Partida Rol por web

Las guerras contra la plaga de la campaña de Rasganorte han llegado por fin a su final tras la derrota de Arthas años atrás, sin embargo, todo Azeroth se ha visto afectado por la mancha que ocasionó la muerte de cientos de los tuyos. Ahora, Vol'Jin trabaja contra reloj para restaurar un ecosistema que ha sido destruido por un enemigo en común entre todas las razas. Tras el final de la gran guerra contra la plaga, te has visto sirviendo como mercenario de los mejores postores para poder seguir adelante con tu carrera del arte del sigilo y la infiltración, sin embargo parece ser que tu lider va a necesitar de tus servicios, ya que tu renombre y fama te han convertido en el candidato perfecto.

Deberás marchar hacia Shattrath, el santuario Draenei en Terrallende, al parecer, los elfos de Sangre de los Arúspice custodian en su biblioteca unos pergaminos mágicos que contienen poderosos hechizos que mezclados con las artes vudú de tu pueblo pueden generar grandes beneficios a la tierra marchita, sin embargo, la codicia de los elfos impide compartir ese conocimiento. Tu misión es infiltrarte en la biblioteca de los Arúspices y robar dicho pergamino para que así Vol'Jin pueda darle un beneficio real.

- Hay mu poca'h pe'sonas po lah que yo trabaharía grati'h, y una de ella'h eh el gran Vol'jin.

Fueron mis palabras al recibir la notificación del líder de los trols, requiriendo mis servicios. Sabía que era un gran honor el que contasen conmigo para esta tarea y no me lo pensé dos veces en aceptar semejante responsabilidad. Inmediatamente me puse en camino hacia el portal de Terrallende.

- Nunca ma'h gu'tao eh'to de lo'h po'htale, colega, pero el debéh éh el debéh. -susurré para mí mientras me adentraba en el portal con los ojos cerrados. Las cosas mágicas las uso únicamente lo imprescindible, puesto que confío más en mis dotes físicas que en cualquier habilidad de otra persona.

Tras un largo camino por fin llegué a mi destino: la mágica ciudad de Shattrath. Inmediatamente me puse manos a la obra, vestido de forma humilde para no llamar demasiado la atención. Disimulando como que no conocía la zona, me acerqué haciéndome el tonto por la zona a ver cómo reaccionaban los guardias y mirando posibles entradas a la zona, ya sea alguna puerta trasera o alguna ventana. Al mismo tiempo miraba otros edificios para disimular...

 Llegaste sin problema a las cercanías del territorio Arúspice, en una inspección rápida era difícil determinar cual era la mejor manera de infiltrarse en aquel lugar, necesitabas tiempo para identificar todos los elementos y crear una estrategia viable, sin embargo, tus pensamientos fueron interrumpidos por los de un elfo de sangre que correctamente vestido y armado con un bastón mágico te preguntó si necesitabas algo. Parecía calmado, no mostraba indicios de desconfianza ante tu presencia pero no sabías por cuanto tiempo iba a durar aquello.

- Hola, coleeeega. E'hte pobre trol e'hta mu perdio. E'hta ciudad e'h mucho ma'h grande que el poblao donde yo nací. Verá tu... mi mae'htro me dijo que tenía que vení a e'hta ciudá pa aprendéh nueva'h fo'hma de viví'h, y me dijo que preguntase por tó la gente pa aprendéh mucho -Hablé con cierta velocidad para no darle mucha oportunidad al guardia a hablar y así meterle una historia en la que yo era la víctima- . Tú parece buena pe'hsona. Tu podría ayuda a e'hte pobre trol pa podé'h volve'h pronto a mi casa, porque mi pobre madre e'hta mu preocupá, sí, mu preocupá porque yo me he ido de mu lejo'h, y cuando mi madre se enfada yo tengo mucho miedo. Tú podría ayudá'h a e'hte pobre trol diciéndome pa qué son todo'h e'hto edificio'h tan e'htraño'h que no se parecen en ná'h a mi cabaña no, en ná'h.

Esperaba que el guardia se apiadase de mí haciendome tanto el tonto mientras intenté hacerme un mapa mental de lo que había podido recopilar antes de que me sorprendiera.

