Partida Rol por web

No tienes que agradecer… al final no conseguimos nada.- Le digo a Yuto.- Si quieres saber la verdad… me recordaste a mi misma hace un tiempo… también perdí a mis amigos en unas circunstancias… poco pacificas…-Continuo hablando mientras miro nuestros salvadores.-Pero hice nuevos compañeros.- Le miro fijamente y me doy cuenta de que ahora no llevaba las gafas puestas de cuando lo conocí, únicamente portaba la montura con un único cristal. “Claro, las rompió cuando entramos para que pudiera ver…” Creo que cuando estaba en la celda las metí en mi bolsa. Empiezo a rebuscar y al cabo de un momento saco un pedazo de tela envolviendo un cristal.- Si quieres… puedo repararlas.-Le comento mientras le muestro el pedazo. No quería decirlo en voz alta, pero con ellas tendría alguna forma de recordar a sus amigos perdidos y, aunque estos estuvieran en su corazón, como había dicho al presentarse, nunca estaba de mas tener un recuerdo físico de ellos. Pensé mientras recordaba el pedazo de papel con apuntes de mi maestro que aun conservaba de la ultima clase que me había dado.

Me doy cuenta entonces de que es probable que se sienta solo y perdido en estos momentos. Sus compañeros muertos y rodeado de extraños.- Entonces… que harás ahora… quieres… ¿venir con nosotros?.- Pregunto ofreciéndole la invitación de nuevo.- Te lo dije cuando estábamos allí abajo, tendré que hablar con los profesores pero no creo que pongan ninguna pega.- De alguna forma me iba animando poco a poco olvidándome de lo que había pasado.

El intercambio de puntos de vista continúa durante el camino de vuelta a casa.

Sí, todo eso suena muy bonito, pero Touda no ha hecho caso a nadie desde que llegó a la Academia y si crees que Mune va a quedarse en la retaguardia… je, mucho me temo que tu formación no quedará tan coordinada. Además, tampoco sabemos si habrá paredes que romper  o si ayudaría en algo; yo no construiría una guarida en el fondo del mar si el agua fuera una preocupación.

Muchas pegas y pocas aportaciones. Está más que claro que Edvard no es ningún estratega y que sus métodos no se alejan mucho de marcar un objetivo, encontrarlo e improvisar. Un saber hacer guiado por el instinto y la experiencia que, si bien resulta muy pobre de cara a una acción conjunta, malo no será si es esa forma de actuar la que lo ha mantenido con vida todos estos años.

Nos las arreglaremos de algún modo, hasta ahora solo se han dedicado a intentar controlar nuestros actos para enfrentarnos entre nosotros, y uno no recurre a esas mierdas cuando tiene la fuerza suficiente para acabar con el enemigo… así que no la tiene.

No fue muy difícil hallar la casa de la pequeña bruja. El ambiente de la zona carecía de fuente mágica, así que este lugar apestaba a ella.

Toc toc.

Di unos golpecitos en la puerta para instantes después ser atendido por un sirviente de cuestionable estilo. - Pobrecito.... tiene que soportar el mismo gusto que la señorita Mune. - Susurré al oído de Arryken con una sonrisa. - Buenas tardes. Somos compañeros de la señorita Mune. - Sonreí.

Una vez nos dejara pasar, observé con cierta atención a los detalles de la casa, no le faltaba nada, propia de una niña de alta cuna. - Bueno, al menos podremos descansar bien. Yo voy a darme una ducha, cenar y descansar. Mañana será un día largo. - Comenté a los presentes. - Estaré leyendo antes de conciliar el sueño, si necesitáis algo podéis avisarme. - Me despedí.

Era facil encontrar la casita de Mune, era la unica construida en piedra en la zona, poblada unicamente con casas de madera, ademas de que su singular estructura ya la hacia muy llamativa. 

Al llegar y llamar a la puerta, un extraño duendecillo trajeado os abre e invita a pasar, mostrandoos el camino al comedor principal, donde estaban ya la mayoria de vuestros compañeros. 

