Parece que no ha salido mal la escaramuza, que cojones escaramuza... la chapuza que ha salido por no pensar dos segundos antes de actuar. Estamos rompiendo las estadísticas de la calamidad con la buena suerte que estamos teniendo entre manos. Que sólo hubiera un desgraciado de estos aquí dentro es un puto regalo del cielo. Dios existe y somos sus elegidos, es que voy a empezar a ir a la iglesia.
Niego con la cabeza.
Voy donde el hombretón sólo para asegurarme que suficientes partes de su minúsculo cerebro están decorando las paredes de este asqueroso lugar como para darlo por muerto. Para eso y para recoger la escopeta que portaba. También rebusco entre sus pertenencias, para recoger munición, saber quién coño es, y ver si tiene las llaves del coche. Porque una cosa es clara, después de limpiar este apestoso lugar el coche me lo llevo antes de que alguno de la nacional se lo agencie. Con suerte estará libre de rastreadores y fuera de los radares policiales, lo podré usar para seguir limpiando la ciudad. Mientras rebusco en el cadaver me dirijo a Esteban y a la prostituta.
-Nadie se puede quedar aquí. Aunque no hayan oído los disparos esta es zona de paso y puede que terminen viniendo más de los que podamos contar. Y no, ella nones mi compañera. Por cierto, chica. ¿Qué haces aquí? ¿Dónde están los chinos? ¿Cuántos rusos hay? ¿Has visto a una mujer china por aquí?
Eran las preguntas que se me ocurrían de momento. Luego quizá se me ocurriría alguna más.
Me estaban empezando a hacer preguntas, de seguro las quería contestar todas, por lo que empecé de a poco, mientras el susto y mi nerviosismo se iban debilitando.
"-Soy...soy - decir lo que era me estaba llevando trabajo, no era fácil empezar a contar a lo que realmente me dedicaba - una trabajadora sexual, este es mi lugar de trabajo, pero hoy fue un día diferente - recordé el terror que me había dado ver aquél cliente tan inusual en la habitación que me había asignado - No he visto a ninguna persona con rasgos orientales, ni hombre ni mujer, sólo he visto a ese Ruso que está en el suelo."
Miré por última vez a Gregory y sentí una pizca de placer viéndolo desangrase.
"-Tenemos que irnos de aquí."
La adrenalina estaba disminuyendo, podía sentir el cansancio en mis ojos y en mi cuerpo. Quería descansar pero debíamos salir de aquí y algo me decía que ellos no se irían hasta encontrar lo que buscaban.
Escucho asombrado a la muchacha relatar que era una puta y este era su trabajo, pero qué demo, me interrumpo y la levanto siguiendo al patillas, por un momento pienso que pueda ser parte de la organización pero sin duda su estado lamentable lo descarta, ¿Puedes caminar? – le pregunto, me vuelvo a colocar el pasamontañas y le indico que avance un poco, ¿Este es tu trabajo? ¡Pero si aquí se dedican a matar gente! ¿Cómo puedes trabajar aquí?, desde luego era todo muy extraño.
Antes de seguir me percato, ¿Está tu ropa por aquí? No puedes venir así con la sábana encima, si me dice que no buscamos algo de ropa o en última instancia cogemos la del ruso. Cuando esté preparada le digo al patillas, ¿Vamos por esa puerta?, y después a ella más bajo no te preocupes, son extraños, le digo señalando al mexicano y al patillas, pero están aquí para acabar con este antro.
Miro la escena con cara de pocos amigos, no sólo cargamos con el capitán pescanova si no que ahora nos topamos con una puta y su lugar de trabajo... ¿pero dónde coño te has metido Makoto? No puedo evitar suspirar al volver a la triste realidad que me ha tocado vivir.
-¿Qué edificio es este? ¿Un puticlub? ¿Y quién era ese, tu machaca?
No era cuestión de pagar con ellos la mala hostia que se me estaba poniendo al ver que esto se complicaba mucho más de lo que en realidad me imaginaba.
-Disculpadme, mi compañera está en peligro y esto se me está complicando.-Miro a la chica. -Mira, no voy a dejar títere con cabeza en este edificio hasta dar con mi compañera. No se si quieres dejar esta vida o no, pero mañana... este no será tu puesto de trabajo, si tienes alguna cuenta que saldar, puedes acompañarnos...
Sigo caminando mientras intento responder a todas las preguntas que se me habían formulado. Reacciono mal a la mayoría de ellas pero luego me relajo puesto que, poco pueden saber de lo que pasa realmente aquí.
"-No llamaría a este lugar un puticlub, tengo casi 18 años - recuerdo los rumores de las chicas a cuáles a cumplir la mayoría de edad, no volvían a aparecer - A las chicas que llegan a esta edad no aparecen más, poco sé lo que pasa en este lugar pero claramente es algo turbio. Sólo les puedo dar mi versión - empiezo a relatar mi propia experiencia, esperando a que me crean - estaba lista para ser torturada por un hombre cuyo rostro no me sacaré nunca de mi memoria, tuve la suerte de que él dejara de respirar antes que yo y logré escapar hasta que aparecieron ustedes - miré al hombre que me había preguntado por su compañera - Busquemos a tu compañera rápido, espero que haya tenido la misma suerte"
No me importaba la ropa que llevaba, quería salir de este lugar, pero quería seguirlos, quería ver por mis propios ojos el destino que me hubiera tocado.
"-Iré con ustedes. Movámonos rápido, pueden haber matones como aquel ruso"
Se me ponen los pelos de punta al escuchar la historia, de camino detrás del patillas le pregunto a la chica yo... yo he perdido a alguien, ¿No conocerías tú a mi Laia? Ella desapare... acabó aquí - un sonido ahogado terminó con la frase, no podía hablar más.
