Aquella extraña señal psíquica continuaba marcándote un rumbo. Dónde os llevaría era todo un misterio, pero sin duda alguien, o algo, estaba emitiendo una señal psíquica, como si de un pequeño Astronomicón se tratara.
Y esa señal estaba ahí delante. Sin duda, provenía de aquella especie de pirámide...
El sonido de los cañones bolter se detiene, así como las explosiones de sus proyectiles, aun así aun resuena el crujido de la quitina recalentada y marchita de las cientos de criaturas que habíamos abatido. - Creo que volveremos a encontrarnos con esa cosa, parece como que esas pequeñas formas de vida quisieran conservar la mayor parte del xeno. Con la "muerte" de la criatura, pudimos observar una estructura que se encontraba a pocos pasos de nosotros, una estructura que sin concentrar poder sobre ella, ya sentía que era de la que procedía esa marca en el inmaterium que nos había atraído hasta este lugar. Levanto la mano señalando la estructura. - Hermanos es de esa estructura de donde procede la señal del inmaterium. Son las palabras del hermano Steingrimur lo que nos hace darnos cuenta de lo ausente que ha estado la inquisidora todo este tiempo. - ¿Hermano Leinad, puede hacer algo por ella?.
El apotecario no se acordaba ya de la inquisidora, y mientras recargaba el Bolter Storm, veía como esta cucaracha levitante, se desplomaba. Directamente sacó uno de los viales, para extraer muestras, y como fue interrumpido, se lo pasó a su último paciente. - Toma, llénalo de algo de ese bicho, antes de que las cucarachas que lo lleven todo, y si puedes cortar una de las garras, y guardármela mejor.
Entonces, salió disparado a la voz de llamada. Tenía que atenderla, y lo mejor, era, para empezar, hacer un diagnóstico: - ¿A ver señora, qué le pasa?
Motivo: medicae inquisidora
Tirada: 1d100
Dificultad: 59-
Resultado: 75 (Fracaso) [75]
Mientras nuestro apotecario realiza los ritos pertinentes para atender a la inquisidora, recargo la pistola de plasma con una de las células que guardo en el morral de municiones, la carga de energía vacía apenas hace juego con los casquillos de bolter esparcidos cerca del hermano Trebek. Era bien cierto, que tanto él como el hermano Cole habían hecho mucho mas por terminar con la bestia que lo que yo mismo había podido aportar a la victoria.
- Hermano Trebek. Digo, mientras le tiendo tres de los cargadores bolter que porto. - De seguro serán mas útiles en sus manos.
Paso los dos cargadores Krak y el Psi a Trebek.
Tras vencer a nuestro enemigo y salir de la cueva observamos nuestro objetivo, tras llegar al planeta. Mientras el hermano Leinad trataba a la inquisidora herida, el hermano Zorael entrega al expiador dos cargadores de munición kraken y uno de munición psi:-Gratitud, hermano. Los usaré bien.-le contesta al bibliotecario. Acto seguido le pide ayuda para descargar la mochila de suministro.
Una vez está en el suelo el inmenso armatoste que lleva el expiador a sus espaldas, le pide los cargadores e introduce uno de ellos en una ranura que tiene la mochila prepara para su recarga. Pulsa una serie de botones y tira de una palanca para que la mochila retire los proyectiles del cargador y los coloque en su respectivo departamento. Repite la acción con los otros dos y vuelve a pedirle ayuda al bibliotecario para colocarse la mochila de suministros de nuevo.
Trebek comprueba que todos los proyectiles han sido repuestos e informa que está listo para seguir.
Vuelvo a llenar los contadores de munición por que como he dicho en el off, cada cargador contiene 28 proyectiles. Cómo tengo menos munición bolter dejo todos los proyectiles entregados por Zorael por que hay espacio para que estén así.
Herridas: 22/22
PD: 2/5.
Munición Bolter Psy: 60/20
Munición Kraken: 138/30
Munición Hellfire: 30/30
Munición bolter: 120/170
Carga de fuel: 2/3
Ataque: 62 + 20 (ráfaga auto) + 20 (tamaño) - 20 (aliado en combate):82
La Inquisidora despertó gracias a la administración por parte de Leinad de una dosis de resucitex. Fue reanimada casi al instante, sobresaltada y asustada, aún visiblemente conmocionada, pero no tenía heridas visibles en cabeza o cuerpo. Todo apuntaba a un bochornoso shock a causa del pavor causado por la criatura xeno que tantos problemas os había dado en los últimos minutos, y que ahora era aparentemente devorada por cientos de escarabajos de aspecto alienígena.
Al fondo, a varios kilómetros de distancia pero lo suficientemente cerca como para sentir que estabais ya ahí, la extraña estructura piramidal os esperaba bajo un sol que se ocultaba dando paso a la noche en el planeta Laurentix. Si el día había sido así de duro, la noche aún podía depararos muchas sorpresas.
FIN DE ESCENA