Todo comenzó hace varios años, en mayo del 2006. Sin razón aparente. Alguien debió pisar un enchufe y dios tuvo que reiniciar el servidor. Desde entonces solo hay una certeza, en una sola noche todo se vino abajo: la organización, los pisos francos, el pasaje de la Tierra hacia el Paraíso y al Infierno, el poder de los superiores e incluso la memoria de los Ángeles y de los Demonios sobre la Tierra.
El Gran Juego se paró. Y nunca se retomó. Los Ángeles y los Demonios terminaron recuperándose. Poco a poco recobraron s memoria y una parte de sus poderes. Pero no hay forma de saber lo que ocurrió realmente. Al principio todo fue caótico, unos hacían centellear sus Auras para ver de qué servían y los otros, fieras salvajes, se dejaban caer por el campo contrario solo para darles caza.
Pese a la paranoia, los Ángeles y los Demonios comenzaron a reagruparse: familias, asociaciones, grupos de combate o sectas, cualquier cosa que sirviera para protegerse los unos a los otros. Ocho años más tarde los solitarios o son muy poderosos o están muertos.
¿Muertos? En cualquier caso y salvo prueba de lo contrario lo llamaremos así. Los Ángeles y los Demonios que mueren en la Tierra nunca regresan y no vuelven a contactar con nadie. ¿Existen todavía el Paraíso y el Infierno? Pocos osan imaginarlo, pero lo que está claro es que el gran viaje es solo de ida.
Más que nunca, el principio de discreción está a la orden del día. Si anteriormente tenía como objeto dejar a los humanos en un práctico desconocimiento, ahora se ha convertido en algo obligatorio para quien no quiera encontrarse con un grupo de exterminadores siguiéndole la pista.