuendos de las víctimas del necromante.
Una hora después, os habéis recuperado bastante. La única salida que os queda es la escalera que sube, ya que un vistazo a través del pozo descubre que las aguas del mar han inundado la cueva, y las corrientes se han llevado a través del agujero la mayoría de los cadáveres que yacían en el suelo.
¿Subiréis la escalera?. ¿Quién irá en primer lugar?. Es vuestro turno, y vuestra decisión.
Seguimiento.
Cowell. (Inspirado).
Px 110.
Pg 10/11.
Devan**.
Px 110.
Pg 8/12.
Inx****.
Px 110.
Pg 12/12.
Mélkavic (Inspirado).
Px 110.
Pg 9/9.
Ruby (Inspirada).
Px 110.
Pg 9/9.
El grupo encuentra varios hatillos de ropa sucios y sanguinolentos.
El grupo encuentra unos zapatos viejos, sucios y sanguinolentos.
El grupo encuentra un anillo de plata (13 Pp), sucio y sanguinolento.
Próximo turno, el día de nuestro señor viernes 06 de marzo de 2015.
Ignorando el travieso juego de Ruby, examina la oscura y suave piel de la semielfa asegurándose de que se trata de un golpe superficial y no hay nada roto. Afortunadamente, sólo hay indicios de un inminente hematoma que oscurecen la zona un poco más de lo normal. En unas horas aparecerá un considerable cardenal.
- Ya está, te recuperarás enseguida - comenta sonriente tras hacerle unas delicadas friegas con un potingue casero - Se te pondrá un poco morado, pero no te dolerá
Las manos del enano son especialmente delicadas cuando se dedica a curar a otros. Lleva años haciéndolo, casi toda su vida, y se toma el asunto muy en serio. Satisfecho por el trabajo realizado en el delicado cuerpo de su compañera, lava sus manos hasta no dejar ni un resto del ungüento y recoge de nuevo su martillo, listo para continuar. Todavía siente un leve dolor en el hombro, pero está recuperado.
- Inx, Devan, id vosotros primero
- Muchas gracias, Cowell. Eres un cielo - le doy un besito en las mejillas al enano como agradecimiento por sus cuidados. Habíamos gastado bastante tiempo atendiendo nuestras heridas y era hora de empezar a moverse. Por suerte nadie (ni nada) había bajado por esas escaleras, así que tal vez aún podíamos pasar desapercibidos. Señalando hacia las escaleras comento - Es momento de subir. Os seguiré desde la retaguardia.
Seré vuestros ojos y oídos, si dejáis que me adelante.- Dijo cuando se empezó a hablar de ascender las escaleras. -El tintineo de esas armaduras despertaría a una marmota en pleno invierno.- Señaló a Inx y Cowell. -E intuyo que deben haber unos cuantos guardas como estos más adelante.- Dijo, alzando la cabeza con un par de movimientos, mientras miraba hacia los restos de la más que nombrada, y renombrada, Claviculina.
De esta forma, Devan se mostraba voluntario para acercarse con extremada cautela a las siguientes estancias y comprobar, de antemano, lo que el destino les deparaba. Así evitarían verse tomando decisiones improvisadas que dejasen vulnerable al grupo y, como una hora antes, cada cual fuese por su lado. -Si me veo en apuros, daré un silbido.
Señor DM, el sencillo concepto de todo explorador/batidor. Sigilo total hasta llegar a la siguiente estancia y, una vez allí, inspeccionar las posibles salidas para localizar posibles adversarios y/o trampas que puedan detectarnos y/o frenar nuestro avance. Una vez realizado retroceder a informar.
Entonces me temo que yo iré tercero, tras Inx.
No le agradaba la idea. Inx era enorme. Si caía hacia atrás mientras subían las escaleras, Mélkavic se lo imaginaba como un pangolín hecho ovillo rodando sobre los demás de la fila. Eso no tenía sentido, porque los pangolines no pertenecen al género de reptiles, como Inx, sino al género de las bestias mágicas. Las bestias mágicas pertenecían a un tronco genealógico de bestias normales y corrientes, pero cuyas partes corporales tenían la "magia" afrodisiaca de aumentar la virilidad.
