Partida Rol por web

No ha amanecido, ni siquiera la claridad del día deja adivinar las siluetas, los nervios hacen temblar a Soren. Se escabulle bajo la manta dejandose caer por un lado de la manta y mira hacia una esquina... una figura le observa... imposible... ¿Sivir? - Pregunta Soren con temor pero al acercarse puede ver claramente como las sombras que forman la figura erguida no son más que eso... sombras, aún así densas y negras y Soren no se atreve a acercarse más, sino que con la vista fija en retaguardia se pone sus ropas más cómodas y sale por una puerta bien engrasada.

El castillo está tan sigiloso que pueden oírse los pasos de alguien bien lejos, en algun pasillo lejano sonando rítmicamente, así mismo, los pasos de Soren también se oyen como pequeñas patitas abandonando el nido. Atraviesa el pasillo y desciende las escaleras llegando al patio interior, ni siquiera los mozos han llegado aún, pero uno de los guardias se pasea tranquilamente por todo el patio, a Soren no le cuesta rodear el patio y llegar a la puerta principal parcialmente abierta por donde se escabulle.

La ciudad está igual de tranquila, no hay animales ni trabajador alguno a estas horas, a medida que Soren pasea por las calles ya empieza a clarear, las estrellas han desaparecido por completo y la luna se difumina en el cielo. El cielo está extrañamente despejado, solo unos jirones de nubes grises son arrastrados por un viento que ocasionalmente pasa por tierra barriendo los pelos de la princesa que apresura el paso.

Llegas al campo de amapolas y más allá del muro puedes ver a Raus, acercándose con dos espadas de madera, ambos correis y llegais hasta el muro - Uau Princesa Soren, eres increíble - Raus te da una espada y con la suya propia señala más allá de la alameda que rodea el río - Remontando el río, hasta el lado de la montaña, va a ser duro, ¿podreis aguantar? -Raus se ríe mientras echa a andar siguiendo el muro, el sol aparece en el horizonte y la claridad dorada baña los campos donde dos sombras gigantes armadas con garrotes van delante vuestro protegiendo vuestro camino.

Conseguimos arreglar las redes, y ayer echamos las trampas para cangrejo en el lago, le dije a mi padre que esta mañana las recogería  - Uau, quien pudiera llevar la vida de Raus, todo el día rodeado de naturaleza, sin nadie que esté por él, pudiendo ir a donde quería, y con un futuro oficio
 

Soren consigue salir sigilosamente de sus aposentos. Aún no ha amanecido y no hay ni un alma por los pasillos de palacio del que consigue salir con facilidad. La ciudad también parece desierta. Mientras Soren atraviesa la ciudad no puede pensar en otra cosa que en las historias que le contaba la vieja Nana antes de ir a dormir. Cada noche les narraba a su hermano y a ella una nueva y diferente aventura. Con las que más disfrutaba Soren era con las tenebrosas historias de mercenarios y escamoteadores. Al principio le aterraban, pero su hermano siempre sabía cómo tranquilizarla y le enseñó a hacer que un miedo se convirtiera en una motivación. Desde que su hermano participa en las partidas con las tropas, Soren ha decidido que no volverá a tener miedo a nada nunca. Sólo de pensar en que ahora ella podría ser la protagonista real de una aventura como de las que disfrutaba oyendo de pequeña se le erizaba el vello de la emoción. Ya se veía introduciéndose en la cueva del lago y sacando cofres llenos de los más preciosos tesoros junto a Raus. Echo de menos a Nana y sus historias.

Soren ya ha atravesado la cuidad y medio campo de amapolas cuando mira a lo lejos y ve a Raus que aparece tras el Árbol del Ahorcado con dos espadas de madera. ¡Genial! El murete que rodea el lago queda bastante cerca de ambos que corren hasta él para encontrarse.

La sonrisa y presencia de Soren sorprenden a Raus. No estaba muy convencido de que pudiera zafarse de sus constantes vigilantes. Soren coge la espada que le tiende Raus y escucha las indicaciones de la situación del tesoro. ¡Por fin podré tener un duelo decente! Raus se burla amistosamente del aguante de Soren, pues es un largo camino.

