Partida Rol por web

Tras dejar a Marcos de una forma, quizás, poco adecuada encendí el televisor, pero a los minutos el hombre se sentó en el sillón conjunto al mio, note como apretaba la botella de agua con bastante fuerza, el estrés provocado por todo esto era evidente no solo en él, también en varios pacientes.

Sonreí mirando le -Si quieres te puedo enseñar algunas técnicas de meditación, supongo que todos compartimos cierto nivel de estrés e incertidumbre con lo que nos esta ocurriendo y nuestro organismo no procesa bien esa tensión- le comente con un tono mas amable y transmitiéndole confianza, tal cual lo hacia con mis pacientes.

No quitaba los ojos de su rostro, pues esperaba alguna respuesta o entablar algún dialogo mas extenso que el anterior.

-¿Cuando tiempo llevas aquí?...¿también eres uno de los despertados?- pregunte refiriéndome a los que teníamos algún don.

Para sorpresa de Marcos la mujer que tan fríamente le había tratado ahora le hablaba.  -Histérica- pensó y sonrió. -Debo decir que me vendría bien, a decir verdad me cuesta un poco conciliar el sueño y suelo tener jaquecas.  Me ha revisado la doctora Shirley y hasta ahora supone que se debe justamente a eso, al estrés.-  Intentó calcular el tiempo que llevaba allí -algunos meses supongo.  Últimamente me cuesta bastante concebir el tiempo, quizás sea esto de vivir bajo tierra- la pregunta de los despertados le causó gracia y rió.  -Si, supongo que si.  Me causó gracia la forma en que llamaste a los que tenemos poderes o dones- explicó -porque justamente el mio es dormir a la gente- por primera vez en mucho tiempo sonreía con sinceridad. -¿Y que hay de tí?- preguntó -¿Hace mucho que estas aquí?- 

De repente, en pantalla se pudo ver a un famoso reportero de la televisión inglesa, estaba con varios folios sobre su mano y su rostro era bastante serio. Se iba a dar información sobre el virus que tanto había dado que hablar...

Lamentamos la interrupción de la programación habitual para dar información de última hora de carácter internacional. Como bien se informó en esta cadena y de manera mundial, desde el año 2001 ha surgido un brote vírico de origen desconocido cuya expansión ha sido bastante aleatoria. Según la Organización Mundial de la Salud no existía ningún tipo de peligro, ya que no producía ningún tipo de perjuicio físico o psíquico de carácter permanente en los infectados, sin embargo un hombre ha descubierto un hecho bastante escalofriante.

El detective Clemenzza, originario de Roma, Italia. ha sacado a la luz una investigación que lleva haciendo desde hace varios meses. Cita que se han producido a lo largo del año numerosas desapariciones que se han definido como "contenciones de seguridad" para establecer una cuarentena preventiva para no propagar aún más el virus, sin embargo ha mostrado imágenes de personas encerradas en laboratorios, algunas de ellas sin ningún tipo de secuela física y otros en cambio con grandes deterioros musculares o deformidades. Al parecer, el que en un principio se citó como virus inofensivo, ha demostrado que tenía una cara cruel y peligrosa. Se han abierto numerosas investigaciones contra el laboratorio farmacéutico Panacea, puesto que dicha empresa privada corría con la gestión y organización del tratamiento de estos pacientes. Nos han informado que su valor en bolsa ha decrecido en más de cinco puntos, pero el dato más escabroso ha sido a la hora de detallar un recuento de posibles infectados.

Esto debe salir a la luz, miles de personas han sido contagiadas y más de un centenar han muerto por el virus, el gobierno está tapando datos importantes sobre esta investigación y ninguno de los afectados es de etnia negra... no creáis todo lo que digan..

Esas palabras fueron dichas por Clemenzza antes de que fuese llevado por el servicio de inteligencia de Italia, se rumorea que le han denominado "conspirador hostil" y que puede ser sometido a duras penas de prisión. No sabemos que es lo que acontecerá en las próximas horas, pero si usted es familiar o amigo de cualquier persona trasladada a cuarentena, manténgase al teléfono por si reciben alguna llamada del gobierno de su país.

Moq esperaba la respuesta de la muchacha cuando la noticia salió al aire.  Al comienzo se sintió animado pero conforme iban brindándose más datos sobre lo que sucedía comprendió que todo sería ocultado.  La opinión pública era lo único que podría poner un fin o una regulación sobre lo que estaba ocurriendo, no era tonto, conocía las implicaciones, el cine y los libros la habían tratado de multiples formas.  Ellos, los que estaban allí y los que todavía no habían salido a la luz eran los superhéroes y supervillanos que poblaron historietas, películas y novelas.  Eran “La tortuga”, “Fortunato” y  “Croyd Crenson”, Aces y Jokers de Martin, eran los Ciclope, Magneto y Xavier de Marvel, Peter Petrelli, Chloe y Hiro de Héroes, eran, en definitiva una ficción peligrosa que se había vuelto realidad.  Pero por sobre todas las cosas… Por sobre todas las cosas eran Armas en potencia y en aquellas sociedades las armas son codiciadas y temidas.  ¿Qué pasaría si se exponían al público en general?  ¿Qué pasaría si los medios de comunicación decidían, como hacían siempre, jugar para los poderosos y colmar con terror a la población civil?

