Partida Rol por web

-Si hay algo que me desagrada totalmente, es el desorden, y eso lo sabes bien, Ikki Shio.- Uso el dorso de la mano para cubrir mi boca y susurrar algo al hombre que está a mi espalda sin voltearme. -Convertiré a este espécimen de la jungla en un caballero respetuoso y civilizado.
-Al menos tengo mucha más chance que tú en convertir a la pequeña en una artista marcial potente como nuestro estimado~ Porque es eso lo que tienes en mente, no es así? Me extrañaría si no lo fuera.
Suelto otra risita burlona. -Si quieres podemos apostar~

Una vez terminadas las presentaciones, la Directora guarda los documentos en un cajon y se levanta. 

-Bueno...-mira con algo de tristeza como el ambiente en la sala se vuelve casi hostil, aunque no dice mas al tema-No todos reaccionan de la misma manera a una cambio de ambiente. Comprendo que par algunos les sea mas dificil adaptarse a este nuevo entorno, pero espero que algun dia podamos estar todos de acuerdo en que somos una gran familia-aunque no mira a nadie en particular, sus palabras parecian dirigirse a Touda y a Neku Deku, que parecian los que mas les iba a costar adaptarse

-Y ahora-vuelve a sonreir-toca el momento de la asignacion de vuestras habitaciones-abre la puerta del despacho y os invita a seguirla.

Aunque el castillo estaba construido a partir de una montaña, las paredes de los pasillos y las habitaciones estaban muy bien trabajadas, ademas, gracias a los bellos tramos que estaban cubiertos por hielo magico, la luz penetraba a traves de los muros, dando la luminosidad adecuada para sentir que se estaba caminando por el exterior de la montaña, no el interior

Por los pasillos se pueden ver, ademas de singulares esculturas de posiblemente antiguos alumnos, a los demas habitantes de la Academia, diversidad de seres, no solo humanos, que, junto a la Directora y los demas profesores, apoyan la idea de un mundo mas unido, sin problemas entre las demas razas.

Al cabo de un pequeño paseo en el cual visteis, entre otros seres "fantasticos", un ciclope de piel azul, llegais a las Habitaciones, el lugar que, a partir de ahora, podeis considerar como "vuestro"

Todas las habitaciones eran mas o menos iguales: dos grandes salas separadas unicamente por un modesto muro que no cubria toda la pared. En ambos lados, de forma simetrica, habia una cama, un escritorio, muebles para la ropa y objetos personales y una puerta que daba a un baño. La unica y principal diferencia era que el suelo, de baldosa pulida, era de dos colores, dejando el suelo blanco para los alumnos y el negro para profesores. 

-Por ahora, nos separamos-indica la Directora-Os dejo un rato para que vayais revisando que vuestras cosas estan en su sitio y para que aquellos que lo consideren apropiado-mira a las chicas-puedan imponer algunas normas para facilitar la convivencia

Tan pronto como escucho cerrar la puerta detrás de mi empiezo a observar toda la estancia con la mirada."Mejor que cualquier cosa que pudiera haberme imaginado"

Me acerco y abro el armario con cuidado. "Demasiado espacio para tan pocas pertenencias" Pienso al depositar mi bastón en interior, cierro las portezuelas mientras doy un leve suspiro de resignación.

Dirigiéndome hacia el otro extremo de la habitación paso cerca de la cama sobre la que dejo caer mi bolsita cargada de libros y continuo hasta llegar al escritorio, poso suavemente la mano con miedo de que todo desaparezca como en un sueño. "Supongo que las épocas de aprendizaje autodidacta acabaron..." Tras este pensamiento recuerdo que no estoy sola ,Ikki esta al otro lado del murete, no entiendo porque a diferencia de otras personas, no me siento nerviosa con él.

-Supongo que aquí es donde comienza de nuevo todo.- Comento mientras me siento en la cama, mucho mas cómoda de lo que esperaba, y rebusco en mi bolsita un libro en específico, mi diario, "No entiendo porque sigo escribiendo esto, esta plagado de malos recuerdos y nunca lo consulto..." agito la cabeza y comienzo a escribir de manera metódica.

