Partida Rol por web

Habían transcurrido muy pocos días desde vuestra llegada a la sede asiática de X-COM. Por lo que os habían hecho entender, existían varias bases a lo largo de todo el mundo, sin embargo siempre se había procurado que fuesen grupos reducidos los que operasen allí de modo que fueran más difíciles de detectar tanto para la opinión pública como para los posibles enemigos del espacio exterior.

Os acomodasteis en los barracones, eran amplios aunque allí había muy pocas personas, de lo que más visteis era científicos e ingenieros que andaban de un lado para otro siempre con informes en la mano y con cara de mucha preocupación. Se os había citado en la sala de misiones en mitad de la madrugada, durante el trayecto al lugar coincidisteis entre vosotros, a fin de cuentas parecía que todos erais nuevos reclutas a esperas de recibir por fin algún tipo de comunicado oficial, ya que desde vuestro ingreso en la base lo único que habíais hecho había sido comer y usar las salas de entrenamiento, pero no había rastro de actividad militar, algo bastante extraño teniendo en cuenta la importancia del proyecto.

Había sido comando y había trabajado en grupos de operaciones negras. Formar parte de un grupo reducido no le parecía algo extraño y de hecho tenía sentido. Suponía que habría otras fuerzas "conscientes" dispersas alrededor del globo y algunos que, sin saberlo realmente, habían sido entrenado para enfrentar una amenaza mayor. Estos serían alertados en último momento, cuando ocultar las cosas de la opinión pública y el posible terror que esto generase en las mazas ya no fuese una opción. Andrés deseó que nunca llegase ese día, porque entonces todo se habría ido a la mierda.

Así era él, siempre intentaba buscarle una vuelta de tuerca a las cosas, sondear aquello que no conocía y hallarle una explicación, al menos para él, plausible. Se definía como una mente inquieta y eso le había salvado la vida en un par de oportunidades, también lo había metido en problemas, es cierto, pero hasta el momento siempre había logrado caer bien parado... o casi.

Pensando, intentando comprender la organización en la que se hallaba y todavía medio dormido, comenzó a transitar los pasillos que lo llevarían a la sala de misiones donde recibiría el informe y ser reuniría con su unidad. Respiró profundo, se acomodó el pelo y rascó su ojo izquierdo.

-¿Qué hora es?- preguntó sin hablar con nadie en particular -Me dejé el reloj en la barraca-

Respondiendo al hombre que habla le digo: Pues creo que deberian ser las 3 de la mañana por lo menos.

Mirando a mi alrededor mientras caminábamos los 4 juntos hacia el lugar indicado, me quedo algo asombrado y exclamo: Se ve que deben de tener muchas esperanzas en nuestras habilidades, porque yo me esperaba un regimiento y solo somos 4... Realmente no me importa pero es extraño, es la primera vez que realizo una misión con un grupo tan reducido.

En el ejército también me hacían levantar a altas horas de la madrugada, pero todo aquello era bastante peculiar. Parecia que no habia soldados por ningún lado. ¿Cómo defienden la base en caso de que alguien la ataque? -Pensaba.

Al ver solamente trabajadores, de un lado para otro, sentia curiosidad por saber en qué estaban trabajando a estas horas.

Nathaniel estaba entusiasmado. La vida en el ejército no era lo que él deseaba en realidad, pero la oferta que le dedicaron le emocionó al saber que por fin podría corroborar la existencia de vida alienígena tras mucho tiempo preguntándoselo y convenciéndose a si mismo de la existencia sin pruebas. Para él, que el grupo fuera tan reducido no le extrañaba del todo. Había sacado excelentes notas en las pruebas físicas, teóricas y psicológicas del ejército antes de ser concedido con tal honor y en las pruebas de campo así como misiones reales había demostrado una increíble capacidad. No obstante no se preguntaba el porqué de solo 4 personas. Ni siquiera se preocupaba por ello. Nathan solía dejar la gestión estratégica a los altos mandos, aunque hasta hace poco ese pensamiento comenzó a modificarlo, quizás en el programa XCOM si tendría que sacar a la luz ese aspecto. Supongo que nosotros somos realmente capaces. Nuestros expedientes hablan por si mismos. Teóricamente es un programa secreto, así que supongo que trabajos en grupos reducidos y discretos... ¿no?

-Seguramente se trate de un proyecto de élite -aventuró Stinson-. En ese caso sería normal que el número de componentes fuese tan reducido. Y si hemos sido preseleccionados es probablemente por nuestro historial.

Poco tiempo después llegasteis a la puerta que daba acceso a la sala de misiones. Se trataba de una puerta blanca, con un sistema de apertura lateral bastante moderno para la época, en el momento que uno de vosotros pulsó el botón salió a la luz la sala donde tendríais el primer encuentro con vuestro superior.

Una vez dentro pudisteis ver con claridad como era aquel lugar. La sala no era exageradamente grande, tenía una gran mesa ovoide con cinco sillas, de las cuales una ya estaba ocupada por un tipo asiático. Por las paredes había grandes paneles que mostraban distintos mapas de la Tierra, noticias actualizadas en tiempo real a través de una pantalla y fotografías.

