Partida Rol por web

Korinek se queda un poco extrañado con el tono de la cientifica. No pensara que tubiera personalidad. Eso no le gustaba demasiado.

Bueno, señorita. Ahora tendremos que vernos, y tendre que comprobar como puede serme util en mis planes.
Digale a Harding que le de mi numero y venga a verme mañana.

Se calla un segundo, pensando si invitarla a pasar la noche, pero sinceramente, con esa voz es posible que fuera una vaca fea. Asi que no se la jugo.

Buenas noches. Mañana tendra sus respuestas, si es que sabe hacer las preguntas.

El último comentario de Korinek la irritó lo suficiente para intentar responderle una burrada, pero a cambio se mordió la lengua y solo Harding podía er su expresión de indignación en sus ojos. Que simpático...

Muy bién, hasta mañana - ni siquiera cortó, le pasó el teléfono directamente a Harding.
Korinek quiere que me de su número - dice rápidamente a Harding.

Necesitaba dormir algo, la falta de sueño la estaba poniendo nerviosa y de muy mal humor.

Harding colgó el telefono por instinto, creyendo que ya habían terminado la conversación.

Después de una noche que ha parecido eterna, se alcanzan las tempranas horas de la mañana y el sol despunta en el horizonte, despertando por sus rayos y por el ruido de la ciudad despertando.

Con el cuerpo sudado Korinek saludo al nuevo día. Frente a la cristalera de la habitación, observa como la luz se alza otra vez más allá de la oscuridad. Eso siempre le ha resultado reconfortante.

Igual que cuidar su cuerpo. Nunca ha podido dormir demasiado. Era un hombre inquieto. Así que desde antes del amanecer estaba desnudo haciendo ejercicio en la habitación. Ahora mismo se encontraba completamente recubierto de sudor y su pelo estaba pegado a su frente hecho un revoltijo.

Pero sabía que cuidar su imagen y era tan importante como cuidar su cuerpo. Y hacer ejercicio en las horas en las que no tenía nada mejor que hacer que estar consigo mismo le hacía mantener un equilibrio muy necesario entre el cuerpo y la mente.

Además el ejercicio le desintoxicaba de todos los problemas que tenía que meditar y a todo lo que tenía que enfrentarse a lo largo del día que estaba por llegar.

Así que siguió tensando sus músculos en una kata de ejercicios que aprendió de un preparador físico hace mucho tiempo, cuando aún era un chaval.

Cuando acabo, no se tomo ni un minuto de descanso. Se metió en la ducha donde agua helada recorrió su cuerpo como serpientes asesinas mordiendo cada trozo de piel. Para él era duro hacerlo, pero lo dejaba como nuevo.

Cuando acabo el baño, estaba nuevo. Y así es como quería estar. Preparado para el nuevo día. Ahora solo tenía que hacer otra de esas extrañas costumbres que tenia por la mañana.
Así que salió de la habitación con cuidado y bajo las escaleras de servicio muy tranquilamente hasta la planta baja.

Ahora lo que tocaba, era desayunar. Lo más normal.

La recepción estaba vacía a exepción de la mujer que parecía no tener descanso, pues la recepcionista era la misma que estaba allí la noche anterior. Era lo que tenía atravesar momentos dificiles en la ciudad, el trabajo mermaba y las horas de los pocos que tenían trabajo se incrementaban.

Saludo con cortesía, más que un sonido o palabra, fue una sonrisa.

El restaurante, era otro cantar, pues el bullicio de la gente que alli se congregaban era espectacular, el sonido de cuchillos chocando con platos, de tazas posandose sobre los platillos, sobre soplidos y conversaciones en voz alta, muy alta, como si estubieran al otro lado de la ciudad.

Entre tantas mesas ocupadas y mesas desocupadas pero sucias, encontró una mesa libre, justo al lado de una dama que hablaba por telefono, un matrimonio mayor, jubilados parecían, y tres jovenes que charlaban animadamente.

Espero pacientemente a que se le acercara un camarero.

Si, queria el desayuno especial de la casa. Gracias. Y de beber zumo de naranjas de marte. Gracias.

Pidio la comida que le parecio mas nutritiba y disfruto de aquel momento de soledad.
Sabia que eso le duraria poco. En algun momento el mobil empezaria a sonar y los problemas seria su unica prioridad, por encima incluso de comer o beber.