Terminadas las presentaciones, MM nos lleva a nuestras nuevas habitaciones. Me habían dicho que ya se encargarían de llevar mis pertenencias, las que realmente son muchas, así que espero que al menos hayan ordenado un poco mis papeles, y el paquete que tengo sellado por la directora siga igual de sellado, como había prometido en su para ser yo el único que pueda ver los secretos de mi difunto maestro.

Acompaño a Lihl hasta su habitación, para que se encuentre más tranquila. Le abro la puerta y ella cruza el umbral "Qué pocas cosas tiene... pero eso va a cambiar"- pienso tranquilamente- "Acabará el año con más recuerdos de los que pueda acumular aquí".- Cualquier cosa me encuentro al lado Lihl.- le comento con voz reconfortante, para que no se sienta nerviosa.- Eso sí, procura cerrar la puerta cuando no estés visible, estamos bastante acostumbrados a entrar sin llamar si hay alguna urgencia, y no será la primera vez que ocurre una desgracia.- termino con una risotada mientras cierro la puerta tras ella y me dirijo a mi propia habitación

A continuación entro en mi propia habitación. "Esto está hecho un desastre. Sería mejor haberme traído yo mis cosas". pienso mientras observo que han dejado todos mis libros y manuscritos en montones en el suelo, dejando la estantería para mi biblioteca personal completamente vacía. "Bueno, al menos tendré el honor de ordenarlos a mi propio gusto. Hay que ser optimista!!" Lo primero que hago es dirigirme a coger los manuscritos de mi maestro para guardarlos a buen cuidado cuando, desde el cielo, una brillante luz me ciega y un pequeño rayo, sin fuerza pero igual de veloz, caiga justo delante mía, pegándome un susto de muerte, tropezando con los libros y cayéndome al suelo, sepultado por las pilas de libros a mi alrededor.- Joder!! Quién demonios ha hecho esto? Me lo cargo!!!.- grito mientras me voy quitando libros de encima.- Dios...- Suspiro mientras enciendo el puro que tenía en la boca y observo a mi alrededor, desde el suelo- que desastre. Ordenar esto me va a llevar horas!!

Mientras nos dirigimos a nuestras habitaciones, y por supuesto con Lihl cerca de mí, me acerco a Al'Amune y le hablo al oído

- Sabes que me encanta apostar Mune, pero en este caso no podemos hacerlo.- le espeto con tono tranquilo.- Nuestro trabajo aquí es orientar a los jóvenes y animarlos dentro de sus capacidades. No la voy a transformar en una artista marcial, aunque mi dominio sobre el poder interno puede ser bastante útil para potenciar sus habilidades innatas.- de repente, cambio mi tono de voz a uno más burlesco que otra cosa.- y lo de transformarlo en un caballero respetuoso...- la observo detenidamente de arriba a abajo.- siento tu su maestra, hasta lo dudo.- suelo una risotada, y vuelvo a mi misma posición de antes y nos separamos en nuestras habitaciones

Terminando ya de escribir las ultimas líneas en mi diario escucho un estruendo seguido de un grito en la habitación de al lado "¿Pero que demonios?" me pongo en pie y me dirijo hacia la habitación de Ikki.

Me asomo con cierta timidez y observo la sala, no veo a Ikki hasta que bajo un poco la mirada y lo encuentro medio tumbado en el suelo apartando libros de su alrededor con actitud desdeñada mientras una pequeña voluta de humo sale de su puro encendido. "Bueno una ventaja de no tener cosas es que no tienes que colocarlas" sonrío para mi misma "Supongo que no estaría bien dejarle de esta forma"

-Esto...¿Necesitas... quieres algo de ayuda?.-le pregunto entrecortadamente. Hay una gran cantidad de libros en el suelo sin colocar."No tengo nada que hacer y entre estar sentada en la cama sin hacer nada y esto..." Voy a agacharme a recoger uno de los libros que están mas cerca de mi antes de que responda cuando me empiezan a entrar dudas. "Quizá no quiera que toque o vea sus cosas" El fugaz pensamiento recorre mi mente dejándome congelada en la entrada de la puerta.