- Ya era hora - comentó el tipo mientras cambiaba de postura en la silla y os examinaba detenidamente. Por su aspecto parecía bastante joven, en cambio para estar allí debió ser alguien importante tiempo atrás (o tener grandes contactos en las altas esferas).

- Veo que por fin tenemos a los cuatro nuevos reclutas de la unidad X-COM, espero que hayáis venido mentalizados de que aquí venís a morir por el bien de vuestra nación y de toda la humanidad ¿está claro? nosotros no queremos héroes, queremos resultados - dejó unos papeles sobre la mesa y entrelazó los dedos de sus manos.

- Yo soy el Comandante Shiang, ahora presentaos vosotros, no tengo paciencia para leerme vuestros informes de ingreso -

No pudo evitar esgrimir una media sonrisa, este tipo había visto demasiadas películas.

-Andrés Benesh. ¿Mentalizarme que vengo a morir? Menuda forma de levantar la moral- rió -No se preocupe Shiang, le daré resultados, pero no planeo morir mientras lo hago- volvió a reír. -El resto de mi presentación en ese informe. No se lo tome a mal pero... No tengo paciencia para relatar treinta folios de habilidades y capacidades- Mientras decía esto sostenía la mirada del comandante. Esperaba que el tipo estuviera de broma, no sería buen comandante si no se había molestado en saber quienes formaban su unidad.

Comandante, me llamo Aidan Dashwood, ex-soldado, destinado en el ejército de tierra, 4 menciones honorificas por excelente servicio en el campo de batalla, condecorado... En resumidas cuentas, no le defraudaré.

La muerte forma parte del día a día de un soldado, estamos acostumbrados a convivir con ella.

Era evidente que aquel chico era demasiado joven para el puesto que ocupaba, pero no me extrañaba, no he de guiarme por las apariencias.

También se veia muy informal para ser un comandante, pero era mi superior y me han adiestrado para hablar con respeto a mis superiores.

Señor, me llamo Nathaniel Engel respondió Nathan con todos sus respetos. No importaba su edad. Él al menos pensó que la edad no importaba tanto en un programa secreto para combatir a... "algo". Era lo que él mismo decía, se medían las capacidades y habilidades, se querían resultados. No soldados que se hacían pasar por héroes. Usted mismo lo dijo. Estamos aquí para ofrecer buenos resultados, señor. Debe imaginarse de que pasta estamos hechos. No obstante tengo un expediente lleno de méritos al valor y altas puntuaciones en puntería, combate, táctica, atletismo... Luego calló durante unos breves segundos para fruncir el ceño, juntar los labios y continuar hablando. Todo lo que pudimos aprender anteriormente sobra, confío en que esta unidad en la que seremos integrados es como... por decirlo así, un reinicio de todo lo que conocemos. Sobretodo, señor, me baso para corroborar mis palabras en los enemigos que nos vamos a enfrentar... No nos dieron mucha información al respecto, pero... lo que por lo menos me contaron me puso los pelos de punta.

-Stinson, Owen. Anteriormente Boina Verde en Fort Bragg. Vengo a servir a mi país y al mundo. Y si voy a morir que sea por culpa de un error mío no porque algún burócrata incompetente la haya cagado -exclamó Owen con su voz profunda de barítono- ...señor.

El comandante Shiang sonrió, hizo una mueca de complacencia al escuchar vuestros comentarios

- Vaya, parece que esta vez me han mandado a un grupo de soldados con la moral muy alta y seguros de sí mismos - comentó

- ¿Sabéis? vuestros galones me importan una mierda, vuestra experiencia no sirve para nada en el sitio donde os vais a meter ahora ¿guerrilleros?¿señores de la droga?¿grupos radicales?¿terroristas? todos esos males no son nada en comparación ante un enemigo desconocido, hemos perdido a buenos hombres en otras de las bases, el último de ellos en la antártida en menos de 72 horas, cuatro hombres que parecían ser tan excelentes como indicaba su expediente pero que han acabado desaparecidos en combate y sin que el escuadrón de búsqueda les haya localizado, con vida o sin ella - después os pasó las copias de unos documentos.

- Si hay algo que vale más que vuestro historial es la confianza que debéis tener en varias cosas, una de ellas es en el proyecto X-COM, aquí no hemos venido a crear héroes, aquí hemos venido a suponer un escudo para nuestro planeta ante la amenaza extraterrestre, una amenaza que es real y que puede llegar a ser a gran escala de un día para otro - después un señaló los documentos

- Ahí tenéis fotografías vía satélite de una granja en Waltham, Massachusetts - podéis ver en la fotografía una pequeña extensión donde se muestra una mancha plateada que viene rodeada con un círculo rojo hecho con rotulador

