Partida Rol por web

Traiectio Honorifica

El Paso Honroso - Escena de juego

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29/06/2017, 08:10
Sebastian de Torre Quebrada

Sebastián se levantó al escuchar los gritos de socorro de la mujer. ¿Qué hacía en medio de un bosque en plena noche? Todo parecía muy extraño, pero sus votos le obligaban a defender al desamparado... si realmente esa mujer lo era, y no otra sucia diabolista.

Así que mientras desenvainaba su espada y preparaba su escudo para hacer frente a los posibles perseguidores de la mujer, la inquirió:

- Dinos muyer, ¿Qué te ha pasado? ¿Qué haçes en el bosque en estas horas de recogimiento y sin ningún varón que os proteja de los peligros del bosque?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Sebastián falla empatía así que no tiene muy claro si es amiga o enemiga.

Un poco machista todo, pero supongo que por la época era lo que tocaba. :)

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29/06/2017, 09:32
Caitán "el Largo"

Viendo a don Sebastian a mi lado me tranquilicé, la situación era de lo más extraña. La mujer habló pidió ayuda. Ví la reacción de don Sebasian y me preparé para hacer frente al enemigo mientras escuchaba lo que tenía que decirr la mujer.

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29/06/2017, 12:10
Juan Pérez de Navascos

¡Los jueces se han ido! ¿No oyes, Xertrude? Esta justa se desvanece, ya han marchado muchos caballeros y otros tantos lo harán mañana... -respondió-. Entonces, instantes después, comenzó a asimilar lo que habías contado, mientras insistían en ir a rescatar a tus compañeros. Si Julián está derrotado, iremos a por él, y a por los demás. ¡Tomad ese carro de ahí! -junto a la tienda de don Juan había un carro olvidado de alguno de los siervos de algún caballero-. ¡Ensillad mi caballo y vayamos al bosque de inmediato! Parecía como si por una vez en su vida aquel joven tuviera reaños verdaderos.

Una vez que lo hicístes, montaste en el carruaje y el noble caballo de don Juan comenzó a tirar de él, introduciéndoos de nuevo entre los árboles.

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29/06/2017, 12:11
Juan Pérez de Navascos

Instantes después, aquella figura a la que Sebastián parecía estar hablando se asustó, miró a un lado y echó a correr, perdiéndose en la negrura de la noche. Su alerta había procedido de alguien que se acercaba a paso descubierto, descubierto por el sonido que hacía: era una figura montada a caballo que tiraba de una pequeña carreta. Cuando los tres hombres miraron, vieron a su buen señor don Pedro de Navascos aparecer con Xertrude. El primero iba sobre el animal y la joven cazadora iba sobre la carreta. En cuanto os vio, Xertrude dió un salto y bajo de ella, y el noble descendió de su montura y corrió hacia vosotros. Tenía la armadura puesta.

¿Cómo estáis? ¡Esos hombres! Xertrude me lo ha contado todo -decía el joven de Navascos-. Os atacaron por dos veces, ¿verdad?... ¡Julián! -se apenaba viendo el estado del barbero, pero tampoco dejaba de lado a Caitán y Sebastián-. Ayudadme a colocarlo, ¡hemos de llevarlo a alguna posada de Puente de Órbigo! ¡Allí podremos buscar a un médico! ¡Ayudadme a subirle!

La relación que don Juan tenía con sus súbidtos y los de su padres, es decir, vosotros, era bastante estrecha, mucho más allá de la cordialidad.

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29/06/2017, 12:16
Director

Y así, apagando el fuego de la hoguera en mitad de la madrugada, salísteis de allí, volviendo tras el olfato de la montura, hacia la ciudad de lienzos. Por el camino, Don Juan os contó las novedades que esa tarde y noche habían sucedido, y que Xertrude ya sabía: El torneo había sido suspendido. Asbert de Claramunt había muerto. Por lo visto un lanzazo en una de las justas a caballo le atravesó un ojo y la pica le salió por la parte trasera del cráneo. Los jueces habían detenido la cita y habían llamado a los clérigos de Puente de Órbigo, negándose éstos a darle entierro digno ni bendición alguna, pues ya sabíais qué opinaba la Iglesia de estas luchas sin sentido tales como juegos de niños.