- ¡Por supuesto que podré aguantar!- replica indignada- ¿Por quién me tomas? – Raus se ríe y le dice que tendrán que recoger las redes con cangrejos para su padre.

- Suena divertido. Los únicos cangrejos que he visto son los que nos sirve Moliere…

- Parece que hoy será un buen día para ver cosas que nunca antes haya visto, princesa Soren – Soren pone los ojos en blanco y replica a Raus- ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así?, al menos cuando estemos solos, por favor. – Sí, princ jajaja sí, Soren. Corre, que ya estamos llegando- agarrándole la mano y tirando de ella en un último esfuerzo después de la larga caminata.

Soren y Raus llegan al lago. A ambos les falta el aliento después del último sprint. Se acercan al borde del lago, se tumban sobre la espesa y húmeda hierba verde y descansan. Soren está muy emocionada por haber llegado al extremo oeste del enorme lago, pues nunca se le había permitido ir más allá de los límites de dónde está el Árbol del Ahorcado. Seguro que habría muchas cosas por ver y la cueva del tesoro no debía estar muy lejos, según había explicado Raus durante el camino.

Unos diez minutos después, con la respiración más calmada y de nuevo con fuerzas Soren se levanta de un salto y apuntando al pecho de Raus, aún tumbado, con la espada- Raus, te desafío un duelo - entrecerrando los ojos con mirada seria, aunque dejando escapar una leve sonrisa. Raus inclina la cabeza en gesto de asentimiento y cuando Soren le retira la espada del pecho, se levanta.

- ¡Empecemos! -dice Raus cogiendo su espada y adoptando pose defensiva. Raus siempre dejaba que Soren tomara la iniciativa, y en esta ocasión hizo lo mismo. Soren se preparó para atacar pero, aunque tuviera muchas ganas de practicar, pensar en el tesoro que podrían encontrar le hizo cambiar de idea. - Espera...sé que he sido yo la que te lo ha propuesto, pero...- dice sonrojándose - pero que te parece si lo dejamos para después. ¡¡Quiero encontrar ese tesoro ya!!

- Jajaja como gustes Soren. Realmente yo también tengo muchas ganas de ir a por el tesoro escondido. ¿Ves esa gran roca? - Dice señalando a una piedra con forma curiosa. Soren asiente.Tiene forma de gato jeje. Pues el tesoro se encuentra en una cueva interna y la entrada a ésta está justo ahí.

- Pero...es imposible llegar a ella.

- ¿Imposible? Nada es imposible. Iremos nadando.

- ¿Quéeeeee? Pero yo...pero..

-Jajaja era una broma. Sígueme. Se acercan al borde del lago y tras un recoveco se puede ver un pequeño bote amarrado con una cuerda y con un par de remos en su interior. ¿Qué te parece Soren? - dice mirándola con picardía.

- Es perfecto. Aunque podrías haberlo dicho antes...

Raus ayuda a Soren a subir al bote y luego sube él. Coge los remos y se dirige hacia la gran roca con forma de animal. Soren observa a Raus remar. Ahí no hay oleaje, es un lago, pero el ritmo al que se desplazan sobre las cristalinas aguas, no lo podría seguir cualquiera que antes no hubiera cogido un bote. Se notaba que era  pescador. Han llegado a la entrada de la cueva. - Soren ten cuidado con la cabeza, el techo de la cueva es muy desigual, y hay algún que otro desnivel. Soren observa con cuidado el techo para no darse ningún golpe, aunque cada vez le cuesta más poder verlo. Se están alejando de la entrada, dejando atrás el único punto de luz natural. De repente se escucha un sonido lejano, que se potencia por el eco rebotando en las paredes de la cueva.

- ¿Qué ha sido eso? -Pregunta Soren asustada.

- Tranquila, no es nada. Seguro que sólo es el batir de alas de algún murciélago. Raus sigue remando hasta el centro de la cueva. Se acerca a un borde, para de remar y ayuda a Soren a bajar. Ya hemos llegado.