Oh Lihl- me sorprendo al ver que se asomó por la puerta y me elevo sobre los libros, sin tocar el suelo  hasta encontrar un lugar limpio, sin ningún libro que pisar, en el que posar mis pies nuevamente.- Espero no haberte asustado... Parece que alguien me ha gastado una broma de mal gusto.- Comienzo a poner en pilas otras vez los libros cuando observo que me quiere ayudar, pero algo le impide hacerlo. "¿Y ese gesto? ¿Todavía es tan vergonzosa?".-  No voy a pedirte que me ayudes con este desastre, pero tampoco te lo impediré eh!.- exclamo con una sonrisa después de exhalar el humo del puro, echándolo al techo, para molestarla lo mínimo posible.

Comienzo tranquilamente a recoger los libros, en los cuales se puede ver que hay una gran variedad de idiomas; casi todos los hablados y escritos en el continente, sea dicho, cuando vuelvo a ojear a Lilhl.- Como tu tutor, estos libros también serán tuyos y podrás cogerlos cuando quieras, así que no seas tímida si alguno te interesa, aunque no sé si entenderás la mayoría de los idiomas en estos.- cojo alguno de las traducciones al latín que tengo de diversos libros sobre magia.- Este es una de mis traducciones para la academia, aunque dudo que tenga algo que desconozcas.- continúo mientras se lo tiro a sus pies y que pierda ese nerviosismo

- De todas formas, tenemos que aprovechar este tiempo para conocernos un poco, así que ayúdame, o coge asiento en el sofá, lo que prefieras.- espero a que decida alguna de las dos cosas, aunque sigo hablando.- no dudes en preguntarme cualquier cosa que quieras, pero primero empezaré yo ¿Cuáles son tus habilidades reales?- le pregunto sin tapujo alguno.- Conozco tu Don, pero cada hechicero es diferente... ¿Qué tipos de hechizos conoces y cuales te gustaría conocer de aquí en adelante?

Edvard observa la escena desde la distancia. Al parecer los comentarios de uno de los chavales han encendido los ánimos de más de uno aunque, dejando a un lado que sus formas pueden no haber sido las más correctas, no le falta razón en parte de lo que ha dicho. La universidad es una jaula cuyos barrotes la separan de la violencia del exterior y el aprendizaje al que serán sometidos es en gran parte de los casos un entrenamiento físico y mental que tiene como objetivo capacitarlos para sobrevivir ahí fuera y saber actuar para librar a los inocentes de su tormento. Si esta labor pudiera cumplirse usando monos, se amaestrarían monos. En otro orden de cosas, él ya ha cumplido con su cometido de hacer saber a todos los errores que no deben cometer, las reacciones al respecto le traen sin cuidado.

La reunión avanza y llega el momento de mostrarles sus aposentos. Se hace a un lado dejando vía libre para que la jefa prosiga con la “visita guiada”, saliendo del despacho una vez todos han abandonado la estancia, cerrando de esta forma el grupo.

De pareja en pareja, son guiados a través de los luminosos pasillos hasta sus habitaciones. Edvard no hace comentario alguno, limitándose a seguirlos hasta que el último de los dúos llega a su parada, permaneciendo junto a la directora cuando la última de las puertas se cierra.

Acabada la “ceremonia”, parecen volver a él las ganas de hablar ahora que no se encuentra rodeado de estudiantes de corazón sensible y, en algunos casos, ignorante.

Cuatro novatos de una sentada eh… hacía bastante que no montabas un reclutamiento tan amplio, ¿Hay alguna razón para ello o es solo que no había ruido suficiente en los pasillos? –pregunta a MM mientras la acompaña por los corredores hasta su próximo destino.