Arryken descansaba en un caro sofa, profundamente dormido. Solomon se estaba despidiendo de los demas y se retiraba a dormir tambien en otra habitacion. Touda, sentado en el suelo y apoyado contra una pared, tambien parece estar dormido. La dueña de la casa, segun os informa el singular mayordomo, esta en su dormitorio. Las unicas personas que aun estan en condiciones de hablar son los dos chicos que rescatasteis de los tuneles, que en estos momentos parece hablar de un tema algo importante

-Ir con vosotros...-el chico repite las palabras de Lihl, dudando sobre que hacer-Si, ya lo habias comentado en la celda, pero... no se... soy bastante inutil, como ya has visto abajo, no me parece buena idea... solo seria una carga... mejor no, no quiero que tengas que verte en otra situacion como la de antes por mi culpa...

Viendo que la chica hace un gesto de tristeza, el chico se sonroja un poco y se apresura a añadir

-Pero se me ocurre una cosa: me hare fuerte. Dame un tiempo, aprendere trucos nuevos, podre derrotar a enemigos poderosos como el de abajo sin ayuda, _{podre protegerte,} y entonces, si todavia me quereis con vosotros, no habria problema por mi parte ¿Que te parece? 

Después de un rato cabeceando inicie mi conversación con Yuto. Me senté con el en uno de los sillones de la sala intentando saber que haría ahora. Quería que se uniera a nosotros. Ya había hecho la propuesta, esperaba su contestación.

Me quedo bastante triste tras la respuesta de Yuto, de verdad esperaba que se uniera a nosotros.-¿Estas seguro?.- Emito tímidamente mientras intento empezar a pensar algún argumento para convencerle.

-Yo no creo que seas inútil. Nadie lo es.- Y pensar que este diciendo estas palabras cuando hace pocos días había llorado pensando en si me rechazarían por mis escasas habilidades.-Seguro que destacas en alguna cosa. Yo por ejemplo no sirvo para nada en combate, ya lo vistes, me baso mas en ayudar desde atrás... Creo que hay gente que ni siquiera sale a misiones…- Según hablo voy perdiendo poco a poco fuelle, como si mis argumentos cada vez fueran menos validos. Realmente temía por Yuto, quería asegurarme que no estuviera rechazando por algún tipo de ideal, había vivido los últimos dos años antes de encontrarme con Ikki completamente sola, hasta el punto de temer cualquier acto a mi alrededor como un inicio de agresión. La soledad no traía nada bueno. –Al menos prométeme que pasaras por la academia... Es un sitio seguro…

Finalmente termino de intentar convencerle cuando escucho ruidos detrás de mi. Parece que Ikki y Edvard habían vuelto. Me voltee para verlos caminando hacia mi.- ¿Se... Se recupero Ueman antes de volver?.- Si no había entendido mal lo habían mandado de vuelta para la academia. Pero no creo que lo hubieran mandado inconsciente. Podría haberle aliviado el malestar antes del viaje. Quizá se encontraba mal, no lo tenia claro, con toda la confusión que hubo allí abajo no puede percatarme de si se había golpeado la cabeza y caído inconsciente.. Mi único pensamiento era el de salir. Si no hubieran estado allí… era probable que…

Mire a Yuto una vez mas e hice un ultimo intento.- Siempre puedes hacerte fuerte mientras estas con nosotros… ¿no?

No habíamos tardado mucho en darle un entierro digno a Ueman... Probablemente la persona que viva en esa casa y en ese elegante jardín coja un buen cabreo si ve que hemos cavado una tumba en su jardín, y no digamos el susto que se llevará cuando cave un poco para ver lo que hay... De todas formas, y aunque el plan que tengo en mente debería ser el más efectivo, Edvard tiene razón. Muy pocos de los miembros de nuestro grupo haría caso a esto, aunque no dejaré de intentarlo al día siguiente, por supuesto, imponiéndome si es necesario

