A pesar de que las instalaciones del astropuerto del planeta Heya, en el sistema del mismo nombre en el subsector Regina, son de primera línea están orientados a la principal actividad de Heya. Es un mundo rico y agrícola que importa tecnología a cambio de sus variados productos naturales. Así pues, no cuenta con una base de exploración ni un sistema de detección extraplanetario avanzado. No los necesita.
La nave, que orbitaba uno de sus gigantes de gas, pasó completamente desapercibida a pesar de su diseño poco ortodoxo. Aunque eran muchas las astronaves que detectaron su presencia en su trayecto hacia y desde Heya apenas le prestaron atención. Tampoco aquellas que repostaron en el gigante le dedicaron más que un escaneo superficial buscando cualquier signo hostil como mandan las buenas costumbres con el fin de evitar posibles problemas. Simplemente era, dedujeron, una nave más repostando para ahorrarse unos créditos.
No fue hasta la llegada un buque de la Armada Imperial en ruta para revelar y reabastecer a la pequeña dotación de guardia del astropuerto que llamó la atención. La detección del uso de frecuencias de transmisión no autorizadas desató el rastreo automático de su procedencia. No sólo estaban utilizando una banda militar restringida sino que otras similares habían sido detectadas dos años atrás en otro sistema. Una pareja de cazas partió al momento para investigar la nave que las originaba. Sin embargo, cuando los cazas aún estaban demasiado lejos, la astronave se esfumó.
El siguiente avistamiento de la nave fue en Kinorb aunque no supieron que se trataba de la misma nave que apareciera en Heya hasta la llegada de una nave correo con noticias. Permanecía en los cielos de Kinorb como un objeto más a la deriva. Siendo una sociedad poco dada a las relaciones extraplanetarias, los gobernantes de Kinorb ni siquiera intentaron comunicarse. Simplemente no se les ocurrió; no les interesaba. Sin bases Imperiales presentes no hubo posibilidad alguna de intercepción. Tras cinco semanas, la nave saltó.
El último contacto tuvo lugar en el sistema Dentus. Sin presencia de gigantes gaseosos y formado por mundos hostiles o no habitables, Dentus no tiene más interés que su condición de sistema fronterizo y restos arqueológicos. Nada más detectarla entre los cuerpos de uno de los cinturones de asteroides y reconocerla, la base permanente del Servicio de Exploración Imperial envió cinco Exploradoras en misión de contacto. Aunque la astronave desconocida saltó de inmediato, se pudo recabar algo de información.
Dudas sobre la partida (planificación, acciones, reglas, ...)
Para todo lo que no sea de la partida (ausencias, comentarios, sobornos al master,...).