 El guardia se quedó mirándote algo confuso, posiblemente estuviera sintiendo lástima por ti ya que te consideraba algo patético, sin embargo, accedió a guiarte un poco por el lugar.

Debido a que te interrumpieron demasiado pronto, fue imposible para ti elaborar un plan improvisado para acceder a tu objetivo, de modo que ahora estabas obligado a seguir haciéndote pasar por un interesado Trol que quiere aprender de otras culturas.

Con aires de superioridad, el elfo te llevó hasta un edificio, en el, los destellos mágicos y las estanterías era algo que se podía ver casi a cada centímetro a tu alrededor. Justo enfrente de ti, en una mesa sentado, se hallaba otro elfo de sangre, este parecía más serio y se encontraba escribiendo en un pergamino. El guardia te acercó junto a el y se despidió.

- ¿Que me has traído?¿no ves que estoy ocupado? - dijo el elfo algo malhumorado mientras seguía escribiendo en el pergamino. Poco después escuchaste como el guardia le explicaba al elfo que estabas interesado en conocer más de la cultura y de las formas de vivir en esta zona.

- Márchate, ya me ocuparé entonces - dijo el elfo mientras mandaba al guardia a que recuperase su posición

- Así que un Trol viene hasta aquí para aprender otras formas de vida ¿eh? ¿como te llamas?¿que es lo que quieres realmente? - dijo el elfo sin quitarte el ojo de encima

Mi intento de que el guardia fuese mi guía privado hacia mi objetivo fue un fracaso, y por lo que pintaba, éste elfo no parecía que me iba a ayudar demasiado, pero por intentarlo no perdía gran cosa, por lo que decidí seguir con mi actitud, hablando tímidamente, de forma algo acelerada y sin mirar a los ojos:

- Hola, colega. E'hte pobre trol se llama Shin'Zen. E'htoy aquí po'hque mi mae'htro me dijo que ante'h de manejar un arma eh necesario sabé'h manejá'h la cabeza, sí, la cabeza. Y para aprendé'h me dijo que primero debía conocé'h las tierras que no he ido nunca, y la'h raza'h tambien me dijo, sí, la'h raza'h.

Tras esta breve explicación, y con intención de sacar algo de información continué:

- Mi padre también me dijo que viese la magia de e'hta ciudad. Pero yo soy un pobre trol, y no sé dónde están esa'h magia'h, y si no aprendo se enfadará mucho mi mae'htro, entonce'h como yo ví edificio con mucha'h luce'h yo e'htaba mirando, sí, bu'hcando magia. E'h que pobre trol e'h mu torpe en magia. Tú no mirá'h así a pobre trol que e'htá perdío.

 El elfo no pudo evitar mostrar una pequeña carcajada, sentía bastante compasión ante tus súplicas.

- ¿así que buscas magia eh?, eso será fácil - dijo mientras se levantaba de su asiento.

- Desde que la plaga movilizó a los campeones de Azeroth a Rasganorte, la ciduad santuario de Shattrath quedó olvidada y con ella caímos nosotros también en el olvido, algo triste y desesperante teniendo en cuenta todo lo que hemos hecho por nuestro pueblo y las demás razas - con un gesto de la mano te indicó que le siguieras

- En este lugar realizamos diversas investigaciones arcanas, no están bien vistas por todos los que habitan aquí, de ahí que esos Draenei nos la tengan jurada, pero por el bien del conocimiento nosotros llegamos a donde haga falta ¿entiendes lo que significa eso intrépido Trol? lo que haga falta para conseguir poder y conocimiento - tras esas palabras, el trol se detuvo a escasos metros de una puerta.

- ¿Que es para ti el poder?¿que es lo que tu harías si lo tuvieras, si estuviera al alcance de tu mano joven Shin'Zen, qué es lo que nosotros, los Arúspices podemos hacer por ti - cuando se sacaba el tema de sus tradiciones, aquel elfo no parecía tan desagradable, igual la esperanza no estaba perdida.

