Sin mas miramientos comienzo a decir…
Buenas noches padre, siento el importunarle tan pronto, pero creo que la información que traigo es importante, para mi cometido y también para usted, ya que hay acontecimientos inquietantes, que aun no se han desvelado en esta ciudad.
Me acomodo en la silla y prosigo:
--"Al salir del templo, me he refugiado en la casa de Tikur Caitiz, en la que ya estuvimos mis compañeros y yo acogidos, por lo que me pareció un buen sitio para empezar a buscar, cual es mi sorpresa, cuando me informan de que mis compañeros dadas las prisas de Shimen y de Yoirhy, el grupo ha quedado inconexo, desperdigado por la geografía, también he de decir que la casa de el señor Tikur, no goza de su mejor momento, supongo que estará informado, pero una serie de desdichas azotan aquella casa con dureza. El señor Tikur además posee un gran brazo fuera de los muros de su casa ya que sabia quien es aquel que me enviaba…." Dejo una pausa de unos segundos, para fijarme en la expresión de Barns. "Una vez pasada la noche y ver el limitado conocimiento de lo que me concierne, a lo cual creo, que ha callado mas de lo que ha dicho, decidí el moverme por la ciudad, en busca de algunos de mis antiguos compañeros, por si saben el nuevo paradero de Shimen y Yoirhy, en especial a Elmeci, ya que parece el mas afín a nuestros ideales….". Dejo otra pausa de unos segundos, para fijarme en la expresión de Barns. "Pero me topé con una mugrienta posada, donde recordé que ahí se reúnen los viajeros mas rudos del lugar y en efecto, allí el camarero por unas pocas monedas me contó algo, que es por lo que realmente estoy aquí y las cosas no me cuadran. Me dijo que Shimen, el que bien sabe que Yoirhy se encuentra muy interesada en su persona, que parece su sirviente, o guarda espaldas, me dijo que se encontraba a Shimen totalmente servicial, casi como un esclavo, de una dama de expresión fría y seria, dada la descripción del tabernero, tanto psicológica, como física de dicha mujer no me cuadra con la de Yoirhy, por la que una tercera persona anda en el entuerto, pero según la información dada por Tikur, solo dos partieron de esta ciudad, Shimen y Yoirhy, y con muchísima prisa, como si el mismísimo demonio les persiguiera. Por lo que en todo este largo tiempo conozco a mis compañeros, he de decir que si escapan de alguien, ese alguien o algo ha de ser muy poderoso y creo que sigue en esta ciudad. Mis últimas indicaciones me dicen que mis dos compañeros, marcharon rumbo norte, pero aún quedan datos por saber, pero creo que si encontramos a esa tercera persona, sabremos más cosas…"
Y espero pacientemente a la respuesta del señor Barns.
El sacerdote escuchó a su discípulo con sumo interés. Su ceño se fruncía de vez en cuando y cuando se centró en los dos caóticos, se adelantó un poco... como si así escuchase más. El silencio se prolonga más tiempo del que a Althurin le hubiese gustado. El rostro de Lucius, con los ojos cerrados, las manos quietas, entrecruzadas y apoyadas en su nariz y boca, daba a entender que en su mente existía una lucha interna.
--"La información que me traes, hijo mío, es muy interesante y valiosa." Una pausa... y prosigue con voz más serena y extrañamente tranquila. "Con Tikur, no te preocupes, sé quién es el que le proveé de esa información, y nos puede venir bien. Lo de la Hacienda Caitiz... es algo que me sigue intrigando, y más ahora que me dices que los renegados de la luz se fueron tán deprisa. He de informarte, que en esa casa, mientras estaban ellos, hubo un asesinato. Si, hijo, te han ocultado cosas. La muerte fue de una mujer del servicio y fue investigada por la Iglesia de Domblas... la cual no llegó a encontrar un culpable dentro de esa casa."
