Partida Rol por web

Me detengo para escuchar a mi compañero. - Iré sin problema, tal vez alguno más quiera unirse a mis enseñanzas. - Dije mientras reanudé la marcha, no sin antes dejar que él caminara primero.

- Cuantos me debes ya?.- pregunto a Edvard mientras voy sacando un par de puros para entregarle uno a mi compañero.- En la próxima ciudad vas a tener que ir a comprar una buena caja de ellos, que voy justo para un viaje de un par de meses. Y eso de que eres mi superior...- hago una leve mueca sonriente y cambio el volumen para que no me escuchen el resto de alumnos, ya desfilando hacia el comedor.- Sabes lo que opino de eso. El que dé buenas ideas y que sean lógicas se le hace caso. Incluso tengo ignorado a MM cuando conozco mejores formas de hacer las cosas.- acto seguido, cojo el mechero que tengo encima, y enciendo tanto mi puro como el de Edvard.- Al menos, separémonos un poco del resto, que aquí si estamos en un lugar hermético y no vamos a apestar al resto más de lo debido

De camino me doy cuenta que Xamd está esperando por la respuesta de la maid, por lo que doy media vuelta y, agarrándolo sin demasiada delicadeza guiñándole el ojo a la pequeña y lo acompaño a que vaya delante nuestra hasta el comedor, con el resto de alumnos.- No te preocupes, tienes suficiente viaje por delante como para ser su sirviente y disculparte como dios manda. Puede esperar un poco.-  Mi tono de voz es tranquilo, pausado, como si de una conversación con otro compañero cualquiera se tratase.

Poco tiempo tardamos en encontrar el maldito comedor, principalmente porque es la primera vez que estamos en esta nave... "menos mal que mandé a los alumnos delante, si no seguro que me pierdo y quedo como un inútil" pienso entre risas.

Al llegar al lugar, voy indicando a la gente más o menos donde situarse, principalmente a los niveles inferiores, esos que son alumnos, los sitúo en una de las mesas mientras que, aquellos que somos consideraos ya maestros y graduados, enfrente a ellos, en otra mesa incluso más grande. Echo un vistazo a lo que tengo ante nosotros, dándome cuenta que faltan alguno de nuestros compañeros "Bueno... da igual. Ya aparecerán y los presentaremos. Lo mejor es que empecemos nosotros"

- Bien. No tengo la más remota idea de cuánto lleváis en la organización, ni si ya teníais maestro al que acompañar y ha caído en vuestro último combate, así que voy a hacer borrón y cuenta nueva y os daré la charla inicial.-  Hago una pequeña pausa, contando a los presentes.- Nueve alumnos en total... Seis maestros... Esto va a estar complicado de dividirse, pero bueno.

- Primero de todo. Bienvenidos a la organización, por supuesto.- comento con una gran sonrisa.- Estoy seguro de que ya sabéis de que ya sabéis donde os habéis metido, así que eso me lo voy a ahorrar. Segundo, presentarnos los que hemos llegado desde la academia. Por orden, desde mi izquierda hasta mi derecha estamos la maestra Al'Amune.- Hago una pequeña pausa, atontado y miro para Lihl.- Y ahí tenéis a Lihl, su alumna.- señalándola.- ponte con tu maestra anda. Fallo mío al enviarte con el resto de novatos.- sonrío torpemente mientras Lihl va a acompañar a su maestra.- después están Edvard y Lukas, al que por cierto... cuantos años hace que no te veo, chaval?.- sonrío claramente, ya que hace demasiado tiempo que no lo veo y no lo he saludado como era debido.- Y por último yo soy el maestro Ikki Shio. A partir de hoy decidiréis quién será vuestro profesor personal, vuestro tutor hasta que os graduéis. El que elijáis os guiará y mostrará como explorar vuestro propio poder para que, cuando llegue el día, enseñéis a otros como nosotros lo hacemos. Todavía faltan dos maestros y un alumno más, que no están presentes ahora mismo. Estos son Solomon, uno que si queréis aprender a pelear no os lo recomiendo en absoluto; Arryken, experto en el arte del subterfugio y del combate a distancia y Touda... ese es un alumno más, si os digo la verdad, no sé ni lo que saber hacer, pero puede pasar al estado de graduado cuando le apetezca, ya que se encuentra en el nivel suficiente para ello.

