Partida Rol por web

Con mi dedo pulgar de la mano que acariciaba su rostro, recogí una de sus lágrimas. - No llores... ya ha pasado todo. - Y es que en ese momento creí que lloraba por miedo a lo ocurrido, pero sus siguientes palabras me hicieron ver cuan equivocado estaba. - Quizás sea la edad, porque a mí también me está pasando. Creí morir cuando te vi inerte, con esa estaca en el pecho y tu segundo corazón palpitando cada vez con menos fuerza. Creo que todos estos años jugando a ser el ratón y el gato, nos están pasando factura.

Los ojos de Missy aún segregaron más lágrimas a pesar de la cercanía del doctor, o quizás por eso mismo, sentir el cariño que le profesaba hacía que los corazones que poseía se conmovieran, aquellos que el resto de señores del tiempo habían tomado por crueles y helados, en realidad sentían... y el doctor sabía como hacer que ambos latieran con más fuerza.

- Sin que sirva de precedente... llevas razón- sonrió sin malicia mientras conseguía dejar de llorar

Solté su mano y la puse en su rostro, limpiándola aquella otra lágrima al tiempo que me levantaba del butacón y me sentaba junto a ella en la cama. Una de mis manos se coló por su espalda y la otra en su nuca e hice que se sentase para mirarla a los ojos y finalmente a los labios. - Te estoy dando una ventaja enorme sobre mí con esto Missy, pero no hace falta que diga ya que mis dos corazones te pertenecen.

- ¿Y yo a tí no? Te he abierto mi alma de par en par... doctor...- lo miró a los ojos, no hacía falta que le dijese que sus dos corazones también latían por él.

Cuando el doctor y ella se fundieron en el beso, Missy respondió con igual ternura al doctor al tiempo que le acariciaba le cabello y terminaba por quedar abrazada a su pecho, feliz, tranquila y sin ningún tipo de pensamiento que no fuera el estar con el doctor de aquella manera y desear que el tiempo se detuviera allí, para poder disfrutar de aquel instante para siempre... entonces.

- Sabes que cuando salgamos por esa puerta, esta magia desaparecerá, ¿verdad?

- Lo sé... -dijo con un hondo suspiro, aferrándose con más fuerza a su pecho- el viejo gruñón de siempre está bien... yo... creo que no tanto- se separó para mirarlo a los ojos- necesito que me ayudes, quiero cambiar. Pero yo sola no se cómo... cuando termine todo esto, me gustaría ponerme en tus manos y que me ayudes a hacerlo... si tienes que encerrarme en algún lado, lo aceptaré... son tantas las cosas que he hecho mal...- se tapó la boca realmente apenada por todo lo que había hecho a lo largo de sus encarnaciones- por eso... por eso tienes que escucharme, es muy importante...- le cogió las manos con fuerza, desesperada- el traidor tiene nombre y sé quien es... es Rasilon, en realidad no quiere destruir Gallifrey sino a tí... no a los otros doctores sino a tí en concreto, es cierto que se extravió la clave para acceder a Gallyfrey y que debemos encontrarla para que el planeta no quede expuesto y sea detectado por los Daleks... pero una vez que se cruce el Umbral el plan de Rasilon es ajusticiarte. Me contactó para ayudarlo con el plan, no pude rechazar la oferta porque tenía asuntos con el Alto Consejo, me ofreció el perdón a cambio de que lo ayudara... pero no puedo, no puedo hacerlo... podía haberme negado pero de haberlo echo hubiera buscado a otro señor del tiempo o cualquier otro enemigo tuyo y no habría tenido forma de advertirte. No lo dije antes porque estaba segura que ninguno de vosotros me iba a creer, necesitaba estar a solas contigo para que me creyeras- a continuación guardó silencio muy nerviosa, mirándolo a los ojos, aferrada a sus manos, era mucho lo que se estaba jugando Missy y esperaba que el viejo gruñón se diese cuenta.