Una vez llegásteis a la ciudad de lienzos vísteis lo que Xertude vió: muchas de las tiendas de campañas habían sido desmanteladas, y otras tantas lo estaban siendo por criados. Algunos caballero se habían marchado ya, mientras que otros estaban despidiéndose unos de los otros. La gran mayoría partiría al día siguiente. Mientras tanto, vosotros partiríais a Puente de Órbigo, sin detener la carreta, que se encontraba una vez se hubiera pasado el puente. Y no: no tendríais que rompero lanzas en justa, pues ya no había caballeros justadores.

Don Juan también os comentó que no había tenido ocasión de disputarse "su valía" como justador, cosa que ahora, después de encontraros de tal manera, nada le importaba.

*********************

La pequeña localidad de Puente de Órbigo no era más grande que la improvisada ciudad de tiendas para la justa. Varias casas, una taberna, iglesia y poco más. Cercados y huertas componían el resto. Una vez pedísteis cama en la taberna, que poseía una planta superior con varias habitaciones para viajeros, pudísteis tumbar a Julián en una de ellas. Sebastián hizo llamar a un médico de urgencia, pidiéndolo al posadero. En breves llegaría, pues no se encontraba en el pueblo. Mientras, os juntásteis todos en torno a la cama de Julián, que seguía sin poder mover miembros algunos.

Notas de juego

Haced un último post de partida. La cosa se acaba. Postead ya para todos.

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29/06/2017, 12:32
Sebastian de Torre Quebrada

Notas de juego

De ir a volver a investigar la cueva (que seguro que quedaron cosas por allí) o al bosque a socorrer a la rara mujer entiendo que no podemos a estas alturas ¿o si?

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29/06/2017, 12:33
Sebastian de Torre Quebrada

A los pies de la cama del bueno de Julián Sebastián hizo una solemne promesa.
- Julián, como os dije antes, haremos que os vean los mejores quirurjanos que podamos encontrar, pero si eso no fuera suficiente, si es menester iré a buscar a quien sí pueda ayudaros, puesto que el poder de Dios está por encima del de los hombres y si la medicina no os ayudara os buscaré quien os pueda curar mediante la fé.

Tras ello, el mismo se retiró a la vez que pedía un médico para si mismo, dado que estaba plagado de heridas y quemaduras fruto del horrible encuentro con el diabolista del bosque.

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29/06/2017, 12:42
Xertrude Do Valpaços

Las últimas horas habían sido de mucho trasiego, buscar al señor, recoger a los compañeros caidos, el viaje hasta una zona lo suficientemente decente y con medico, además el añadido de que aunque las heridas de Sebastián son cuantiosas, podrá salir de esta, pero Julian me preocupaba, sus heridas eran graves y dentro de mis pocos saberes sobre ese tema, complicadas de sanar, pero donde hay fe hay esperanza.
Ya tranquilos en la habitación esperando al galeno, saco tema para conversar y quitar hierro al asunto

de camino al campamento me cruce con dos caballeros y sus rocines, os llegaron a ver o no os importunaron?

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30/06/2017, 08:40
Caitán "el Largo"

Me alegré mucho al ver llegar a Xertrude y a Don Juan. Las noticias que traían eran ¿buenas? el torneo se había suspendido y nuestro señor estaba vivo y entero, de modo que habíamos cumplido con la misión que nos encargó su padre. Por desgracia Julian había sido malherido y tendría que cargar toda la vida con esta cruz. Pero al menos tendría la satisfacción de haber salvado a su señor de un descalabro frente a ese caballero del diabloy seguramente contaría con su agradecimiento eterno.

Nos vimos a una mujer que huía, seguramente de esos hombres. Pero no sabemos más.-respondo a Xertrude.

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02/07/2017, 17:05
Julián Barbero

Las palabras del caballero intentaba consolarle... pero Julián conocia la verdad...

-Veremos que se puede hacer... pero lo veo tan dificil mi buen amigo.

Amigos, no se que habrá sido lo que nos ha sucedido... pero nos marcará para siempre...

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03/07/2017, 15:51
Director

EPÍLOGO FINAL.

La supuesta mujer de la que hablaba Caitán parecía haberse esfumado. El noble caballero, señor vuestro, estuvo indagando de acá para allá, varias varas a la redonda, pero nada. Estaba apenado por veros en aquella situación. Sin pensárselo dos veces, tomó su caballo, lo acercó hasta donde yacía Julián e hizo que todos ayudasen a levantarlo. Dejó que Xertude montara en la bestia (pues había caminado por todo el bosque hasta encontrarle) y Caitán, Sebastián y él mismo irían velando al malherido barbero.