Cuando entramos en la casa de Mune, parece que todo el mundo se ha ido a dormir "Es que aquí ni dios hace guardia? Que pandilla de... caaaaalmate, son los de siempre" pienso hasta que, de la nada, comienzo a escuchar la conversación entre Mune y Yuto. Es algo extraña, ya que parece que la propia Mune comienza a intentar reclutar gente, pero tampoco es mala idea. Parece que es una persona que necesita protección, que lo ha pasado mal y probablemente ayude a nuestra causa con el tiempo, pero llevarlo a la academia no es una opción... Por qué no llevarlo con nosotros? Total... aunque no haga nada, estará más seguro con nosotros que vagando por el mundo. Entro por la puerta y la conversación parece terminar, mientras Mune me pregunta por Ueman... Mejor sigamos con la historia... Haber perdido a uno puede ser un golpe muy fuerte para los novatos, y el que muriese en el camino por sus heridas no sería tan descabellado, aunque no mentiré a Mune cuando llegue el momento

- Todavía estaba desfallecido cuando lo enviamos, pero no te preocupes, es un hombre fuerte. Solo ha tenido la mala suerte de separarse de nosotros.- comento, con una mirada directa a Lihl en esa última parte, claramente como una indirecta.- Somos el lugar más seguro que vais a poder tener, recuérdalo...

A continuación, observo a Yuto.- He escuchado vuestra conversación de antes, así que voy a ser lo suficientemente directo...- hago una pequeña pausa, doy una gran calada al puro que tengo en la boca, terminándolo de golpe "no necesito respirar, poder usar mis pulmones para esto es una gozada" pienso mientras expulso el aire, haciendo diferentes figuras en el aire, como pequeños animales, aros que pasan por dentro de aros más grandes, etc.- Acompáñanos, obsérvanos, pregúntanos y hazte fuerte. No hay vergüenza en ser débil. Lo vergonzoso es seguir siéndolo... - le espeto directamente, con expresión seria.- Te harás fuerte, te lo aseguro; yo me encargaré de eso.- termino con una gran sonrisa, haciendo que la situación no sea incómoda en absoluto y miro de reojo a Ed.- Por si la indirecta no es lo suficientemente clara... Lihl será tu superior y yo soy el superior de Lihl, por lo que también serás mi alumno y estarás bajo mi protección. Además, así verás mundo y podremos llevarte a la academia para que conozcas a MM cuando volvamos... Por otra parte... Cuál es tu especialidad? Combate? Magia? Psíquico?...

Hago una pausa, esperando una respuesta afirmativa del chico, pero también los termino observando a todos y, esperando a la respuesta para terminar, concluyo la conversación.- Ahora id a dormir y descansar. Cuando despertéis descansados todos, iremos directamente al puerto y nos sumergiremos. Estad preparados para cualquier cosa. Y por otro lado, Lihl.- termino levantando la mano y poniéndola delante de ella con la palma abierta.- Tu diario... Es a tu petición, aunque probablemente no lo recuerdes, pero te lo explicaré más tarde, además del sermón por la razón de esto.

Escucho como Ikki intenta convencer a Yuto lo que me da renovadas esperanzas. Todo parece ir bien hasta que escucho las palabras de Ikki dirigidas hacia mi. Mi diario… en un primer momento no recuerdo nada pero tras un breve lapsus lo comprendo. La carta. Habían pasado tantos días que ya ni la recordaba. Los nervios empezaron a instaurarse en mi de nuevo. Se lo entregaba y hacia como si hubiera ocurrido... ¿O decía la verdad y quedaba como una mentirosa? Claro que si no lo decía ahora quedaría como mentiros mas tarde.- Creo, que no hace falta… no me dio tiempo a lanzar el hechizo…- comento con la timidez típica de una niña que confiesa un terrible secreto y espera una reprimenda por ello.- Siento haberte preocupado pero… todo sucedió muy rápido… y…-Hasta hace un momento, a solas con Yuto me sentía tranquila, ahora con la presencia de mi maestro y de Edvard mis nervios volvían a manifestarse. –Lo siento.

Con la ayuda del sexto sentido de Ikki, no tardan en encontrar el punto de encuentro en el que se reunirían de nuevo con el resto. Una vez allí, la inconfundible peculiaridad de la arquitectura, decoración y el color de las paredes le hacen pensar que tal vez no habría sido tan complicado localizar la casa incluso actuando en solitario.