-Estoy listo. Vayamos a buscarles y después, a ese barrio minero. Por cierto, es Gallifrey, no Galligrey. Supongo que eso se debe a que hablo demasiado deprisa. ¿De verdad hablo demasiado deprisa? No suelo darme cuenta pero me lo han dicho alguna vez. Peter en cambio es todo lo contrario. Siempre que abre la boca deseas que el tiempo transcurra a mayor velocidad. En su caso, en cambio, no es así. Teniendo todo esto que comer, me gustaría que todo marchase más despacio. Quiero decir, si no tuviésemos que encontrar a la TARDIS. Así que será mejor que nos vayamos

Fizban puso los ojos en blanco cuando escuchó a David y vio como se levantaba para ir tras Peter.

- ¡Que no es un barrio! ¿Tu por dónde escuchas? Y luego el loco soy yo... a ver Don Rapidillo... ¿Qué más dá Gallifrey que Galligrey? ¡Es el mismo planeta de locos del tiempo! Distrito Minero se refiere a un terreno de unas cuantas hectáreas que puede incluir poblaciones... los pitidos de vuestra cosa, se está manifestando en un área que no soy capaz de determinar yo sólo, porque me falta vuestra tecnología, pero si nos ponemos manos a la obra lo podemos hacer... lo único que espero es que no se encuentre por Nocturia... pero si tienes tantas ganas de cortarle el rollo a tu compañero no seré yo quien te detenga...  demonios... tira todo tieso y luego tuerce a la derecha... ala...

- Missy, no se como nos ha pasado esto, pero... me alegro de que lo podamos hablar tranquilos. Saber que sentimos lo mismo el uno por el otro es algo maravilloso que deberíamos poder celebrar. Pero creo que aún no ha llegado nuestro momento. - Le dije con seguridad y pena. No podíamos estar juntos mientras aún fuésemos el ratón y el gato y ella lo sabía, pues no tardó en comenzar a hablar, a abrirse a mí.

Sentía su cabeza sobre mi viejo pecho y cuando se separó para hablarme, noté el vacío que dejaba. Sonreí ante su petición de que la encerrase por todo el mal que había hecho. - No, Missy, no te mereces eso. Estás aprendiendo. Por el momento quieres cambiar y solo con quererlo, ya estás dando un gran paso. Yo estaré ahí, al final del camino, esperándote para cuando estés lista disfrutar del tiempo que nos quede juntos en estas vidas. Y sé que no me defraudarás porque si el amor que siento por ti es igual que el que sientes tú por mí, no te rendirás. Nunca lo hiciste aún cuando todo te iba mal, ahora que te irá bien y que sabes que estaré ahí para ti, no te frenará nadie.

Y acaricié su rostro mientras hablaba, contándome los planes que había para mí por parte de Rasilon. Quería mi cabeza, porque yo era el último doctor y miré a Missy y la besé al contarme aquello.

- Tranquila, todo irá bien. Encontraremos la llave y los otros doctores y yo conseguiremos desenmascarar a Rasilon sin que quedes de traidora y el Alto Consejo no vuelva a acusarte de los cargos que te haya quitado. De hecho, si debemos... si debo decir que gracias a ti estoy vivo y que Gallifrey está a salvo, lo haré. Sabes que lo haré pero solo si así lo deseas, puesto que con eso, empezaremos a cambiar tu imagen.

Y me puse en pie y di la vuelta a la cama y me tumbé en el otro lado. Atraje a Missy hasta mi y la acomodé sobre mi cuerpo. Cerré los ojos mientras la abrazaba. - No sabes cuanto tiempo llevo soñando con un momento como este a tu lado. Tú y yo, sin peleas, sin peligros, con los corazones expuestos el uno al otro y sin temor a hacernos daño mutuamente. Todo saldrá bien, ya lo verás. Y aunque los demás doctores no te crean, tendrás al que más te importa de tu lado. Siempre, mi dulce y amada Missy.

Vale, distrito minero con muchas poblaciones, grande, muy grande, difícil de explorar y que iba a hacer que resultarse complicado encontrar a la TARDIS... justo el reto que más me gustaba.

-Muy bien, pues vayamos al Distrito Minero, Frizbie. Aquí no hacemos nada.

Cortarle el rollo a Peter no era lo que más me preocupaba, pero si tenía tiempo para eso, lo tendría para todo lo demás, así que desde luego que iba a interrumpirle.

