Partida Rol por web

Maese Evard le acompañaré no comviene subestimar al enemigo.

Parece que mi plan fue apropiado por el resto de pasajeros del Noah y puesto en practica.

-No es que no aprecie el estar encerrado en un salon de entrenamiento, rodeado de personas que no conozco y bajo la amenaza de dioses vayan a saber que dijo Arryken cruzandose de brazos Pero me temo que tambien debo acompañarlos. Soy mejor a la ofensiva que esperando como un niño que ve como sube la marea.

Habia pocas cosas que el Fantasma de Solomon odiara que sentirse cazado. Aun antes de crecer y entrenarse en el camino de las sombras, el sentirse acechado era algo que no podia soportar. Los recuerdos de cuando era propiedad, oculto entre los escombros del barrio de esclavos, huyendo de ellos. De los amos...

Sacudio la cabeza con fuerza, tratando de alejar aquellos recuerdos.

-A quien acompaño? pregunto simplemente.

- Abrax, si vienes, tu conmigo.- espeto, corando directamente su comentario para ir con Edvard.- Argail acompáñalo. Lukas, tu también, serás su apoyo mágico en caso de necesidad.- continúo andando hacia la puerta, todas mis palabras están sonando a forma de orden, cosa que pocos de los presentes habían escuchado alguna vez, aunque los maestros saben que pueden opinar y cambiar mis decisiones si lo consideran más correcto.- Arryken, tu conmigo, necesitamos tus habilidades a distancia para la zona más importante. Mune, si estás en condiciones mágicas después de estos días también vienes conmigo. Serás nuestro apoyo mágico. 

Lihl, Xamd, os dejo la protección de aquellos que se quedan aquí, junto con Solomon. OS he enseñado lo que he podido durante estos días. Seguro que os conseguiréis apañar.- hago un leve gesto de despedida con la mano, todavía de espaldas y me pierdo en el primer cruce del pasillo, dirección a la sala de máquinas, siguiendo el paso que mis compañeros seran capaces de hacer.

Ikki imparte órdenes de cómo deben dividirse, sea más o menos correcto, y al parecer finalmente eran tres los maestros que irían a enfrentar al ser de la biblioteca. Tragué saliva, pensando en si había sido buena idea ofrecerme para ésta situación, pues aún yendo en una compañía tan formidable como eran el capitán y los maestros, los peligros no podían distar más de ser leves.

No me puedo echar atrás ahora. He aceptado por algo. Esa decisión debe ser mi foco. Me digo, y entonces comienzo a concentrarme. Junto ambas manos en una posición que, de no ser por la rigidez de los brazos, parecería de rezo, pero nada más lejos de la realidad. Si alguien me miraba a los ojos vería algo raro en ellos, parecían haberse quedado vidriosos. En efecto, en ese momento veía apenas lo junto para seguir andando, mecánicamente, tras la compañía. Debía realizar un relativamente potente, aunque no sabía si resistiría, pero me mantuve firme tratando de reunir toda mi concentración por el camino.

Al poco de comenzar a andar, separé las manos, una hacia arriba y otra hacia abajo, y una delgada línea surgió entre ellas. Sin detenerme en el camino, hice un intrincado diseño en el aire con las hebras de luz, haciéndolo parecer más un escudo arcano que psíquico, dando qué pensar sobre de dónde puñetas habría sacado los simbolitos. La triste verdad era que de cualquier lado, pues bastaba con que me hubieran llamado la atención en un hechizo o similar para que replicase lo más parecido que se me ocurriera. En cualquier caso, la barrera terminó por difuminarse en el aire, dejando sólo una leve alteración en los fotones como único testigo de su presencia.

Recibió las ordenes de Ikki con un asentimiento de cabeza. Al fin alguien organizaba la caza en lugar de permitir que cada uno fuera por su cuenta. 

Cuando digas. La experiencia era completamente nueva para él acostumbrado a trabajar solo; pero, si iba a permanecer en la academia la situación se repetiría a menudo. Debo hacer un esfuerzo para conocer a mis compañeros. Por el momento está iba a ser una buena oportunidad para ver como se las arreglaban en combate.