A no ser que sea completamente necesario y bajo órdenes de MM, Edvard no acepta alumnos, así que no penséis que podéis elegirlo por las buenas.- Le doy un codazo a mi compañero, a ver si lo animo a coger a alguien, aunque sea para tenerlo de mayordomo.- Al'Amune creo que no quiere más alumnos, pero si alguno de vosotros es hechicero, sería la mejor opción que tenéis.- sonrío a mi compañera, esperando que haga una pequeña introducción por su parte.- Lukas...- lo miro fijamente. -Ya tienes alumno? O sigues pasando de todo?.- hecho una risotada.- Bueno, supongo que ya lo conocéis, así que vosotros veréis lo que elegís.- Hago una pequeña pausa, dando un pequeño paso adelante.- Y yo soy experto en artes marciales así como erudito. Ya aviso, no tengo límite de alumnos que aceptar de ser necesario. Cuando lleguen Solomon y Arryken podréis conocerlos y decirles que lo queréis como alumnos. Realmente están casi obligados a aceptaros, como mínimo a uno, así que no os preocupéis por esto

- Bien, ahora poneros de pie uno en uno y presentaros. Nombre y especialidad, así como profesor al que queráis uniros. Decidiremos vuestro futuro a partir de ahora dependiendo de vuestra decisión.- termino, volviendo a dar el paso hacia atrás y esperando a su contestación mientras me siento en una de las sillas, con los pies encima de la mesa, mientras le doy otra gran calada a mi puro

Cuando los maestros llegan, yo ya estaba punteando el laúd suavemente, aunque por suerte o desgracia aún no había convocado cosas de fuego. Aún. Con mi extraña tranquilidad siento las indicaciones de sentarme y, nuevamente, guardo el laúd en su estuche. Si alguien pudiese preguntarle a los cierres del estuche sobre mí, probablemente expresasen un profundo odio por cuánto los hacía trabajar abriéndose y cerrándose.

Escucho con tranquilidad la exposición de los maestros, parecía que el "aire académico" era limitado en la forma de presentarlos por parte de Ikki. Quién sabía si su modo de enseñanza era igual de poco ortodoxo, pero si funcionaba, bien estaba. Con respecto a los maestros, parecía que varios no tenían vocación de tales ni aceptaban alumnos, o bien no les interesaba demasiado, salvo a Ikki. Si no se veía sobrepasado por los números, desde luego era una buena opción, aunque Lukas me llamaba la atención también.

Sin más dilación, y ya que me había situado en una de las sillas de la mesa más cercanas a los profesores* (sin contar a quien tenía en frente), decidí comenzar y quitármelo de encima. Me levanto de la silla y hago una suave y desenfadada inclinación hacia los profesores, mostrándome algo más formal de lo habitual.

- Roxius Camile, Devah, músico. Y mentalista. Mucho gusto. -comento como siempre con voz melódica. Parecía que si alguien empezaba a tocar un ritmo de repente, la voz se fuese a amoldar a él, aunque no fuese así del todo- En cuanto a unirme a un maestro, aprenderé de aquel que quiera y pueda enseñarme, dado que a ninguno de los maestros presentes en el barco se le ha nombrado como mentalista o psíquico. Si no hay ninguno que pueda enseñarme en mi campo, pues supongo que iré con quien me necesite y aprenderé lo que me enseñe la experiencia. -respondo, quedando ligeramente poético, pero también serio y decidido.

A menos que me pregunten algo, terminada la presentación, me siento de nuevo y dejo que el siguiente hable. 

Unos momentos mas tarde, Solomon* y Arryken llegaron al comedor, como habian acordado con Ikki. Tras el paso de la tutoria, el Fantasma de Solomon se sentia mas aliviado, a pesar del prospecto del papeleo que tendria que llevar a cabo de vuelta a la academia.