-Bueeno, tampoco es que vaya a cortarle el rollo. Solo voy a acelerar las cosas. Peter es un poquito lento y me da que Missy necesita toda la atención posible. Así que cuanto antes terminemos, mejor para todos -le corregí.

Seguí sus indicaciones, riéndome por cómo me lo decía.

-Si tiro todo tieso a lo mejor no puedo moverme. ¿Lo ha pensado?

Missy, a pesar de haberle abierto Al doctor su alma, habia esperado casi cualquier cosa antes que las caricias y el cariño de Peter, la señora del tiempo se había quedado sin armas y sin palabras. Por eso se dejó besar y asintió a lo que dijo con un cabeceo, tan conmovida como sorprendida. 

En realidad había algo más que no se atrevía a decir sobre Rasilon... las traiciones hacia su persona se pagaban con la vida, pero si lo hacía podía romper aquel hechizo y cuando el doctor se recostó a su lado ella se giró para abrazarlo y reposar en su pecho, el sonido de sus dos corazones era reconfortante y lo que más había anhelado durante mucho tiempo.

- La verdad es que sólo te necesito a tí...- le confesó acariciando su pecho con suavidad, quizás debería darle detalles de todo lo que sabía, se dijo a sí misma Missy mientras se levantaba un poco para mirar al doctor apoyándose con ambas manos sobre el pecho de Peter, quedando su rostro a excasos centímetros de su señor del tiempo, mientras lo miraba de forma extraña con los labios entreabiertos.

Jamás pensé que lograría estar así con ella pero ahí estábamos los dos, tranquilos, sin alzarnos la voz, sin intentar matarnos. Al contrario, yo le demostraba a Missy lo que sentía por ella con caricias y besos. Si me ponía a pensarlo, todo se volvía contradictorio y una locura, pues ella fue mi mejor amigo, luego mi peor enemigo y ahora... ahora estaba a un paso de ser mínimo mi amante, porque a pesar de no ser nuestro momento como dije, había cosas que no se podían evitar.

Vi como alzó la cabeza y como me miró. - Sé que quieres decirme algo, algo importante... pero creo que ese algo puede esperar, Missy. Creo que ambos necesitamos lo mismo. - Y la volví a besar, pero esta vez con pasión, al tiempo que mis manos se perdían por la espalda de la mujer, buscando el cierre del vestido, el cual no tardé en bajar.

Luego me di la vuelta y me puse sobre ella con cuidado, para poder quitarme la chaqueta y la camisa, mostrando el no tan delgado cuerpo que parecía tener. Y la miré a los ojos y la besé de nuevo, para separme unos segundos, dejando mi rostro pegado al suyo. - Si quieres que pare, dímelo...

Y esta vez fueron sus labios los que buscaron los míos, mientras que mi mano comenzó a perderse por debajo de su largo vestido...

Fizban se quedó mirando raro al doctor mientras se rascaba la cabeza y se preguntaba que había de malo en la expresión tirar todo tieso, eso de toda la vida de Dios significaba ir todo recto... o derecho, pero casi prefirió callar que lo mismo la mente del señor del tiempo estaba pensando en sus cosas, y un guardian experto como él sabía que eso eran tierras fanganosas.

- Bueno... pues ve si quieres a pata coja, pero procura no perderte yo mientras voy a prepararme.

Añadió dejando que David deambulara en lo que parecía un pasillo sin pérdida... ahora sólo le quedaba averiguar que habitación era... que extraño, David hubiera jurado que había cinco habitaciones y que aquella planta era menos... grande, el caso es que tuvo que ir abriendo habitación, por habitación para comprobar cuán distintas podían ser, de un lado localizó la cocina donde una rechoncha y amable señora le hizo tomar una taza de chocolate, después descubrió un salón de baile, después el baño... ocupado por un señor con bigote que le tiró un zapato para que le dejara intimidad, luego descubrió una biblioteca la mar de interesante donde los fans de Fizban estaban haciendo un trabajo sobre su héroe, uno de ellos tuvo la amabilidad de indicarle donde se encontraban las habitaciones de invitados, y tras varias habitaciones vacías sólo le quedaba una por abrir... ya por descarte tenía que ser esa...