Fate mira con desconcierto a Roxius y Abrax, no parece que apruebe que vayan a la batalla, pero viendo que Ikki no se opone, lo deja pasar. Despues escucha su plan de formacion, al cual responde de la siguiente manera

-Permiteme una sugerencia:

Arryken y Abrax iran a la sala de mando-les entrega una llave-Dadas sus habilidades de subterfugio, podeis preparar una emboscada en caso de que vaya algun enemigo por alli. Enviare a Maia con vosotros, es la mejor cuando se trata de ataques por sorpresa

El resto  no es mal plan

Edvard, Argail y Roxius, a la biblioteca, respaldados por Asterope, su fuerza puede servir de apoyo o, en el peor de los casos, de escudo. Tratad de no romper mucho alli, ¿vale? Algunos libros cuestan una pequeña fortuna...

Ikki, Mune y yo iremos a la sala de maquinas, por el camino se nos uniran Alcyone y Merope. 

El resto se quedaran en la sala de entrenamiento, creo que con Solomon y Lukas deberia ser suficiente para protegeros, pero por si acaso enviare el resto de Maids a proteger este lugar.

Las chicas comparten  su conciencia y habilidades entre ellas, asi que si hablais con una, puede transmitir algun mensaje entre sus hermanas, de forma que todos los grupos estaran comunicados ¿Alguna pregunta?

Mira a Ikki, como disculpandose por alterar su plan, pero con esta formacion opina que las probabilidades de exito aumentan ligeramente.

Emprende la marcha sin el menor de los miramientos. Mune, Lukas, Argail, incluso la pequeña Lihl sería una compañía lo suficientemente apta como para cubrir esa incógnita voluble a la que llaman “Magia”, tan odiada por él, y al mismo tiempo tan necesaria para asegurar que todo lo que pueda salir mal no ocurra.

El viejo conserje abandona la estancia a ritmo suave… o a lo que él llama suave. Tras atravesar un par de pasillos, llama su atención el sonido de pasos pesados a su espalda, demasiado como para pertenecer a los compañeros que tenía en mente, y no vienen solos. Intrigado, se gira para poner cara a su compañía, sin poder evitar que sea la suya la que cambie al descubrir tras él a un grupo bastante más amplio de lo solicitado. Por no hablar de que le han cambiado al novato que se ofreció a acompañarlos.

¡¿A qué venís tantos?! No necesito este regimiento de apoyo contra un media hostia del noveno grado –exclama hacia Roxius y la más grandota de las sirvientas.

Pensándolo mejor, no era del todo errónea la presencia del canijo. Después de todo, no le vendrá mal una experiencia de campo si es que es consciente de que tendrá que vivir para llegar a aprovecharla. ¿Pero aquella muñeca enorme? Casi resulta ofensivo que venga a robarle el trabajo, pero aun así todo parece indicar que tendrá que aguantarse y trabajar con ella.

Bien, hagamos que esto sea sencillo. No sabemos de lo que será capaz el enemigo, por lo que necesitaré algo de cobertura mágica… por lo que pueda pasar. Si pudieras interceptas sus ataques con una de esas barreras, podría volcarme en la ofensiva sin reservas y tumbarlo con mayor rapidez. –comenta principalmente a Argail recordando lo que ha estado probando estos días en sus entrenamientos con Lukas, sin dejar de avanzar.- Tampoco estaría de más que alguno de vosotros lanzara un primer ataque a distancia, así podré ver la forma en la que se defiende y sabré por dónde cogerlo. Lo demás es simple… sobrevivid.

Segundos más tarde cae en la cuenta de algo, volviendo a dirigirse al vagón de carga.

¿Alguno de vosotros puede detectar la posición del enemigo?

Durante todo el tiempo que había pasado desde que habían descubierto el amasijo de carne en el que se había convertido Klaus hasta aquél momento en el que se dividían para seguir cada uno su camino, Rikimaru no había abrierto la boca. De hecho, casi se podía decir que había estado en otra parte. ¿Por qué le había afectado tanto aquello? No conocía de nada a aquél chico. ¿Era por Xamd? Era cierto que aquél muchacho era un pesado, pero le caía bien y en cierta manera, ver como se había enfrentado al cadáver triturado de "su mejor amigo" le trajo recuerdos que creía enterrados.

Despejó su mente y dió un paso hacia su maestro, del que no se había separado casi en ningún momento.

-Maestro Arryken. Capitán- dijo muy serio -Me gustaría ir también a la sala de mando...- concluyó agachando ligeramente la cabeza.

