-Interesante.
Dijo Artemisa.
-Además, siendo el hijo de un Dios te será más fácil entrar al Inframundo. Es verdad... aunque yo, como diosa podría llevaros igualmente a todos.
La mujer divina les dedicó una profunda mirada.
-Pero luego que Hades os vea, ya no depende de mí. Si, en cambio, preferís separaros, yo les diría a Xena y sus compañeras que tengo idea de cuál será el siguiente pueblo a ser atacado por los Ergidos.
Artemisa luego fijó sus ojos en Gabrielle.
-Veo que el cuerno ha sido de ayuda. Quedáos con él aún... todavía falta mucho para que esto termine.
Retomando de a poquito
n.n
Sopeso las palabras de la diosa cazadora..
-Sabremos dónde atacarán los érgidos.. No conviene dejarlos a su suerte. Tampoco me gusta que Hércules vaya solo..
Recordando las palabras del semidios,añado
-Además yo soy guerrera. Lo de levantar ejércitos no es cosa mía. A la princesa guerrera su reputación la precede.. Xena, Gabrielle..¿Os parece que yo vaya con Hércules y vosotras al poblado, o lo echamos a suertes?
(siempre que Hércules me acepte como animal de compañía XD)
La Diosa hizo un generoso ofrecimiento que Hércules se apresuró a agradecer con un respetuoso cabeceo. No respetaba a la diosa, aunque esta lo fuera, si no a la mujer que les prestaba la ayuda, y eso entraba dentro de la moral del hijo mortal de Zeus.
- Gracias... hermana... -dijo Hércules aludiendo al hecho de que, por otro de los deslices de Zeus, ambos compartían el mismo padre, teniendo un vínculo sanguíneo, aunque no la misma madre- Gracias de corazón. En verdad, tu transporte nos hará ganar un tiempo precioso, permitiéndonos partir y regresar con celeridad. Incluso a tiempo de organizar a las polis contra la amenaza érgida. Ahora ya solo nos queda decidir quienes van al Hades... Si todos..., o solo uno... -Hércules poso su mirada alternativamente en sus compañeras, primero en la salvaje amazona rubia- Calisto, te has pronunciado y yo no soy quien para detenerte. Agradezco tu compañía y acojo tu espada con los brazos abiertos si definitivamente te unes a mi empeño... -después su mirada se dirigió a Xena- Xena, tu fama es grande como tus habilidades. Nadie ha controlado nunca tu destino, ni siquiera un dios como mi hermano Ares. ¿Vendrás al inframundo o prefieres tratar de adelantarte a la urdimbre del líder de los érgidos? Solo tu puedes decidirlo... -su mirada se posó finalmente en Gabrielle- Gabrielle... se que tu corazón y tu espíritu son fuertes y en verdad aprecié de veras tu fiereza al conocer mis intenciones de descender solo al Hades... Ya ves que no parfece que vaya a ir solo, pero en ocasiones un espíritu fuerte es el mejor escudo contra la desesperación que nos espera en el Hades y te estaría mintiendo si te ocultara ese hecho solo para evitar que vinieras al Hades... ¿Que dices, Gabrielle...?
El semidiós, más humano que divino, quedó a la espera de la respuesta de la pareja de amigas, pues Calisto parcía tan decidida como él mismo. El reto del Hades no era algo a ser tomado a la ligera, y suponía que las dos amigas irían juntas, no separándose en un momento de necesidad. Ninguna dejaría que la otra bajara al inframundo así como así, sin la compañía de la otra. Así pues, Hércules se cruzó de brazos a la espera de la respuesta de ambas mujeres, esperando a oír lo que su corazón deseaba...
Hércules te acepta como compañía, pero no como animal ;)
El corazón de Gabrielle se dividió. Se quedó algunos segundos en silencio meditando todos los pros y contras. Por una parte no quería dejar ir solos a Calisto y Hércules, pero por otra parte, ese futuro poblado inocente atacado tampoco la dejaría con la conciencia tranquila. Suponía que debía confiar en que su compañera y su nuevo compañero se las apañasen lo mejor que pudiesen. Ella almenos, no tenía ningun lazo de sangre y era la que menos posibilidades tenía de sobrevivir ahí abajo. El poblado la necesitaba.
