- Oh, jävlar!- Maldijo Kjåll al ver la reacción del grandullón. Sin duda no le interesaba acabar en problemas, así que trató de ser lo más delicado posible para un Vesteno... - Disculpa, vine aquí a disfrutar de la famosa y deliciosa cerveza; probé una en la taberna de cerca de la entrada, pero he oído que la mejor está en el piso superior! -
El grandullón puso una cara de confusión semejante a la que habría puesto si Kjåll le hubiese contado un problema de matemáticas. No entendía muy bien cómo o por qué hablaba aquel extraño de la Vila como un punto turístico en el que tomar cerveza, pero si tenía claro dos cosas: Que se equivocaba y que un tipo de dos metros, con tatuajes y malas pintas no era el cliente tipo de este lugar. Así que, incapaz de resolver el extraño "acertijo" de Kjåll mediante la palabra, emitió un potente rugido -¡GRRR!- y se dirigió de forma amenazante hacia el de vesten.
-Escribe que vas a hacer, y probablemente determinaré una tirada de aumentos.
Los instintos de Kjåll normalmente le llevarían a acudir a su espada directamente, pero el grandullón estaba desarmado y no quería problemas adicionales. El tipo era más ancho que él, pero el vesteno estaba hecho a la pelea. En lugar de tomar su espada, Kjåll se preparó para contraatacar el torpe inicio de su contrincante; era pesado, así que con la inercia con la que se le abalanzaba, podría esquivarlo y añadir momento de un empujón para derribarlo.
OK, pues lo que intentas es hacer una maniobra hábil con la que inutilizar al grandullón, así que estarás tirando por (Maña + atletismo)
-1 aumento para evitar el ataque del tipo (si no lo consigues recibes una herida).
-1 aumento para ejecutar perfectamente la llave para derribar e inmovilizar bajo tu cuerpo al tipo.
Kjåll se preparó para su maniobra. Su gran agilidad y destreza le permitieron ver la embestida de su contrincante, esquivándole en el momento justo para derribarlo al suelo. El gran tamaño del grandullón hizo que fuera especialmente efectivo y Kjåll soltó una breve carcajada tras noquearlo.
Motivo: Contra-ataque
Tirada: 6d10
Resultado: 10, 8, 10, 8, 4, 8 (Suma: 48)
2 aumentos con el 10
1 aumento 2 ochos
1 aumento 4+8
Gasto dos aumentos para ejecutar el derribo.
Victorioso tras la refriega, Kjåll se mantuvo encima del corpachón de su oponente, inmovilizado contra el suelo. El derrotado jadeo varias veces, pero cualquier intento en un individuo tan lento era inútil. Probablemente ya le sería difícil el simple hecho de incorporarse del suelo. Así que, exhausto y resignado, no le quedó otra que dirigirse a su captor:
-¿Qué quieres? ¡Déjame en paz!-
- Jeje, esta es mi oportunidad - Pensó Kjåll en ese momento. - Respóndeme a esto y me lo agradecerás. ¿Has visto a un hombre con una cicatriz en la cara? ¿Dónde puedo encontrarlo? - Dijo de forma directa. - Parece tener poca cabeza, mejor mantenerlo simple y directo. -
La cara del grandullón se oscureció de repente. Bajó la mirada, y Kjåll pudo notar como su respiración se calmaba de golpe.
-Está en escondido en el altillo oculto. Sube las escaleras hasta la última planta, y una vez allí recorre el pasillo en sentido contrario. Cuando llegues a un cuadro con una sirena, párate y mira arriba. Allí encontrarás el acceso.-
Sus palabras fueron seguidas de un largo suspiro.
-Por favor, déjame seguir mi trabajo ahora.-
Kjåll se sintió satisfecho con la respuesta - No era tan descerebrado como parecía...- Soltó al limpiador y le respondió con firmeza. - Bien hecho, espero que la próxima vez no te lances a un vesteno sin razón. Que esto quede entre nosotros. - Sin más espera, Kjåll siguió las indicaciones, su corazón latiendo más rápido a la vez que se acercaba más a su objetivo.
Kjåll subió las escaleras y avanzó por el pasillo hasta el punto que le habían indicado. Se paró ante un cuadro que indicaba con la descripción que el grandullón le había dicho y miró hacia arriba. Si no lo hubiera ido buscando, hubiera sido realmente difícil verlo, pero allí colgaba del techo un pequeño hilo de cuerda que daba a una trampilla que se mimetizaba perfectamente con el resto del techo, que era de madera. Tras buscar una pequeña banqueta, Kjåll se apoyó en ella para poder llegar a tirar del hilo, de forma que la trampilla cedió.
Al subir por la trampilla, no hizo falta ninguna luz, pues el habitáculo se encontraba bien iluminado por la luz que se filtraba de entre las vigas de madera, pero sobre todo de un buen boquete que había en el otro extremo de la sala, tan grande como una ventana. Pudo ver rápido que allí no había nadie, pero desde luego, aquel penoso lugar no estaba deshabitado: Había un lecho, algunos manuscritos, y algunos restos de comida. Al acercarse a la improvisada cama de paja, pudo encontrar unas vendas, ya gastadas, llenas de sangre. Por más que buscaba, no pudo encontrar ninguna pertenencia, era como si la quien fuera que morase allí, ya se hubiera marchado. No había nada allí en particular, salvo un pedazo de porcelana casi del tamaño de su mano.
