~~Justiciero quizá no sea la palabra adecuada para Archibald Marshall. Muy pocos conocen su historia, pues la mayor parte de ellos, a día de hoy están muertos. Comenzó su vida en los estados unidos, hijo de militar, inició su carrera en el ejército donde escaló puestos con rapidez y determinación. Pues no había misión a la que no se apuntase, sus características lo convirtieron en un gran combatiente, tanto en combate cerrado como a larga distancia. Pero su carrera pronto se vería truncada. Dirigió un transporte en el que escoltaban a uno de los presos más buscados por su país, en mitad del transporte, fueron atacados y el preso escapó. Archie consiguió sobrevivir al salir expulsado del coche en el que iba por la ventana antes de que explotara. Antes de perder la consciencia pudo ver como el preso era ayudado por militares de su propio país. Pero nadie le creyó y fue licenciado con deshonor.
Tras unos meses trabajando en donde bien podía, conoció a una española y empezó una relación con ella. Acabó mudándose a España empezando una nueva vida lejos de la sombra de su pasado. Tras nacionalizarse, consiguió entrar en la policía nacional donde empezó de cero una nueva carrera, bastante tranquila en un principio, pero donde empezaba a ver rastros de corrupción. Al indagar un poco, se le recomendó que lo dejara o que tendría un accidente, y al no poder dejarlo, ese accidente ocurrió. Su coche sufrió un accidente y explotó junto con su recién casada mujer. Otra vez sobrevivió a un ataque de aquellos que debían de ser sus compañeros. Despertó en un hospital, cerca de Segovia, dónde recibió el alta. Supo desde ese momento que tendría que jugar a un juego muy diferente, donde tendría que jugar a un juego en el que él acabaría siendo juez, jurado y verdugo. Dejó que pensaran que lo habían derrotado y siguió adelante, pero él en realidad se había convertido en un cazador, y gracias a los recursos policiales tendría acceso a todo lo que necesitaba para llevar a cabo su nueva labor. Esa situación era idónea para reclamar venganza por aquello que le había sido arrebatado. Era la hora de la venganza.
Bienvenido a tu escena introductoria.
Han pasado dos años desde entonces y aunque el dolor sigue ahí, poco a poco, has ido rehaciendo tu vida. Ya has acabado con algunos delincuentes hijos de puta pero de poca monta, la verdad es que esperas una ocasión para pillar a alguien importante.
En estos años te has ido distanciando de tus compañeros, sabes que alguno de ellos es una puta rata y algún día lo cazarás, de tal manera que tus superiores te han quitado de en medio adscribiéndote a una unidad de la Interpol como oficial de enlace. Allí empezaste a trabajar con Julio César García, oficial de la Interpol de origen mejicano y a Makoto Liuchen, de la policía china en un caso de drogas y prostitución. Los sospechosos, los hermanos Chen, apodados el gordo y el flaco de momento han conseguido eludir vuestras investigaciones pero todo se andará.
Tras unos meses trabajando codo con codo, Makoto y tú habéis iniciado una relación romántica y los tres, Julio César también, una especie de amistad...
Para recabar pistas sobre los hermanos Chen, Makoto consiguió infiltrarse en la organización hace apenas una semana que es el tiempo que no la ves.
Madrid, 6 de julio de 2015, por la noche...
Recibes una llamada de Julio César: Makoto le ha enviado una nota de audio y una localización por WhatsApp pidiendo ayuda pues la han descubierto. Rápidamente te pones en marcha.
En apenas una hora estáis en las inmediaciones de la nave industrial donde se supone que está Makoto, o al menos, estaba. Dentro del coche, apagado, observáis la zona y advertís que tras la alambrada de metal que protege el recinto de vez en cuando aparece un civil que, obviamente, ejerce las funciones de vigilante pero no parece chino.
Son casi las 3 de la mañana cuando notáis movimiento, un hombre se acerca a la nave a pie desde la dirección opuesta a la que estáis...