Con los corazones acelerados y el pelo revuelto Missy se echó a un lado, tan satisfecha como exhausta, lucía una sonrisa preciosa, una que el doctor no recordaba haberle visto nunca... lo cierto era que casi mejor no recordar la sonrisa de ninguna de la anteriores encarnaciones de Missy, porque resultaba extraño y arruinaría aquel momento tan maravilloso que habían tenido, aquel en que ambos se habían fundido en un sólo ser con un único objetivo en común, darse amor y felicidad. 

- Me has sorprendido... muy gratamente en todos los sentidos- admitió la señora del tiempo, con la respiración entrecortada y sus vergüenzas tapadas únicamente por una sábana, cuando se hubo recuperado un poco, se volvió a girar hacia Peter y lo besó con cariño en la mejilla- deberíamos de repetir esto más a menudo... ¿No crees?- añadió mordiendole la oreja para después incorporarse dejando que la sabana que la cubría se callese dejando su espalda y torso desnudos.

Probablemente ahora vendría una nueva conversación donde ambos se seguirían diciendo o haciendo cosas... pero fue entonces cuando se percataron de que no estaban solos en el dormitorio, como acto reflejo tanto Peter como Missy miraron a la puerta, está se encontraba abierta y con David mirándolos a los dos de hito en hito. La primera en reaccionar fue la dama cuya tez de la cara tomó el color de un tomate terrestre maduro, para a continuación liarse en plan croqueta con las sábanas dejando a Peter sin nada con lo que cubrirse sobre la cama, tirarse al suelo recoger sus ropas y con toda la dignidad que le otorgaron las sábanas dirigirse hacia el baño no sin antes decir con una sonrisa de oreja a oreja como si no pasase nada.

- Esto no es o es lo que parece ya como lo intérpretes querido... yo por si acaso os dejo intimidad para que resolvamos vuestros asuntos... voy a hacer cosas de damas-​​​​ y sin más preámbulos se metió en el baño tras un portazo dejando a ambos doctores hablar de... sus asuntos...

Sacudí la cabeza sin entender muy bien la respuesta de Frizbie, pero la verdad era que aquel hombre no estaba tampoco para dar muchas explicaciones. Había aprendido a aceptar que la gente extraña era a menudo la más interesante, pero no necesariamente la más locuaz.

En cualquier caso, seguí adelante por el pasillo, que estaba llena de habitaciones que tuve que visitar una por una, porque parecía que no me estaba poniendo las cosas fáciles.

-Oh, muchas gracias por el chocolate. ¡Me encanta el chocolate! -dije cuando me dieron aquella taza de chocolate.

Con el rastro todavía en los labios, pasé a la siguiente, con un salón de baile ideal para organizar desfiles, un baño que era mejor evitar...

-Oh-oh, disculpeeeeeeee -dije, cerrando la puerta con rapidez y sintiendo el zapato golpeando la puerta.

Y por supuesto, una biblioteca, llena de gente que parecían no ser capaces de dejar de sonreír.

-Ah, muchas gracias, muchas gracias. Esto es justo lo que necesitaba.

Cuando llegué a la última de las puertas, ni me detuve a pensar. Coloqué mi mano en el picaporte, lo giré, y abrí.

Peter y Missy estaban juntitos en la cama, bien tapados por una sábana y completamente desnudos, pero lo que más destacaba era la sonrisa de satisfacción tonta que tenían los dos, como si una fuese una copia de la otra.

-Bueeeno, suelo tener ese efecto, pero normalmente esperan más tiempo para marcharse -dije, al ver que Missy se marchaba a toda prisa al baño, envuelta como buenamente podía en la sábana, dejando completamente desnudo a Peter.

Después de seguir el camino de Missy, volví la vista hacia Peter y sonreí. Miré entonces hacia el techo y las paredes, como si buscase algo.