Conocidas eran las propiedades del pene de pangolín, el cuerno de unicornio, el polvo molido con mortero a partir de las alas de gárgola o el padrastro del pie izquierdo de la tarasca, cuya caza indiscriminada había llevado a todas las bestias mágicas (en especial la tarasca) al borde de la extinción. Eran esas cosas que te ponían berraco, y que el abstinente Mélkavic jamás probó. Por contra, de Inx se podía poner en duda su erotismo, ¿incluso entre las hembras de su propia raza? Quizás. Eso merecería una tesis doctoral gnoma aparte, y Mélkavic estaba demasiado dolido tras las calabazas de Claviculina como para iniciar el estudio.
Por lo menos detrás de Inx podría detenerlo en cuanto se inclinase de espaldas más de la cuenta. Por fuerza quizás no, pero la parte trasera de la armadura del paladín tenía hueco para la cola. Eso dejaba el ano al descubierto, desprotegido, indefenso. Era un todo o nada por la supervivencia: si el gnomo metía el dedo ahí a tiempo, el Inx inclinado que amenazaba con caerse iba a volver a la verticalidad que Tyr le ha dado en gracia. Más tieso no lo podrían poner. Y ese era el genial plan para salvarse de morir aplastado en caso de que Inx cayese por las escaleras.
Para lo que no tenía plan era para ir detrás de Corwell. Ruby se salvaba porque tenía los receptores olfativos a cinco pies de altura, pero para la gente de estatura normal como Mélkavic o Shiara, ir detrás de las flatulencias de un enano era una trampa mortal. Y con Inx no había riesgos de pedos. Si una virtud tienen los draconianos es su especializado sistema digestivo de seis estómagos. Una vez que una cucharada de fabada entraba en su boca, el caldo va a un compartimento, la habichuela a otro ventrículo y el gas se acumula en la bolsa papiletal.
Como todo el mundo sabe lo que es una bolsa papiletal, no me extenderé en explicaciones, pero es un órgano vestigial de sus ancestros dragones que se encargan de coger todo lo pernicioso de la dieta (como el gas de una fabada o la cereza de azúcar del roscón) y mezclarlo químicamente para crear la sustancia que luego los dragones y los draconianos expulsan por la boca. Y no solo los eruptos, la bolsa papiletal también es la encargada de generar los alientos, tanto los mundanos olores de la boca como los rayos y llamas de poder casi tan destructivos como un pedo enano.
- Todo despejado.
Inx saluda así a Devan cuando este le releva en la escalera, informándole de que irá por delante.
- Está bien, me parece lógico. Pero... no te alejes mucho. Y no dudes en silbar ante cualquier aparición. En especial si es el nigromante... no vamos a darle oportunidad de escapar o atacarte - la voz de Inx suena especialmente dura con la última frase -. Me quedaré un poco atrás pero no mucho! Chicos, estáis listos?
Su vista pasea por los compañeros. Todos asienten. Cowel presenta la misma convicción fervorosa que el propio paladín. Shiara y Ruby tienen una mirada divertida, incluso. Finalmente, la mirada del dracónido baja hasta el último componente del grupo. Mêlkavic está tan cerca que debe mirar directamente hacia abajo para verle. Demasiado cerca. Concentrado. Mirando su armadura, y su cola. A veces, las maquinaciones de Mêlkavic... es mejor no conocerlas.
Sí, estan todos listos.
Turno 19.
Así pues, el orden del grupo será el siguiente; en primer lugar, ligeramente adelantado y usando sus dotes de explorador sigiloso y perceptivo, va Devan. Detrás de él va Inx, el paladín dracónido, dispuesto a entrar en liza ante cualquier adversidad, y tras él va Cowell, con su arma bien agarrada y preparado para apoyar a su escamoso compañero.
Detrás del enano va ascendiendo Mélkavic, el extraño gnomo que os acompaña, y que por alguna razón relacionada con su hiperactiva y alucinada mente va apartándose nerviosamente de la espalda del enano como si de ella fuera a surgir algún peligro ignoto y gaseoso. Las últimas son Ruby y Shiara, que ha permanecido todo este tiempo en un silencioso segundo plano.
