Partida Rol por web

Despiertas después de hablar caído inconsciente por la caída a un lado de un río. Es un sol un poco más brillante de lo que recordabas y un poco más amarillo. Hacía más frío pero aún llevabas los ropajes de piel, los cuales te mantenían caliente.

Tienes un gran dolor de cabeza y un árbol de flores rosas está al lado tuyo. Te das cuenta que unas cuantas caen encima tuyo y que te sientes un poco mareado aún.
Ves a la orilla del río a una joven de piel blanca y cabello largo negro. No deja de mirar el río y se encuentra apoyada sobre sus rodillas. Sin tener idea de dónde estás, podría ser bueno hablarle.

La sensación de desorientado hace nido en la humanidad del druida que atrofiado observa a todas direcciones buscando rasgos que le permitan ubicarse... pero al contemplar el sol comprende que aquello sería una travesía sin sentido.

Mujer... podrías decirme donde estoy?... - pregunta el druida mientras retira su capucha para acariciar su propia cabeza buscando aliviar el tormentoso dolor que habita en sus neuronas.

Con cara de confusión, te mira. Sus profundos ojos negros se fijan en ti y mira tu vestimenta, tus rasgos y tu forma de hablar. Denotaba que eras extranjero. La mujer se pone de pie con despacio. Un kimono negro con un lazo violeta, adornaban su figura y en su mano llevaba un abanico bastante grande. Un poco grande y elaborado para ser un simple abanico ornamental.

- ¿De dónde viene, señor Extranjero? -.

...Soy un protector de los bosques y...  creo que me e perdido... 

Dice el druida examinando los extraños ropajes de aquella mujer, pues denotaba muchos detalles y acabados en sus ropas ... pero aquellos ojos que penetraban hasta el alma del druida fueron los culpables de que el humano no sostuviese aquella mirada.

Es Hermosa .... sus ojos me erizan la piel!

Luego una duda aflora en los pensamientos del humano, pues la grandeza de su compañero se denota por su ausencia al lado del druida...

.... keebal? .... donde está?. -Dice el humano mientras indaga con su mirada a sus alrededores.

Miras alrededor pero no lo encuentras y aunque lo llamas, parece no responder.

La mujer te mira confundida - ¿Keebal? No entiendo de qué me habla - su tono de voz era sereno y dulce.

- No sé a quién busca pero si desea, puede ir a mi casa y cambiarse de ropa. Para que esté mucho más cómodo y pueda buscar a los suyos - te hace una reverencia y a continuación una sonrisa leve.

Una vez más la amabilidad de aquella mujer denota el sonrrojamiento en las facciones del confundido druida que temeroso aprueba con un movimiento leve de su cabeza ante las palabras de aquella figura femenina.

Mi... mi nombre es Leuvan... 

Dice el Druida con la voz temerosa, hacía mucho que no sentía algo tan peculiar como lo que aquella chica le producía.

- Un placer, señor Leuvan. Mi nombre es Tomoka y vivo por los alrededores - comienza a caminar y te hace una señal que la sigas.

Sus zapatos son bastante peculiares: Sandalias con suelas de madera con dos pequeños tacones rectangulares. Definitivamente estabas en un lugar muy lejos de casa.

Los árboles de cerezo inundan tu camino y lo espectacular de la vista envuelve tu vista. Por un momento te confundes entre la belleza del paisaje y la de la mujer que te guía. Van a llegar a un río de aguas cristalinas y ves que ella te dice que la sigas. - Estamos por llegar -.

Todo era hermoso y la vista era pacífica. A lo lejos ves una casa como nunca antes habías visto de color blanco y rojo. Rodeada por una pared grande y un portón majestuoso.

- ¿Quisiera acompañarme adentro? Creo que hay ropas de mi esposo que podrían servirle - te dice mientras te hace una reverencia.

La sorpresa era evidente en las facciones del humano, pues aquellas palabras le han producido un freno a sus sueños pasajeros de ligarse a aquella mujer.

Tiene un esposo! ... pero que descuidados soy..!! era de suponerse..!! una mujer tan hermosa no puede rondar soloa por do quier ... !!

No se molestará tu esposo si llega a encontrarme con sus ropas? ... 

El humano temeroso de adentrarse a un lugar desconocido por el asienta con su cabeza en señal de aprobación ante la invitación de la mujer.

Al ver tu rostro lleno de vergüenza y confusión, la mujer se ríe y con algo de gracia y dice - Usted no entiende. Mi esposo ha muerto hace ya algún tiempo. No creo que sus ropas le sirvan donde está - dice con algo de dulzura y con su mano, te indica que entres.