-Me gusta la decoración. El color tetas siempre me ha parecido muy atractivo. Perdón, ¿he dicho tetas? ¡En qué estaría pensando! Quizás es que me he distraído un momento. Me ocurre siempre cuando se acerca penecostés. Oh, perdón. ¿He dicho penecostés? Quería decir pentecostes, una de mis fiestas favoritas. Debes estar cansado. ¿Quiéres unos pasteles? ¡Están deliciosos! Frizbie, le traes algo de comer. Seguro que ha gastado toda la energía y ahora está como un empalme viejo. Oh, he dicho empalme? Quería decir... algo, no sé el qué. 

—¿Rey?¿Cómo Arturo? Pero oiga, una cosa... ¿Los vampiros tienen reyes? ¿No es un poco...raro? Los reinos al fin y al cabo se heredan de padres a hijos, aunque el hijo salga tonto. Pero vosotros sois eternos, ¿no? Y tampoco tenéis hijos como los reyes. Y no me refiero a tontos, que conste. ¿No sería mejor decir que es el Emperador de los Vampiros?—Tom miró a su alrededor, ¿sabrían aquellos parroquianos que era un vampiro?— Pero Emperador o Rey le ayudaremos, claro. Así que guíenos.

De pronto, la expresión de Tom se convirtió en la de un niño bueno que no había roto un plato en su vida y con un tono suplicante y lleno de ilusión añadió

— Y por cierto... ¿en algún momento va a cantar el café? Me haría mucha ilusión verlo...

Jon abrió los ojos de par en par al comprobar que la imagen que tenía de Erasmo era totalmente diferente ahora.

—Oh... insisto... oh... eso sí que no me lo esperaba —después hizo una leve reverencia a modo de cortesía.

—Espero que no hayamos dicho algo que le haya ofendido a usted o a su pueblo, majestad —intentó subsanar cualquier error que hubiese podido cometer él o el resto de sus compañeros en algún desliz léxico.

—Ahora siento como si os debiéramos algo por el mero hecho de ayudarnos de forma tan directa con el asunto de Nocturnia. —De repente empezó a sentir un leve repelús y un sentimiento de preocupación ¿y si todo es una trampa y buscan su sangre?

—Tabernerou —llamó la atención con el torpe español.

—Pongame pá llevar salmorejou con musho, musho ajo para mi y mis amigous —sonrió intentando no ser demasiado descarado aprovechando el barullo monárquico que le estaba montando el bueno de Tom.

¿Rey?¿Cómo Arturo? Pero oiga, una cosa... ¿Los vampiros tienen reyes? ¿No es un poco...raro? Los reinos al fin y al cabo se heredan de padres a hijos, aunque el hijo salga tonto. Pero vosotros sois eternos, ¿no? Y tampoco tenéis hijos como los reyes. Y no me refiero a tontos, que conste. ¿No sería mejor decir que es el Emperador de los Vampiros?—Tom miró a su alrededor, ¿sabrían aquellos parroquianos que era un vampiro?— Pero Emperador o Rey le ayudaremos, claro. Así que guíenos

Erasmo parecía bastante divertido con los doctores, se veía en todo momento colaborador y dispuesto a darles toda la información que requerían.

- Entiendo lo que quieres decir... pero a pesar de tu teoría, los vampiros tenemos nuestras propias leyes y métodos de sucesión en caso de que sean necesarias... yo soy rey desde hace mucho y no tengo intención de dejar el puesto... Emperador no es un término que me guste, he visto a unos cuantos y todos han terminado mal, es un título que se sube tan pronto a la cabez, que a algunos se la cortan y a mi me gusta que la mía esté donde tiene que estar... es mucho mejor rey sí... más discreto y apropiado en mi caso.

Mientras Erasmo hablaba, Matt, el doctor más callado hizo uso de su destornillador sónico para comprobar si lo que decia aquel rey era cierto... los datos que le arrojó fueron del todo curiosos. Efectivamente se trataba de un vampiro muy antiguo, aquel ser en concreto llevaba sobre la tierra desde aproximadamente 200 años antes de Cristo... lo cual era un montón. Dicha información también les llegó al resto de doctores a sus respectivos destornilladores, pues al estar tan cerca se había creado un vínculo entre sus dispositivos.