Asi que puso el mobil sobre la mesa, y espero que la llamada llegase. Se preguntaba quien llamaria primero. Si Klauss o alguno del resto de su equipo.

Finalmente le trajeron el desyuno y empezo a dar cuenta de el sin prisa pero sin pausa.

La señorita joven que había en la mesa de al lado, se levanta, después de terminar su desayuno y sale del restaurante, mientras que los demás comenzales se mantienen en sus mesas, degustando la comida. De pronto, el móvil de Korinek suena, el telefono que marca es el de Melba.

Korinek mira contrariado el telefono. No era que no esperara que lo llamaran, pero se sorprendio de que practicamente no pudiera ni empezar a digerir el desayuno. Y encima era esa mujercita de la biblioteca.

Bueno, vemamos que tienes para mi preciosa.

Hola, al habla Korinek Bundeskanzler Böhmdorfer IX, en que puedo atenderla en esta hora del día.

Si bien la frase podria interpretarse como cordial, lo cierto es que dejaba patente en la entonacion que tal cordialidad era completamente puesta a drede en ese momento sin que  el interlocutor que la expresaba fuera garante de ella.

Por el tono de Korinek, parecía que no era buen momento para la llamada... o que su llamada no era de la más esperada, mucha cordialidad forzada.

Buenos días, quería que me porporcionara los datos exactos que debo tener en cuenta para el trabajo que tengo que realizar, si fuera posible saberlos ahora - Melba esperaba tras el teléfono la contestación de Korinek.

Era la segunda vez que oía su voz por teléfono, pero aún así la ponía algo nerviosa pues no sabía con quién realmente trataba, su físico, etc...  ¿cómo iva a reconocer a los que trabajarían con ella en este asunto?

Ubo un pequeño silencio despues de las palabras de la mujer, claro indicativo de que estaba pensando que contestar.

Deacuerdo, perfecto, digame donde quiere que me reuna con usted, y podre ponerla al dia de lo que necesite saber, y ademas conocere a tan valiosa adquisicion para mi... equipo de trabajo.

Luego simplemente no dijo mas, pero la sonrisa de Korinek estaba presente de manera categorica.

Melba arrugó el ceño tras el teléfono después del comentario de Korinek y en unos instantes le respondió:

Perfecto. - Melba se quedó pensando en algún sitio para quedar con Korinek - Hay una cafetería cerca de mi hotel, en la Plaza de la Eternidad, no sé cómo se llama pero el letrero es luminoso verde y rojo muy intenso, seguro que no tiene pérdida.

Se había dado cuenta de que esta vez hablaba con él con más soltura y menos nerviosa.

¿Le parece bién en media hora?

Korinek sonrio para si. Sabia que no habia muchos mas hoteles en la zona, asi que puede que ella estubiera mas cerca de lo que creia.

Deacuerdo, señorita Fish. Pero prefiero en 20 minutos si no es molestia.

Estaba claro que media hora era tiempo mas que suficiente, pero queria ver cuanto tardaba en llegar. Pero solo hizo una breve pausa antes de añadir.

Digamos que conduzco muy rapido y me sobrara con 20 minutos, ademas digame que ropa piensa llevar puesta, para reconocerla, porque, como comprendera, por el momento la adivinacion no es uno de mis fuertes.

Era una frase casi insultante, pero era justamente como el queria que sonase, la estaba sacando de quicio a drede, cuando las personas perdian los estribos solian mostrarse como eran en realidad, y queria ver de que pasta estaba echa la joven que tenia al otro lado de la linea.

aya... sí que es un poco pesadito... parece que nos llevaremos bién...

Tranquilo, no be iva a creer que quisieras ligar conmigo por mi vestuario. - Después de una breve pausa, pues to que no se iva a cambiar de ropa, contestó con tono muy seco - vaqueros y blusa vere. Tiene suerte, con tan pocos colores no le costará tanto encontrarme.

Su ironía se olía a leguas.

En 20 minutos - prosiguió y seguidamente colgó el teléfono, debía terminar de arreglarse para salir.

Bien, yo sabia ya como iba a estar vestida ella. Y ella no sabia ni quien era ni como era.
Era la situacion perfecta para averiguar como de cerca estaba la joven.

Se levanto del comedor y se fue a recepcion. Alli espero sentado en un sillon. Tenia el palpito de que ella estaba alojada en el mismo hotel, asi que esperaria a ver si salia alguna joven con aquella descripcion.