La escena lo sorprendio bastante: Habia mas personas de las que esperaba... Precisamente cuantos alumnos habia sin profesores a bordo del Noah? El prospecto estaba empezando a antojarsele un poco mas complejo de lo que esperaba.

-Buenas... Tardes? Noches? Que hora es? pregunto mientras avanzaba con gracia hacia el grupo Que poderosa imagen! Tantas mentes jovenes y dispuestas, buscando guia... Ah, a quien quiero engañar? Tantos son?

Al llegar el primero al Comedor, veo la disposición del sitio y... me quedo plantado en medio, sin tener para nada claro que debería hacer ahora. «¿Me siento? ¿Me puedo ir a esa esquina? ¿Tengo que quedarme aquí?». Son tantas preguntas, y tan difíciles de responder, que opto por no hacer nada de nada. Es una suerte que el maestro pelofuego me indique dónde debo sentarme, así que obedezco sin rechistar. Escucho todo su discurso sin prácticamente ni pestañear, mirando a aquellos que él menciona. La más sorprendente es Al'Mune, ¿no es una niña?

Soy un tío de pocas palabras. Y las que digo, por algún motivo enfadan a los que están a mi alrededor. Así que odio profundamente esta parte de presentarnos. Escucho a Roxius atentamente, intentando aprender algo de él para decir yo también. Qué putada que me toque tan pronto. «¿Ya me toca?». Miro a Roxius, impasible. «Podrías haberlo alargado más...»

Contra mi voluntad, me pongo en pie. Miro a los profesores fijamente. Los sigo mirando en silencio. Silencio. Silencio. Lanzo un largo suspiro.

— ...Klaüs. ¿Es buena idea fumar dentro de la nave? Me molesta el hu... —digo mientras abanico con mi mano por delante de mi cara, apartando la peste a puro barato. Me callo al ser interrumpido por alguien que entra sin saber ni la hora que es. Lo agradezco tanto, que me siento de nuevo aprovechando la distracción.

Cuando la atención vuelve a estar centrada en la presentación, miro fijamente y en silencio al de mi derecha, como si yo ya hubiese hecho todo lo que tenía que hacer.

— Te toca.

Camino sin intentar llamar la atención y finalmente acabo colocad en una mesa  junto a los nuevos, estoy algo nerviosa, por no decir que podría saltar por el pánico que me genera estar rodeado de gente, un miedo aun mas grande al ser desconocidos. Antes de que empiece a dar demasiadas vueltas al asunto Ikki comienza a hablar, para al poco tiempo citarme puntualmente. Noto como algunas miradas se fijan en mi y con cierta cara de espanto por ser el posible centro de atención durante un momento me levanto y camino deprisa hacia Al’Amune sentándome a su lado puestos a elegir prefería estar junto a mi nueva maestra que junto aquellos desconocidos.

Ya sentada en la mesa de los profesores, y en parte mas tranquila me quedo mirando como los alumnos se empiezan a presentar. El primero resulta ser un devah  y mientras le escucho intento pensar únicamente en que es un alumno y compañero, replicas que a mi mente no le acaban de convencer. El segundo alumno va a empezar a presentarse cuando queda eclipsado por la espontanea llegada de Arryken y Solomon, hablando el primero sin preocuparse de la presentación del chico, cuando acaba de saludar Klaüs, que había empezado a presentarse ya esta callado y esta dando paso al siguiente.

Me quedo dubitativa, me gustaba en cierta manera saber que me podía esperar de la gente y la falta de aquella presentación hizo que una idea pasara por mi mente, saque rápidamente un pequeño librito y empecé a escribir en la primera hoja con un trazo largo, demasiado para tratarse de letras. Finalmente susurre unas breves palabras sobre el dibujo. -_{Endala Shandor…}- me quede observando el libro para ver si había funcionado el hechizo. ¡Si! El libro empezó a escribirse solo, narrando lo que ocurría en la sala. Quizá le podría mas tarde esto a MM para que supiese lo que había pasado y como se estaban desarrollando las cosas.

El maestro Ikki me dice que puedo disculparme de la maid luego, que ahora tenemos que hace cosas más importantes. La miro y parece que está bien, no le vi ningún tipo de herida. Decidido a disculparme mejor luego sigo las ordenes del maestro y voy con todos al comedor.