Las botas de Devan van subiendo en silencio, a unos metros por delante de Inx, los toscos escalones de piedra, hasta que finalmente encuentra una vieja puerta de madera recia. El explorador pega la oreja, pero al otro lado todo parece estar muerto y silencioso. Con cuidado, abre la puerta poco a poco para descubrir el primer piso de la torre.
Una luz ténue y amarillenta entra por dos ventanucos diminutos, con barras de metal oxidado en forma de cruz, iluminando una estancia amplia y polvorienta. Junto a la puerta de entrada hay un perchero con algunas prendas de ropa, y un bahúl oscuro yace junto a él. Lo que más os llama la atención son cuatro jaulas de metal oxidado, cubos de un metro de lado, que se amontonan dos sobre dos en el extremo contrario a la puerta de entrada; dos de ellas están vacías, pero otras dos contienen a dos criaturas insectoides del tamaño de un perro pequeño, que desprenden una luz rojiza como si en su interior ardiera una hoguera. Los seres se remueven al veros, pero no emiten ningún chillido que pueda descubriros.
A parte de la puerta por la que entrais y la que da al exterior, también hay otra puerta con unas escaleras ascendentes. No hay amenazas inminentes aquí, y tras un vistazo del explorador os cercionais de que tampoco hay trampas.
¿Investigaréis el bahúl?. ¿Saldréis al exterior?. ¿Liberaréis a los escarabajos?. ¿Ascenderéis hacia el segundo piso?. Es vuestro turno, y vuestra decisión.
Motivo: Percepción Devan
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 3(+5)=8 (Fracaso)
Seguimiento.
Cowell. (Inspirado).
Px 110.
Pg 10/11.
Devan**.
Px 110.
Pg 8/12.
Inx****.
Px 110.
Pg 12/12.
Mélkavic (Inspirado).
Px 110.
Pg 9/9.
Ruby (Inspirada).
Px 110.
Pg 9/9.
Próximo turno, el día de nuestro señor martes 10 de marzo de 2015.
Inx cruza la estancia en silencio y con mucho cuidado, mientras Devan inspecciona. Acercándose a la puerta que asciende al piso superior, tras echar una mirada a las escaleras y ver que están vacías, trata de entornar la puerta para no propagar más sonido hacia arriba; a menos que la puerta chirríe, que entonces no la toca.
Desde allí y dirigiéndose al resto, señala las jaulas:
- Hay cuatro jaulas, pero dos están vacías. Eso significa que hay dos escarabajos de esos sueltos por algún lugar, sea dentro de la torre o fuera, en el cementerio. Todo apunta a que nuestros objetivos, el nigromante y el paquete, están arriba. Subamos.
El dracónido parece impaciente por encontrar al nigromante.
Bueno, ya era definitivo: Mélkavic le acababa de perder el respeto a Salazar. Que una cosa es juguetear con la muerte, y otra bien distinta es tener una plaga de cucarachas rojas en la torre. Eso ya es de nigromante guarro. Y la posibilidad de que dos de los bichitos estuviesen fuera de sus jaulas era... era... estúpida. Sabelotodo discrepaba con el análisis de Inx en ese punto. Vale que sí, que tenían que seguir subiendo escaleras. Y que registrar el baúl y las ropas del perchero no iba con don Rigodeón. Pero el paladín daba por hecho dos cosas refutables:
a) Esas jaulas vacías tienen inquilino. Equivale a concluír que si alguien tiene una hucha, esa hucha va a tener dinero. No contempla que el propietario de la hucha sea más pobre que una rata, o que acabe de sacar sus ahorros para irse a gastarlos en la feria del pueblo o en comprar su primer kit de aventurero de espada y armadura. Las jaulas pueden estar vacías porque Salazar no tiene aún nada que meter en ellas, o porque lo que había encerrado se lo llevó para arriba para un sucio y oscuro ritual... o para preparar la comida. ¡Pero no porque hubiese dos cucarachas rojas vagando por el lugar.