Haciéndome el interesado iba siguiendo al elfo que tan motivadamente me iba contando cosas que ya sabía, pero debía seguir haciendo mi papel de trol curioso y al mismo tiempo bastante penoso.

- El podé'h... el podé'h lo tienen lo'h que manejan el vudú en mi tierra. Si yo tuviera ese podé'h, ayudaría a mi madre y a mi'h hermano'h pa no pasá'h má'h hambre, y yo podría sé'h un gran guerrero en el futuro.

- Lo'h que tienen el podé'h usan objeto'h mu poderoso'h. ¿Aquí qué objeto'h tenei'h para la magia? ¿También tenei'h vudú o qué? Yo por mi pa'hte, de vosotro'h... quizá'h algo que me permita volvé'h a mi pueblo y podé'h decí'h que he aprendio alguna'h cosa'h de la magia de po'h aquí. Po'h ejemplo, que viese algún objeto, libro o pe'hgamino poderoso, que yo le de'hcriba a mi mae'htro y así demontra'hle lo que he vi'hto de e'hta raza y de su magia.

  - ¿vudú? - dijo el elfo riéndose de tus constumbres

- No, aquí no hay vudú, solo magia arcana verdadera, si acaso algo de alquimia, pero eso ya es otro asunto. De todas formas veo que sientes mucha curiosidad por todo esto. ¿Te gustaría unirte a nosotros y aprender más? últimamente nadie se une a nuestra causa y siempre necesitamos investigadores, Terrallende es un territorio demasiado amplio para solo unas decenas de investigadores, quizás con lo aprendido aquí puedas regresar a tu tribu como un héroe ¿no pinta nada mal eh? - acto seguido giró el pomo de la puerta que estaba justo a vuestro lado.

Tras abrirse la puerta, ante ti encontraste lo que seguramente era tu objetivo: una inmensa biblioteca, todo repleto de estanterías con libros de todas las clases y colores, algunos sencillos otros imbuidos con magia a la vez que misteriosos artefactos sobrevolaban la instalación.

- ¿Ves todo esto? es conocimiento, ¡¡es poder!! y quizás algún día puedas entender la envergadura de todo lo que hemos querido organizar... ¿te has quedado sin palabras o hay algo que quieras decirme?

Al parecer mis esfuerzos teatrales habían dado su fruto. Seguramente me encontraba en el lugar indicado gracias a ese elfo tan apasionado y al mismo tan prepotente a mis ojos. Parecía que todas las demás razas y tipos de magias eran inferiores según sus ideas, pero eso realmente me importaba ya poco.

Ahora quedaba lo más dificil: Localizar los pergaminos exactos y sutilmente cogerlos prestados. Lo primero era seguir en mi papel para ver hasta que punto podría hacerme de guía. Segundo, buscar los pergaminos y luego ya planificar el "préstamo". Debía averiguar si el hecho de unirme a ellos implicaba algún tipo de obligación o de si me podría servir a mi objetivo.

- Yo pe'htenezco al clan de mi familia, pero si me decí'h que podría aprendé'h si me uno a vosotro'h, y si mi mae'htro me da su pe'hmiso yo me uniré po'hque quiero aprendé'h mucho.

Esta excusa me daba tiempo a "pensarlo" o a pedir permiso a mi supuesto maestro. Decidí indagar un poco más en el tema que me interesaba. Abrí mucho los ojos y cara de impresionado mirando a todos lados.

- Creo que e'hto e'h lo que yo tengo que aprendé'h pa'h que mi familia e'hté orgullosa de mí. Todo e'hto es mu'h nuevo para un pobre trol como yo. Po'h favó'h, enséñame má'h, sobre todo la'h cosa'h donde guardai'h la magia, como lo'h libro'h o lo'h pe'hgamino'h, pa'h que yo pueda de'hcribírselo a mi mae'htro cuando vuelva a mi poblao.

Aprovechando que miraba a todos lados haciéndome el impresionado, aunque hay que admitir que algo impresionado estaba aunque la magia no me gusta lo más mínimo, para intentar ver dónde estaban los pergaminos que me interesaban o para ver posibles entradas en el caso de que tenga que entrar furtivamente más adelante...