Acceden al interior guiados por el duendecillo. El ambiente se antoja sorprendentemente tranquilo y silencioso; después de tantos sobresaltos parece mentira que por una vez todo el mundo haya hecho caso a la voz de la razón. O tal vez “casi todos” ya que, a medida que avanzan, comienzan a escuchar con cierta claridad la conversación de un par de personas más allá del final del pasillo.

Apenas acaban de entrar en el comedor cuando Ikki se adelanta para hacerse cargo de la situación, incluyendo la aparente anexión de Yuto al grupo de la misión. Dadas las circunstancias, casi parece que estén adoptando un cachorro desvalido en lugar de dándole vía libre a quien a día de hoy es poco más que un desconocido de convicciones inciertas. En cualquier caso, es de agradecer que vaya a poder ahorrarse el tener que intervenir en esto. Una cosa menos.

A los pocos que están despiertos les dedica un breve saludo alzando la barbilla antes de volverse hacia el pequeño duende, agachándose un poco para hablar con él sin necesidad de alzar mucho la voz.

Canijo, ¿Dónde están la despensa y los dormitorios?

Viendo cómo los demás se han apalancado en distintos puntos del comedor parece seguro que le va a tocar improvisar una cama, pero no está de más preguntar.

El chico mira a Ikki de mala gana, como si no le gustase lo que dice o lo interpreta de otra manera

-No me gusta que me den ordenes-dice con un tono frio al tiempo que un rostro serio, casi hostil, se muestra en su cara-Y no tengo ninguna especialidad, no se combatir, no tengo idea de magia y es la primera vez que escucho ese termino ¿psiquicos? No me suena. Lo unico que se me da relativamente bien es sobrevivir... _{algo que no me agrada mucho ahora...} -Suspira un poco, tranquilizandose-La Academia dijiste, ¿no? Ese era el destino de mi grupo, nos dirigiamos alli desde Moth, llevabamos varios años de viaje... aunque parece que solo voy a poder llegar yo...

-No voy a ir con vosotros, ire a la Academia, se lo debo a mis compañeros. Despues puede que me una a vuestro equipo, no antes-termina de modo serio

Por otro lado, Edvard pregunta al "canijo" por las habitaciones, a lo que el ente le responde de modo muy cortes

-Hay varias habitaciones libres mas arriba, solo que a vuestros compañeros no parecian tener fuerzas como para subir las escaleras-sonrie mientras hace una exagerada reverencia-En cuanto a lo de comer algo, si me dice que es lo que desea, se lo subire a su cuarto en unos minutos

Amanece. Un nuevo dia ilumina la mañana con la llegada del sol por el horizonte. Cuando despertais, notais un intenso olor a comida recien hecha proveniente del comedor principal, lugar donde el pequeño duende-mayordomo habia transportado varias bandejas llenas de comida

-Bon apetit-dice el duende tratando de imitar un acento refinado al tiempo que hace una reverencia, como presentado la mesa-Espero que la comida sea de vuestro agrado

Cuando desperté lo primero que distinguí fue un olor a comida recién hecha, me levante de la cama con cuidado, no recordaba como había llegado ahí, pero el día anterior estaba tan cansada que no me sorprendía.

Me desperezo e intento alisar mi túnica como puedo, que tras lo que parecían haber sido unas cuantas horas de sueño no estaban muy bien arregladas.

Bajo las escaleras mientras cada vez mas mientras mi boca empieza a salivar, no recordaba cuanto hacia que había comido por ultima vez, ayer con el cansancio no lo había notado pero ahora, mi estomago parecía notar la ausencia de alimentos. Finalmente llego al comedor, donde el diablillo nos muestra y ofrece un banquete. Sin distraerme en otra cosa me siento en la mesa y empiezo a servirme porciones de cada uno de los manjares que había en la mesa, toda tenía tan buena pinta y olor que no podía resistirme. Después de algunos minutos devorando y deleitándome con todas las viandas dispuestas en el comedor dejo escapar un suspiro y arrastro don delicadeza mi silla hacia atrás. “No puedo mas” Todo estaba delicioso, y aunque aun quedaban un par de platos que no había probado, sabia que el resto del día seria probablemente difícil, e ir con el estomago completamente lleno no ayudaría.