Cojo el libro que ha lanzado a mis pies y paso las paginas con cierta soltura, momento despues lo dejo apoyado un una esquina del escritorio y empiezo a colocar los libros cuidadosamente mientras voy mirando todos los titulos y empiezo a hablar.
-Durante un tiempo tranquilo de mi vida, justo tras conocer que poseia el Don, me instruyo un maestro Onmyoji.-Suspiro al recordar a mi antiguo maestro.-Me enseño muchos hechizos relacionados con el aire, alguno parecido a lo que acabas de hacer, levitar.Mas tarde, durante mi entrenamiento mi maestro tras pedirme que hicera un par de conjuros que no eran habituales me entrego un libro de creacion asegurandome que no tendria mucho problema en asimilarlo, comence a leerlo por encima y por alguna razon, segun leia el libro, sus palabras se quedaban en mi mente.-Me doy cuenta de que he terminado con una pila de libros y empiezo con la siguiente.

-Respecto a que hechizos conozco en general... cuando estaba aprendiendo mi pensamiento era ayudar a...-dejo la frase a medias tras la aparicion de un torrente de emociones al recordar mis antiguos compañeros.-Bueno, los hechizos que mas utilizo son para mejorar cualidades o ayudar, aunque tengo algunos en caso de combate.

Empiezo a dudar de si continuar hablando, pero despues de todo si no lo digo ahora quiza pueda traer problemas en momentos criticos.-He añadir que mi maestro me instruyo en los teoremas de los onmyodos en vez de de la manera normal... puedo crear los ofudas en pocos minutos pero necesito tenerlos preparados antes porque... bueno, mas de una vez me he encontrado en problemas por no tener un ofuda preparado...-en esos momentos recuerdo la discursion en la sala de la directora sobre al actitud de uno de los alumnos,"¿que habia dicho Ikki? ¿de actuar rapido puede depender la vida? ¿Fueron esas las palabras que uso?, creo que era diferente pero el significado era ese"

Empiezo cada vez a sentirme mas nerviosa e intento seguir hablando para convencerme a mi misma de que soy util.-Tengo algunos hechizos buenos, que me han salvado en mas de una ocasion, puedo teletrasportarme a sitios lejanos...-"Aunque esto me deja tan fatigada que despues no puedo lanzar casi ningun hechizo mas..."- Tambien puedo lanzar un escudo que me proteje todo el dia, tambien ...-Empiezo a balbucear conjuros que conozco con nerviosismo para intentar no parecer una inutil y ser expulsada del lugar.

Me detengo abruptamente mientras miro a Ikki "Y ahi va, fue tan bonito mientras duro" empiezo a pensar mientras se me empiezan a humedecer los ojos.

Eso es increíble!!- exclamo con una sonrisa mientras acaricio la cabeza de Lilith al parecer que va a empezar a llorar.- Yo lo mas molón que sé hacer es dar patadas y cargarme edificios!!- suelto una estruendosa carcajada, recordando alguno de mis primeros entrenamientos en la academia; antes de decidir que era mejor hacerlo en el exterior.- Bueno, aunque también puedo cortar cosas, ahora que lo pienso.- en ese momento, lanzo el puro, que se encuentra consumido por la mitad, al aire y, con un ágil gesto y dando una vuelta en el aire, giro mi pierna y, pasando la pierna a unos pocos milímetros del puro, este parece cortarse como si de una cuchilla se tratase, cayendo la colilla todavía encendida al suelo y recogiendo el otro trozo, dejándolo de nuevo en mi bolsillo para terminarlo después

- Mierda, mierda, mierda!! Los libros!!!- grito mientras intento apagar el sobrante que acabo de cortar, al darme cuenta que puedo causar un incendio.- Otra vez no, por dios!! La directora me mata!!.- con un par de pisotones, consigo extinguir la colilla y sacar los libros ligeramente chamuscados, quedándome mirando hacia Lihl- Este será nuestro secreto. Vale?- termino con una amplia sonrisa