 El elfo sonriente te cogió el hombro como muestra de afecto y te guió al interior de la sala del conocimiento. Era fácil impresionarse cuando notabas en tu cuerpo una esencia mágica que rodeaban todas aquellas estanterías. Cuanto más cerca estabas, más notabas el poder.

- Tendrías acceso a la mayoría de lo que hay aquí colmilludo amigo, podrías iniciarte en las sendas de la magia, convertirte en un poderoso mago para defender a tu pueblo ¿no te gustaría eso? - con esas palabras seguías mostrándote las estanterías.

- Aquí tenemos de todo, además de la historia que es la base de nuestro conocimiento. Relatos sobre los Elfos Nocturnos y los Altonato de la antigua Shen'Dralar, los pioneros en el mundo de la magia arcana. También hay escritos sobre el poder vil que empleó la Legión Ardiente, un poder que usado con astucia es capaz de ayudar a cambiar el mundo. - al elfo le brillaban los ojos según iba explicándote.

- En esta estantería tenemos una serie de tomos con magia desvanecedora, es capaz de eliminar cualquier tipo maldición, conjuro y hasta enfermedades a las personas, es una magia muy potente, nos brinda la capacidad de sanar sin tener que relacionarnos con las energías de la fuente del sol o de la luz como la llaman algunos, supongo que vosotros los trols, también tenéis vuestra fuente de canalización para este tipo de objetivos aunque para mi gusto creo que no es lo suficiente poderosa - no había duda que aquel elfo acababa de mostrarte la fuente de tu éxito en la misión, en aquella estantería estaban los tomos que contienen la información requerida por Vol'Jin, seguramente cualquiera de esos manuscritos tendría todo lo necesario para completar el objetivo pero el elfo siguió con sus explicaciones, dejando atrás aquella estantería.

- Y esa amigo mio, es la senda de la invocación, aquí hay inscripciones y conjuros que permiten traer a nuestro mundo y sobre todo a nuestra voluntad a criaturas de otros planos y dimensiones, lógicamente mucho de este material está prohibido para los usuarios noveles pero alguien con un conocimiento avanzado como el mío podría tener el mundo a sus pies si lo quisiera, pero ese no es el caso - comentó entre risas

- ¿y bien? - dijo parándose en seco. - Te he mostrado la fuente de nuestro poder y conocimiento, sé que estás impresionado, yo en tu lugar también lo estaría, ¿querrás unirte a nuestra causa?¿ser un buscador más del poder y del conocimiento? piensalo bien, habrá muchas ventajas si eliges la elección correcta.

¡Bingo! Tenía localizado mi objetivo, y memorizado el emplazamiento exacto. Ahora la cuestión era encontrar el momento oportuno, aunque lo que más apremiaba era darle alguna excusa que me diese tiempo al elfo. Seguí con mi actitud de torpe ante él:

- E'htoy mu impresionado, colega... pero pa se'hte sincero no me he enterao de mucho. Te dije que soy mu to'hpe con todo e'hto de la magia, au'hque sí he entendío que si me uno a vosotro'h podría alcanzá'h un gran podé'h. Po'h favó'h, te pido que me deje'h que visite ante'h a mi mae'htro para consulta'hle ante'h de tomá'h una decisión, au'hque po'h mí me unía a vosotro'h ahora mi'hmito.

Creo que con esto bastará para entretenerlo un tiempo y ahora venía el momento clave:

- Tú ha'h e'htao e'hplicando mucha'h cosa'h pero no he podío ve'h lo que tenei'h po'h aquí y me siento mal po'hque diji'hte a tu compañero que e'htaba ocupao y yo te e'htoy ocupando el tie'hpo. Si no te impo'hta me gu'htaría mirá'h la'h cosa'h tan extraña'h que tenei'h po'h aquí ante'h de salí'h, así conta'hle la'h maravilla'h y volvé'h o'hgulloso ante mi mae'htro...

 El elfo sonrío satisfecho al saber que había conseguido un nuevo recluta para sus escasas filas.