Ven, tienes que ver esto

En la penumbra creada por la claridad del día y la cobertura de aquella piedra, la cueva se adentraba de forma irregular sin que pareciera que llevara a ningún lado. Raus se adentró sin miedo y dió dos saltos evitando unas rocas que brillaban lisas por la humedad, probablemente muy resbaladizas. Llegó hasta una de las paredes en el rincón más oscuro y te hizo ademán de acercarte. De forma ágil hiciste los mismos saltos llegando hasta allí, en esa pared, un poco por debajo de tu cintura había un túnel, un túnel pequeño por el que cualquiera de los dos podría entrar a gatas, Raus se agachó de rodillas para poder ver bien a través de él

Mira, allí adentro

Tenías que agacharte, te ensuciarías de barro, pero ya inventarías una excusa adecuada. El túnel subía y bajaba levemente, dejando solo un pequeño ángulo por el que ver una ténue luz azulada en un fondo lejano.

Esa luz, debe ser algun tipo de tesoro mágico, no tengo ninguna duda. Pero.... yo... no sé si cabría por este túnel, soy un poco más alto y grande que tú.... Tenemos que encontrar a alguien que entre, pero que podamos quedarnos el tesoro para nosotros

Parecían tonterías... a tu parecer Ficher cabía perfectamente, pero debía tener miedo. Sea lo que fuera aquella luz, estaba fácilmente a tu alcance, tan solo eran unos metros de túnel a través de los que arrastrarse y gatear... eso sí... saldrías sucísima.

Soren se arrima a Raus y observa cómo se cuela por la rendija que ocultaba la piedra. Sigue a Raus poniendo especial atención en no pisar las rocas resbaladizas que había evitado previamente Raus. Siguiendo las indicaciones de su amigo, examina la pequeña entrada que hay a media altura en la pared del rincón. En esa zona no se veía prácticamente nada excepto la entrada a un túnel irregular en cuyo fondo se podía ver por un resquicio una tenue luz azul.

¿Qué es esa luz? ¡Vayamos a investigar!

Raus parece completamente seguro de que es el tesoro, pero parece que todo su valor se ha esfumado de golpe. A penas es un par de centímetros más alto que la princesa, y aun así está pensando en buscar a alguien más para que entre.

¡¿Te has vuelto loco?! No podemos decirle a nadie nuestro secreto, si encontráramos algo, seguro que se lo quedaría. Además si alguien se entera de que estoy aquí contigo…No quiero ni pensar lo que pasaría- Soren mira dubitativamente la entrada al túnel que está lleno de barro pero es la única opción- Ayúdame a subir, entraré yo- Raus sorprendido por la osadía de su amiga, se queda un segundo paralizado, reacciona y la aúpa hasta la abertura.

Con un poco de impulso y la ayuda del pequeño pescador consigue entrar y empieza a deslizarse hacia el interior reptando con cuidado. Afortunadamente el suelo del túnel era bastante uniforme y permitía el avance a través de él. Del techo no se podía decir lo mismo, en algunas zonas se podía ir a gatas, pero en otras era tan bajo que tenía que poner la cabeza casi a ras de suelo. No tardó más de tres minutos en recorrer el túnel y llegar hasta el final. Desde allí se podía ver de dónde procedía la luz, pero no cuál era su fuente. Soren saltó desde la salida del túnel al suelo.

-¡Soreeen! ¿Dónde estás? ¿Has encontrado el tesoro? –desde esta nueva posición no tenían contacto visual, pero al menos el sonido quedaba atrapado en las paredes y se podían comunicar.

- Estoy en una especie de nueva cueva, pero esta tiene más salidas y caminos. Voy a entrar en la segunda a la derecha, estoy segura que la luz viene de ahí.

-¡Vale! Pero ten cuidado, si ves algo raro avísame.

Entra en la galería que ha indicado a Raus y se acerca a la pared que brilla y emite luz azul, ahora no es una luz tenue, es resplandeciente, casi cegadora comparada con la iluminación del resto de la cueva. Cuando Soren se acostumbra a la luz, puede ver que hay algo incrustado en la pared y que se extiende hacia el techo. Se acerca para tocarlo, pero de repente oye un ruido estruendoso al otro lado de la pared.

-¿Raus?

¿Unas piedras que se han desprendido? ¿Un movimiento de tierras tal vez?