b) En las jaulas había otras cucarachas rojas. ¿Por qué no conejitos adorables? ¿O cachorritos de perros intermitentes? Bueno, porque los perros intermitentes son intermitentes, y pueden atravesar en fase los barrotes. No los puedes retener por mucho tiempo. ¿Pero qué excusa hay para los conejitos? ¿Eh, eh? Esas jaulas podría albergar cualquier cosa viva. Incluso... Se empezó a agobiar. ¿Incluso un mediano encogido? Cléope... Efrain... Littus... Hace tan solo unos días que se separó de ellos. O, siendo puntillosos, le ataron a un árbol para librarse del Sabelotodo. Pero podrían haber llegado hasta aquí por accidente. Quizás en la entrega anterior al objeto pandimensional, los orcos le vendieron a Salazar un pack de tres por el precio de dos.
Calma, Mel... respira hondo.
Aprovechando la anchura de la habitación, sus pies pegaron una pequeña carrerilla para ponerse entre Inx y Cowell. Aquel temor infundado era el modo que tenía el subconsciente de don Rigodeón para decirle: "eh, imbécil, ¿quieres pasar otro tramo de escalera detrás del culo apestoso de un enano? Pues espabila y adelanta al cura". Que ya le vale. Mel se había pedido ir tercero, y Cowell se le había colado por todo el morro. Así no se trasciende a Celestia, Ygdrassil o como quierra que se llame el plano de tu dios, Cowell. Así, no. La gente que se cuela en la cola va al abismo al morir, porque hasta en el infierno son lo suficientemente legales como para respetar el turno.
Al llegar arriba miro con cierta repugnancia a los escarabajos. Cuando Inx menciona que puede haber otras dos de esas cosas sueltas por la torre, un escalofrío recorre toda mi espalda y doy un respingo, como si hubiera notado algo detrás de mi moverse y se tratase de uno de esos insectos luminosos.
- Antes de subir veamos que tiene Don Nigromante para nosotros - comento en voz baja lanzando una mirada codiciosa al perchero y al baúl. Me acerco a ambos y con sumo cuidado comienzo a indagar. Primeramente las prendas de ropa, metiendo las manos en los bolsillos y tratando de saquear cualquier cosa de valor que puedan tener. Después observo con detenimiento el baúl. Intento asegurarme de que no haya ningún resorte o trampa que lo proteja y solo lo abro en caso de que sea seguro.
No compartía la visión del draconiano y así se lo hizo saber. -No creo que necesariamente estén libres. Puede que los escarabajos sean empleados por el nigromante con alguna otra finalidad.
Estoy con Inx, debemos seguir subiendo.- Dijo a sus compañeros para luego adelantarse ligeramente. -Por mi parte, vigilaré la puerta de ascenso mientras vosotros revisáis esta planta. Intentad daros prisa... pero procurad no hacer ruido.
Pego el oido a la puerta, reviso la cerradura, miro a traves de su ojo, etc...
Guarda silencio mientras investiga la habitación, mostrando especial interés en los escarabajos. Intenta encontrar una explicación a su presencia en la entrada de la torre, y sobre todo al hecho de que estén enjaulados. Tras unos instantes, acaba encogiéndose de hombros y encamina sus pasos hacia las escaleras, situándose junto a Devan.
Liadísimo, lo siento. Dejo post cortito porque simplemente me preparo para continuar subiendo.
Turno 20
Ruby y Shiara echan un vistazo al bahúl y al perchero, ambos polvorientos y sucios, pero no encuentran nada de mucho valor; varias prendas de ropa húmeda y vieja, dos cuerdas de cáñamo, tres trampas de cepo para animales y un par de botellas de vino sin etiquetar. Esta primera planta de la torre, desde luego, no resulta especialmente espectacular.
La segunda sí.
Tras la brusca maniobra de Mélkavic para colocarse en tercera posición, (ahora vais Devan, Inx, Mélkavic, Cowell, Ruby y Shiara), subís las escaleras para llegar a una sala diáfana, parece que no hay tabiques en el interior de la torre. La sala está repleta de ventanas altas y estrechas, con vidrieras rojizas y doradas, y en el perímetro de la sala hay un auténtico bazar de objetos extraños; varios barriles que huelen penetrantemente a alcohol puro, y otro surtido de herramientas de evisceración colgadas de ganchos en las paredes, todo ello salteado con bajorelieves macabros con motivos necróticos como esqueletos y cráneos.