- Antes que nada ven a la mesa donde te recibí, deberás firmar este pergamino y formarás parte de los Arúspices intrépido amigo. Una vez que lo hayas firmado podrás echar un vistazo a la biblioteca bajo la vigilancia de uno de tus nuevos compañeros ¿de acuerdo? lo único que te pido es que cuando marches de nuevo a tu tribu, pueblo o lo que sea, no tardes más de una semana en volver, de lo contrario pensaré que no estabas tan interesado como creía y se te denegará la entrada a este territorio, creo que he sido claro ¿verdad? - con esas palabras el elfo te obligó a seguirle de nuevo hasta su mesa, una vez allí sacó un pergamino en élfico que para ti era imposible de traducir, con una sonrisa te pidió que firmaras para finalmente estrecharte su mano.

Parece que no me quedaban demasiadas alternativas, aunque una firma con un nombre falso no sería válido en ningún sitio, así que tampoco perdía nada. De todas maneras, gracias a todas las experiencias vividas anteriormente, saqué una conclusión que me ha salvado mi pellejo en varias ocasiones, y es el no fiarte de nadie, aún menos de un elfo sonriente... Lo que me llevó a una última petición al elfo antes de firmar. Miré el pergamino y le dije a continuación:

- Has sido mu amable co'hmigo. ¿Podría'h hacé'h un último acto de amabilidad a e'hte pobre trol, po'h favó'h? ¿Podría traduci'hme lo que pone aquí? E'h que mi mae'htro me enseñó que ante'h de firmá'h ná'h hay que sabé'h lo que se firma. No é'h que no me fíe de alguien tan amable como tú, colega, pero si mi mae'htro se entera de que he fi'hmao sin habé'h leío seguro me ca'htiga, y yo no quiero volvé'h a hacé hora'h extra arando el campo otra vé'h, no señó'h, po'hque luego le duele mucho la e'hpalda a e'hte pobre trol.

Intenté poner cara de pena de nuevo con algo de susto al comentar lo del "castigo" para dar todavía más pena al elfo. Sabía que igualmente me podía engañar al traducirme, pero había que correr ese riesgo.

 El elfo amablemente alzó la voz y comenzó a leer lo que el propio pergamino indicaba

"Este documento deja constancia de mi participación voluntaria ante la oranización de los Arúspices en el santuario de Shattrah. Con mi palabra acepto seguir la causa y objetivos de la orden en pos de hallar el conocimiento y la sabiduría que llevará a sus seguidores a un futuro prometedor.

Aceptar esta responsabilidad conlleva no poder rechazar cualquier tipo de encargo que ordenen los superiores que tenga como consecuencia el beneficio de la organización, cualquier negativa ante una petición conllevará a la expulsión inmediata.

Formar parte de los Arúspices otorga libre acceso a los materiales y herramientas depositados en las cámaras siempre bajo supervisión de otro miembro de más antigüedad.

Las promociones internas dependerán única y exclusivamente del punto de vista de los superiores"

- No tiene nada más ¿y bien? ¿qué me decís? - dice de nuevo el elfo dejando el pergamino sobre la mesa para facilitarte la firma

No me quedaba alternativa...

- Gracia'h po'h traduci'hme, colega. - Dije mientras cogía la pluma para escribir. Me aseguré de escribir una firma con mi nombre falso: Shin'Zen, y poner un garabato simple y fácil de recordar por si acaso tengo que poner otra firma en algún otro sitio. 

- Ya e'hta, colega. Po'h favó'h, ante'h de que se me asigne una misión quiero consultá'h a mi mae'htro como te dije, y llevá'h algo aprendío para podé'h volve'h, que si no, no me dejarán volvé'h y mi familia se enfadará mucho con pobre trol.

 Comprobarás como tus palabras han hecho pensar al elfo. El cree que realmente eres un inepto, que vives en una sociedad primitiva que no sabría darle uso a nada de allí, de modo que en un acto de confianza te dejará entrar en la cámara

- Anda, ve. Pero tan solo un rato, así podrás darle buenas noticias a tu maestro, pero no te calientes mucho esa cabeza ¿eh? - dijo en tono algo burlón, creyendo inocentemente que no eras más que un triste peón al que poder encargarle trabajos.