Sería mucha casualidad que la cueva se derrumbara justamente por la presencia de la princesa, de nuevo se oye la tierra deslizarse, pero todo parece tranquilo y Soren se acerca hacia la luz caminando despacio por el túnel de piedra a la vez que el eco de Raus se pierde por las paredes que os separan, llegas a una gran cavidad semiesférica, hay piedras amontonadas, no como un derrumbe, sino como alguien las amontonara de forma desordenada, cantos redondos y grandes todos colocados en un enorme montón. Aquí se oye discurrir agua, por una pared caen gotitas que hacen brillar la tierra a la luz de una pared de setas azules que brillan con luz propia, nunca jamás hubieras pensado que existiera algo así. Brillan mucho más que cualquier candelabro y la luz azul es enormemente tranquilizadora

Te acercas a inspeccionar, en la sala, oyes junto a ti un nuevo corrimiento de tierra, pero en vez de preocuparte por eso alargas la mano hacia una de las setas, no son más que setas corrientes, tienen su tacto y su tamaño, y brotan de la húmeda pared.

Fa Fa ¿Quién eres tú? - Quedas unos segundos observando las setas, la voz llega a tu cabeza pero no caes en la cuenta de que algo te está hablando hasta unas décimas de segundo más tarde. Te giras espeluznada para ver a un gigantón peludo, con grandes ojos negros, enorme como un hombre muy gordo cuyos brazos llegan casi hasta el suelo, cada uno de sus dedos con los que ahora te señala son como tu antebrazo y está cubierto de fango, tierra y algo de moho

Fa Fa ¿Qué haces aquí ?

¿Qué habrá sido ese ruido?-se pregunta Soren asustada- Bueno...mejor me tranquilizo seguro que no es nada.-Despreocupadamente se adentra en la cavidad esférica que hay al final del túnel y se acerca embelesada a la pared azul de la que goteaba agua. ¿Son eso setas? ¿El tesoro son unas setas? Aunque…son preciosas, jamás habría imaginado algo así de bonito en un lugar tan lúgubre como este.

Soren está cautivada por la naturaleza de la luz azul, y se acerca a tocar las setas sin preocuparle lo más mínimo los corrimientos de tierra que se llevan escuchando desde hace rato, seguro que no pasa nada. Soren toquetea las setas con curiosidad, no pueden ser malas si han sobrevivido por ellas mismas en un sitio como ese con tan solo las filtraciones de agua de la cueva. Son muy suaves, seguro que tiene poderes mágicos. Cogeré una y se la enseñaré a Raus, quizás el sepa algo más sobre ese ti…¿Quién me está hablando?-Soren se gira y completamente atemorizada observa al ser inmenso y peludo que le estaba hablando- ¿Qué diablos es eso?Es monstruoso. Tengo miedo.¿Y si me hace algo?ojalá me hubiese acompañado Raus,¿¿qué le digo??aaahh-Yyyo ssoy Sosoren- Soren consigue decirle su nombre al Trol pero el miedo a lo que pueda pasarle le impide moverse o intentar darle una explicación a ese ser parlante.

FA FA ¿ QUIEN ERES ? - El monstruo lanza su grito y la cueva parece no inmutarse, no hay eco ni deslizamientos, todo parece paralizado - FA FA ¿QUÉ HACES AQUÍ? - El monstruo da un torpe paso hacia Soren, la silueta de Soren recortada con la luz de la pared de setas azules a su espalda se dibuja y recorta en los enormes y negros ojos del trol, haciendose la silueta más reconocible conforme se va acercando, hasta aquí parece que bien, pero uno de sus enormes brazos peludos se levanta y se dirige a Soren de forma lenta, todos sus movimientos parecen a cámara lenta.

Soren puede ver los dedos acercándose, son enormes y redondos, con uñas mordidas y llenas de costras oscuras, los nudillos llenos de arrugas y la palma de su mano enormemente grande, podría aplastar a la niña entre sus dos manos, no hay duda. Repite su pregunta - FA FA ¿ QUIEN ERES ? - No parece que tu respuesta le haya convencido, aunque su cara es totalmente inexpresiva no estás segura de la intención de la mano que se acerca, al moverse hacia ti ha dejado libre la entrada a la cámara, aún con su lentitud, no sería fácil colarse sin que le cogieran

Quizás sea inofensivo, pero mejor no correr el riesgo. Soren completamente atemorizada por la enorme mano que se acerca lentamente hacia ella, pega un grito e intenta esquivarla tirándose hacia un lado, por entre los brazos del trol. Sus dedos rozan su pelo delicadamente, pero consigue zafarse de las garras del monstruo. Soren se levanta rápidamente y lentamente se dirige hacia la salida de la cámara sin darle la espalda al inexpresivo ser que no para de repetir una vez tras otra las mismas pregunta.