- Veo que tu magia es principalmente lo que yo llamo "magia de apoyo". Es muy interesante, y es realmente perfecto para preparar diferentes situaciones.- Añado para tranquilizarla un poco más, ya que sigue pareciendo nerviosa.- Aunque el Onmyoji es algo... complicado, estás en una buena organización para tu estilo... Supongo que lo primero que tendremos que hacer será encontrarte un almacén zeonico, ya que tengo entendido que tenéis un problema en cuanto al tener que preparar los hechizos...- Hago una pequeña pausa, contemplando las diferentes posibilidades.- Hazme una lista de tus hechizos: los que te gustan, disgustan, te gusta utilizar, no te consumen mucho Zeon en comparación a tu capacidad... esas cosas. Así pensaremos en los que deberías tener preparados siempre de antemano. El resto dependería de cada misión, por supuesto.- termino revolviéndole un poco la cabeza y siguiendo ordenando los libros, hasta que me doy de cuenta de una cosa.- Todavía no me has preguntado nada... No tienes interés en saber algo sobre mi? Vamos a vivir juntos, después de todo

La mujer, que estuvo con una sonrisa todo el tiempo, muestra ahora un rostro algo triste y precupado

-Edvar... se avecinan tiempos dificiles...-de un bolsillo, saca un pequeño pergamino, no se puede distinguir lo que pone, pero si el sello que lo mantenia cerrado: Tol Rauko-Nuestros aliados del Mar Interior nos avisan que Sol Negro ha conseguido unos planos antiguos... de hace unos 900 años... Creemos que son los de la Maquina de Rah, de forma que si vuelven a construirla... -no puede terminar la frase. Lagrimas empiezan a mostrarse timidamente por su rostro

-Por suerte...-unos segundos despues, la directora se recupera un poco y prosigue-El Sol Negro no deja de ser un gran grupo de traficantes, por una buena suma de dinero es muy probable que podamos hacernos con esos planos sin tener que recurrir a la lucha, sin embargo... no hay garantias de que no nos vendan un mapa falso o que hayan hecho duplicados...

-Por el momento, Tol Rauko ha enviado a una unidad a tratar de negociar un acuerdo, pero si las negociaciones fracasan, hay que estar preparados, por eso he considerado oportuno un aumento entre nuestras filas... aunque sea prepaturo...

Según Ikki va hablando mis nervios se van despejando y acabo sonriendo. En el momento en el que Ikki corta el puro y veo las pequeñas quemaduras en los papeles palidezco pero me calmo al ver que no va a mas.

Después de la pregunta de cuales son mis hechizos preferidos se me enciende una idea en la cabeza que no dudo en realizar una vez que ha acabado de hablar.-Espera un momento ahora vuelvo.-Me dirijo a mi habitación, cojo mi bolsa y vuelvo a la zona de Ikki. Una vez en cerca del escritorio saco tres pequeños libros y un papel arrugado que no tengo muy claro si quiero enseñar asi que lo vuelvo a guardar.

-Esos dos libros son mis anotaciones sobre los conjuros que se, y en el tercero -Señalo un libro mas grueso y con hojas sueltas mas resistentes- son los conjuros que ahora mismo estoy manteniendo o que puedo usar.-Según hablo me voy sintiendo con mas seguridad y empiezo a enseñarle los ofudas del libro mientras voy diciendo lo que hacen- Este de aquí me permite esquivar ataques cuando lo uso, este otro me sirve para curar heridas- digo mientras cojo otro de los papeles- este es para... bueno, atacar si es necesario, lanza un rayo que puede hacer daño-Continuo mostrando y enumerando todos los hechizos ya creados emocionada, cuando me quiero percatar ya he descrito todos y me doy cuenta que llevo bastante tiempo hablando, mas tiempo seguido del que pensaba que podría hacer.

Acaricio los otros dos libros con cariño "de las pocas cosas valiosas que tengo" acto seguido miro a Ikki y comento- Esto... puedes verlos, pero... les tengo mucho aprecio y...-miro el bolsillo donde guardo el puro a medio consumir con una mirada llena de significado y dejo la frase a medias, creo que seria una falta de educación decir nada y por alguna razón pienso que los cuidara.

