Cojo una cerveza que trae Gwyriel y se la paso a Dalits con una sonrisa: - ¡Ofrenda de paz! - le digo mientras levanto mi propia copa de vino y casi me atraganto al contener la risa. Pero lo de Tifon ya fue demasiado, no pude contenerme y rompí a reír a carcajada limpia. Cuando por fin puedo hablar, escucho cómo termina Caerwyn de hablar, y bromeo con ella: -Recuerda Caer, si vamos al país de Tifon alguna vez, ponte un lazo si quieres espantar a los pretendientes indeseados - acto seguido vuelvo a reírme con ganas... la verdad es que echaba de menos estar con el grupo, y para estos momentos de incertidumbre en el reino, era bueno echarse unas risas.
-De camino aquí me encontré a una yegua casi idéntica a Secretaria, pero cuando me acerqué a saludarte Helmuth, resulta que no era Secretaria y no eras tú - comento antes de pasar a algo un poco más serio - Bueno señores... ¿cuál es la naturaleza de nuestro siguiente destino?