Supongo que el poblado no se merece ser arrasado si se puede evitar. Dice tras pensarlo detenidamente. Tened mucho cuidado. Dice a continuación, posando su mirada en Hércules, con preocupación. Aunque es Xena la que tiene la última palabra. Dice parpadeando por fin, mirando a su amiga. Sin ella al frente, la misión de proteger al pueblo no tenía mucho sentido.
Poco a poco voy volviendo :D!
Xena asiente. No dice palabra alguna pero no quiere quedarse quieta mientras otro poblado es tomado por los Ergidos, y otras gentes son esclavizadas para sus fines.
Entonces Artemisa vuelve a tomar la palabra.
-Bien, que así sea... Hércules, Calisto... acercáos. Ahora os teletransportaré al Hades... mientras tanto, alguien debe teletransportar a Xena y Gabrielle al siguiente pueblo. Y sé quién puede hacerlo.
Artemisa hace sonar unas campanas.
-Entrad hermana, te necesito...
No posteen hasta que les diga, todavía tengo que redactar.
Entra a la estancia en medio de una luz preciosa, una joven que emana amor y sensualidad. La joven diosa, seguramente ya enterada de las circunstancias, dice:
-Bien... entonces. Está decidido...- dice la diosa del amor.
-Lleva a Xena y Gabrielle al pueblo del que te he hablado. Yo transportaré al Hades a Calisto y Hércules. -ordena la otra.
-De acuerdo... tomad mi mano.
Dice Afrodita y extiende ambas para que Xena tome una y Gabrielle la otra.
-Os deseo suerte... un mundo de odio no es algo que yo quiera o necesite.
Artemisa hace lo mismo con sus manos para que tanto Hércules como Xena, las tomen.
-Ahora comienza lo díficil, debéis estar atentos... de vosotros depende tanto. No confiéis en nadie totalmente. -aclara Artemisa.
Entonces las dos están a la espera de vuestros movimientos.
Ya podeís postear.
La diosa las tomó de la mano, y enseguida desaparecieron con ella.. Me dió una extraña sensación viéndolas partir.
Sabrán arreglárselas, pensé, y volví a nuestra realidad. La diosa estaba dispuesta a llevarnos al Hades.
-Mejor no perder tiempo, Artemisa. Estamos dispuestos también para partir.
Instintivamente llevé la mano izquierda a la empuñadura de mi espada. Agarrarla me hace sentir más protegida. Tomé de la mano a Artemisa con la otra, y esperé a que Hercules cogiese también la mano que ella extendía.
Miré a Hércules, y pensé en todo lo que nos esperaba. No pude menos que sonreir con orgullo.
-Posiblemente ni acierte a imaginar los males que encontraremos en el reino de Hades. Pero de tener que ir, mi corazón se ve reconfortado al tenerte como compañero.
Hércules vio entrar a Afrodita. Como hombre que era no pudo por menos que apreciar el encanto y la belleza que desprendía aquella mujer divina en todos los niveles. Era más que evidente su desazón ante la perspectiva de un mundo en guerra, con muerte y destrucción por todas partes. Todo lo bello y hermoso moriría. Hércules sintió cierta lástima por el temor de la diosa, pero no dijo nada.
Aceptando las decisiones tomadas, se acercó hasta Artemisa dispuesto a tomar su mano. Pero antes de hacerlo, les dedico una mirada a Gabrielle y Xena. Ambas mujeres afrontarían una tarea tan dura como la que iban a afrontar Calixto y él mismo.
- Xena, Gabrielle... Suerte... -deseó con un cabeceo de reconocimiento- Y prestad cuidado de mencionar vuestra relacion conmigo si tratais con una polis que rinda culto a Hera... Os traería problemas... Nos veremos pronto...
Dicho esto, tomó la mano de Artemisa, un contacto que la diosa virgen permitía a muy pocas gente, sobre todo si de hombres se trataban. Su mano era suave y cálida como la seda, y Hércules se dispuso a ser teleportado cuando Artemisa lo dispusiera.
- Gracias por acompañarme, Calixto. El sentimiento es mutuo... -dijo Hércules a su compañera guerrera, con una sonrisa de confianza en los labios- Y no te preocupes por lo que vayamos a toparnos. Saber que el Hades es tan peligroso ya nos hace ser más cautos. Y eso es un primer paso positivo. Siempre es mejor tener un poco de temor; así se pelea siempre mucho mejor que si se es un insensato -su rostro se dirigio a Artemisa- Listos, Artemisa.