Un poco más calmada y a una distancia prudente, tras ver que la expresión del trol no es de enfado ni amenazante, Soren contesta a las preguntas con más seguridad y claridad. Me llamo Soren, soy la princesa de Ubeda -se replantea si decirle o no su secreto y finalmente opta por omitir parte de la verdad- y he venido a explorar la cueva.

Aunque su expresión no cambia, su tono de voz es cada vez más elevado hasta que ahora habla a gritos. La tierra parece moverse, como si algunos desprendimientos volvieran a su lugar, y otros nuevos movieran la cueva, puedes ver las setas de la pared abrirse, como una cortina creando una pequeña grieta a otro pasadizo. Detrás del trol la tierra se aparta, y en algunos puntos empieza a elevarse como pequeñas estalactitas en un lento movimiento.

¿¡FA FA QUIEN ERES TÚ SOREN?! ¡FA FA, PARA EXPLORAR!

Sus dientes son enormes, romos y amarillos, cubiertos de una capa blancuzca, se abalanza sobre ti, pero es muy torpe, tropieza y no despega la mirada de ti, sino que vuelve a intentar cogerte. Un hilo de baba cruza su boca abierta al tiempo que se abalanza sobre ti. Aunque la conversación sigue sin demasiado sentido, parece que la intente aprovechar para devorarte

Oh oh! Parece enfadado...Su atronadora voz parece ser el detonante de los movimientos sísmicos de la cueva. Definitivamente sus intenciones hacia Soren quedan claras, y parece ser que son de todo menos buenas. Soren mira a su alrededor y las únicas vías de escape son la entrada por la que había venido o el nuevo pasadizo que las azules setas habían abierto ante ella. ¿Qué hago? ¿Vuelvo para atrás o intento escapar por ahí? Rápidamente y sin parar a pensarlo calmadamente Soren sale corriendo hacia el nuevo sendero. Los movimientos del trol parecen lentos y torpes, pero aún así no desiste y la persigue con la mandíbula completamente desencajada listo para engullir el suculento desayuno que ha osado irrumpir en su guarida.

La princesa sigue huyendo por un túnel también recubierto de setas azules hasta que una zarpa del trol atraviesa sutilmente su hombro izquierdo-Aaaarghhmm - El dolor de la herida la hace gritar. Ahora está indefensa y herida en el suelo. Intuye que va a ser su fin. El trol se sitúa ante ella y acerca sus enormes y amarillentos colmillos hacia la pequeña. Soren puede notar el apestoso aliento tan cerca de ella que se le eriza el vello de los brazos al instante. ¡Me va a devorar! De repente las setas empiezan a emitir luz con mucha más intensidad y de forma intermitente. El trol se detiene. ¿Qué está pasando? ¿Las setas tienen poderes mágicos? ¿La están volviendo a ayudar?

¿Las setas han parpadeado? ¿Han brillado? ¿Ha sido una señal? ¿Imaginaciones tuyas? Quien sabe

Te abalanzas por la grieta y el trol se lanza tras de ti, no cabe por ahí así que es el escape perfecto, su enorme mano te agarra de las espaldas y caes hacia adelante, sus uñas rompen tu vestido a la altura del hombro y la espalda derechos y tú caes de bruces en tierra húmeda que escupes rápidamente, no miras atrás, el fulgor de la pared llena de setas apenas es un trecho de penumbra aquí. Apoyas tus manos para ponerte en pie pero resbalas, es como apoyarse sobre una montaña de arena, te intentas poner en pie pero la tierra se desplaza a los lados, todo ocurre rápido, como intentar ponerse en pie apresuradamente sobre el hielo. La tierra se abre a tus pies, y lo que parece un hoyo se continua abriendo dejandote caer en la garganta de tierra

Envuelta en esa oscuridad, caes sin remedio, perdiendo por completo el sentido cuando aún escuchas el eco del trol - Faa Faa