Contad con ello Maese Evard, por cierto ¿requeris de algún tipo de potenciación?,de la detección no os preocupeis yo me encargo.

Roxius ¿no?, no os expongais, actuad con cabeza y buscad vuestra oportunidad, muchas veces es mejor correr un día pra volver a luchar al siguiente, morir inutilemnte os hace un flaco favor a vos mismo y a la academia. 

Mientras hablaba apenas si se han movido los musculos de su cara, y no ha hbído la más minima alteración en su rostro.

Tras avanzar detrás del veterano combatiente, éste se gira mirándonos con una cara rara y retrocedo medio paso ante el ímpetu de Edvard. Por lo que decían, no aceptaba alumnos y al parecer era algo seco, así que desconocía la clase de reacciones que podía tener. No obstante, medio paso no me iba a servir de una leche si es que decidía darme un capón, pero la figura del maestro era tan imponente que me provocaba esa clase de reacción instintiva.

- Esto... el capitán... -digo, señalando hacia atrás, como queriendo justificarme.

No obstante, parece que ambos aceptan que no es tan mala idea que venga, así que suspiro algo aliviado. Aunque no mucho, porque el combate se presentaba igual por delante nuestra.

- Yo... En verdad nunca he sido un combatiente muy versado, y siempre que me he tenido que enfrentar a alguien de quien no podía escapar, contaba con el hecho de que mis capacidades psíquicas son invisibles para la mayoría. -comento con cierta turbación- En lo que puedo ayudar... Creo que ese ser estará distraído con ustedes dos, maestros, y con Asterope -dije señalando... no sabía si era hombre, mujer o qué clase de cosa era, ni tampoco si tenía alguna clase de título, así que usé el nombre para evitar más jaleos- así que yo puedo aprovechar para reunir mi energía y lanzarle un único pero potente golpe. En principio podría comenzar a reunirla ya, pero necesito concentración y eso me haría caminar más lento. -explico- Así pues, mejor empiezo una vez allí y contaré con poder ganarle la espalda en algún momento para emplear todo mi poder en eso. -concluyo, dejando claro mi propio "plan de batalla" de antemano para que tuviesen una idea de mi capacidad.

Arryken miro a Rikimaru con expresion neutra, como si lo estudiara durante un segundo. Luego se encogio de hombros.

-Capitan, Rikimaru es un excelente operador. Realmente preferiria que tambien venga conmigo y aprevechar su especialidad en esto.

No conocia a Abrax y, aunque estaba seguro de que era un joven brillante, en este tipo de situaciones en que no tenia un poco de inteligencia de antemano sobre el blanco, preferia contar ademas con alguien de quien conociera sus limites y puntos fuertes. Y por encima de esto, seria una estupenda oportunidad de aprendizaje: Cuantos alumnos alli en la Academia podian presumir de haber visto al Fantasma de Solomon actuar?

Tenía que reconocer que la opción del capitán era la que mejor se adaptaba a sus habilidades. Nos vendría bien alguien de su experiencia. Dijo cuando Rikimaru se ofreció a acompañarlos. Bueno en realidad serían ellos quien lo acompañaran a él.

Aunque no iban a hacer nada más que una comprobación de que todo estaba correcto era una primera oportunidad para trabajar en equipo y ver a los demás en acción. Al menos un poco de tensión le aliviaría el aburrimiento de los tres últimos días. 

Tengamos cuidado, aunque sólo se hayan detectado dos, podría haber más. Probó que su espada salía con facilidad de la funda listo para dirigirse a la sala de mando.

-No.- Les respondo secamente a Ikki y a Fate, tratando al segundo de tú. -No voy a dejar a mis alumnos al cuidado de este payaso. Es peligroso y no creo que sepa protegerlos como es debido.- Me acerco a Lihl y a Xamd y me coloco entre ellos y Solomon. -Incluso puede que él mismo necesite ser protegido.- Lukas tampoco me da mucha tranquilidad. en situaciones como esta prefiero permanecer junto a los niños en todo momento, prefiero que si algo les pasa, la culpa sea mía y no de otro, porque si así lo fuera, pobre de ese otro...

-Me quedaré con ellos e iré a la sala de entrenamiento, y crudo va a ser el fin de lo que se encuentre conmigo en ese sitio.- Empiezo a caminar hasta el teletransportador. -Si les pareció demasiado morbosa la carne picada se nota que me han conocido por poco tiempo, pequeños. Ahora síganme.