Durante una hora estuvieron andandado por el bosque, con una única antorcha, estando el señor de Navascos con la mano asida a su espada, por si hiciera falta echar mano de ella. A pesar de los ruidos de la noche, no hubo contratiempo alguno, y no vísteis a la mujer. Tras volver a relatar la historia del encapuchado y los siervos hostiles del malogrado Asbert de Claramunt, don Juan sólo tenía claro una cosa: habríais de volver a casa. Tras la disolución del torneo por la repentina y desastrosa muerte del caballero catalán, volvísteis de noche al campamento, y vísteis cómo aquellos nobles venidos desde tantos sitios o bien se habían ido, o bien se estaban preparando para marcharse al día siguiente. Ni tan siquiera don Juan quiso averiguar más nada acerca de cuanto le contásteis, pues ver de tal manera a Julián no era plato de buen gusto. Por supuesto, no dudó el buen joven señor, que parecía estar ahora portándose como es debido, en mandar llamar a los médicos de su padre una vez regresárais a las tierras navarras donde guardábais servidumbre a los Navascos.

Por ello, tras descansar esa noche hasta bien entrada la mañana, decidísteis recoger los últimos aperos que teníais y desmontar la tienda. Y tal que de esta forma regresásteis poco a poco a las tierras que vieron crecer a don Juan. De lo que ocurrió en ese tramo, queda para relatarlo en otra historia.

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03/07/2017, 15:51
Director

FINAL HISTÓRICO.

Asbert de Claramunt murió de un lanzazo accidental que entrándole en un ojo le atravesó el cerebro. Fue la única víctima mortal del Paso Honroso y la Iglesia se negó a enterrarlo en suelo sagrado. El 9 de agosto, después de treinta días de combates, fue herido Suero de Quiñones. Aunque no se habían roto las trescientas lanzas, los jueces dieron por finalizados los combates. En total, a los diez justadores se enfrentaron sesenta y ocho caballeros aventureros de la Península y de Europa. La argolla, con una cinta azul, fue depositada como exvoto ante la tumba del apóstol Santiago, y en ella están inscritas las siguientes palabras:

Si no os place corresponderme,
en verdad que no hay dicha para mí.

FIN

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03/07/2017, 15:58

LO QUE NINGUNO DE VUESTROS PERSONAJES LLEGÓ A SABER:

Asbert de Claramunt tenía fama de sádico. Ninguna de las putas que contrataron sus hombres para que fuera a satisfacerlo a la tienda volvió a ser vista, así que las furcias lo rehúían, tanto a él como a sus hombres, los cuales ahora tenían que raptar pecadoras y llevárselas a la viva fuerza antes de los combates.

Los hombres de Asbert no eran precisamente discretos. Había habido testigos tanto de sus raptos como de que echaban al río cadáveres de las furcias, pero todos eran gente humilde que sabían que debían callar sobre las debilidades de los poderosos si no querían que le cortaran la lengua o algo peor. No es que las prostitutas desaparecidas se hubieran esfumado. Sus cuerpos se podían encontrar río abajo, donde el Órbigo hacía un meandro. Todas habían muerto a golpes y tenían unos cortes rarísimos en el cuerpo, formando como figuras diabólicas...

¿Y porqué Asbert era tan buen justador? No era por tener a Dios de su lado. Más bien, por tener al Diablo. Y es que al servicio de Asbert se encontraba nada menos que un esmolet, un herrero errante procedente de otro mundo, que conocía un hechizo prohibido tanto por el Cielo como por el Infierno: la Armadura de Dolor (el cual había construido dos armaduras similares, una para las luchas de Asbert y otra de dolor); y un requisito imprescindible para el sortilegio era una víctima humana que estuviera en pecado por la religión que practicara… Por suerte, ¡el campamento estaba lleno de mujeres pecadoras!

Con ese hechizo aplicado sobre su señor Asbert, los daños ocasionados en su armadura en el torneo no le hacía sufrir por cada golpe, sino que los sufría, en su lugar, la víctima, encerrada en la armadura gemela. De esta manera, el catalán se hacía casi invecible.

Notas de juego

Como experiencia futuras partidas, os entrego la siguiente:

- Por jugar esta aventura: 20 PAp.