Partida Rol por web

Al llegar mi turno para embarcar, uno de los "revisores" me solicita amablemente el billete de embarque y me indica el camino a seguir además de un par de frases de cortesía

-"Este es más simpatico que el de la mesa anterior..."

- Gracias, esperemos que continúe soleado durante todo el trayecto ¿eh? no me gusta demasiado movimiento en los viajes jeje.

Subo por las escaleras de madera al zeppelín y camino por el pasillo alfombrado en linea recta pasando varias puertas que dan acceso a la sala de máquinas, puente y baños respectivamente. Las paredes cubiertas de madera tienen diversas pinturas decorandolas, pero ninguna me llama demasiado la atención. Llego a una sala de amplias cristaleras desde la que puedo ver el edificio por el que he pasado antes y las balconadas atestadas de gente ansiosa de ver el despegue. Al fondo de la sala una puerta flanqueada por dos guardias hacia la cual me dirijo.

Mira maxi, se puede ver el edificio por el que entramos desde aquí Le digo a mi compañero una vez nos hemos sentado. Al ver que Sargon está de pie, le digo "¿Quieres sentarte? Podemos coger una de las filas centales, que cabemos los tres"

- No gracias. Prefiero estar de pie.

Te encontras en la inmensa sala central del ala izquierda del zepelín.

Es una gran estancia de unos cincuenta metros de longitud por treinta de anchura, está decorada de un modo muy lujoso y llamativo. Varias estatuas adornan el lugar junto a una carísima moqueta y hay además, una gran lámpara de araña en el techo. Hay tres filas de cómodos sillones que dejan paso a dos amplios pasillos laterales.

Las puertas del fondo del pasillo son recias construcciones de roble tallado donde hay dos guardias, uno en cada puerta, luego en la puerta por donde habéis venido se encuentran otros dos guardias custodiando la entrada al Gran Salón.

  Scarlett se fija en los dos hombres que se llevan su equipaje, por si luego tiene algún problema por la falta de este, de vuelta al hombre ve como saca un billete de una caja.

- ¿Tanta alfombra y la puerta tan grande para que me de otro papel en el que solo ponga billete de embarque? En fin..

  Pensó antes de enarcar de nuevo la ceja dado que el hombre se había referido a su apellido, negó levemente con la cabeza para seguir continuando por la alfombra roja contemplando cada cuadro, si algo caracterizaba a Scarlett es que se iba por las nubes demasiado ligero y se quedó parada durante un momento bajo el "influjo" de un bonito cuadro, cuando aquél niño la sacó de su distracción. Continua por la alfombra roja para llegar a la siguiente puerta doble, se preguntaba cuantos metros de alfombra quedaba y cuantas puertas doble iba a tener que cruzar más.

Se giró para mirar por la ventana el edificio. No le asustaba lo que veía, pero prefería no tener tan presente que durante un tiempo no podría tener sus pies bien puestos en el suelo. Entonces, al comentario de Sophia, se percató del error que acababa de cometer. Había seleccionado un banco para dos personas. Estaba tan acostumbrado a eso que lo había hecho intuitivamente olvidándose por completo de Sargon. Entonces, todos sus años de entrenamiento y educación se reavivaron en lo más hondo de su mente y casi se levanto involuntariamente.

-"Por favor, disculpa mis malos modos, por un momento me había olvidado que nos acompañabas. No veo ninguna forma de corregir mi error más que ofreciéndote mi sitio, yo me quedaré de pie. Por favor, insisto."

Claramente se le veía algo abrumado. No sólo por que su pequeño honor, que aún pequeño algo había, estaba resultando dañado si no porque también había deducido que su falta podría resultar en un insulto hacia la familia de Sophia, y eso era algo que no podía permitir después de todo lo que estaba haciendo por él.

Le pongo una mano en el hombro a Max y lo siento.

- Tranquilo, me gusta estar de pie. Asi si pasa algo, no me pilla sentado.

Cuando sintió la mano en el hombro que le presionaba su instinto de guerrero se activó y empezó a resistirse, pero, casi inmediatamente, dejó de ofrecer resistencia y se sentó. Ya había hecho suficientes acciones que avergonzaran su figura, y la de su amiga, como para encima dejarse llevar por su instinto de lucha.

-"Como quieras, pero si en algún momento te cansas no dudes en decírmelo y nos cambiamos."

Volvió a echar un vistazo por la ventana. Se acaba de sentir un poco incómodo con la situación y quería tranquilizarse un poco, pero las vistas no ayudaban en absoluto. En cambio, desvió un poco la mirada y se quedó observando a Sophia. Aún no entendía muy bien por qué había acabado embarcándose en el zepelín pero agradecía enormemente la compañía que ella le otorgaba.

- Y bien pareja, que os trae por aquí? (en un tono medio burlón)

Cuanto más te acercas al final del pasillo más gritos de asombro escuchas procedentes de la sala continua.