Termina de hablar y mira a Althurin. Cuando ve que quiere hablar, levanta la mano haciendo callar y prosigue
--"El informe de la Iglesia de Domblas dice que el asesino era un Mereghn. Sabes muy bien lo que significa esto, ¿verdad?. Pero aún así, te sugiero que tengas los ojos abiertos." Respira hondo y con un gesto grave dice "Me veo obligado a hacerte partícipe de unos conocimientos que no quería que cayesen en tus hombros, pero las circunstancias me llevan a decírtelo." "El viaje que hice en invierno y que suvió como tu bautismo, yo buscaba una serie de pistas para que me llevasen a unos objetos melniboneses. Mi información o no era buena o la conocía alguien más porque no lo encontré. Más tarde, cuando nos encontramos en aquella mansión, en la que tuviste un "pequeño" percance con el PanTangiano... intentaba recabar información. He de reconocer que tu torpeza y la presencia de esos dos deshizo mis planes."
"En fin, yo ahora mismo estoy en un callejón sin salida... a no ser que encuentres a Elmecí y le sondees porque creo que puede saber algo. De paso me das tiempo para informarme sobre esa supuesta tercera persona que estuvo con los decarriados."
Seguidamente continúo diciendo….
-- Hare todo lo que este en mi mano, padre, encontrare a Elmecí y le convenceré para que me cuente lo que sabe sobre esas piezas.
Se que no soy nada mas que una humilde sirviente padre, pero según mi ignorancia, mi juicio me pide saber mas sobre esas piezas, ya que si se lo que realmente busco seré mas efectivo mis quehaceres. Pero eso ya como vos deseéis.
Y le aseguro que no parare hasta ver completada mi misión. No pienso decepcionarle padre.
Mientras Althurin, humilde y despistadamente hace la pregunta, Barns deja de mover las manos. Cuando está terminando de preguntar Althurin levanta la cabeza y se encuentra dos ojos inquisitivos mirándole directamente. Las manos quietas y el rostro severo de Lucius. Al instante Althurin recuerda la única vez que vió esa expresión de su mentor... Fue en una reunión con Igner Altiber, el escriba de Barns y Vocade Troscalas, el isntructor de Althurin. Uno de los dos había cometido el error de no informar sobre los moviemientos de un mercader y el otro le había encubrido. La bronca fue monumental pero lo curioso es que el tono de voz no subió ni dos décimas. Después de eso, estuvieron tres semanas haciendo trabajos de limpieza en el templo, además de todos sus quehaceres.
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: perspicacia
Dificultad: 48-
Resultado: 64 (Fracaso)
Viendo la reacción del monseñor Barns, rapidamente corrijo mi postura relajada por una algo mas tensa y me apresuro a decir....
Siento la agilidad de mi lengua curiosa, se que hay cosas que no he de saber ya que tampoco he de comprender, y le pido disculpas padre. Hare lo que me ha mandado sin mas dilación y sin hacer preguntas ya que confio plenamente en usted y se que la información que me da es la extrictamente necesaria que tengo que saber.
Seguidamente me levanto de mi saiento y espero su vendición antes de salir de la estancia.
El acólito te mira con expresión rara... le has sacado de sus pensamientos y parece descolocado. Mira a ambos lados y comenta algo como que no sabe dónde puede encontrarse el Hermano Barns y te invita a que te acerques al Refectorio y que preguntes. Ya sabes que es de hábitos desacompasados.
Rápidamente te mueves por los pasillos del templo y cuando entras en el Refectorio, una sala grande, bien iluminada y con bastantes mesas y bancos de madera blanca de álamo, identificas a Barns terminando de comer en uno de ellos. Está rodeado de cuatro sacerdotes que parecen prestar bastante más atención a los comentarios del anciano que a la comida que tienen delante.
Volvemos de la Ciudad
Entro sin hacer mucho ruido pero que quede claro que estoy dentro de la sala y me quedo sentado en uno de los bancos más apartados, esperando a que el señor Barms haga algo o me diga algo.
Según entras levanta la cabeza, te mira y hace un amistoso gesto para que te acerques. Mientras vas hacia la mesa, sigue conversando... Te llega a tus oídos... --"...la situación empieza a ser de provecho para nosotros, Arkyn así provee. Tenemos una base solida en el sur de Ilmiora, necesitamos afianzar el norte ya que Galeazzo sigue arraigada en las creencias animistas de los Elementales y en Vador... bueno, tras las noticias que nos llegan, habrá que esperar a que se asiente la situación o mandar alguien a que inicie predicación. No es una plaza importante pero si de interés para mantener la coherencia politico-social... ¡Ah!, Bienvenido a nuestra mesa, maese Althurin. Siéntese aquí, a mi lado" señala a su derecha y rápidamente un sacerdote de unos 56 años se retira y te cede su sitio...