Una vez allí me siento al lado de Klaüs y espero a ver que es lo que pasa. La presentación me pareció muy bonita, acostumbrado a estar solo con mi hermana y padre no estaba a costumbrado a ver tanta gente junta, así que esas cosas me parecían interesantes. 

Cuando se empezó con las presentaciones estuve también atento a ellas, ya que me interesaba saber como peleaban los demás, aunque yo no era mucho de pelear me gustaba ver como los demás lo hacían. Para mi sorpresa ni Roxius ni Klaüs eligieron maestro, cosa que me pareció algo raro, pensaba que los maestros de las disciplinas estaban muy solicitados. Cuando venía alguno a casa para que mi padre lo instruyese siempre los hacía volar de una patada, y aun así seguían viniendo.

Al llegar mi turno me puse de pie como lo habían hecho los 2 anteriores - HOLA! ME LLAMO XAMD - dije alto, aunque luego me dí cuenta que puede que demasiado y baje un poco la voz. - No me gusta mucho pelear y creo que se me da algo mal, pero haré lo posible por mejorar. Y con respecto a el maestro... puedo ir con Al'Amune? Se que habéis dicho que igual no aceptaría más aprendices, y que era maestra de magia, de la cual yo se poco o nada. Pero siempre he entrenado con mi hermana y estoy acostumbrado a pelear con mujeres, y nunca he peleado con hombres, así que creo que estaré más cómodo si entreno con una chica, y creo que también tienen el mismo caracter. - digo pensando en la escena de la cocina - Y si no, pues le puedo servir de saco de boxeo. - dicho esto me vuelvo a sentar en mi sitio, algo tenso por tener que hablar ante tantas personas, y espero a que el siguiente se levante. Aunque antes de nada me acerco un poco a Klaüs y le pregunto - Oye, tu has luchado contra hombres? Es igual que contra mujeres? Mi hermana siempre se pasaba un montón y acababa a varios cientos de metros de casa...

Al llegar al comedor, Ikki les pidió que se sentaran en una de las grandes mesas frente a los maestros.

Fue a sentarse en la primera silla que encontró vacía, junto a Klaüs, cuando de la nada apareció corriendo Xamd y la ocupó, colocándose junto a su "mejor amigo". -Pobre chaval. La que le espera...- pensó Rikimaru mientras sentaba en la siguiente silla.

No solía, ni le gustaba, relacionarse con tanta gente. Su entrenamiento y el modo de vida en su comunidad solía ser frío y silencioso. Pero por el momento no tenía otra opción.

Después de la cháchara de Xamd se puso en pie.

-Rikimaru. Subterfugio y sigilo. Sería un honor estudiar con el maestro Arryken- dijo haciendo una leve inclinación hacia el recién llegado maestro. Tras lo cual volvió a sentarse con la mirada al frente, perdido en sus cavilaciones.

Escucho el discurso de los profesores recostado en una silla y con las piernas apoyadas encima de la mesa mientras jugueteo con mi moneda. Miro a mis compañeros con cierto aire de interés, y cuando veo que me toca el turno me levanto y saludo a todos con un gesto de la mano.

-Kort Van Keuren. Asesino. ¿Tú eres el experto de subterfugio, no? -señalo a Arryken- Entonces creo que me toca contigo.

Al terminar de hablar vuelvo a sentarme en la misma posición de antes, como si nada fuera conmigo.

---Está bien- digo mientras le veo irse y luego abro oel libro rojo que tengo en la mano y volviendome a sentarme en la butaca me centro en él.

El Fantasma de Solomon observo a Xamd y su perorata con una expresion extraña, mezcla divertida y sorprendida. La respuesta de Mune a aquel chico iba a ser digno de ver. Primero Touda con Solomon, y ahora esto. El viaje en el Noah estaba resultando mas delicioso de lo que habria imaginado, dado las circunstancias.