Una sonrisa asoma en Leuvan, era evidente que la simpatía de la muchacha le había dado ánimos para sonreír.

Claro... acepto tu ayuda mujer... -Luego los pasos abordaban aquella hermosa construcción que sin vacilar deslumbra al druida en todo su esplendor.

... Nunca había visto algo semejante... a que reino pertenecen estas tierras ?- Preguntó extrañado el humano regalandole una rápida mirada a la humana.

- Disculpe, ¿Reino? No entiendo muy bien de lo que habla - van caminando por un camino lleno de árboles.

Van llegando a una habitación y la joven se pone de rodillas frente a la puerta para abrirla y luego entra. De un pequeño armario, saca unas cuantas ropas. Te las ofrece y te dice - No es mucho pero espero que se pueda poner más cómodo -. y con una reverencia se aleja para dejarte cambiar. Cierra la puerta pero ves su silueta a través de la puerta.

Los ropajes deslumbran la fascinación del humano que poco a poco empieza a despojarse de sus ropas de pieles.

Mis componentes, no debo dejarlos por ahí... -Piensa el humano mientras acomoda sus bolsas donde mantiene algunos componentes para sus sortilegios.-

Luego de vestirse con aquellas magníficas vestiduras, el humano procede a la puerta donde se dibuja aquella silueta que logra alterar el color de su rostro.

Ehm... creo que estoy listo.

La mujer se levanta al abrirse la puerta y te mira. Sonríe y dice - Le queda muy bien, Señor Leu'van - hace una reverencia y se disponía a decir algo cuando una explosión fuerte suena muy cerca a la casa.

Ves humo levantarse de uno de los costados y se escuchan los gritos de algunas personas.
La mujer comienza a caminar hacia la salida para ir a ver qué fue lo que sucedió.

El evento llama la curiosidad del humano que instintivamente toma a la mujer dejándola tras suyo como si la protegiese de cualquier amenaza, luego avanza rápidamente hacia la entrada intentando localizar el punto de aquél estruendo...

Tomoka ! ... mantente a salvo, deja que sea yo el que se encargue ...!

Leu'van sale a toda marcha, el gentilicio con sus gritos lo dejan un poco desorientado lo cual le recuerda que su compañero de batallas no está presente a su lado.

Keebal amigo donde estás !!!

Cuando llegan al lugar, ves a dos encapuchados acompañando a un hombre vestido con un traje parecido al tuyo pero además con una katana en su mano. Parecía algo ebrio y los miraba de arriba a abajo.

Con pasos tambaleantes, va hacia Tomoka, quien se ubica detrás de ti sin replicar. No está asustada pero tampoco se siente muy cómoda.

- Tomoka, deja ya de sobrevalorar este lugar. Véndemelo y únete a nosotros - su voz era ronca y su forma de gesticular un tanto desagradable. Tomoka asentía detrás de ti pero no decía nada más.

Leu se limitó a observar por un momento, aquellos encapuchados le daban mala espina, pero aquél que a hablado alimenta el deseo de lucha en el druida.

La vista no era agradable, eran tres personas, tres rivales a vencer, lo prudente sería aguardar un poco, por si algo ocurriese...

Unirse..?? le conoces? .... tomoka?

- Solía trabajar con mi esposo pero dio malos pasos y está con gente poco agradable - dice estando detrás de ti. Su voz parecía molesta.

- Sabes bien Kenichi que eso no ocurrirá. Vete de aquí y déjanos en paz. Koji sufrió suficiente contigo - decía con tono firme pero al parecer le costaba mantener la compostura. Era una mujer fuerte, se podía decir por su postura y su tono de voz.

el druida permaneció atento a las palabras de la humana que demostraba un poco de temor en el fuerte semblante de su postura, sin más al finalizar sus palabras Leu esperó alguna reacción por parte de aquellos tipos que al juzgar por aquello que a sucedido no se quedarían tranquilos

Joder ... estos tipos quieren fastidiar a esta mujer... si tan solo mi compañero estuviese aquí los vería correr a todos !

- Mientras no recupere lo que me pertenece, sabes que eso no pasará - saca su katana y así sus armas los que están tras de él.

Parece una situación amenazadora pero la mujer no se inmuta. Permanece de pie, esperando que la situación llegue a un punto ineludible.

la malicia invade mi mente e inmediatamente lanzo una reclamación hacia el tipo que a hablado, lo curioso está en no mediar palabras, simplemente le escupo a la cara a aquel humano.

Imbécil !! ..... vas a pagar por estos insultos !

Sin mediar palabras salgo a la huida con tomoka en dirección de la casa, así podría mantenerle a salvo de aquellos tipejos...

haber si subimos al siguiente nivel....