Me siento.
Padre. (Digo mientras hago un gesto con la cabeza)
Señores. (Digo al resto)
Y me quedo callado como para no interrumpir más de lo necesaria la conversación que mantenían.
Todos te mira un segundo, devolviendo el saludo y rápidamente esperas a que Barns siga hablando...
--"Hermano" Te dice Barns. "Tengo entendido que has estado viajando por la zona de la que estamos hablando, ¿cómo crees que estaba de arraigado el culto a los Nueve Blancos en el norte de Ilmiora? Me gustaría la opinión de un joven acólito nuevo en nuestra santa organización."
Te mira, sin malicia... ¿sin malicia? mmm
Ya hace mucho tiempo de aquello, pero los nueve recuerdo que no eran especialmente bien vistos por la mayoría de sus habitantes.
Había un pequeño templo en el centro de la ciudad, el cual fue arrasado por el hermano Elmecí, pero no conozco las causas que le impulsaron ha llevar tales actos. En este templo estaban representados: Arkyn, Domblas y Goldar. Recuerdo también que las gentes reverenciaban como a una deidad a una mujer la cual fue campeona de la Ley, por aquel entonces mi fe recorría el camino perdido de la luz gracias a Arkyn y a usted padre mi camino esta claro y mi paso es firme.
Y callo en espera de sus comentarios.
La referencia al templo hace que un o de los interlocutores te mire atentamente.
--"Hermano... Althurin ¿verdad?, permítame apuntarle que el incidente me suena. Soy de Vador, tengo familia allí... aunque ahora no se nada de ellos, pero en mi larga misión en Picarayd me llegó una misiva de mi hermano menor comentándome que había surgido un pequeño incendio en una de las salas de descanso. Pero nada más. Se quemaron unas cortinas y rápidamente fue sofocado. ¿Es a ese incidente al que se refiere con la palabra 'arrasar'? Se lo pregunto con humildad porque estoy especialmente interesado por el futuro de mi templo."
Su voz es aterciopelada, parecida a la de Barns... pero no tiene el tono de peligro que muy bien sabe destilar Lucius. Por los modales y la forma de hablar, rápidamente te das cuenta que podría ser un antiguo discípulo de tu Maestro.
La verdad hermano, que pido disculpas si mis palabras han sido alarmistas, pero lo más seguro que su información sea la correcta, ya que he realizado una conjetura en mi relato, dado que solo fui testigo de los inicios del incendio, ya que como comprenderá, por aquel entonces como he dicho mi camino no era el mismo que ahora, por lo que mi reacción fue la de salir lo mas rápidamente posible de la ciudad para evitar posibles represalias del pueblo sobre mi persona, ya que fui visto por la multitud en compañía de Elmeci.
Pero me alegra muchísimo saber que el incidente no fue a mayores, y que el templo esta a salvo.
Si esa situación se produjera en la actualidad… mi reacción hubiera sido muy distinta.
He inclino la cabeza ligeramente hacia Albertonius.
Hermano, sin querer parecer descortés, usted es poseedor de mi nombre, si tuviera usted la gentileza de poder hacerme poseedor del suyo, seria un honor el recordarlo.
--"Albertonius..."
Te mira directamente a los ojos.
Lucius se incorpora despacio...
--"Hermanos, estas conversaciones son muy agradables pero todos tenemos obligaciones que atender..." Hace un gesto con la cabeza hacia los sacerdotes. Estos, se levantan rápido y se despiden. Rápidamente te encuentras tu solo con Lucius.
--"Hijo, cuéntame..."
Tras unos minutos esperando... te mira severamente --"Althurin, me has hecho terminar una reunión informal pero muy suculenta porque te veía inquieto y con intención de contarme algo importante, así que... ya estás hablando. No tengo todo el tiempo."