— Y por cierto... ¿en algún momento va a cantar el café? Me haría mucha ilusión verlo...

Antes aquella petición Erasmo puso una cara muy extraña, terminando por ladrar la cabeza para después soltar una carcjada, haciendo que el resto de los parroquianos del local se relajarse también y continuase con sus quehaceres sin quitarle ojo a los tres doctores, más que humanos parecían guardianes del rey.

- Lo dices por el nombre de este sitio Café cantante...- volvió a reír divertido- Bueno... supongo que algo podré hacer- comentó mirando a Tom y Jon con intensidad, al hacerlo el cuarto y el tercer doctor vió como la taza de café que tenía delante reaccionaba formando espirales, de ella salió como una especie de burbuja que comenzó a bribar por boleras y solares. Matt en cambio lo que vio fue como sus compañeros se quedaban embobados mirando la taza y a Erasmo con brillo extraño en los ojos, comprendiendo el poder tan extraordinario que este vampiro poseía siguió guardando silencio y agrediendo que pareciese estar de su lado.

Espero que no hayamos dicho algo que le haya ofendido a usted o a su pueblo, majestad

- ¿Ofenderme? No, por favor, vuestras presencias me son gratas porque significa que os vais a llevar esa cosa se mi reino... ya bastantes problemas tengo en Nocturia. Volviendo al tema... ¿Os he comentado que ni yo mismo estoy del todo a salvo en la ciudad? Si queréis tener éxito vais a necesitar más ayuda... ¿habíais dicho que sois más? Además me temo que voy a tener también que recurrir a un viejo amigo...

Inquirio el rey mientras el dueño de la taberma respondía a Jon.

- Salmorejo no tenemos... pero os podemos ofrecer algo mejor.

Dijo para volver al rato con varios paquetes de periódico que metió en un zurrón.

- Os he preparado unas talegas. Son pan con aceite y bacalao... está bueno y se come mucho por aquí.

Agotado y feliz. Así me había quedado y me giré levemente a la causa de aquello. Jamás pensé que pasaría. De hecho, minutos antes le había dicho que nuestro momento aún no había llegado y... todo resultó ser maravilloso entre los dos. Mi mirada buscaba la suya, cómplice de aquel momento tan especial y esperaba que no fuese el único al igual que deseaba que para ella hubiese sido lo mismo que para mí y sus palabras enseguida me lo confirmaron.

- Creo que los sorprendidos hemos sido ambos... - Le sonreí jadeante y orgulloso por sus palabras. - ... y por mí, podemos repetir cuando quieras, Missy... - respondí sintiendo su mordisco juguetón en mi oreja para verla de nuevo alzarse ante mí como una diosa, dejando caer las sábanas.

Contemple el que para mí era en aquel momento el cuerpo más hermoso que podía tener delante y coloqué mis manos en sus caderas, para empezar a descender por ellas y perderlas bajo las sábanas. - Y cuando dije cuando quieras... es ya mismo... - Y todo quedó ahí, pues en ese momento nos dimos cuenta de que David estaba en la puerta.

Puse los ojos en blanco mientras un "¡Ay no!" se filtraba en mi mente, para darme cuenta en un momento que Missy se había cogido toda la ropa de cama y había salido disparada con ella hacia el baño, dejándome en una incómoda situación. La verdad era que no podía quejarme de lo que me había tocado en aquella reencarnación, si bien no era lo más grande que había ocultado en los pantalones, sí le sacaba ventaja a David, así que sus burlas no vendrían por ahí.

Y como si de un caballero inglés me tratase, buscando darle algo de naturalidad a todo aquello, si es que se podía hacer, me levanté de la cama, más rígido y tenso que cuando estaba con Missy a mi lado o sobre mí y empecé a vestirme al tiempo que David hablaba. Procuraba no escucharle, porque no sabía bien el motivo, a cada palabra suya se me filtraba una teta, un pene, un empalme... pero entre esas palabras David dio con la clave.

- Eso es David, ¿qué tal si nos consigues un poco de bizcocho y algo de beber?  Missy tiene que recuperarse después de tener la estaca clavada en... el pecho... ya sabes... la herida... no... en fin... - Se había acabado la naturalidad y agaché la cabeza, con los pantalones ya puestos, buscando mis calcetines.

