Pasas el resto de la noche en el cuarto que te han asignado, tratando de hacerte a la idea de lo rara que será tu nueva vida y hacia el final de la noche llaman a la puerta. Cuando abres una de las personas que viste en tu paseo anterior con Laura te tiende tu portátil y una maleta llena con tu propia ropa. No puedes evitar fijarte en la vena que late en su cuello, atrayendo toda tu atención y despertando de nuevo esa Sed que te dominó antes.
Sin embargo, el tipo desaparece de tu vista antes de que lo apreses y te quedas a solas de nuevo. Tratas de poner tus ideas en orden para escribirlas, pero antes de que puedas hacerlo un terrible sopor se adueña de ti. Los ojos te pesan como nunca y apenas te tiendes en la cama y cierras los ojos quedas profundamente dormido.
Durante las noches siguientes te vas acostumbrando poco a poco a la vida en ese lugar. Laura se encarga de indicarte qué material de la biblioteca debes estudiar y cada dos o tres días se reúne contigo para comprobar tus progresos y asegurarse de que sigues recordando las Tradiciones. Vas aprendiendo más sobre la sociedad cainita, sobre su historia. Laura te enseña también a utilizar tus Disciplinas y a usar tu vitae para potenciarte.
Laura prueba distintas cosas contigo, en un intento porque vuelvas a tener algún sueño como aquel tan extraño que provocó que ahora estés en la situación en la que te encuentras. Intenta conseguir que recuerdes más de aquella noche también. Pero no hay ningún resultado, no vuelve a sucederte nada fuera de lo habitual en ese sentido. Sin embargo, ella no pierde la esperanza y la puedes ver estudiando enormes tomos en una zona mucho más central que la que te han asignado a ti en la biblioteca.
Pero en lo que más te obliga a trabajar es en el estudio de tu nuevo clan y sus normas. Estudias su jerarquía y su historia y poco a poco te vas acomodando a tu nueva rutina de estudio*.
*Puedes elegir 2 rituales más de nivel 1. Déjame en tu escena los que escojas ^^.
Los principios siempre son duros, todo irá a mejor. - Solía pensar cada noche al despertar, esperando que a la noche siguiente no sintiera la misma culpabilidad y miedo. Además estaba la sed, no podía simplemente dejarse llevar por la bestia de su interior y querer comerse a todo aquel que se pusiera por delante. Le costaba horrores controlarse.
Desde luego no estaba preparado para salir al exterior, y menos aún para regresar a su casa donde pudiera herir a sus amigos. ¿Se preguntaría alguien por mi desaparición?
Pasaba noches enteras en la biblioteca estudiando aquello que Laura le ordenaba, y a medida que lo hacía descubría que el mundo era mucho más aterrador de lo que hubiera pensado nunca. Estaba plagado de criaturas tan raras y monstruosas como él, era sorprendente que los casi siete mil millones de humanos que poblaban la tierra no se hubieran dado cuenta de algo así.
Y lo peor de todo es que ni siquiera podía escribir sobre aquello. ¿Cómo iba a hacerlo? Laura le asesinaría por divulgar información. Le había hecho recitar el juramento y las tradiciones tantas veces que pensaba en ellas a todas horas.
Se sentía como un niño entre aquellos muros. Después de todo no sabía nada de nada.