- Eso de ahí es un OVNI que ha aterrizado seguramente para una misión de cosecha, esta imagen ha sido tomada hace escasos 10 minutos y en cuanto hemos recibido la alerta me han pasado a mi el cargo de enviar a mis chicos, la base de EE.UU está aún recuperándose de la pérdida de la Antártida así que os toca a vosotros hacer el trabajo sucio - os después a los ojos

- El resto de las cosas en las que debéis tener confianza es en vosotros mismos, sois un equipo, reducido pero con un par de cojones para hacer frente a esta situación, debéis tener la sangre fría para saber qué es posible que muráis durante las misiones y que aún así debéis seguir adelante, el objetivo de esta misión es clara, debéis recuperar cualquier artefacto alienígena que haya en la zona de contacto y si existe una forma de vida traerla aún respirando hasta la base, si la cosa se complica no dudéis en matar al hijo de puta porque él lo hará con vosotros, no os preocupéis por las vidas civiles, seguramente ya estén muertos o algo peor - el hombre se levantó

- ¿Alguna pregunta? - 

¿Preguntas? no muchas, todo estaba medianamente claro. Entrar matar, recuperar y volver. Claro, el tipo seguía insistiendo en que aquel último punto era casi imposible.

-Estar mentalizados en morir fue seguramente lo que hizo que Antártida "desapareciera". No puedes encarar ninguna misión estando dispuesto a morir. Eso es una estupidez- protestaba más para si mismo que para los demás. -¿Sabemos algo de los ET? Armamento, puntos fuertes, puntos débiles. ¿Algo particular que debamos de tener en cuenta sobre su tecnología?-

Me uno a Andrés con la pregunta sobre lo que se sabe sobre esos extraterrestres.

Otra pregunta que tengo es... ¿De qué equipo disponemos? No creo que nos enfrentemos a aliens con las manos desnudas...

Nathan asintió al escuchar las preguntas de sus compañeros y por ello no dijo nada esperando a que su superior respondiera a las preguntas. Se recostó, se puso más cómodo sobre su silla y se cruzó de brazos mirando a sus compañeros, juntando los labios como solía hacer cuando estaba inquieto. Era normal que todo aquello le inquietara, le pusiera nervioso. Un grupo de operaciones especiales secreto... un enemigo de otro planeta... tecnología desconocida... había mucha presión. 

Owen simplemente no dice nada, sus compañeros ya lo habían dicho todo...

Shian mostró de nuevo su sonrisa, bastante discordante con su rostro el cual se mantenía serio

- Tenemos al tipo listo en el grupo ¿no es así, recluta Benesh? - comentó mirando a Andrés y demostrando que sabía perfectamente quien es cada uno.

- Precisamente si la misión de la Antártida fracasó fue porque los operativos de EE.UU hicieron alarde de capacidades que después no subieron demostrar en el campo de batalla, los informes hablaban sobre un equipo con la moral por las nubes y sobradamente preparado, que daban por hecho que su misión sería un absoluto éxito y que, cito textualmente, "la escoria marciana" no sería problema - después su sonrisa desapareció

- Precisamente, recluta Benesh, pensar que se va a salir victorioso otorga a vuestras mentes una falsa seguridad que os hace ser negligentes, pero a vosotros no os va a pasar eso ¿verdad? quiero que sepáis que esto es serio, que esto es cierto y que la muerte estará presente ¿o creéis que las nóminas son millonarias por puro capricho? hay muchas naciones invirtiendo todo lo que tienen en vosotros y este proyecto - después paso a seguir contestando

- Antes de que partáis os reuniréis con los técnicos que os facilitarán el armamento, lo único que sabemos hasta el momento de las fuerzas extraterrestres es que su tecnología será más mortífera que la nuestra, es algo obvio cuando han sido capaces de llegar hasta aquí, de modo que cualquier tipo de material que podáis recuperar de vuestra misión será usado para mejorar nuestro arsenal, de ahí que sea el objetivo principal. Hasta el momento tan solo se ha recuperado el cuerpo de 3 hostiles en todo el mundo y se sabe una cosa clave, nuestras balas los matan, pero su piel es más resistente, lo cual conlleva que no podéis confiaros por tener simplemente a uno de esos hijos de puta a tiro - 

- ¿Alguna pregunta más? -

-Gracias señor, conozco mis capacidades, no es necesario que me halague delante del grupo- dijo completamente seguro de que la ironía era un cumplido. -Usted no entiende mi punto y no lo culpo, no todo el mundo está preparado. Pero no importa, que cada une crea lo que más le convenga. Cuando le consiga un ET vivo para que sus científicos puedan destriparlo y unas cuantas armas para que sus técnicos repliquen me invitará una bebida en el casino de oficiales. Si es que aquí hay algo como eso, sino me basta con algún bar- Sonrió alegre, no sólo lo habían felicitado por sus capacidad y su inteligencia destacándolo delante de sus compañeros, sino que también se había ganado algo para tomar a costas del comandante.
-Una cosa más señor. ¿Tendría usted un mapa de la zona? una fotografía satelital también me servirá-

Comandante, por mi parte está todo más que aclarado. Estoy listo para iniciar la misión.