La otra razón es porque me gustaría verlos a los dos desempeñarse en un combate de verdad. No pienso intervenir a menos que sus vidas corran verdadero peligro.

Las palabras de aquel amasijo de carne la cual movía la boca haciendo sonidos guturales e inconexos no pasaron desapercibidos para mis oídos. La miré, como si no hubiera ofendido a mis sentimientos, y así era, pues, al fin y al cabo, mi super poder era ignorar y debatir por completo con cierto tipo de individuos.

- ... - Una pausa, cruce de miradas, una eternidad fraccionada en milésimas de segundos. - Sí, la señorita Al´Mune lleva razón, es posible que yo sea demasiado débil y no pueda protegerlos, siendo un posible estorbo en un peligroso futuro para con nuestro invitado sorpresa. - Hice gala de autocrítica. - Más... no creo que suceda del mismo modo por parte del señor Von Schicksal. - Lo miré, y sonreí confiando en sus capacidades.

Observé a los que aquella chiquilla se había mencionado. Esperé respuesta, posiblemente, como siempre, no le negarían sus caprichos, rompiendo cualquier estratagema anteriormente formulada, por muy absurda que fuera. 

- ¿Y bien capitán Fate? ¿Está de acuerdo con la señorita? - Mis palabras se dirigían hacia él, mientras con elegancia, mi diestra, señalaba con educación a aquella cosa. - Yo estoy de acuerdo con ella. - Mentí. - Si ella está aquí me sentiré más a salvo, todos. - Mentí. - Su poder es muy superior al mío, empequeñeciéndolos en gran manera. - Como me gustaba mentir y sonreír.

Por un leve momento, mis ojos se volvieron a cruzar con los de aquella triste imagen teatral de clase B, y estos... brillaron de placer.

Arryken revoleo los ojos, visiblemente molesto. Ya estaba hasta el tope del ego de aquellos dos. No solo era una muestra de debilidad, sino que solo contribuia a desmoralizar a los estudiantes que estaban depositando, literalmente, sus vidas en sus manos.

-Podemos dejar la pelea de gallitos para cuando no estemos siendo cazados, por favor? pregunto con el ceño fruncido. Luego se dirigio a Fate Con vuestra venia Capitan, iremos yendo a la sala de mando.

Tras esto volvio hacia Rikimaru y Abrax. Volvio a inspeccionarlos durante un segundo.

-En marcha, equipo. Sigan mis ordenes y presten atencion. Es una excelente oportunidad para que aprendan una cosa o dos del Camino de las Sombras.

No salía de su asombro. Todo el mundo se creía con el derecho de poner en dudas las órdenes del capitán incluso en una situación de emergencia. Al menos Arryken estaba dispuesto a moverse en lugar de discutir la situación por enésima vez. La adrenalina empezaba a fluir por su cuerpo ante la situación. 

Te sigo.

En unos minutos se demostraría a si mismo de lo que era capaz de hacer. Además dejaría de oir como lls que tenían que dirigirlos estaban más ocupados alimentando sus egos.

La hora de la verdad había llegado, por fin se ponían en marcha. La inactividad de aquellos días le tenía un tanto desmotivado, pero la determinación de su maestro le animó un poco.

-Le sigo maestro- dijo poniéndose en camino junto a Arryken y Abrax hacia la sala de mando. Esperaba que una de esas cosas que debía aprender aquel día no fuera a enterrar a un compañero.

-No se preocupe por mi, goshujin sama, me limitare a observar desde atras, -dice la maid-  no le privaré de la diversion

Al cabo de una ligera carrera, llegais a la enorme sala de la biblioteca

Un enorme mar de libros, ordenados en diversas estanterias, decoraban la enorme sala, que bien podria decirse que mide el equivalente de 3 plantas, pues, para aprovechar al maximo el espacio, se adaptaron las estanterias para que crearan alturas intermedias a modo de pasillos superiores, lo que creaba un pequeño gran laberinto de conocimientos de multitud de temas

-Bien-la maid se queda en la puerta, como bloqueando el acceso-yo vigilare que no salga nadie, podeis avanzar sabiendo que la retaguardia esta bien cubierta, pero recordad lo que dijo el Amo Fate: cuidado con los libros, son valiosos