Vuelvo a ponerme a colocar los libros de Ikki cuando me acuerdo de su ultimo comentario "Preguntar cosas sobre él... pero ¿que seria correcto preguntarle?" hasta que recuerdo un comentario que formulo la directora.-¿Tu... tu también estudiaste aquí?-dejo caer la pregunta mientras por mi mente me critico a mi misma por no saber socializar "Esos dos últimos años dando vueltas por el mundo sin hablar con nadie y escondiéndome se están cobrando su venganza."

Escucho atentamente todo lo que me cuenta Lilith, mientras me enseña sus libros de apuntes ante hechizos sobrenaturales, hasta que quiere darme el libro y veo que tiene ciertas dudas en hacerlo.- No hay tabaco cuando esté con tus libros. Lo prometo.- y acto seguido cojo los libros y les hecho un ojo

- Es una decisión interesante de hechizos, aunque algunos de los que ahora dices estar manteniendo los dejaría como ofudas  para su uso cuando sea necesario...- comento mientras los ojeo y veo bien cómo actúan sobre ella.- por ejemplo, por qué no respirar ahora mismo? Es un gasto algo... no desperdicias tu poder al mantenerlo? Así como tener un escudo perfecto y una barrera de daño a la vez, o aumentar tu velocidad... viene bien para escapar, pero no es necesario tenerlo siempre ¿No?. Asumo que los utilizas inconscientemente por tus viajes, pero cuando sepas que estaremos un tiempo libres, estaría bien que pensases en guardarlos.- continúo leyendo los hechizos, hasta que una grandiosa idea se me ocurre.- Ahora que lo pienso... podrías utilizar el control sobre el aire para dejar vacío un área con enemigos, ¿verdad?, por qué no los utilizas como combo para situaciones peliagudas? Todas las criaturas necesitan aire, así como si lo incrementas podrías aumentar el fuego que pueda haber en la zona e incluso hacerlo explotar!!- Cierro los libros y acto seguido se los entrego de vuelta.- es una opinión personal, por supuesto.

Me pongo otra vez a recoger los libros, ordenándolos principalmente por categorías y dentro de estos también por idioma.- En cuanto a tu pregunta, tengo que decir que no.- contesto, completamente parsimonioso, aunque con un cierto aire melancólico.- Hasta hace poco más de dos décadas era un esclavo en un pueblo Devah, pero le caí en gracia a mi dueño, y me enseñó las artes marciales, así como, después de que el resto del pueblo se encarase contra él, me encargó ser el heredero de sus artes marciales.-  explico mientras le señalo un pequeño paquete cerrado con un sello mágico.- Desde ese día he recorrido el mundo con mi hermana, luchando por nuestras vidas, hasta que MM me encontró.- Una sensación de aire alegre pasó por la estancia, claramente proveniente de Ikki.- A diferencia la mayoría de los que trabajamos para MM, yo no he pasado por el trámite de "alumno". He pasado a ser un agente libre durante una década, y ahora, al haberte encontrado y traído, me han pedido que esté a tu cargo.

- En cuanto a mis habilidades, por si te las preguntas.- continúo, cambiando de tema al claramente haber terminado con la respuesta a Lihl.- Como sabrás, soy un Tao, pero mi fuerza radica en mi poder interno... lo que tu utilizas para canalizar tu Don, yo lo canalizo en mis golpes, pudiendo incluso utilizarlo para cortar, como has visto con el puro.- doy un par de golpes en el pecho, donde tengo guardado el resto de este.- Puedo volar utilizando mi ki, tocar y manipular diferentes energías que una persona normal no podría, y, la razón principal por la que estoy aquí y era un agente libre, es que soy un descendiente de los antiguos reyes humanos, los antiguos mandamases de la civilización perdida de Solomon. Aunque esa no es la única sangre extraña que corre por mis venas, pero eso es un secreto.- termino con una leve sonrisa mientras coloco el último libro.- Listo!! Al fin terminamos de ordenar los libros!!