Sin embargo, la respuesta de la hechicera se hizo esperar: Dos de los alumnos alli reunidos acababan de solicitarlo como profesor. Les lanzo una larga mirada excrutadora antes de contestar nada. El primero parecia conocerlo, probablemente haya escuchado algo en la Academia. El otro era... Bueno, la verdad era que le recordaba a el mismo: Esa bravata adolescente, el exceso de confianza en si mismo, esa aura de rebeldia que se esforzaba en mantener. Hasta tenia una moneda con la que jugueteaba de tanto en tanto. 
Ambos prospectos no podian ser mas distintos, pero en cierto modo, eso era refrescante. La Academia necesitaba gente con distintos modos de ver la vida. Y tambien necesitaba mas infiltradores, vaya que si.

-Tambien soy experto en modales, asi que definitivamente te toca conmigo le dijo con fingida severidad al segundo chico Es feo señalar. Rikimaru, Kort van Kauren, seran mis alumnos. Alguien mas que quiera aprender el sendero de las sombras y las sutilezas del mejor?

Guardé silencio esperando a que todos se presentaran, para saber de boca de cada uno cuáles eran sus nombres, habilidades, motivaciones. Con la propuesta de Xamd simplemente sonreí cerrando los ojos.

Ya luego de algunas presentaciones, y viendo que otro de los maestros las ha interrumpido para opinar, también decido hacerlo. -A decir verdad, sí, aunque este lugar goce de una adecuada ventilación...- De golpe los puros de Ikki y Edvard se apagan, incluso el humo desaparece. -...es una muy grave falta de respeto fumar delante de otras personas, no les parece? Esperen a estar solos.

-Imagino que no necesito decir mi nombre, parece que todos me conocen o han oído hablar de mí. De todos modos, soy Al'Amune, otros maestros me llaman Mune y desconozco el motivo, pero como me parece lindo y ahora ya es costumbre, ustedes pueden llamarme así también.

-El aprendizaje no está limitado a un único maestro. Puede que tengamos el protocolo de escoger un alumno para instruirlo, pero eso no les impide aprender de otros, incluso de alumnos.- Hablo con tranquilidad, de forma sutilmente severa, pero gentil. -Asegúrense de escoger, sí, a un maestro con el que se sientan cómodos ya que con él o ella compartirán la habitación y la mayor parte del día a día, digamos que será más como un padre o madre que los cuidará; al elegir un maestro piensen más a quién les gustaría tener como familia, o persona más cercana, que en de quién les gustaría aprender y desarrollar sus habilidades, pues para eso estamos todos dispuestos.

-Xamd, tienes un nombre curioso, has dicho de dónde eres?- Lo miro fijamente, sin dejar de tener un rostro amable. -Son pocas las veces que un alumno ha decidido voluntariamente tenerme de tutora, y los que lo hacen no suelen durar más de cinco o seis horas. Estás seguro de que eso es lo que quieres?- Ahora me dirijo a Lihl. -Dime pequeña, a ti te gustaría tener a este chico como hermanito? Si estás de acuerdo entonces no hay problema.- Sonrío. -Tal vez esta experiencia te ayude a socializar mejor con chicos de tu edad, comenzando con uno solo a la vez.

El comedor parecía un comedor infantil. Desde la academia no veía a tantos jóvenes reunidos en un mismo lugar. Llenaba de vida la estancia.

El señor Arryken ya tenía dos alumnos a su cargo, a falta de saber quién más podría unirse a sus enseñanzas. - Sois muy afortunados señor Rikimaru, señor Van Keurer. - Miré a ambos aprendices. - Aprenderéis mucho de El Fantasma de Solomon. Un maestro en el arte del subterfugio el cual posee un don especial en sus venas. Estad atentos a todas sus indicaciones y llegaréis a ser una sombra viviente como él. - Terminé de alabar a mi compañero.

Cambio de dirección de mirada. Ahora puestos en su otra compañera. - Me alegro de que se encuentre mejor señorita Al´Amune. - Leve reverencia y una sonrisa. - Quien quiera aprender magia hasta niveles insospechados, ella es vuestra mejor opción. - Acabé diciendo.

Esperé, atento e impacientemente no visible a que los demás se presentaran.