-Pasaría que nos condenarían a todos- se respondió en voz alta.

Entonces comprendió que aquello era el comienzo de una guerra, no la noticia, sino la infección, la mutación.  Si la mayoría de los humanos no adquiría alguna especie de poder entonces habría una guerra, ya había personas que querían estudiarlos, algunos en pos de encontrar una “cura” incluso para los que no necesitaban ser curados, otros para poder “contagiar” poderes, si el desbalance se mantenía el miedo actuaría sobre la opinión pública y una caza de brujas se desataría.  El futuro le mostraba a Moq que las cosas sólo podían empeorar, que no habría Xmens ni Aces, ni superhéroes, que sólo habría luchas entre humanos con y sin poderes.

-Tengo que encontrar a Larion y Beb- dijo excusándose con la mujer que lo había ignorado anteriormente y poniéndose de pie.  Tenía ideas, pero debía hablarlas con ellos, rescatar al investigador era una de ellas, pero también había otra un poco más obscura pero que podría prevenir lo que creía ya había comenzado

A los pocos segundos de que la noticia de televisión finalizase la megafonía de la base se activó.

Era la voz de Beb, estaba llamando a distintas personas y ordenándolas que se dirigieran a distintos puntos de la base para reunirse con algunos supervisores.

Tras haber dicho casi una docena de nombres, aparecieron los vuestros:

Ariel Havelling, Marcos Orión... a la sala de comunicaciones inmediatamente.

Dicho aquello, Beb siguió diciendo nuevos nombres para asignarlos a otros lugares de la base,

¿Dormir a la gente?, me causo curiosidad, pero no quise preguntar más, seguro por su complexión física, tendría razón con algo así.

-A penas unos días, es difícil acostumbrarse a esta nueva vida- comente con cierto desánimo, pues me preocupaba mi familia.

En eso la TV muestra una noticia que me deja perpleja, mi primera reacción es ponerme de pie y acercarme al televisor como si con ello escuchase mejor, recordé el laboratorio donde nos tenían y como nos trataban, también respecto a que nuestras familias estaban de acuerdo con que nos hicieran pruebas para curarnos y la tv mostraba algo contradictorio, mire a los demás presentes sin saber bien como reacción, pero el sentimiento de preocupación era evidente, debía hablar con la Líder, había muchas más dudas ahora.

Moq me saco de aquellos pensamientos.

_{-No se por qué nos tratan así, no somos criaturas, seguimos siendo humanos que tenemos familia y sentimientos igual que todos, yo no quise este don, no lo pedí, pero cuando apareció lo he empleado de la mejor forma, no entiendo por qué el gobierno nos está tratando así, acorralándonos y obligándonos a abandonar todo…-} murmure en voz.

Escuche mi nombre y el de Moq enviándonos a la sala de comunicaciones.

Continuaba sintiéndome tan confundida como el primer día, pero al menos Beb tenía respuestas que me calmaban, crucé la vista con el grandote y me dirigí hacia la sala.

Miró a la mujer sin el menor rastro de duda en su rostro, no sabía si estaba listo para lo que fuese que le encomendasen, pero tenía muy claro que estaba dispuesto. –Nos llaman- le a Ariel, esperó unos segundos para ver si la mujer acudiría y entonces se puso de pié y comenzó a caminar a un paso veloz hacia la sala de comunicaciones

En menos de cinco minutos llegasteis a la sala de comunicaciones, comprobasteis que ahora había mucha actividad en la base: distintos grupos de personas (compañeros de la base) se dirigían a otros puntos de encuentro ¿se estaría movilizando la resistencia?

No hizo falta que llamaseis a la puerta, ésta estaba abierta.

Vuestra superiora os miró detenidamente mientras sujetaba su mentón con la mano. Larion le sonreía, estaba a su lado, era como si ya se oliera que esta escena iba a suceder. Beverly se frotó la frente y con un suave suspiro asintió.

- Esta bien, no puedo negaros que en cuanto vi la noticia pensé inmediatamente en ustedes y en la la posibilidad de ir a por ese hombre y convertirlo en un gran aliado a la causa, pero no estaba segura si vosotros estaríais dispuestos a llevar a cabo una misión así. - Beb intercambia unos pequeños susurros con Larion, éste en todo momento parece convencido de que sois personas adecuadas.