La iluminación viene de unas húmedas entrañas, que refulgen rojizas ensartadas en púas metálicas que salen de las paredes. Hay una escalera de mano, metálica, al otro lado de la sala. En el centro de la misma se levantan seis camillas oxidadas similares a la que visteis en el sótano, pero todas ellas están ocupadas, cubiertas por lonas sucias y ensangrentadas. Una de ellas, la única que no está cubierta, presenta el cadáver de un hombre de mediana edad, con un corte horrible exponiendo el interior de su torso como una clase de anatomía.
¿Recorreréis el perímetro de la sala, intentando llegar a las escaleras?. ¿Investigaréis las camillas?. ¿Intentaréis descubrir qué son las orgánicas fuentes de luz espichadas en los garfios?. Es vuestro turno, y vuestra decisión.
Seguimiento.
Cowell. (Inspirado).
Px 110.
Pg 10/11.
Devan**.
Px 110.
Pg 8/12.
Inx****.
Px 110.
Pg 12/12.
Mélkavic (Inspirado).
Px 110.
Pg 9/9.
Ruby (Inspirada).
Px 110.
Pg 9/9.
¡El grupo encuentra un montón de ropa sucia!
¡El grupo encuentra tres trampas de cepo para animales!
¡El grupo encuentra dos cuerdas de cáñamo!
¡El grupo encuentras dos botellas de vino sin etiquetar!
Próximo turno, el día de nuestro señor viernes 13 de marzo de 2015.
No os voy a juzgar por haber perdido el tiempo en la primera planta-dijo el gnomo a ambas chicas-. En lugar de ello os contaré una historia aleccionadora. ¿Habéis oído alguna vez que los ladrones se agrupan en gremios, como cualquier otro oficio? No, por supuesto que no. Sois buenas chicas y no sabéis lo que es el robar. Los gremios de ladrones están copados por medianos y humanos, como vosotras dos pero en deshonesto. Raro es el gremio en el que hay muestra de alguna otra raza. Eso es porque los medianos son pequeños y con dedos ágiles. A los humanos los captan cuando son pequeños y con dedos ágiles también, así que cuando crecen y se vuelven torpes, siguen en los gremios por el estatus adquirido.
Bueno, pues esta es la historia de un gnomo casi ladrón llamado Ignatius Raphaelphinker. Intentó opositar a todos los gremios de ladrón que pudo, pero le rechazaron por ser gnomo. Así que abandonó las ciudades humanas y se volvió al pueblo, al bosque. Pero le quedó un deje. Don Raphaelphinker pensó que si lograba robar la corona del rey trasgo Jano y se presentaba con ella en un gremio, le aceptarían sin ponerle más pegas. Desconozco lo que ha sido de don Raphaelphinker, pero su robo condujo a las tropas del rey trasgo al pueblo gnomo, y a sus habitantes al exilio o la muerte. La moraleja es que las coronas se piden por favor, no se roban... no, espera. La moraleja es que la avaricia rompe el saco... no, tampoco. Os estaba contando esta historia por alguna razón...
Pensativo, y con la mirada perdida, sus ojos se posaron en las entrañas de escarabajo de fuego colgadas de los garfios para iluminar la sala. Su rojo era hipnótico, y su forma irresistible. Parecían grandes (para el concepto de grande que puede tener un pequeño gnomo) vulvas femeninas, de esas que Mélkavic jamás había visto ni catado, pero a nivel subconsciente le recordaban su salida del vientre materno. Todo muy freudiano, siendo como era Freud un gnomo muy pervertido que terminó abriendo una cadena de tiendas de alimentación por toda Faerún para poder acosar sexualmente a sus empleadas.