Por suerte llevaba el pasamontañas que me tapaba la cara pues a duras penas podía mantener un rictus serio, los ojos se me llenaron de lágrimas que controlé como pude mientras la mano de la pistola me temblaba de rabia y angustia.
El nombre de Laila hace que recuerdes a una de tus compañeras de cautiverio, menor también, por supuesto pero que, a diferencia del resto, desapareció antes de llegar a las 18...
Una más, desaparecida, vete tú a saber dónde o de qué manera.
Os dejo un turno más para hablar entre vosotros y continuamos ;-)
No dejaba de repetirse en mi memoria que la chica no llegaba a los 18 años. Esta ciudad se estaba yendo a la mierda rápidamente, pero no era la primera que veía. Y algo me decía que no sería la última. Comprobé que la escopeta estaba cargada y si le faltaba alguna bala, la cargaba. Después suspiré. No me hacía ni puta gracia que la chica viniera con nosotros. No se porqué cojones se me ocurrió invitarla a venir, debo de estar volviéndome gilipollas o algo por el estilo. Quizá fuese mejor que cogieran uno de estos coches y se marchasen de una vez por todas. No creo que tuviera el cuerpo preparado para la historia de Esteban ahora mismo.
Cuando la escopeta estaba cargada se la acerco a la chica, con el seguro puesto, pues no quiero que por accidente me vuele la cabeza. Cuando la coja la miro a los ojos y evito que se la lleve, sólo para ganarme su atención.
-Escúchame atentamente. Quiero que la lleves siempre apuntando hacia abajo, si alguno de nosotros está en tu dirección de disparo, no dispares o serás tú quien nos reviente. Y lo digo literal, porque es una escopeta potente. Sólo tienes que apuntar y disparar, cuando las dos marcas estén en línea con el enemigo, aprieta el gatillo. El retroceso será muy fuerte, apoya la culata en tu hombro y cúbrete tras disparar, no vas a poder hacer muchos disparos seguidos. -Miro a la chica y termino por añadir, antes de dejar que se lleve la escopeta. -Antes de seguir, me gustaría saber tu nombre.
Cuando me lo diga dejo que se lleve a escopeta y nos ponemos manos a la obra, cualquier otra puerta me valdrá, pienso volar la cerradura sin contemplaciones y avanzar rápido para evitar que el enemigo tome posiciones.
En cuanto se me dijo el nombre de Laia, se armó su rostro en mi mente. Sabía quién era y temía lo peor.
"-No la he visto en varios días, era mi compañera en este lugar. Desapareció antes de cumplir los 18 años, no se a donde se la pudieron haber llevado"
Me animé un poco al saber que pronto ya saldríamos de aquel lugar.
"-Mi nombre es Leticia. ¿Y ustedes? Quiero saber los nombre de las personas que me han salvado la vida"
Escucho sus palabras, no sabe nada - pienso para mi.
Me retiro el pasamontañas, me llamo Esteban, soy... era el padre de Laia, la voz se me queda en la garganta, ha muerto - consigo decir tras unos segundos, lo que me había costado decir a los policías se lo había dicho a Leticia en un momento.
Me vuelvo a poner el pasamontañas aprovechando a limpiarme las lágrimas mientras lo pongo.
No hay tiempo para más conversación pues la puerta que hay frente a aquella por la que habéis entrado al garaje se abre de repente dejando ver a dos hombres asiáticos, bien vestidos, de traje y que parapetados tras la puerta os apuntan con sus pistolas automáticas...
Ellos tiene cobertura (-2 dados a vuestro ataque) y vosotros también, por el Mercedes que puede ser parcial (-2 dados al ataque enemigo, -1 al vuestro) o total (-3 dados al ataque enemigo y -2 al vuestro) lo que me digáis. También podéis parapetaros tras el vehículo y no sufrir disparos enemigos con la condición de que vosotros tampoco ataquéis.
En vuestro post tirad iniciativa y ataques que hagáis, acordaos de los penalizadores.
Al ver aparecer a los tipos cojo a Leticia de la mano y la parapeto detrás del coche conmigo, quédate aquí y como bien puedo, asomado por encima de este abro fuego. Creo que no he dado a nadie...
Motivo: Disparo
Dificultad: 1
Tirada (5 dados, se repiten 10s): 3, 4, 6, 7, 7
Éxitos: 0, Fracaso
Esteban me había dejado a cubierto detrás del automóvil, a pesar de aquello de todas formas me agachaba lo que mas podía cubriéndome la cabeza con las manos. No tenía ninguna pistola para poder ser de ayuda, así que procuré no intervenir ni ser un estorbo.
Cerré los ojos, el ruido de las balas saliendo de los cañones de las armas me ponían mas que nerviosa.
Iniciativa: 3
Las balas comenzaron a silvar a nuestro alrededor. Un rápido vistazo sirvió para ver que esta vez eran unos chinos con armas automáticas los que nos tenían en el punto de mira. Y yo no pude más que sonreír, por alguna razón sentía que me estaba acercando a Makoto y eso me alegraba el día. Algo era algo, y ya era mejor que nada. Al ver que la chica no cogía la escopeta, se la lancé resbalando por el suelo, ahora, toda ayuda iba a ser poca. Y cuantos más disparos les devolviésemos mejor.
Sólo quedaba controlar cuando recargasen y a disparar.
Motivo: Disparo
Dificultad: 1
Tirada (6 dados, se repiten 10s): 4, 8, 3, 8, 9, 4
Éxitos: 3, Éxito