Cuando Ikki menciona lo que estoy manteniendo y su gasto absurdo sonrío.-Mi antiguo maestro pensaba lo mismo respecto a mi manía de tener en constante uso los hechizos... hasta que me puso una prueba y estuve manteniendo 30 hechizos durante una semana sin notarlo en mis fuerzas. Siempre le sorprendió que me agotara mucho mas rápido teniendo que lanzar los hechizos y mas tarde interrumpirlos que mantenerlos de manera constante.Ademas seria un gasto de papel estar haciendo hechizos nuevos-le comento riendo mientras coloco el ultimo libro cercano.- Incluso si quieres podría mantener algunos conjuros sobre ti ahora, si quieres claro.- Añado sonriente.

Miro la habitación, mucho mas ordenada que cuando entre.-Respecto a vaciar una zona de aire, es una buena idea, y lo de explotar una zona...- Empiezo a recordar el suceso ocurrido hará un año al encontrarme rodeado de esclavistas y utilizar esa misma idea junto con un rayo, aun recuerdo los gritos agónicos y el fuego... El fuego quemando a los esclavistas de la misma manera que quemaron a mis compañeros esa noche fatídica hace dos años... Sucesos mas que necesarios para que, el que en un tiempo me había hecho sentir segura y entrar en calor, provocara en mi una reacción de pánico y terror.- Casi prefiero no hacer explotar cosas.- Sonrío intentando parecer convincente.

Empiezo a recoger los libros que traje cuando veo en al esquina del escritorio el libro que me había lanzado Ikki al entrar en su habitación, me acerco a el, lo cojo y leo el titulo *Teoremas magicos* "Puede ser interesante ver que otras formas de hacer magia hay aparte de la mia y la clasica" - Esto... Puedo tomarlo prestado ¿no?- "Reyes antiguos, Solomon" miro hacia los libros que hemos colocado, algún libro de historia tambien seria interesante, pero con este tengo suficiente, llevo tanto tiempo leyendo los mismo libros que este será como una corriente de agua fresca.

Mientras revisaba la habitación prestando principalmente interés en los muebles, mi interés se centraba en el espacio útil para guardar libros y otras pertenencias, pues para mí los libros significaban más que cualquier relación humana, mientras observaba lo que a partir de ese día iba a ser su habitación sintió la mirada de su profesor.
-Me gustaría saber su opinión sobre lo que dije en el despacho de la directora.-
Mientras le hablaba me ponía recto y le miraba a la cara.
-Me gustaría saber que piensa la persona que será mi mentor.-

Mantener conjuros sobre mi... suena interesante.- comento mientras me rasco la barba de dos días con semblante interesado y comienzo a balbucear, aunque claramente sonoro para Lihl.- Un escudo perfecto... podría ayudarme ante esos rasguños que me hago por esquivar tan justito; la vitalidad siempre es un punto a tener en cuenta, más resistencia ante mis adversarios; y la velocidad...- Mis ojos se iluminan ante la idea y el tono de voz ya se pone a un nivel más elevado del normal.- poder desplazarme al doble de mi velocidad.- agarro a Lihl de los hombros, completamente entusiasmado.- Sería una bala!!! ¿¿De verdad podrías hacerlo???

Nuevamente la suelto al darme cuenta que me he emocionado un poco de más, y vuelvo a coger la compostura.- Pues no diría que no, oye.- comento con una sonrisa, como si nada hubiese pasado hasta ahora.- Por supuesto que te puedes quedar el libro. Todo lo que hay en esta habitación ahora es tuyo también. ¿Qué clase de tutor sería si te niego los conocimientos a tu alcance?

Por otro lado, y por situaciones incómodas con otros magos... podrías realizar un ofuda con tu hechizo transporte automático?- pregunto con tono curioso.- Los hechiceros que se esconden detrás de los guerreros son un incordio... si pudiese llegar a él instantáneamente, las cosas se solucionarían mucho más rápido

Me quedo perplejo ante la idea de poder establecerme en una habitacion que considero de "lujo", aunque lo viese como un desperdicio, porque ropa... no tengo mas de lo que llevo puesto, y todo lo demas no quiero sacarlo de la mochila por si llegase a perderlo.

