Partida Rol por web

Tras la despedida si que me sentí muy rara, confusa y con un bajón impresionante. Solo quería esa tina dónde poder relajar, no pensar y creer que todo esto, había pasado. Y así fue porque me puse música muy suave, caminé desnuda por mi piso al ir quitándome la ropa, más por una necesidad de cerrar este día y centrarme. 

Una copa de vino me preparé al pasar, así como estaba, libre y despojada. Caminando perdida en la melodía, cogí la botella mientras seguía bebiendo sorbo a sorbo. Al llegar al baño, preparé la tina y cuando el agua estuvo en temperatura, me dediqué darme ese merecido baño. Miré la nada, recordaba a Christian, la situación, la coincidencia, como había salvado la vida de esa chica. 

Apuro los tragos, estaba un poco borracha. Quería sacarme el horror de una noche extraña, vertiginosa y fuerte. Cuando terminé el vino, abandoné la bañera y tras colocarme una braguita me fui a la cama para dormir las horas que hagan falta. 

Y así fue, el sonido del móvil me despertó pero lejos de responder a esos mensajes, solo los pasé por alto. No me importaba el cobarde este, más pendiente de su empresa que de mi. No necesitaba ese tipo de hombre, ya no. De repente el sonido del timbre me impulsa a vestirme con una camiseta grande y recibo aquella caja. Tenía una fiesta, curioso y este hombre había cumplido con su palabra. 

Sorprendida hallé un vestido rojo, muy costoso. Jamás había tenido la oportunidad de algo así, ni hablar de los zapatos y la máscara. No tuve forma de agradecerle, aunque me robó una sonrisa tanto detalle. Ya el resto del día, lo dediqué a mi, quería verme bonita, estar a la altura de semejante regalo.