- La aparición de Clemenzza en televisión ha sido un catalizador para nuestras operaciones, estamos intentando realizar el mayor número de misiones y sinceramente tengo intención de conseguiros unos billetes de avión para Roma para que podáis realizar la tarea con la mayor discreción posible -

 - El objetivo es claro, quiero a Clemenzza en nuestra base. No podéis llamar la atención ni que descubran vuestras identidades, aunque conociendo vuestras procedencias dudo mucho que llaméis la atención de las autoridades, es por eso por lo que vais ustedes, sois de los compañeros más nuevos en la base y todavía Panacea no os tiene en el punto de mira tanto como a otros.  Si es cierto lo que dice la televisión, ese hombre puede darnos respuestas sobre el virus y sus consecuencias - apoyó la mano en el hombro de Larion y os sonrió

- Lo quiero a él antes de que Panacea lo anule por completo -

- Y bien intrépidos voluntarios, si aceptáis las condiciones de que tenéis que traer vivo a ese detective italiano sin provocar demasiados altercados, dispondréis de nuestro beneplácito para que hagáis vuestra primera misión oficial. No os deberíais preocupar por los detalles, el servicio de inteligencia os facilitaría planos e información útil para localizar al objetivo... ¿algo que solicitar? - La superiora acabó la frase convencida de que pocas palabras tendríais que decir al respecto, si todo seguía en orden en menos de 24 horas estaríais llevando a cabo la misión de rescate.

Necesitaba respuestas y ese hombre podría dármelas…quizás, sin la intervención de Panacea ni de la Resistencia, si lograba hablar con él quizás se esclarezca todo esto.

Sin dudarlo me ofrecí como voluntaria, si un paso al frente y alcé la mano. -Beverly, pues contar conmigo, no soy una persona de combate, pero quizás con mi inteligencia y habilidad pueda apoyar a quienes quieran aceptar esta misión- le mire directo a los ojos, con un tono determinado en mi voz, yo curaba a la gente, no la dañaba, pero tenía otro tipo de conocimientos que podrían servir para la misión.

-Por lo demás, quiero expresar que este “don” que tenemos no es un virus, no al menos de la forma en que lo plantean, cuando me di cuenta que lo poseía, me hice análisis, diversas pruebas para determinar algún cambio en mis células, pero nada, nada que funcionase como lo hace un virus, esto no se contagia, solo aparece, así que…- mire a los demás…- dejemos de pensar que somos contagiados o enfermos, o incluso un peligro para los demás, quizás sea evolución y debemos estar orgullosos de ello-

Hablaba convencida de mis palabras, era mi pensamiento al respecto y nadie lo cambiaría.

Beb asintió.

- Una cosa está clara, lo que no podemos hacer nunca es avergonzarnos de lo que somos - de repente visteis como comenzó a buscar algo en unos archivadores.

- Me alegra poder contar con vosotros, aunque Moq no lo demuestre con palabras - sonrió.

- Tendréis identidades falsas, no podréis llevar armas para no tener problemas con los detectores. A primera hora os daremos los billetes de avión para Roma y la dirección del hotel donde os alojaréis y mantendréis como piso franco. Esta misión es importante así que recordad la premisa inicial: no llaméis la atención. 

Dicho aquello os dio permiso para salir, mañana comenzaría un día muy duro, vuestra oportunidad para hacer algo realmente productivo para la resistencia y seguramente para "joder" a Panacea consiguiendo la colaboración de alguien tan importante como Clemenzza.

- Recordad, la clave está en aquello que los demás no pueden ver - hizo referencia a vuestros dones.

Lo que Sarrish proponía era justamente lo que él había pensado cuando vio la noticia.  Tener a Clemenzza entre sus filas podía suponer una diferencia importante en favor de la organización que dirigía la mujer.  Hizo gestos afirmativos con su cabeza ante las palabras de Beverly demostrado su acuerdo, sin embargo las palabras de Havelling lo descolocaron.  ¿Aquello no era un virus? ¿Por qué había explotado de esa forma entonces? ¿Habría gente con dones antes del brote que permaneció oculta? ¿Los gobiernos y las instituciones lo sabían? Se le ocurrieron cientos de preguntas más y su mente se sumió en un torbellino de ideas que le impidió participar de la conversación como hubiese querido.

Se sintió algo mareado, había estado deseando aquel momento desde hacía mucho tiempo, sin embargo ahora se sentía nervioso, tan nervioso como la primera vez que enfrentó a un rival en el octágono.  Respiró profundo, aquella vez había podido superar la situación, esta vez también lo haría, sin embargo necesitarían tener una charla con Ariel, conocerse, saber de que era capaz cada uno para poder planear una estrategia.