Me quedo pensando sobre la ultima charla que tuve con Yuto el día anterior mientras acaricio la piedra que cuelga de mi cuello de manera involuntaria. “Al menos ira a la academia, estará a salvo” Cuando el pensamiento recorre mi mente otro acude contiguo a el.  “Podía haberse ido con Ueman, juntos y en carreta habrían tardado menos.”

Finalmente, antes de que mis pensamientos me den más posibles soluciones que ya no servirían para nada, me quedo observando  a mis compañeros esperando que alguno decida el rumbo que íbamos a tener hoy.  “Alguno tendrá algún plan” Pienso mientras paso la mirada de un profesor a otro hasta que dejo mi mirada en la profesora Al’Amune. Aun no comprendía hasta donde llegaban sus poderes, y por como se había comportado el día anterior cada vez me tenía mas intrigada. Había construido hasta una casa… ¡de este tamaño! Si yo intentara eso acabaría tirada por el suelo con dolores de cabeza. “Quizá… quizá en algún momento sea buena idea preguntarle si podría darme unas clases extras”  Ikki era mi tutor, pero eso no me impedía aprender conocimientos de los otros profesores… ¿no?

La noche había pasado sin mayor problema. Con mi hora de sueño diaria ya estaba completamente descansado, por lo que me quedé haciendo guardia el resto del día, aunque sin servir para nada, ya que parece que nadie se había acercado al lugar, más que algunos aldeanos que, claramente, estaban observando una casa construida de la nada de un día para otro y que, dentro de poco tiempo, iba a volver a desaparecer... Siempre la liamos allá donde vayamos, de eso no hay duda

La comida estaba preparada cuando el resto de compañeros se levantó y se dirigió a "desayunar" aprovecho para hablar directamente con ellos

- Chicos, os comer algo para reponer fuerzas y nos vemos fuera. Tenemos un largo día por delante, así que no os retraséis demasiado.- miro a todos, algunos todavía con pequeñas heridas y cansados, pero en buenas condiciones de combatir si fuese necesario, por lo que mi preocupación se desvanece casi al mismo instante en el que llega. Pongo tono serio, cosa rara viniendo de mi y comienzo a explicar la posible situación a la que nos enfrentaremos- La formación cuando bajemos será simple... Solomon, Edvard y yo iremos en un primer plano, recibiremos cualquier cosa que se nos acerque y lo rechazaremos. Mune, tu guarda fuerzas en segunda línea junto con Lihl, apoyaréis al grupo ya que probablemente sois las únicas que podéis ver si alguno de nosotros es poseído o si hay algún problema sobrenatural en frente nuestra. Touda, apoyarás desde la línea trasera contra posibles ataques por la retaguardia y Arryken... Tu escóndete para que no detecten tu presencia... nos apoyarás desde el fondo si es necesario.- Concluyo mientras me dirijo a la salida de la casa, para esperarlos en el puerto y dirigirnos al puerto ahora que todos deberían estar listo.- No es una sugerencia. Tenemos que trabajar en equipo.- les espeto mientras abro la puerta pero, antes de llegar a esta, recuerdo que había hecho algo por la noche para Yuto, por lo que me doy media vuelta y, cogiendo dos pergaminos, cada uno enrollado en uno de sendos puros se los lanzo, uno a continuación del primero, para que los coja sin dificultad.- Hay un pueblo a dos días al oeste de aquí.- comento mientras le lanzo el primer pergamino- Entrégale esto a Rack, el herrero del pueblo. Es el único Jayán del lugar. Cuando lea la carga se encargará de que llegues sano y salvo a la academia. Este otro.- lanzándole el segundo.- es para MM. La rectora de la academia, entrégaselo a los guardias para que te lleven con ella, te explicará todo y tú decides lo que hacer a partir de ahí.- comento tranquilamente.- Sé que no te gustan las órdenes, pero si llegas de mi parte, todo será mucho más tranquilo que si vas por tu cuenta.- me doy media vuelta, abriendo la puerta.- y no abras los pergaminos. No los entenderías y no se fiarían de ti si no llegan sellados.- termino, saliendo por la puerta y esperando al resto en las proximidades del muelle

Salgo de mi habitación desperezándome para encontrarme con la gente comiendo e Ikki dando órdenes y yéndose ya por la puerta. -Pero qué prisa que lleva el señorito...- Voy hasta la mesa y me siento. El elfito mayordomo me sirve prolijamente un plato del cual me pongo a comer con delicadeza.
Siento la mirada de Lihl, me limito a sonreír cerrando los ojos sin prestarle mucha atención.