Mi rostro de felicidad tras lanzar el hechizo se esfumo al verme mencionada por mi nueva maestra, gire la cabeza con una expresión de incredulidad. ¿Estaba dándome a mi la opción de que aquel chico pudiese o no estudiar con ella?

No sabia que responder, no tenia nada en contra del chico, únicamente aquella incomodidad que sentía al estar rodeada de personas, si respondía con un asentimiento expresaría que quería un hermano, cosa que realmente no deseaba, si respondía que no era probable que me ganara desaprobación de los maestros y por si fuera poco la enemistad de aquel muchacho. Finalmente me encogí de hombros.- Si… si piensas que será un buen compañero… - murmure tímidamente casi tan bajo que los presentes en la otra mesa casi no escucharían mi respuesta.

Segui a todo el mundo hasta el lugar indicado.Entonces poco a poco todos se fueron presentando y fueron escogiendo profesores. Pase mi vista por cada uno de ellos.

Todos parecian muy seguros de si mismos y por lo que decian eran poseedores de grandes talentos.
Tanto estuve escrutando rostros y expresiones que no me di cuenta de que habia pasado un tiempo. Oh y no me habia presentado aun.

Espere a que hablara Lihl y tras ella decidi presentarme.
Me adelante e hice un saludo tipico de mis tierras metiendo mis manos en las mangas opuestas e inclinando la cabeza en una reverencia.

-Es un honor conocerles, senseis. Mi nombre es Izumi. Apenas soy un aprendiz en el camino de la magia aun, pero la senda de hechiceria es para mi mucho mas que un estudio, una forma de vida. Se me ha concedido el don sobre los espiritus del aire y el conocimiento.-transmiti asi los poderes que mejor comprendia y dominaba.

Sobre que sensei elegir. Creo que no seria justo atar a ninguno de ustedes a un alumno que no estuviera  a la altura. Tampoco creo tener derecho a elegir sin haber contribuido a nada.

Por ello pido ser puesto a prueba por el sensei que me haga el honor  de tomarme  como alumno asi pueda demostrar mi valia. Si no logro pasar cualquier prueba que me impongan en un tiempo dejare d eserlo y aceptare el castigo crean necesario.-mi voz sonaba seria y resolutiva

Observé a aquel muchacho de aspecto oriental. 

- Otro joven más agraciado con la capacidad de alterar la realidad. Interesante. - Hable para mi mismo, aunque todos pudieron escucharlo sin problema alguno. - Pareces venir de las tierras lejanas orientales. ¿Se basa tu magia en las mismas enseñanzas que ahí predican? Pues tal vez alguien aquí que no es profesor pueda enseñarte. - Sonreí y miré a la joven Lihl.

- Sea o no sea tu caso. No hace falta que seas tan estricto. Tu prueba, y la nuestra evidentemente, será que aprendas a desarrollar tus poderes para el bien común y que sepas convivir con todos por igual. Quizás, lo mejor sea convivir algunos días con nosotros y dado que será vuestra vida la que esté en nuestras manos elijáis vosotros mismos con quien desarrollar vuestras capacidades.- Me acerqué y le puse la mano en el hombro. - Relájese hombre. - Sonreí.

Volví sobre mi mismo y me coloqué al lado de los profesores de nuevo. - Va a tener trabajo señorita Al´Amune jejeje. - Reí divertido.

Mirada al frente, a todos, por igual, sonrisa en boca, inescrutable.

El intercambio de presentaciones y demás formalidades da comienzo en el comedor de la gran nave submarina. Con la guía de Ikki, el orden y la disposición se dejan claros con rapidez y, uno a uno, las nuevas caras exponen con sus propias palabras aquello que, como individuos, pueden entregar a la causa.

Edvard se mantiene con el profesorado, puro en boca y con la mirada perdida en algún punto de la habitación, el cual va variando conforme pasa el tiempo. En estos momentos disfruta de su fortuna al tener al lado a una persona que no duda en cumplir con un trabajo que en otras circunstancias le tocaría hacer a él por obligación, así que se limita a esperar pacientemente a que todo termine y el pescado se venda.