No tenía recelo de las vulvas rojas. Al contrario, le aportaban paz y serenidad. Mélkavic era de los que habían sido criados en la firme convicción de que el cadáver de una cosa no lanza rayos a la gente que cruzaba habitaciones. Eso es de mala educación, incluso si el cadáver que lanza rayos es un liche. Lo que no era seguro para él era bordear la sala junto a las paredes, y que algo del fuego interno de esas cucarachas rojas le gotease en la calva. Él era lo suficientemente duro para aguantar el dolor, más o menos, pero sus folículos capilares ya estaban lo suficientemente exhaustos a la hora de dar sus frutos como para que aún por encima los rociasen con lava. En el fondo, don Rigodeón aún tenía la esperanza de que al alcanzar los cuarenta lustros, el pelo volvería a crecerle y viviría unas últimas décadas doradas con una amplia melena que meciera el viento. Ningún gnomo se había preocupado de hacer un estudio sobre la caída del cabello, con lo que a falta de datos empíricos, Mel era excéptico en cuanto a que lo de su calvicie fuese permanente.
Tras esta breve deliberación introspectiva, y babear un poco al mirar a las "vulvas", Sabelotodo se puso el dedo en los labios para ordenar a los demás silencio, y decidió llegar a las escaleras por el centro. Eso sí, quiso ser silencioso para no despertar a las buenas gentes que dormían bajo la sábana. No porque creyese que estaban con vida, claro, sino porque estaba convencido de que alguno de ellos podría estar no-muerto.
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+4)=11
Cuando Mélkavic nos echa el sermón a Shiara y a mi, intento sin mucho éxito reprimir una sonrisa y seguidamente me agacho, para estar a su altura y poder susurrarle al oído.
- No te preocupes Mel, tu secreto estará a salvo con nosotras. Cuando salgamos de aquí nos beberemos juntos esta botella de vino - comento mostrando la botella, que por supuesto había guardado momentos antes - y quién sabe? En un futuro hasta podremos montar nuestro propio Gremio de Ladrones, ya que tantas ganas tenías de entrar en uno - tras guiñarle un ojo y darle un besito en la calva, me incorporo y contemplo con detalle la planta de la torre a la que acabamos de acceder.
En ese momento me fijo en lo macabro del lugar. Las fuentes de luz resultan ser bastante perturbadores pero especialmente repugnante era ver el cadáver abierto en una de las camillas, mostrando todo su interior como si de un mostrador de fruta en un puesto del mercado se tratase.
Viendo lo visto, apostaría sin temor a equivocarme que el resto de camillas contenían cadáveres similares, así que en ningún momento se me ocurriría levantar una de esas sábanas sanguinolentas para ver qué había debajo - No tengo tanta curiosidad, la verdad - así que sigo los pasos del gnomo y me acerco a la escalerilla del centro de la sala lo más sigilosamente posible.
Motivo: sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+5)=8
Oooh, qué difícil está siendo para Inx controlarse ahora. La visión de experimentos con cadáveres evoca con tal fuerza sus recuerdos más oscuros, que para cuando Mel empieza a serpentear por la sala, se descubre asido al primer barril a su paso con su cuerpo dando la orden de alzarlo y tirarlo contra la pared. Pero todavía se impone la cordura; no puede poner en riesgo a todos sus compañeros en un lugar tan tétrico.
- Espera! Déjame detectar maldad y no muertos antes de arriesgarte a avanzar entre las camillas.
El dracónido susurra su advertencia casi inaudible, confiando en el buen oído del gnomo. Los demás le escuchan seguro, pues Ruby es la única que justo empezaba a avanzar en pos del gnomo, y los demás están todavía en el umbral de acceso a esta planta junto a Inx.
Sabedor que el gnomo hará lo que le dé la real gana, sin esperar contestación, empieza a concentrarse cerrando los ojos, mirando en su interior en busca de la cálida presencia de Tyr, antes de proyectarla hacia el entorno y que los objetos y seres devuelvan el reflejo de sus auras.
Gasto otro uso (2 de 4) de Divine Sense, recuerdo de nuevo el texto:
The presence of strong evil registers on your senses like a noxious odor, and powerful good rings like heavenly music in your ears. As an action, you can open your awareness to detect such forces. Until the end of your next turn, you know the location of any celestial, fiend, or undead within 60 feet of you that is not behind total cover. You know the type (celestial, fiend, or undead) of any being whose presence you sense, but not its identity (the vampire Count Strahd von Zarovich, for instance). Within the same radius, you also detect the presence of any place or object that has been consecrated or desecrated, as with the hallow spell.