Fizban que curiosamente pasaba por allí con una bandeja de plata, se asomó tras David, no se podía saber que era lo que había o no visto pero el caso es que venía preparado con una buena remesa de bizcochos, galletas, té y chocolate... lo increíble además era que pudiera portar aquella bandeja con aquellos escuálidos brazos, pero ahí estaba el tío haciendo del mejor de los anfitriones.

- Pues mira... me habéis leído la mente, aquí traigo los bizcochos té y unas tazas de chocolate por si os apetecía más, además la dama va a necesitar reponer fuerzas... - dijo con total naturalidad dejando la generosa bandeja en una mesita- aunque el caballero también... claro... bueno- sonrió ampliamente- como creo que tu tienes la orejas más abiertas que aquí Don Rapidillo, te voy informando de que cuando hayáis terminado de tomar el tentempié vamos a tener que ponernos manos a la obra e ir a Arrayanes... aunque es posible que tengamos que pasarnos antes a ver a un viejo amigo mío...

Estaba claro que como señor del tiempo, había sabido aprovecharlo, sí señor, pero así no íbamos a encontrar la TARDIS y lo que era peor. A partir de ahora, cómo iba a aguantar a aquellos dos.

-Ya, bueeeeno, no creo que llegue a ser una estaca, pero supongo que Missy no es nada exigente. Puede incluso transformar a alguien como tú en alguien simpático, Peter.

Eso sí, ahora que Peter había conseguido relajar la tensión, seguro que era más sociable, y hasta simpático, lo cual decía mucho de Missy. Sí, definitivamente debía dar las gracias a Missy.

Quizás debiese hacerle algún regalo aunque mejor que el que le había dado Peter, dudaba que existiese.

-Pues... ah, muy bien, Frizbie. Trae uno para mí. La vedad ed que edtan buedísimod -dije, metiéndome uno en la boca y hablando al mismo tiempo.

Pero como decía Frizbie, había que moverse.

-Bueno, cuando Missy esté lista, debemos movernos. Claro que si preferís quedaros aquí, podemos ir solo nosotros dos. 

Entonces, dijo eso de detenernos a ver a un amigo suyo.

-¿Un amigo ¿Qué amigo? ¿No será el que ha hecho estos pasteles? Y por cierto, ¿cómo es que tiene amigos? Ah, eso sí que es una maravilla y no las supernovas que hemos visto por ahí fuera. Debe ser un buen amigo si quiere ir a verle. ¿Pero qué amigo es?

Vaya- pensó el Undécimo al observar los datos en su destornillador -Hacía tiempo que no me encontraba con alguien mayor que yo- pensó, claro que eso tampoco es que cambiase su opinión sobre el vampirismo monarca… al fin y al cabo, no todo era cuestión de años.

Ah, no creas… he conocido a algún que otro emperador bastante divertido, te lo aseguro- dijo -Incluso uno de ellos tenía dos cabezas… y las conservó. Claro que también terminó abdicando para poder dedicarse a crear el mejor parque de atracciones de su galaxia… lo cual me recuerda que me debe una entrada- continué -Sin duda un puesto mucho mejor que emperador… claro que lo de ser rey, emperador, lord presidente y cosas así nunca ha sido algo que me llame la atención- le dijo -Demasiadas obligaciones y normas... reuniones a las que asistir... papeles que firmar... ¡Seguro que hasta hay horarios que cumplir!- explicó, tras lo cual volvió a comer su morro embadurnado en chocolate que tanto le había gustado.

Y hablando de normas...- dijo, sin terminar de masticar -¿Alguna que debamos saber en Nocturnia?- le preguntó a Erasmo una vez terminó de tragar lo que tenía en la boca, aunque pronto su atención se vio atraída hacia los paquetes que metió en el zurrón -¿Pan con aceite y bacalao? Seguro que están buenos… y seguro que aún lo están más con una buen capa de mantequilla- dijo al tiempo que cogía el, por desgracia, último trozo de morro.

