Partida Rol por web

Mucha gente, había mucha gente en aquella fiesta. No era extraño, pues era un tornéo y era una gran oportunidad para conseguir contactos, aliados y todas esas cosas de la corte que no comprendía. No solo por mi nacimiento, sino porque el Dragón tampoco era un clan dedicado a la corte.

Respiré hondamente. Aun sentía el alcohol por mi cuerpo, pero controlaba mis sentidos bien. Ufff, de los que hay por aqui, quien podría resultar interesante, o peligroso.... Barajé las opciones y me decidí acercarme a los samurai Mantis. Caminé hasta ellos tranquilamente y les salude cordialmente al llegar a ellos.

Konichi wa, Mantis-sama. Mi nombre es Togashi Soun.

- Konichi wa. Togashi Soun-san. - te dice el más joven de los dos. Mi nombre es Kitsune Retsu. ¿Qué os trae a este Castillo tan lejos de vuestras montañas?

Buen día, Kitsune Retsu-sama. Han querido los dioses que me encuentre en este tornéo, sama. Confesé con total tranquilidad y sinceridad. Realmente los motivos no los sabía, pero mi sensei había decidido que debía encontrarme allí. Tal vez deseaba que destacase, o puede que simplemente usase mis habilidades para otros menesteres. Fuese lo que fuese allí me encontraba. El destino de nuestras almas está marcado.

Que os trae a vos aqui?

- Como comprenderá Soun-san venimos a participar en el Torneo. - te dice

Así supongo, Retsu-sama. Admití al Mantis.

Claro que estas aqui para eso, Mantis, ¿no lo estamos todos? pensé para mi mismo, extrañado por aquella respuesta después de que él mismo me hubiese preguntado por mis motivos instantes antes. Aquello me llamó la atención, sobre todo después de los peligros que me había anunciado Mirumoto-sama.

Que sabéis de las gente de aqui, Mantis-sama?

- Konichi-wa Isawa-san. Mi nombre es Mirumoto Takeshi.

El hombre hizo un saludo y sonrió ligeramente a la mujer antes de apartar la vista de ella y fijarse en la reacción de los animales, que parecía positiva. Hizo un gesto a Torbellino para que se quedara sentado y estuviera tranquilo.

- Sólo quería asegurarme de que Torbellino entiende que debe estar calmado en presencia del gato.

Volvió a hacer contacto visual con la fénix.

- No querría que montara un espectáculo. En realidad podría ayudarme a cuidarlos, quiero decir, cuando tenga que participar en alguna prueba estaría bien que alguien los tuviera un poco controlados. Yo podría hacer lo mismo con su mascota, si usted está pensando en competir y no tiene ningún lugar donde dejarlo o dejarla.

-No se preocupe, cuidaré de sus compañeros cuando sea necesario- Observé cómo aunque en un principio Ame estaba recelosa, ahora se restregaba contra el perro. Entre gatos eso quería decir que marcaba a Torbellino como su posesión. Entonces arquee las cejas sorprendida. Ame comenzó a lamer al perro, en señal de amistad.

-Es increible-murmuro-pero perdone mis modales. Soy Isawa Niseika y esta es Ame. Encantada de conocerlo. -Seguí observando aquel extraño espectáculo-
Parece-comente mirando al dragón- que los animales son más civilizados que nosotros. Estas dos razas que "se odían" entre sí, estan estrechando lazos. Nuestros clanes deberían aprender de ellos

- La verdad. Voy a serle sincero. Este es mi segundo viaje fuera del Territorio Mantis. Solo sé lo que se dice por ahí de que este Torneo pretende ser un punto de inflexión en el conflicto Fénix-Dragón.

- Me enviaron para participar en el Torneo y de paso comprobar si eran capaces de conseguir esa paz y armonía tal y como nosotros vivimos con nuestro entorno.

El Mirumoto asintió ante las palabras de Niseiko.

- Los animales enseñan muchas cosas, Niseiko-san, sobre todo los más inteligentes. Nosotros las personas a veces olvidamos temas sencillos pero necesarios pues somos seres complicados que vivimos con leyes artificiales. El Dragón, aún así, es un clan que siempre ha buscado la sencillez y el pensamiento. Normalmente nos hemos llevado bien con ustedes los fénix, que sois grandes guardianes de conocimiento.