Me siento en la cama y doy un suspiro, estaba bastante cansado.El viaje había sido largo y mis piernas casi no querían responder.Sentado, empiezo a desprenderme de mi pesada armadura de piel de Manticora y dejo mis pesadas armas al lado de la cama.

Tras quitarme la armadura dejo a la vista una raida camiseta morada, bastante sucia y rota por la parte del abdomen dejando a la vista mis marcados músculos y una venda en mi brazo izquierdo, bastante marrón por el polvo tras el viaje.

Sin llegar a quitarme las botas, me incorporo y le hablo a mune.

-Mune, si incomoda tu estar, yo dormir fuera puedo.No importar yo.

Me quedo un momento en silencio y sin hacer mucho ruido voy al "Baño" para ver que mierda es eso.

Sonrío ante la expectativa de mi maestro.- Claro que puedo, velocidad, escudo y vitalidad- cito mientras saco mi pluma.- y temo por el mago al cual te aparezcas por su espalda- río divertida por la situación mientras me dirijo al escritorio y saco unas cuentas hojas.
-Supongo que no te importa que te los vincule ahora, así puedo ir ya recuperándome – comento mientras empiezo a realizar los ofudas.Pasados unos minutos saco un ofuda que ya estaba activo, desaparece en mis manos y continuo haciendo los siguientes

-Ya esta todo listo.-Comento mientras guardo los nuevos pergaminos en el libro y me quedo mirando el libro con los ofudas dentro. Al rato saco otro libro y empiezo a colocar con cuidado los ofudas de mantenimiento en el. "No seria buena idea que vaya sacando todos los papeles cada vez que quiera lanzar un hechizo"

Me levanto de la silla y en cuanto lo hago noto como me faltan las fuerzas.-Uy... creo que me he pasado...-Me tambaleo y me dejo caer sobre la cama en la que cierro los ojos y duermo apaciblemente hasta que soy despertada por megafonia.

Conforme íbamos todos caminando, nos íbamos separando, quedándose cada uno en su habitación correspondiente. Aunque no fuera la primera vez que recorría esos largos pasillos junto a un alumno, nunca me acostumbraba a la sensación de enseñar a alguien nuevo.

- Que agradable sensación. - Decía para mi mismo. - Es aquí. - Me detuve frente a su puerta y la abrí, dejándole pasar con cortesía. 

Permanecí en el lindero de la puerta, ésta ya se encontraba cerrada para intimidad de su propietario. Lo observaba, veía como iba dejando sus cosas y haciéndose al lugar. Estuvo y estuve en silencio, hasta que formuló sus preguntas...

- ¡Je! ¿Que qué pienso? - Sonreí. - Bueno, en un primer análisis creo que has sido bastante directo, tal vez un poco rudo, llegando a la ralla casi de la falta de respeto. Eso claro está, para aquel que no tenga entendimiento. - Comenté con calma. - No obstante... - Hice una pausa. Caminé con elegancia hacia una de las estanterías donde había un viejo libro desgastado. - El Caballero de la Armadura Oxidada. - Repetí el título del mismo en voz alta. - ¿Sabes? Cualquiera que mirara este libro jamás lo leería. Su tapa está rota, gastada y polvorienta, pero... - Pasé rápidamente las hojas de aquel libro deslizándolas con el pulgar. Al juzgar por mis ojos, casi podría parecer que lo estuviera leyendo al momento. Aunque eso sería una locura... ¿O no? - Si le das la oportunidad de conocer su contenido, puedes llevarte una sorpresa. - Cinco segundos tardé en dejar pasar todas las hojas y cerrar el libro.

Me acerqué al joven. 

- Estoy seguro de que el "libro" que estoy por leer será... interesante. - Mis palabras eran crípticas. Más no para aquel que tuviera entendimiento. - Bien, ahora descansa. Yo he de reunirme con el profesorado. Bye bye. - Una sonrisa antes de cerrar la puerta se había dibujado en mis labios.