En ningún momento abre la boca para hacer aportación alguna, no es en absoluto necesario. El único instante en el que parece ahorrarse un comentario es cuando su camarada, portavoz y amiguete pronuncia las palabras “yo soy experto en artes marciales”, momento en el que el viejo tensa los labios, alza la vista y sacude levemente la cabeza hacia los lados. No hace falta ser un mentalista para leer el “Bueh, supongo que se podría decir que sí” escrito en su frente. El resto del tiempo se mantiene inmutable, incluso cuando Mune apaga los puros sin previo aviso se limita a guardar el resto para después, entendiendo que puede resultar una molestia para algunos y que no tiene problema en acabarlo más tarde.

…

“Hmm… tres, cuatro cinco… ocho chavales. Entre presentaciones, los ‘yo acierto a sandías con un cuchillo a cinco metros’, y el reparto del personal esto se nos va a ir fácil a los veinte minutos… treinta si alguno se pone estupendo.

Ahhgg ya voy una hora tarde para estirar un poco las piernas con la rutina, y ayer no tuve un rato para ponerme… joder, a este paso termino echado en una valla diciéndole a un obrero cómo tiene que mezclar el cemento… cuánto más se supone que va a durar esto… ¿Y decían de pararse a comer ahora? ¿Tan pronto? Creo que sí… joooder. Encima creo que me dejé los papeles de Mikhail en la academia, pst… Se le llena la boca al pelón con eso de ‘mi  Sambo se adapta a cualquier situación’, pero a mi estilo se adapta de pena… Con esas rodillas tan flexionadas y los brazos a medio extender… que sí, que te defiendes mejor así y todo lo que tú quieras, pero es querer sacudirle en la cara al muñeco de prácticas y parece que le estoy espantando moscas, y a la mínima ya estoy cambiando la posición sin darme cuenta. A él puede que le sirva teniendo esos brazitos de quinceañera desvalida, pero yo cada vez lo estoy viendo más inútil.

En fin, a ver si terminan ya con la cháchara y me puedo ir a tomar por culo un rato”

Estaba prestando atención a lo que iban diciendo los demás y también en lo que me había dicho mi posible maestra, pero resultó que encontré una cosa que me llamó más al atención.

En la mesa de los maestros pude ver un fenomeno muy entretenido que parecía mostrar una cara como de sabiduria infinita y a la vez tontería absoluta. Edvard, con la mirada inexpresiva por su cabeza podría estar pasando cualquier cosa, desde una nueva formula alquimico-magica para facilitar la vida a los seres vivos hasta cosas tan absurdas como que pasaría si le diese fuego al submarino debajo del agua, ardería? Avisé a Klaüs  y Rikimaru (que eran los que estaban a mi lado) del fenomeno tan curioso que estaba pasando, para que no fuese yo el único que "documentase" cuales eran las ideas que se le podrían estar pasado por el coco. -_{Yo creo que está pensando en que pasaría si le mete un puro a una botella de vino y luego se lo fuma -} Dije mientras imaginaba como sería la situación.

Tras acompañar a todo el mundo a la reunión ocupo mi posición con los responsables. Ikki y yo no tenemos mucho trato pero su saludo no me sorprende ya que su reputación en la academia es la de ser algo excéntrico.

Las presentaciones siguen un orden algo caótico intercalando alumnos y profesores, aunque por su forma de hacerlo el perfil de cada uno comienza a dibujar su contorno. Izumi es el primer alumno que capta mi atención genuinamente. Tamborileo un poco en mi pecho mientras trato de recordar un poco de la etiqueta del este. Cuando hay un momento de silencio me adelanto un poco para intervenir.

- Aunque el señor Shio ya ha tenido la amabilidad de comentarlo, mi nombre es Lukas von Schicksal graduado y soy, hay una pausa antes de pronunciar la siguiente palabra, - profesor versado en magia.

Dirijo una leve inclinación de cabeza hacia Izumi.

- Izumi san, por ahora has mostrado indicios de educación y compromiso, dos aptitudes encomiables, me gustaría tomarte como alumno. Si la señorita Al'Amune no tiene problema, miro en su dirección, - estarás bajo mi cargo a partir de ahora mismo.

Retrocedo hasta volver a ocupar mi posición, si voy a tomar alumno alguno sin duda este parece el mejor por ahora.