Observó cómo Takade jugaba a acercarle la cola a Ame.

- Yo, personalmente, no veo una enemistad inherente entre nuestros clanes, pero sí pienso que alguien puede querer enfrentarnos. De hecho creo que este torneo es una buena oportunidad para causarnos problemas. Es por eso que pienso estar alerta a todo. "El Dragón ve aun con los ojos cerrados".

Esbozó una escueta sonrisa.

- De hecho ya tengo sospechosos, pero sólo son eso, sospechas, que espero sean producto de una excesiva atención. Es muy pronto para pensar mal de la gente.

Paz? No sabía como pensaban conseguirla y menos con un tornéo en el que ellos se veían favorecidos.

-La Paz y la Armonía se pueden conseguir en épocas de paz, pero no siempre es así. Es un objetivo complicado y difícil aun en tiempos de paz.

Nada me gustaría más que poder volver a meditar sobre los picos de las montañas Togashi, sin el temor de que mis hermanos sean asediados y aniquilados.

- Sin duda alguna no es fácil encontrar la paz mas si se busca, con esfuerzo y sacrificio, se puede conseguir. - te dice.

No es necesario sacrificarse para gozar de la paz. Respondí con una sonrisa asomando entre mis labios. No todo era necesario a través del conflicto. Mucho ha de trabajar el ave para formar su casa, encontrar el sitio y lo necesario, pero cuando esta completa no necesita nada más y es feliz porque puede crear su familia.

- Evidentemente no me refería a sacrificio en el sentido literal de la palabra. - dice el joven Mantis.

- Cuando la casa está completa el ave necesita mantenerla en buen estado para que no se deteriore o se rompa. - continua.

y es feliz manteniéndola porque en ella vive su familia y su corazón.

La mantis era una persona rara y casi temía a que podría haber ido al tornéo. Sería mejor alejarme un poco y buscar al Mirumoto.

Mi corazón esta en mi clan y por ello me hace feliz servirles. Si me disculpáis... espero veros pronto sama.

- Seguro que nos vemos Togashi Soun-san. - dice mientras te alejas.

Lentamente me acerqué a Mirumoto Takechi. No había podido tener tiempo para encontrarme antes con él, y me llamaba la atención saber sobre sus sospechas y temores, además de como convendríamos participar en el Tornéo.

ME agacho para acariciar al perro y al mono y estoy un par de minutos en silencio jugando con ellos. ME encantan los animales. LEvantando la cabeza me dirijo a Takhesi:

-Enemistad no existe, pero lo que si es cierto es que hay unas tensiones que no alcanzo a comprender. Somos clanes hermanos, nuestras similitudes son más fuertes que nuestras diferencias y se me hace muy extrañas estas tensiones. De todos modos, no creo que sea bueno buscar a los enemigos en la gente cercana. Habitualmente suelen estar en nuestro interior.

Me levanto y miro fijamente al joven dragón.

-Aún así yo creo que hay esperanza. Y este torneo no me parece una mala idea. AL contrario, me parece que puede enseñarnos que hasta en el más brusco de los samurais late un alma con otras virtudes diferentes a las de la espada.

- En efecto nuestras similitudes son fuertes. Pero las virtudes del bushi están más relacionadas con la muerte que con el arte. El único arte para nosotros es quizá es el de la katana y los duelos, como han demostrado tantas veces los Grulla y los míos.

"Arte, eso es para la gente que tiene la vida resuelta y no viene a ser mi caso" pensó para sí el samurai. Al ver que se aproximaba el Togashi se apartó un poco para darle cabida.

- Konichi-wa de nuevo, Togashi Soun, esta dama es Isawa Niseika y su gata, Ame.

Me aproximé al Mirumoto de forma que me viese acercarme a él, que supiese que andaba esperando hablar con él. Se encontraba charlando con una shugenja Fénix de edad superior, puede que fuese una Isawa. Me detuve al estar cerca de ellos, sobre oyendo de que se encontraban hablando.

Realmente que es un samurai, me pregunté a mi mismo. Yo era un samurai, pero también un monje. También un cangrejo y un grulla son samurai, y aun así tan diferentes.

Konichi-wa hermano Takeshi-sama, konichi-wa Niseika-sama. Espero no molestar e interrumpir vuestra conversación. Si me permitís, me gustaría saber de que hablabais, parecía algo interesante.