Estaba ya por marcharse de allí, cuando por curiosidad Kjåll se acercó al boquete, pues no era normal que se produjera semejante desperfecto en un edificio bien cuidado como ese, y al examinar la madera pudo ver con absoluta seguridad que había sido malamente arrancada. Pero aún había más, pues al asomarse, pudo ver debajo del boquete, que daba al tejado de La Vila, había numerosos restos de madera. Además había manchas de barro por las comisuras del agujero que se perdían en el tejado.
Kjåll maldijo al ver que su objetivo había abandonado su guarida - !Fan! - A pesar de ello, sus esperanzas no se ahogaron y decidió descender por el boquete y seguir buscando pistas que lo llevaran al enmascarado. No quería perder mucho tiempo por si aún andaba cerca; al fin y al cabo siempre podría regresar a la guarida.
No fue difícil seguir la pista del morador del ático, pues el rastro de barro se continuaba, cada vez menos visible eso sí, volviendo a recorrer lo que debía de ser nuevamente el pasillo, y se terminaba inexorablemente en alfeizar del tejado. Al asomarse, Kjåll esperó encontrar una contundente caída al vacío, y aunque esto era cierto, había también un balcón justo debajo, a escaso metro y medio, que debía dar a una de las habitaciones con cuyas puertas se había antes topado. Era un salto peligroso si, pero desde luego nada descabellado.
Kjåll no podía detenerse ahora que había llegado hasta allí, debía continuar siguiendo las pistas. Entonces, decidido, se sentó para realizar un descenso cuidadoso desde el borde del tejado.
Kjåll aterrizó de forma torpe pero segura sobre el balcón. Una vez allí, se internó desde el exterior hacia la sala contigua que parecía ser un bonito dormitorio, en primera instancia no veía a nadie, pero estaba claro que ahí se hospedaba alguien, por lo menos una mujer, pues había algunas prendas, cepillos y joyas por la habitación. De repente, según se internó en la habitación, pudo ver que en una esquina, de la cual no había tenido visión hasta ese momento, había una bella muchacha de pelo y piel morena, amordazada y sentada sobre una silla, retorciéndose sobre sus ataduras, mientras lo miraba fijamente con unos grandes ojos verdes.
Kjåll se vió sorprendido ante la situación y se aceleró a ayudar a la muchacha. La desamordazó y soltó sus ataduras - ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? - Dijo, con voz cálida y profunda.
Desde que Kjåll removió las ataduras que tapaban su boca, esta empezó a maldecir furiosa verborrea:
-¡MALDITA SEA! ¡LLEVO TODA LA MAÑANA AQUÍ ATADA, ESOS IMBÉCILES LE ESTÁN ESCOLTANDO A ÉL EN VEZ DE A MÍ, SE HA HECHO PASAR POR MI....ESE...ESE CRETINO DE LA CARA CORTADA!.-
En cuanto pronunció esas palabras Kjåll ya supó que estaba en el buen camino, pero necesitaba tranquilizar a la muchacha, que se explicara mejor, para poder ir a por su presa. Por suerte, la muchacha pronto comprendió con que clase de persona estaba tratando, y cual sería su propósito, y dado que rabiosa, clamaba venganza, le explicó con rapidez la situación: Su carruaje salió sin ella esa misma mañana temprano en dirección a la Mancomunidad Sármata, escoltada por 3 hombres y estaba segura de que aquel odioso hombre se había hecho pasar por ella, pues ¿Por qué motivo sino no se habría preocupado nadie por ella en toda la mañana? Además ese hombre se marchó con su abrigo más grande y gordo puesto para que le tapara el rostro. Estaba claro que pretendía disfrazarse pues si fuese un robo se habría llevado más cosas.
Kjåll se aseguró de que la muchacha estuviera ya tranquila para poder continuar. - Eso significa que debo partir cuanto antes. Gracias por la información, mantente lejos de problemas en el futuro. - Sin más espera, Kjåll se dirigió al establo donde había dejado a su caballo y siguió el camino hacia Mancomunidad Sármata, con esperanzas de poder alcanzarlos, al ir él sólo en caballo en lugar de carruaje.
Kjåll salió raudo con su caballo espoleando al animal al máximo, tratando de alcanzar el tiempo perdido. Probablemente no le debería de llevar mucho alcanzar a un carruaje, pero no debía de relajarse y perder una oportunidad ahora que estaba tan cerca de lograrlo. El tiempo era inclemente, el cielo gris, frío, y la nieve envolvía todo, era como estar en casa, lo cual suponía una gran ventaja. Debía de rastrear huellas de un carruaje y al menos otro caballo, si iban 3 escoltas, y eso sería fácil, muy fácil de distinguir entre cualquier otro rastro que encontrase por el camino.
Eso pensaba Kjåll mientras iba pasando el día, cuando por fin, llegó el momento. Para cuando los encontró, ya estaba muy cerca. La visibilidad era mala, y quizá le hubieran escuchado a el o quizá no. A menos que fuera una escolta de élite, probablemente estarían demasiado distraídos. En cualquier caso, ahí estaban ante él, un indistinguible carruaje de noble, y junto a él dos hombres a caballo, el tercero debía de ser el cochero entonces.
Kjåll sabía que no tendría sentido atacar la caravana, así que se propuso a intentar solucionarlo utilizando la vía diplomática. - Es un impostor, en cuanto lo descubran, su plan se hará añicos- Se aproximó a la caravana a trote, pues pretendía no resultar amenazante. Se dirigió al escolta a caballo sin demasiada pausa. - Buen hombre, siento informarle de que llevan a un impostor en el carro. Encontré a la noble que debían escoltar maniatada en La vila y me informó de lo ocurrido. Le habrá resultado sospechoso que no hayan podido ver su rostro con claridad, imagino. - Dijo Kjåll, con tono sincero y con su rostro serio.