Los alumnos, siguiendo mis órdenes, se van presentando uno a uno, al igual que Lukas, aunque es el último en hablar y realmente no necesitaban hacerlo. "Es la primera vez que la gente hace esto sin rechistar... Se nota que no me conocen " pienso mientras están presentándose tranquilamente y veo el percal que hay ante nosotros.

Nadie parece elegirme como maestro. La verdad, me da un poco igual, no es que me entusiasme el tener un alumno con el que tener que compartir habitación y casi todos los aspectos de mi vida además de ser el "comodín" al que suelen acudir tanto alumnos como maestros cuando tienen algún problema o incógnita que resolver. Después de todo, soy más un agente libre que viaja por el mundo a su placer que alguien que hace misiones designadas por MM, aunque siempre termina por reclamarme cuando cree que es conveniente.

- Bueno, me han gustado vuestras presentaciones- espeto con tranquilidad- y el que no me hayáis escogido como maestro.- con una gran sonrisa esto último. Observo detenidamente a todos alrededor... Todavía nos queda tiempo y no sabemos qué hacer... "¿Qué es lo que puedo hacer para tenerlos entretenidos un rato?" Algo se me viene a la cabeza... Puede ser un peligro, pero creo que es lo más adecuado para todos, incluyendo los maestros, ya que nos encontramos encerrados en este navío

- Bien. Vamos a la sala de entrenamiento que nos han mencionado antes..- Espeto mientras hago un gesto con la mano, indicando la salida hacia el teletransporte más cercano.- Quiero ver vuestras habilidades de combate, además de daros ciertas... explicaciones, en el ámbito de nuestro estilo de lucha.- hago una pequeña pausa mientras voy guiando tanto a alumnos como maestros.- Es conveniente que nos conozcamos unos a otros. Después de todo, no está bien actuar sin pensar.- "Esto acaba de salir de mi boca?" pienso rápidamente después de decir estas palabras "Pero si soy el primero que no piensa!!".- Una pequeña risa sale de mis labios, sin que nadie sepa realmente por qué.

El trayecto es más bien corto. La maid que está con nosotros nos guía rápidamente por los caminos más cortos, así que en breves instantes nos encontramos en lo que es, claramente, un gran tatami, con diversas armas de entrenamiento en uno de los lados, pocas columnas, que parecen... desmontables? "Si. Eso está bien, está diseñado precisamente por si alguno de los maestros más fuertes de la organización se va de mano. Si ponemos columnas fijas y las terminamos por romper, la cosa se complicaría bastante para los ingenieros de la nave."

Con un leve toque en el hombro de Edvard, teniendo en cuenta que somos los dos que más nos conocemos y ya tenemos luchado entre nosotros, le hago entender que se vaya al centro del tatami mientras yo me voy quitando la chaqueta, dejando a la vista únicamente una camisa, de la que sobresalen dos brazaletes de un color rojo intenso que me empiezo a ajustar, y me voy dirigiendo a la misma posición que el conserje, poniéndome en posición a pocos metros de él

- Bien. Comenzaremos Edvard y yo, por variar.- comento a los alumnos, guiñándole el ojo a Edvard.- Después seguirá algún otro de los profesores, para que veáis la diversidad y también seguiréis vosotros, obviamente peleas entre alumnos, no os vamos a dar una paliza por diversión.- una maniaca sonrisa sale de mi rostro, aunque rápidamente se cambia a mi actitud habitual.- Después, os daremos también ciertas lecciones de estrategia, aunque aquí cada cual suele plantear la suya. Cosa que ya veréis entre Edvard y yo.

Rápidamente me pongo en posición de combate, cambiando mi semblante a uno más serio, claramente concentrado en el combate. Varios tatuajes comienzan a aparecer en mi cuerpo, simples marcas negras con una forma extraño que sale y entra de las diferentes zonas descubiertas y tapadas de mi cuerpo, pero estas marcas duran pocos instantes, desvaneciéndose rápidamente. "Bueno... ni en entrenamiento parece que consigo hacerlo".- Vamos Edvard, comencemos.