Partida Rol por web

El disparo alcanza en la cabeza a uno de los hombres del grupo, que estalla esparciendo sangre de manera atroz a todos los que se encuentran alrededor.

El corazón ha sido alcanzado. El corazón de América sangra.

Con la pared apoyada contra la puerta de embarque, Simón/El Terrorista/Abu Nazir continúa en shock por el impacto y la descarga eléctrica. Ha perdido el control sobre su propio cuerpo. Siente la sangre llenar su boca, ya que se ha mordido la lengua. Siente cómo la orina empapa sus pantalones, apestosa.

Pero no importa, ¿qué importa la envoltura terrenal allá donde va? Debe dejarla atrás. Olvidarla. Prepararse para mezclarse con sus Maestros, los dioses arquetípicos de la Humanidad. Porque lo ha conseguido. Ha completado el ritual. Ha llegado lo bastante lejos. Está impaciente por Ascender. Puede ver su camino ante él, iluminado, que le lleva hasta la corona de la Creación, hasta la Eternidad, hasta…

De pronto una sombra se planta en su camino, impidiéndole ver su meta, su Destino.

Es una sombra grande y terrible.

Es la Madre… y está furiosa…

Jean está al lado de aquel hombre. Observa su sonrisa con desprecio y sin decir una palabra aparta con suavidad al hombre de las gafas de sol. Siente a su hijo unos metros detrás de ella, respirando, vivo y asustado. Asustado...

Jeanette no tiene miedo ya. No ahora. Se siente tranquila pero a la vez furiosa, él...

Alza con las dos manos el termo metálico como si fuera un cuchillo en un ritual. Le mira una última vez. Debe recibir su castigo por sus actos. Tras ese instante la mujer baja el termo para estrellarlo con su cabeza.

El primer golpe impactó en el cráneo del terrorista con un crujido húmedo. Al levantar de nuevo el termo sobre su cabeza varias gotas mancharon el pelo y la cara de la mujer, que no parecía preocuparle en absoluto. Su expresión no cambió en absoluto, lo miraba furiosa sin bajar la cabeza y de nuevo, trazando el mismo arco ritual volvió a impactar el termo contra la cara Nazir. Otro crujido húmedo, sangre. La nariz y probablemente la mandíbula habían sido destrozadas con aquel segundo golpe y una vez mas Jean levantó el termo sin apartar la mirada y de nuevo la sangre de su enemigo salpicó su rostro...

Jean le volvió a golpear una vez mas, notó como los huesos del terrorista se hundían hacia dentro y sintió la sangre en sus manos una vez más. Soltó el termo, que estaba empapado en sangre y se miró las manos. Rápidamente se las limpió en la ropa como pudo y se giró hacia su hijo. Ya no tenía por que tener miedo, el hombre malo había muerto y ya no le podría hacer ningún daño...

Jean no acababa de entender lo que había sucedido, abrazaba a su hijo con fuerza y las lagrimas caían por su mejilla. No dejaba de murmurar su nombre como si al hacerlo certificase que seguían vivos. No le preocupó la sangre que la manchaba ni lo que acababa de hacer. Lo había hecho para salvar a su hijo. Cualquier persona hubiera hecho lo mismo. Si David hubiera tenido un padre tampoco habría permitido que le causara mal alguno.

Pero ya estaban libres, sanos y salvos. No sabía como pero bajarían del avión y tras contestar algunas preguntas volverían a casa. En aquel momento era todo lo que quería, estar en casa con David. David. Él era todo su mundo...

El hombre al que el mundo conocía por el nombre de Abu Nazir, el hombre al que el mundo temía, había muerto.

Y con su muerte terminó la pesadilla del vuelo 333 de United Airlines.

Más adelante, cuando los testigos supervivientes relataran los extraños fenómenos que tuvieron lugar durante el terrible desenlace del secuestro, los psicólogos especializados coincidirían en que fueron resultado de la histeria colectiva, sin darles mayor importancia. Nada de ello salió a la luz pública.

Se eliminaron todos los registros que reflejaban cómo durante un minuto completo el vuelo se desvaneció de los radares civiles y militares, además de desaparecer de la vista de los dos F-19 que lo flanqueaban.

Pero eso sucedería más adelante. Mientras tanto, en el UA 333, los supervivientes empezaban a ver la luz al final del túnel.

Fátima Yijifil, una de las auxiliares de vuelo, que durante el incidente consiguió eliminar la amenaza de la cómplice de Abu Nazir, se ponía a los mandos en la cabina de pilotaje, dispuesta a hacer aterrizar el Boeing 757.