Mel, igual sería interesante que si te parece mejor mi opción de alguna manera rectifiques el post. Que igual luego no pasa nada, pero si hubiera no muertos escondidos y te atizan, eso que te evitas :) Y si igualmente prefieres avanzar, ningún problema ;) Ruby ídem :)
Al escuchar la advertencia de Inx, me paro en seco y espero a que el dracónido ponga en práctica sus artes divinas antes de avanzar.
Mélkavic también se paró. No por lo que dijese el paladín, que quería hacer nosequé sobre los muertos (que los dioses quieran que no se trate de necrofilia). Lo que le detuvo fueron las insinuaciones de Ruby. ¿En serio se creía que era una historia autobiográfica? ¿Don Rigodeón un ladrón? ¡Pero si era un niñito gnomo cuando eso ocurrió! Vale que Ignatius Raphaelphinker suena a pseudónimo inventado sobre la marcha, pero es bastante común.
Ignatius es el quinto nombre de gnomo varón mago ilusionista más habitual tras Hodrum, Pipo, Fey y Rumpelstinski. Que luego tus padres te ponen Ignatius queriendo que estudies mucho y seas un mago famoso, y acabas de ladrón, como le pasó a Ignatius Raphaelphinker. Es lo que hay.
Raphaelphinker es un nombre de clan famoso. Hay unos cuantos Raphaelphinker en la Costa de la Espada, pero las grandes sagas familiares de Raphaelphinker están asentadas en la Marca Argéntea. Desde luego es un apellido que le queda grande a un deshonroso ladrón, pero en todos los cestos hay manzanas podridas.
No... vuelvas... a... besarme...-dijo a Ruby, ayudándose con un dedo índice de regañina-¿Lo has entendido? No soy un peluche, y tengo edad para ser tu padr... tatarabuelo. Los gnomos merecemos el mismo respeto que...
Otra vez la imagen hipnótica de las vulvas, con el consecuente hilillo de babas cayendo por la comisura de sus labios. No es de extrañar que Inx se haya puesto caliente en esta sala y quiera hacer "eso" sobre los muertos. Todo aquí es erotismo. Mírale: ese draconiano está ruborizado; su escamosa piel está roja.
La expresión de su rostro es reveladora. Frente y cejas fruncidas, nariz ligeramente arrugada y boca cerrada ocultando la apretada dentadura. Aquella escena no sólo le resulta horrible, sino que le cabrea especialmente. Ese tipo de experimentos son completamente antinaturales. Aberraciones intolerables que deben finalizar. Su decisión para llegar hasta el fondo del asunto es aún mayor, pero las palabras de Inx le frenan de momento. Conoce un poco a su compañero, y sabe de lo que es capaz. Aún así, no puede evitar fijarse en las extrañas fuentes de luz, y se acerca despacio a la más cercana para examinarla con detenimiento.
La imagen ofrecida por la estancia que se abre ante ellos le resulta tan desoladora como lo fuera la sala de torturas por la que accedieron a la torre.
No obstante, se queda anonadado al ver la frialdad con la que el Sr. Rigodeón y Ruby hablan, no sabe qué historias, respecto al robo y los gremios de la estancia anterior.
-¡Callaos! -Les espetó susurrando. -El morador de la torre acabará por oírnos si seguís con tanta chachara.
Se planteaba avanzar e investigar las luminosas formas rojizas que penden de los ganchos. Pero el dracónido le pide detenerse con una seca orden, para poder obrar su magia divina...
1.- Si los cuerpos no son detectados por Inx como muertos vivientes: Devan avanzará para observar las formas radiantes de luz rojiza, intentando deducir de si se trata de los escarabajos de fuego. Acto seguido, avanzará hacia la escalera para continuar el avance (en el mismo modo de extremo sigilo que estado realizando hasta el momento).
2.- Si los cadáveres resultan ser muertos vivientes: Se posicionará en el punto más alejado de la estancia, listo para ensartar al primer cadaver que vea moverse.