Al parecer al fin tus ojos podrán ver la máquina con la increible capacidad de poder volar por el inmenso cielo.

Solo faltan unos pocos pasos más antes de traspasar la puerta, tras la cuál el mundo tal y como lo conoces cambiará, aunque de eso eres desconocedor aún.

El magnífico zepelín se encuentra delante tuyo.

Ves que el zepelín se encuentra en un inmenso patio interno del edificio, las paredes del patio están llenas de ventanales donde mucha gente observará el despegue. Por una puerta cercana ves a varias personas con trajes rojos y dorados llevando carritos con equipaje hacia el zepelín.

La alfombra roja ahora se divide en dos y cada una se dirije a uno de las alas del zepelín. Justo donde se bifurcan los caminos hay un hombre que va indicando a la gente a cuál dirigirse tras un breve vistazo a los billetes de embarque.

Alcanzas la bifurcación de la alfombra roja y delante tuyo se encuentra el encargado de ir indicando a los pasajeros a cuál de las dos alas del zepelín han de dirigirse, si al de la derecha o el de la izquierda.

Entregas el billetes de embarque y tras revisarlo, susurra unas breves palabras:

-Billete de embarque de clase alta.

Te lo entrega de nuevo y te indica que has de seguir por la izquierda e ir hacia el ala izquierda.

Sigues hasta aproximarte al ala izquierda del zepelín, con cada paso con el que te acercas parece aún más impresionante la máquina voladora.

Se trata de un descomunal zepelín de tres cuerpos unidos entre sí por cuatro largas pasarelas de metal. Toda la escturtura está bellamente tallada de un modo tan aerodinámico como ostentoso, que trata de imitar el estilo de los regios navíos del principado. Las dos barcazas laterales están destinadas a los viajeros y sus camarotes, mientras que en el cuerpo centrl se encuentra la bodega de carga y el puente de mando.

Te pones a la cola para subir.

Me encamino hacia los guardias apostados en las puertas del fondo tranquilamente, y mirando curioso a la gente que se encuentra en la habitación sin reparar significativamente en nadie. Al llegar a la altura de estos les pregunto:

- Disculpen caballeros, ¿saben cuanto queda para el inicio del viaje? estoy deseoso de instalarme en mi camarote y ponerme cómodo, está siendo un día muy largo para mi.

Espero la respuesta antes de agradecerles y dirigirme hacia el banco más cercano que me permita sentarme.

-El viaje está a punto de iniciarse señor. Le recomiendo que se acomode en su asiento y disfrute del despegue que se iniciará cuando todos los presentes se acomoden en sus asientos.

Tras un rato de permanecer en la cola, al fin es tu turno para entrar.

Un hombre con un gran bigote marrón te observa y sonrie cuando te tiene delante suyo. Lleva un traje de colores rojos y dorados, como todos los trajes que has visto de los que trabajan en el zepelín.

-Es un día soleado, perfecto para volar.

Vuelve a sonreir.

-Billete de embarque por favor.

Permanece a la espera de que hagas entrega del billete de embarque.

A ambos lados de la entrada del zepelín dos guardias llevan consigo unos portaestandartes con el escudo de Gabriel dibujado. Además, llevan enfundadas unas espadas largas en sus cinturones.

Tras darle un breve vistazo al billete de embarque lo parte en dos pedazos de diferentes tamaños. El de mayor tamaño lo mete por la abertura de una ranura de la caja dorada que tiene a su lado en una mesita, el pedazo pequeño te lo devuelve; en el viene indicado el número de camarote que te ha sido asignado.

-Por favor guardenlo hasta final de trayecto, es posible que se lo puedan volver a pedir una vez a bordo y también por si necesita reclamar algún objeto que pierda y no se percate de ello hasta encontrarse fuera del zepelín una vez estemos en Arkángel.

-Bueno ya puede pasar a bordo del zepelín.

Con una mano extendida hacia atrás les invita a subir a bordo.

Subes la pequeña escalerita de madera que han puesto para que los pasajeros puedan subir con facilidad a la altura del zepelín.

Al entrar al zepelín entran en un pasillo en forma de "L" por donde otra alfombra roja va indicando la dirección que deben seguir. A ambos lados en las paredes de madera hay varios cuadros con paisajes exóticos. En la pared de la derecha una puerta de hierro gruesa donde suponéis que se encuentra la maquinaría que hace que el zepelín pueda surcar los cielos.

Un poco más adelante antes del cruce hacia la izquierda siguiendo la alfombra roja, dos guardias están en otra puerta, la cuál tiene una pequeña ventanita circular por donde se puede ver que se va al cuerpo central del zepelín tras recorrer un breve y peligroso paseo por un puente que une el cuerpo central con el ala izquierda.