Es aquí, a los mandos del avión, donde Fátima siente que debe estar. No le queda ninguna duda que ha nacido para esto…

Matt Winokur, pasajero de primera clase, que en mitad del secuestro logró acceder a la cabina y hacerse con un arma Taser que utilizó para reducir al Terrorista, organizó a los supervivientes para que cuidaran de los heridos y se puso en el puesto de copiloto para ayudar a Fátima durante el aterrizaje.

Las dudas y la inseguridad que atormentaban a Matt en su vida hasta hoy han desaparecido por completo. Es un hombre nuevo y lo sabe…

Jeanette Pryce, pasajera de clase económica, cuyo hijo fue amenazado por Abu Nazir durante los hechos, y que fue quien finalmente acabó con el Terrorista a golpes, se abraza a su hijo David, y entre los dos, se ocupan de cuidar de Jack.

Nadie volverá a poner en peligro a su niño. Para ella, él es lo más precioso del mundo, y David sabe que su madre siempre estará allí para él…

Jack Chance, pasajero de clase económica, que fue quién primero se lanzó a por Abu Nazir, recibiendo un disparo a bocajarro por ello, pero de esa manera dando la oportunidad a los otros de reducir al Terrorista, se aplica presión sobre la herida y se esfuerza en seguir respirando.

Al final, la victoria ha sido suya ¿no es cierto? No tiene la menor intención de morirse ahora. No ahora que es un héroe…

Mientras, por todo el mundo, las millones de personas que lo habían visto, que habían sido testigos de los acontecimientos, todos ellos, lo celebraron. Entonces, ocurrió algo que jamás había sucedido en la historia de la humanidad, porque una oleada de júbilo recorrió el planeta, diseminándose como si se tratase de un virus, afectando de manera inconsciente a toda la población. Por primera vez, millones de personas experimentaron una alegría compartida a lo largo y ancho del mundo, al mismo tiempo, y esa energía positiva se expandió y afectó a los corazones y mentes de la gente del planeta Tierra.

Y nadie nunca se dio cuenta, pero durante lo que restó de ese día no hubo actos violentos, ni de odio, sino únicamente armonía y amor.

Fue durante unas pocas horas, sí, pero el mundo estuvo en paz…

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, hace una pausa y continúa después su discurso ante el expectante auditorio, lleno hasta la bandera.

América no busca ni quiere provocar un asalto a nuestra libertad y a nuestro estilo de vida. No esperábamos ni incitábamos un enfrentamiento contra el Mal. Hay maldad en el mundo. Siempre la habrá y no podemos remediarlo.

Aun así, la fortaleza de un pueblo se demuestra haciendo frente a las adversidades.

El incidente del vuelo de United Airlines puso a prueba a los hombres y mujeres que viajaban allí y a todos nosotros también. Pero algunos de esos hombres y mujeres se negaron a aceptar la situación y se enfrentaron a los terroristas a riesgo de sus vidas.

A riesgo de sus vidas.

Esta noche, rendimos homenaje a aquellos que perdieron la vida al hacerlo y a los que lo lograron por muy costoso que fuera.

Si dudamos de nuestra capacidad para afrontar un desafío, miremos todos hacia el cielo y recordemos que esa capacidad no tiene límites.

Es la hora de los héroes de América.

Haremos lo más difícil, conseguir la grandeza.

Es la hora de los héroes de América, miremos a las estrellas.

Que Dios les bendiga, y a vosotros, y a los Estados Unidos de América.

El Auditorio estalla en una estruendosa ovación, llena de sentimiento. Esos aplausos van dirigidos no sólo hacia el Presidente, sino en su mayoría hacia la tribuna principal, donde se sientan los llamados héroes del UA 333.

Fátima, Jack , Jeanette y Matt se ponen finalmente en pie porque la ovación no cesa, sino que se hace cada vez más intensa, más poderosa, más emotiva.

Nadie duda de que se lo merecen…

Jeanette Pryce fue portada de varias publicaciones, convirtiéndose en toda una celebridad a nivel nacional al haber sido la mujer que mató a Abu Nazir. Publicó un libro sobre sus experiencias, llamado Yo, por mi hijo, MA-TO que se convirtió en un completo bestseller en ventas físicas y descargas para eBook.

En la película United 333, ganadora de cinco Oscars, entre ellos mejor película y mejor director (Michael Bay), su papel es interpretado por la actriz Kate Winslet.

Comunidad Umbría ha presentado…

Una partida para Unknown Armies

Rahel como Fátima Yijifil

Kilder como Jack Chance

Galthor como Jeanette Pryce

McAxel como Matt Winokur

Basado en el módulo “Volar hacia el Cielo” de Greg Stolze

Adaptado y dirigido por Drágalin

UA 333