Me agota que me digan qué hacer, pero no me queda más remedio que seguir esas instrucciones. Solo unas horas no sirvieron para recuperar mis fuerzas al completo y estoy segura de que me va a faltar a la hora del enfrentamiento con aquel energúmeno.
Me habría gustado tomar un baño también. Me hace sentir un poco incómoda ya que no he tenido la chance desde que partimos de casa y eso me empieza a mosquear de a poco.

Acabo de comer y me bajo de la silla, mientras que le doy instrucciones al elfito de que mantenga la casa vigilada y limpia en mi ausencia.
Tras eso regreso a mi habitación a recoger mis espadas para ir fuera con Ikki.

Dos horas, eso fue más que suficiente para mi cuerpo entrenado. Como de costumbre, me aseé y vestí correctamente. Abajo me esperaba un buen banquete. - Sólo café, gracias. - Comenté a ese ser mágico.

Tras varios sorbos y esbozarle una leve sonrisa a la protegida de Ikki dado el escrutinio que realizaba, carraspeé un poco y miré al pelirrojo a causa de su plan. - Bueno, yo también me marcho, estaré esperando fuera. - Me levanté con educación y salí tras Ikki.

Justo tras salir de la casita mágica...

- Un momento Ikki... - Llamé la atención de mi compañero. - Es sobre tu... plan de batalla. - Lo miré. - Yo "no sé" luchar, así que no me parece buena idea que esté en primera línea. Creo que Edvard y tú sois más que suficientes. Yo os estaré animando. - Una sonrisa con ojos cerrados se vislumbró en mi rostro.

- Hace un buen día hoy... ¿Verdad? - Miraba al cielo como si nada hubiera pasado.

Arryken, que habia sido el primero en caer dormido, fue tambien el primero en levantarse, un rato antes del amanecer. Aprovecho ese lapso de tiempo para darse un merecido baño y cambiarse de ropa. Cuando estuvo listo, se dirigio al comedor y se sento en la mesa tras dar el buenos dias a todos sus compañeros.

Comio a sus anchas todo lo que le ofrecieron que fuera dulce, y hasta un poco de las cosas saladas: A pesar de su contextura mas bien menuda, el Fantasma de Solomon parecia tener un apetito que se podria esperar de Edvard o semejantes.

Escucho con una expresion de educado desinteres las instrucciones de Ikki. Estaba acostumbrado a el lugar que le asignaron, por supuesto: Siempre que no actuaba solo, su papel era el del as bajo la manga. Sonrio secamente cuando el tao dejo en claro que no era una sugerencia.

-Ah, debo ocultarme en un lugar desconocido a kilometros de la superficie, cortado de toda ayuda si llegan a encontrarme y con la presion de ser el ultimo en actuar... Tan dificil trabar bajo estas condiciones! dio un largo sorbo a su taza de cafe, se limpio delicadamente y dio un resoplido teatral El escenario que me ofreces esta muy por debajo de mis talentos, pero supongo que debo elevarlo. Sea, entonces.

Siguio comiendo hasta que Ikki y Solomon se retiraron. Dio las gracias a Mune y su pequeño mayordomo por la hospitalidad, pidio permiso a sus compañeros que seguian comiendo y tambien emprendio camino con el resto, con las manos en los bolsillos del delicado abrigo de terciopelo azul.

Los agentes se van personando en el comedor a su correspondiente ritmo. Algunos más madrugadores que otros, encaran la tarde como si acabara de amanecer, llenando sus estómagos mientras ponen en orden y conocimiento cómo afrontarán el futuro próximo.