Tras cruzar y seguir la ruta en la pared de la izquierda hay una puerta en la que se puede leer claramente en Latín, Ogashima y Jashú las palabras Baños y justo delante vuestro unas puertas dobles abiertas de par en par con de nuevo otros dos guardías a cada lado dan paso a una sala muy amplia, llena de asientos en los cuales sentarse y disfrutar de las increibles vistas; ya que en las paredes de los lados de la sala se encuentran ventanas. En la izquierda puede verse perfectamente las paredes del edificio por el que habéis entrado y a muchisima gente observando el zepelín desde el mismo edificio por balcones y ventanas abiertas. A la derecha podéis ver el ala central y parte del suelo si se acercan lo suficiente.

Al fondo de la sala hay dos puertas y en cada una se encuentra apostado un guardia.

Lo primero que escucharon fueron los ruídos de los motores al iniciar sus procesos de arranque, junto con las helices que había a cada extremo del inmenso zepelín.

Uno de los guardias empieza a hablar en voz alta.

-Por favor, tomen sus respectivos asientos y no se levanten mientras estamos en la fase de despegue.

Toda la sala permanecio en ese momento en silencio, expectantes de lo que estaba a punto de suceder. Muchos pasajeros miraban por las ventanas, otros permanecian aferrados a sus asientos, como si creyesen que el propio sofá donde se encontraban fuera el que saldría despegando en vez del zepelín.

Fue entonces que sucedió, tras alcanzar la velocidad adecuada las helices, el zepelín empezó poco a poco a alejarse del suelo. Lentamente pero sin descanso el zepelín llega hasta el imponente e infinito cielo. Al observar la tierra que queda bajo vosotros, observáis que todo parece diminuto y la capital de Gabriel, Chaville, ahora no parece más que un pequeño poblado desde tan alto. Una vez conseguida la altura adecuada, los guardias vuelven a hablar.

-No pueden dejar la estancia hasta que los camarotes se encuentren completamente habilitados dentro de unas horas. Pueden entretenerse con las estupendas vistas o pedir algo de comida o bebida a los camareros.

De las puertas donde se encuentran los guardias salen varios camareros y empiezan a preguntar a los pasajeros de las primeras filas si desean tomar o comer algo, parecen muy atentos y con agradables sonrisas en sus rostros.

Sin percataros de ello, dado que os han llamado la atención los camareros y las palabras del guardia, no os habéis fijado que el zepelín ha empezado a moverse hacia el sur para adentrarse mar adentro.

Viajamos hacia Arkángel porque voy a ingresar en la academia para continuar mis estudios, y mi amigo me acompaña en calidad de guardaespaldas

Le digo a Sargon, observando una vez mas lo grande que era.

¿y porqué viajáis vos, señor Sargon? añado con una sonrisa cálida y un interés sincero.

Justo antes de escuchar la respuesta, los motores del zepelín comenzaron a funcionar con un sonido grave y rítmico, a la vez que toda la estancia empezó a retumbar. Los guardias dieron orden de permanecer sentados. Expectante, me olvidé del mundo por unos instantes. Me olvidé de todo salvo de lo que veía a través de los ventanales. Podía ver cómo el suelo se alejaba, como la ciudad se alejaba hasta ser  tán solo una mancha en el verde suelo. Era la primera vez que observaba Gabriel al completo. Había visto el principado en mapas, por supuesto, pero, aunque reconocía los lugares uno por uno, contemplarlo todo en su conjunto hacía que no se pareciese en nada a lo que se podía contemplar en un mapa.

Podía ver el Carignan, el río que nacía en la cordillera de Lucille y bajaba por las verdes llanuras del principado hasta encontrarse con Dupois, para después bajar hacia el castillo de la orden de Justine y desembocar en las orillas del Mar interior, justo enmedio de la gran ciudad de Chaville. Con el giro del zepelín quedó a la vista el bosque de L'Arc, el inmenso coto de caza de los nobles gabrielenses, y cuando el zepelín encaró el borde occidental del principado, pudo contemplar en todo su esplendor La Roche, la segunda joya de Gabriel, y más allá de ella, los Grandes Lagos, lugar de cuentos e historias de amor, donde todo puede hacerse realidad.

Al anunciar los guardias que debíamos permanecer todavía en el salón, una queja iba a salir de mi boca, cuando anunciaron que podríamos pedir algo de desayuno.

Genial, podremos desayunar por fín, esta mañana no me dio tiempo Dije con una sonrisa.

- Tengo algunos informes de que es posible que en este viaje encuentre a alguien que sabe algo de mi hermana. Digamos que mi trabajo de "evitar" que pase algo en este viaje es secundario para mi, ya que en el momento encuentre informacion sobre mi hermana, posiblemente siga su pista. (cuando dicen lo de los camarotes) Joder, mas tiempo sin mi espada. Voy a ir a hablar con el guardia. (me dirijo hacia el guardia) Cuanto tiempo tardaran en tener las habitaciones listas?