Fizban se mesó los bigotes ante las palabras del décimo doctor para después responder. 

- ¿Y por qué no iba yo a tener amigos? Soy majo, trato bien a la gente y los invito a pasteles...- se encogió de hombros para después adquirir una actitud más seria- el amigo en concreto del que os hablo es quien nos puede facilitar el acceso a dónde queréis ir, al fin y al cabo es el señor de esas tierras... desde mucho antes de que le pusieran otro nombre... será mejor que comáis, vais a necesitar estar fuerte para lo que viene ahora... Nocturia no es amable con los extranjeros y mucho menos si les late el corazón...-  le dijo a Peter

- Pero... el corazón o más bien los corazones, nos laten a todos. - Respondí al hombre cogiendo un pedazo de bizcocho tras medio vestirme y estar presentable. - ¿O se refiere cuando un corazón late por alguien? - Porque que me mirase así al decir aquellas palabras me indicaba que, efectivamente, aquel tipo odiaba a los enamorados. Y eso iba a ser un problema después de lo ocurrido entre Missy yo, pues ahora nuestros corazones latían desbocados.

Luego miré a David. No sabía que decirle, si que olvidase lo que había visto o que no dijese nada a los demás. No, aquello último no. Decirle que no dijese nada era lo mismo que pedirle que lo pregonase. Debía dejarlo correr.

- Antes de irnos, quisiera tener unas palabras con Missy a solas. No tardaré. - Y cogí un pedazo de bizcocho para ella y llamé a la puerta del baño. - Missy, soy yo... voy a entrar... solo. - Anuncié y me colé en el baño.

Una vez dentro, dejé el bizcocho sobre la servilleta donde pudiese cogerlo. Se estaba terminando de arreglar, peleándose con la cremallera del vestido. - Ven, déjame que te ayude. A fin de cuentas, la bajé yo, creo que sabré subirla. - Le dije tranquilo y feliz.

- No tengo mucho tiempo, nos esperan fuera. El tipo de los bigotes ha traído bizcocho para recuperarnos y chocolate caliente... no sé como pero sabe lo que ha pasado entre nosotros sin vernos. Pero no vengo a eso... simplemente vengo a decirte que todo lo que te dije hace un rato en la cama era y es cierto. Cambia Missy, por ti y por mí. Yo te estaré esperando, porque ha quedado claro que estos viejos cuerpos aún tienen mucha vida que dar... y en la próxima reencarnación, si es que existe, ya veremos que pasa y que papel nos toca jugar.

» Pero quiero que sepas que pase lo que pase, te amo y te amaré siempre. Recuérdalo cuando te sientas flaquear, cuando pienses que nada merece la pena. Recuérdalo porque es lo que nos hará estar juntos en el futuro y deseo que ese momento llegue pronto, mi adorable Missy. - Y la volví a besar.

- Recuerda que detrás del doctor gruñón, está el hombre que te ama. - Acaricié su rostro y salí de nuevo del baño con los ojos llorosos. Una parte de mí sabía que acababa de despedirme de ella hasta a saber cuando y que durante ese tiempo la añoraría.

No tardé en salir. Ni dejé a Missy que me respondiese. Mis ojos estaban algo llorosos y me uní a los dos hombres. - No tardará en salir. - Dije recuperando mi voz más tosca y mi modo de hablar más habitual.

Cogí una taza de chocolate. - Así que un señor de la tierra... tengo curiosidad por conocerle, aunque eso ponga en peligro mi vida. Pero la verdad es que ya está en peligro... Missy me ha confirmado que Rasilon quiere mi muerte, no destruir nuestro planeta, pero aún así la llave hace falta para salvarlo de otros males. Ella fue contratada, por así decirlo, por Rasilon a cambio de que se le perdonasen sus faltas en el Alto Consejo y tuvo que aceptar por mí... porque sabía que ella podría avisarme y si cogían a otro...

Missy se estaba jugando la vida por mucho más de lo que esperaba. Realmente me amaba, aquello me lo dejaba bien claro.

- Así que si su amigo odia a los corazones que laten, que se ponga a la cola para matarme. Tiene a otros delante que me tienen más ganas que él.