Los minutos pasan por decenas y, pese a que ya se encuentran preparándose para partir, la persona elegida para “encabezar” la operación no termina de aparecer. Ikki, consciente de que no tienen tiempo que perder, pone en conocimiento de todos el plan a seguir antes de abandonar la habitación, precedido por otros tantos. Tras cerrarse la puerta de entrada por tercera vez, comienza a escucharse el sonido de las pisadas de un gran hombre, en el sentido más gráfico del término, bajando las escaleras del piso superior casi arrastrando los pies. Para cuando dobla la esquina y se expone a los rayos del sol, pocos quedan para ver una imagen que transmite de todo menos confianza.

Edvard, desde lo alto, repasaba los rostros de sus compañeros con los ojos entornados, molestos por el cambio de iluminación. La forma de la almohada todavía está presente en su pelo, y en su camisa pueden observarse una serie de lamparones secos que van a juego con el hedor a alcohol que desprende. Con desgana, desciende los últimos escalones.

Buenos días. –dice con un tono más bajo de lo habitual, dejando claro también que no es consciente de la hora que es.

Siendo estas sus últimas palabras, se acerca a la mesa. Tras un rápido vistazo a los platos, echa mano del pan, tomando un par de rebanada, y se adueña seguidamente de un tarro de mermelada a medio gastar. No llega a tomar asiento, pues tras decidir su desayuno se va directo hacia la puerta de salida mientras vierte el contenido del bote sobre el pan, para finalmente acabar con unos pocos bocados.

Cuando me pongo en marcha para seguir a Ikki noto que Lihl se me acerca, pero sale corriendo. Alzo una ceja y me encojo de hombros para seguir caminando, hasta que poco después llega la niña de nuevo.
Que le enseñe... qué exactamente..? Ah.

Siendo casi una cabeza más bajita que Lihl alzo la vista para mirarla a los ojos con altivez. -Sería un gusto, pequeña. Me llena de emoción que vengas expresamente a pedírmelo.
-Pero hablaremos de eso luego en la academia, sí? Ahora no se dan las circunstancias como para charlar sobre eso.

Dicho esto me acerco a Edvard y le explico lo que Ikki había dicho. -Solo habló de la formación, pero no dejó claro un curso de acción a seguir. Creo que pretendía ir de frente... Eso no me parece muy sabio.
-El pequeño Arry podría hacer un reconocimiento de la zona y así preparar un plan de infiltración más sutil.

Nada te impide sugerirlo antes de que nos sumerjamos. –contesta, quizá con una simplicidad excesiva, a la valoración de Mune.

La brisa de aire fresco parece alejar con rapidez la somnolencia que el grandullón cargaba antes de abandonar la casa. El olor de los restos de licor aún lo acompaña, pero eso es algo de lo que se encargará el agua del mar muy pronto.

Nuestro primer día aquí ha sido un completo desastre. No tardamos ni dos horas en separarnos y empezar a actuar por libre, nos han encerrado, torturado, controlado nuestros actos, y uno de los novatos ha muerto porque nuestro trabajo ha sido un espectáculo lamentable.

Lo tenemos todo de nuestro lado; guerreros experimentados, magia de gran poder, un asesino invisible… Ikki solo trata de poner un poco de orden porque no confía en que yo cumpla con esa parte de mi labor, y porque sabe que no tendremos ninguna excusa con la que cubrir nuestras vergüenzas cuando informemos a la rectora de los resultados. Pero por muy buenas intenciones que tenga no deja de ser quien es y optará por la confrontación directa aunque esté equivocado, ya que es en el mano a mano donde se siente más cómodo.

El ejercicio de autocrítica que Edvard realiza abiertamente contrasta mucho con lo tosco de su forma de ser, de la cual se podría esperar una actitud muy diferente tras lo ocurrido. Está visto que lo más fascinante de empezar a conocer a alguien es que de vez en cuando te sorprende.

Háblalo con ellos cuando nos reunamos, estoy seguro de que estarán encantados de oír de tu boca algo que no sean quejas o maldiciones hacia el cobarde al que nos enfrentamos.